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El pasado que no pasa y un futuro en preparación

Estos y aquellos años 20

Fuentes: Rebelión

Ingresar a la tercera década del siglo nos lleva casi automáticamente  100 años atrás. Mirar de conjunto “los viejos años 20”  y estos nuevos que recién comienzan, puede resultar un ejercicio interesante. No porque la historia pueda repetirse, pero sí porque conviene tener en cuenta aquellos sucesos y su desenlace.

Hace 100 años aquellos años 20 surgieron de los escombros y las cenizas de la 1ra. Guerra Mundial (la Gran Guerra 1914-1918)  que estalló por el asesinato del archiduque de Austria a manos de un joven nacionalista serbio. Este fue el detonante que involucró a las grandes potencias económicas y militares de la época, nucleadas por un lado en la Triple Alianza (los imperios alemán y austro-húngaro) y la Triple Entente (Reino Unido, Francia y Rusia) que resultó triunfante luego de sumar a sus filas a EEUU y al imperio japonés. Conviene recordar que en el marco de aquella guerra irrumpió la Revolución Rusa.

Un pasado no tan lejano

En aquellos años se controló también la llamada Gripe Española (pandemia 1918-1920). Con ese control se ingresa al período de entreguerras en que las potencias triunfantes se beneficiaron de un boom económico que benefició principalmente a EEUU, que también llegó a nuestras costas. Incluso nuestro país prestó a los aliados 250 millones de dólares.

Francia fue el epicentro europeo de aquel proceso y París el centro del mundo intelectual de la época. Los pintores Salvador Dalí y Pablo Picasso; el cineasta Luis Buñuel y el escritor surrealista André Bretón, los artistas Duke Ellington, Josephine Baker y nuestro Carlitos Gardel formaron parte de una extensa lista de celebridades que se congregaban en la Ciudad de las Luces.  “Los años locos” también se llamo así a aquel período al que Ernest Hemingway describió  en  “París Era Una Fiesta” y del que Man Ray dejara testimonio en sus series fotográficas.

No todo fue tirar manteca al techo

También fue el tiempo en que le otorgaron el Premio Nobel a Albert Einstein, en que se fundó el Partido Comunista Chino y en que se convocó la primera huelga obrera en Inglaterra. La muerte de Vladimir I. Lenin y el ascenso de Josep Stalin, la  entronización de Adolf Hitler al frente del Partido Nacional Socialista, el ascenso de Benito Mussolini en Italia, de António de Oliveira Salazar en Portugal, de Primo de Rivera en España… son espectros de un pasado que no ha pasado totalmente.

Todos estos hechos y tendencias contradictorias se estrellarían en octubre de 1929 con el derrumbe bursátil en Wall Street y días después con el inicio de la Gran Recesión de los años ’30, que impactó fuertemente en América latina. La salida de esta crisis fue la 2da. Guerra Mundial y a su fin de construyó un nuevo orden internacional para garantizar la gobernanza global bajo la hegemonía de EEUU:

¿Qué futuro?

Esta nueva década no emerge de una guerra pero si de la peste del Covid 19. No hay dudas  el 2020 será recordado como el año de la peste que signó todo el inicio de la década. Que los nuevos 20 comenzaron con esta pandemia que operó como un fulminante. Detonó una crisis estructural de múltiples dimensiones –económica, sanitaria, ambiental- exacerbando contenidos ya presentes con anterioridad.

 Es posible que a fines de este 2021, vacunación y eficiencia de las vacunas mediante, la pandemia  esté contenida. Ya hay quiénes pronostican una fuerte recuperación económica y una “explosión social y sexual” resultante del fin de los controles impuestos por la crisis sanitaria. ¿Cómo será la pospandemia? ¿Cambiaran los comportamientos sociales? ¿Asistiremos a un boom económico? ¿Quiénes serán los intelectuales y los artistas que conformen el núcleo de celebridades de esta veintena? ¿Habrá un centro como lo fue París en aquellos veinte? ¿Cuáles serán los acontecimientos político-sociales que definan el período? Es temprano para saberlo.

Es posible que  asistamos a cambios culturales y de hábitos en los comportamientos tanto individuales como colectivos. De hecho, y tal como ya lo estamos viviendo, nos enfrentaremos a una realidad cada vez más virtual (teletrabajo, video conferencias, video consultas médicas, plataformas por doquier, aplicación de la Inteligencia Artificial en los trabajos repetitivos, auge del e-commerce… Al mismo tiempo que es de esperar una revalorización de la salud pública, de la ciencia y lo científico, del Estado…

¿Un “boom” para quiénes?

El costo en vidas y material medido por la caída de la economía mundial, la pérdida de empleos y el deterioro de los ingresos es monumental. Todos los indicadores estructurales de la economía global (crecimiento del comercio internacional; tasa de inversión global; mejoras en la eficiencia productiva; tasa de crecimiento de la productividad) ya eran inferiores a los registrados antes de la crisis del 2008, la pandemia los ha agravado. Hay que adicionarle una nueva oleada de deudas, tanto soberanas como corporativas, que ponen un horizonte de crisis financiera en los próximos años. En lo que va de la pandemia crecieron las desigualdades sociales y también entre las naciones. Aún cuando la economía regrese a los niveles del 2019 (que ya eran muy débiles) y comience una recuperación esta –mas allá de un rebote inmediato- será muy lenta. Los problemas sociales no se resolverán rápidamente.

Un escenario cambiante y conflictivo

La confrontación entre las fuerzas que empujan la reconfiguración del poder mundial –Asia/Pacífico con centro en la China ascendente- y las que sostienen el continuismo (recauchutado) del actual orden establecido -bajo la hegemonía declinante de EEUU- dominarán el período. Subyaciendo este proceso se desenvuelven conflictos parciales que forman parte de esa confrontación: la disputa por el control de las nuevas tecnologías; el posicionamiento frente al cambio climático, al multilateralismo y al libre comercio; las alianzas internacionales para ampliar los campos de influencia de las grandes potencias.

¿Cómo se ubicará nuestra América latina en esta reconfiguración? Patio trasero del imperialismo hoy somos un territorio en disputa con la cada vez mayor presencia de China y Rusia en la región. Un espacio regional fragmentado y sin proyecto de integración. Más allá de débiles intentos de lograr algún margen de autonomía por los llamados gobiernos progresistas la cuestión nacional sigue pendiente en la región, en los tiempos que vienen será un nuevo desafío para nuestras izquierdas anticapitalistas.

Reminiscencias peligrosas

El “fascismo societal” que emergió a la luz pública en el asalto al Capitolio en EEUU y que se muestra en varios países replanteará en esta etapa los contenidos de la democracia liberal, que se evidencia cada vez más incompatible con las desigualdades crecientes que impone el modelo neoliberal. Plantea también grandes interrogantes con el ascenso de líderes autoritarios y conservadores en varios continentes.

Sin embargo sería un error centrar los análisis solo en las relaciones entre las potencias y dejar de lado las estructuras sociales y sus contradicciones. Las relaciones de clase y de la sociedad con la naturaleza, los nuevos contenidos del movimiento de mujeres y las minorías étnicas y sexuales tendrán mucho para proponer en este período.

La nueva década del 20 tiene por ahora más interrogantes que certezas. Reina la incertidumbre, pero no puede haber dudas, tiene que ser la década en que se combatan con dureza las desigualdades sociales.

*integrante del colectivo EDI –Economistas de Izquierda-

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