Santrich pasarà a la historia pero no como uno màs. Para muchos, los del el paìs del no y del resentimiento serà el bandido que despùes de negociar la paz en una mesa, entregar su arma y el oro que tenìa en su poder, fue grabado en un supuesto complot de conspiracion para delinquir (que […]
Santrich pasarà a la historia pero no como uno màs. Para muchos, los del el paìs del no y del resentimiento serà el bandido que despùes de negociar la paz en una mesa, entregar su arma y el oro que tenìa en su poder, fue grabado en un supuesto complot de conspiracion para delinquir (que dan por hecho). Para otros serà el mas inocente de los niños, que sin tener para què querìa enriquecerse sin sentido ni razòn lògica. Para los demas, los que son muchos màs, la gran mayorìa, incluidos uno que otro de los los que lo aborrecen en virtud de los sentimientos de venganza que no terminan de cerrarse, serà recordado como un revolucionario ìntegro, que despùes de salir de la guerra, tuvo que padecer en su cuerpo y en sus ideas, el oprobio y la humillacion del que parece estar predestinado para ser sacrificado, para aniquilar con èl un proposito de paz, en el que apenas era uno màs.
Con Santrich se han experimentado todas las agendas de la ley y la justicia, se han reinterpretado normas, convenios, tratados, especulaciones y paciencias y su caso ha servido para perfeccionar la obsesiva idea de unos pocos que necesitan una formula que justifique su negaciòn a respetar lo pactado y querer reeditar la guerra superada. El verdugo de Santrich ni es Marlon Marin, ni los gringos siquiera, es el partido del gobierno, el centro democratico del presidente Uribe, que pone sus decisiones y abyecciones en boca del propio gobierno que los emite y retrasmite. El delito del excombatiente santrich, no es de narcotrafico, es de pensamiento. Su delito fue haberse negado a ser «aconductado» y en cambio haber retado al poder hegemònico y mantener con firmeza su condicion de revolucionario, del que no cede en sus principios, ni considera ninguna lucha terminada.
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