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El Grupo Cultural Afro Reggae de Brasil promueve la inclusión y la justicia social

Exorcizando la muerte

Fuentes: IPS

Es quizás la más perfecta traducción de destrucción creativa. La banda brasileña Afro Reggae, que precedió la presentación de los británicos Rolling Stones el sábado en Río de Janeiro e hizo bailar a un millón de personas en la playa de Copacabana, vio su nacimiento marcado por una masacre. El reconocimiento de la calidad musical […]

Es quizás la más perfecta traducción de destrucción creativa. La banda brasileña Afro Reggae, que precedió la presentación de los británicos Rolling Stones el sábado en Río de Janeiro e hizo bailar a un millón de personas en la playa de Copacabana, vio su nacimiento marcado por una masacre.

El reconocimiento de la calidad musical de Afro Reggae se reafirmó por la invitación a abrir el concierto del sábado y la nueva gira de la banda en los próximos días por Gran Bretaña, Austria e India, adonde llevarán su música percusiva, basada en los ritmos afroamericanos.

Además, Afro Reggae es tema de un filme documental que estuvo entre los 15 postulados para el Oscar, si bien no formó parte de los cinco finalistas, «Favela Rising», dirigido por los estadounidenses Jeff Zimbalist y Matt Mochary, dos admiradores del proyecto que consideran «una solución milagrosa» para la pobreza y la violencia.

La banda es parte de una acción más amplia, el Grupo Cultural Afro Reggae (GCAR), que define su misión como la de «promover la inclusión y la justicia social, usando arte, cultura afrobrasileña y educación como herramientas para crear puentes». Es hoy un conjunto de más de 60 proyectos sociales, sumando bandas infantiles, un núcleo de hip hop, actividades comunitarias y un grupo de percusión compuesto de policías.

Una preocupación constante es sacarle jóvenes al narcotráfico y evitar que otros adolescentes pobres sean atraídos por el crimen. La historia y las actividades del GCAR están descritas en el libro «De la favela para el mundo», escrita por José Junior, líder de la organización no gubernamental.

El GCAR nació en Vigario Geral, una favela (barrio pobre y hacinado) de Río de Janeiro, invadida en 1993 por unos treinta policías militares que dispararon sobre la población asesinando a 21 personas.

Las actividades del GCAR empezaron algunos meses antes de la masacre, pero ganó mayor repercusión y definición de sus objetivos después de ese incidente que traumatizó la ciudad y movilizó campañas en defensa de los derechos humanos de los pobladores de las favelas.

Afro Reggae es la parte más visible y estimulante de ese conjunto de acciones, pues combina el éxito musical con preocupaciones sociales. Dos discos lanzados en 2001 y el mes pasado y las presentaciones en vivo aseguran su presencia en el mundo del espectáculo.

La percusión es básica en la música de raíz africana, reflejando el estrecho vínculo entre pobreza, favelas y negros en Brasil. De la docena de miembros de la banda, cuatro son percusionistas, además de un baterista. Un guitarrista, un bajista, un DJ y cuatro voces completan el grupo.

Pese al nombre, la banda no se dedica exclusivamente al reggae. El rap (ritmo y poesía), el funk, el rock y variados ritmos afrobrasileños surgidos en Río de Janeiro, Bahía y otras partes del país hacen parte de su repertorio.

Las canciones compuestas o interpretadas por la banda hablan de la vida encarcelada, la violencia policial, la pobreza, la desigualdad social y la indignación de poblaciones marginadas. Eran más duras, reflejando la realidad local de las favelas, en el disco «Nova Cara» (Nueva cara) de 2001.

Los temas se ampliaron en el último, «Nenhum motivo explica a guerra» (Ningún motivo explica la guerra), que incluyeron composiciones de autores variados, como «Haití», de los célebres Caetano Veloso y Gilberto Gil, que compara la miseria haitiana a la brasileña y se actualizó por la presencia de tropas de este país sudamericano en la misión de paz de Naciones Unidas que intenta reordenar la vida en la nación caribeña.

Veloso fue uno de los «padrinos» de la banda en 1995, certificando su calidad musical y social y llevándola para acompañarlo en sus presentaciones internacionales.

Con el nuevo disco, Afro Reggae busca cumplir su misión de «construir puentes, promover el diálogo», explican sus músicos.

Uno de esos puentes se tendió con la presencia de miembros del GCAR en la formación de un grupo de percusionistas de la Policía Militar de Minas Gerais, un estado vecino de Río de Janeiro, en una acción sorprendente, pues el grupo nació bajo los balazos y la violencia policial contra los «favelados», pero refleja bien el espíritu del proyecto.

En la presentación del sábado, antes de los Rolling Stones, Afro Reggae buscó acercarse al público y a cierta universalidad, al interpretar temas del rock brasileño de los años 80 y, a su modo, la conocida «Imagine» del beatle John Lennon. (FIN/2006)