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Fela Kuti. Músico, político radical y fugitivo

Fuentes: EncontrArte

¿Quién conoce a Fela Kuti? Al tratar de responder esta pregunta, una vez más, nos damos cuenta de la gran e incontrolable incidencia que Norteamérica y su cultura imperialista tiene tanto, dentro de nuestras culturas como en las de casi todo el planeta Tierra. Podemos darnos cuenta de que ésta es una de las millones […]

¿Quién conoce a Fela Kuti? Al tratar de responder esta pregunta, una vez más, nos damos cuenta de la gran e incontrolable incidencia que Norteamérica y su cultura imperialista tiene tanto, dentro de nuestras culturas como en las de casi todo el planeta Tierra. Podemos darnos cuenta de que ésta es una de las millones de voces que se han intentado hacer escuchar pero han sido silenciadas. ¿Qué es lo que se conoce sobre el talento del gentilicio africano, por ejemplo, o del de Oceanía, o el de Australia? No obstante, mucho sabemos acerca de Britney Spears, de Ricky Martin, de Madonna, de Paris Hilton…

Es en este punto que vemos cómo se aplican los instrumentos de control psicológico para mantener un centro imperial, un centro de poder. Una vez más, los medios de comunicación masivos vetan lo que no quieren que se conozca y dan rienda suelta sólo a la superficialidad y a la frivolidad que catapulta cualquier intento de profundidad de pensamiento, de descubrimiento, de utilización cerebral coherente e irreverente, más allá de la mercantilización del cuerpo, de los derechos humanos, de la ilusión o de los deseos.

 

Fela Kuti es un caso digno de reconocer y admirar. Aparte de ser un artista innato, un impresionante creador de música, productor, arreglista, inventor del ritmo Afro-beat, amante del sexo, músico multi-instrumentalista, caprichoso y aparentemente un megalómano de mal genio, fue un africano luchador por la justicia, por los derechos humanos, la paz y la igualdad de su tierra y de su gente; razones por las que se le consideró un hombre peligroso y rebelde, contrario al régimen fachista, y una permanente amenaza al capitalismo contemporáneo. Su música es de protesta, sus piezas subrayaban claramente los vicios de la sociedad poscolonial bufándose de los militares y del régimen dictatorial del que su país fue víctima por esos años. Las autoridades gubernamentales dejaban ver, constantemente y sin escatimar, muestras de su intolerancia y brutalidad encarcelándolo por cualquier motivo que hallaban conveniente: los delitos podían ir desde la tenencia de divisas a la posesión de marihuana, irrespeto a las autoridades, o a la moral y a las buenas costumbres.

Vivió una vida angustiante e intensa, siempre al margen de la «ley»; dedicada a lo que el creía era lo mejor y entregado a sus ideales y a sus amores. Asimismo murió Fela Kuti. El diario El País, publicó un artículo en su homenaje a 10 años de su muerte que comienza de la siguiente manera : «Tenía 59 años cuando dejó de respirar, el 2 de agosto de 1997, [en otros documentos se registra el 3 de Agosto] en la ciudad de Lagos. Su muerte fue sórdida: se negaba a reconocer la causa de sus dolencias («el sida es una enfermedad del hombre blanco») y sólo recurrió a tratamientos tradicionales. Testarudo, una de sus últimas canciones atacaba el uso higiénico del condón como contrario a la cultura africana. No veía relación entre su promiscuidad -llegó a tener 27 esposas- y el sarcoma de Kaposi que acabó con su vida. Sólo tras el entierro, que convocó a un millón de nigerianos, su hermano mayor hizo pública la naturaleza de su mal».

 

Fela Kuti llega al mundo en 1938 en Abeokuta, al Norte de Lagos, en Nigeria. Nace en el seno de una familia firme de clase media. Su madre, Funmilayo Ransome-Kuti, era una activista del feminismo y del movimiento independentista y anti-colonialista; mientras que su padre, el reverendo Israel Oludoton Ransome-Kuti, fue el primer presidente de la Unión de maestros nigerianos y un aficionado y talentoso pianista. Fela estuvo fuertemente influenciado por ambos padres durante su desarrollo personal, y a la temprana edad de 17 años, en 1954, asoma sus primeros rasgos melódicos al unirse a la banda The Cool Cats como voz principal. El estilo Highlife, es el que mandaba en la escena musical de Lagos en ese momento, y durante ese período, Kuti desarrolla un sonido propio e inusual al que el mismo describió como Highlife-jazz.

En 1958 Fela fue enviado a Londres por sus padres para que comenzara estudios de Medicina, pero cambia de planes radicalmente al notar que lo que realmente amaba era la música. Así que abandona la medicina y se dedica de lleno a su pasión. Se inscribe en el Trinity College of Music y casi, inmediatamente, forma una banda llamada «Koola Lobitos» que experimentaba con distintos estilos musicales. El Afro-beat fue un género musical inventado por Fela Kuti que sintetizaba la música del oeste de África con el jazz más clásico; era esencialmente una fusión entre jazz, funk y cantos tradicionales africanos. Se caracterizaba por tener una sección rítmica, un trabajo vocal y una estructura musical africana más el agregado de una sección de vientos proveniente del jazz y del funk. La nueva fusión estremece al mundo musical londinense y se hace habitual en las escenas de los clubes nocturnos de ese país.

 

Para el año 1961, Fela Kuti era bastante conocido dentro del mundillo artístico, pero la primogénita banda no dura mucho. Ese mismo año se casa con su primera esposa, Remilekun (Remi) Taylor, con quien tuvo tres hijos (Femi, Yeni y Sola). En 1963 regresa a Nigeria y retoma lo que en Londres había dejado pendiente. De esta manera, vuelve a formar la disuelta banda Koola Lobitos, mientras que comenzaba a trabajar como productor radial.

La nueva versión de Koola Lobitos estaba más influenciada por la música James Brown, con un estilo de canto parecido al de Geraldo Pina de Sierra Leona. Combinando esto con elementos del tradicional Highlife Nigeriano y el jazz, Fela experimenta este intenso ritmo híbrido ya conocido como Afro-beat, y, aprovecha la oportunidad, para hacer una dura crítica a las creaciones e interpretaciones africanas las cuales, el sentía, se habían convertido en una expresión de espaldas a las raíces musicales del África con el fin de emular las actuales tendencias de la música pop Norteaméricana.

En el 68 viaja a Estados Unidos con su banda y se establece en Los Angeles. Buscaba conocer nuevos acentos, nuevas cadencias… Una vez allí, sorprende con un nuevo ritmo al que llama Afro-beat, y comienza a resonar su singularidad. Durante todo ese año estuvo promocionando sus inusitados sonidos por gran parte del territorio estadounidense en un Tour de 10 meses de duración, donde se mezcla con los vaivenes del jazz negro norteamericano hasta el punto de dejarse penetrar por su ondulante intensidad.

Fue un año muy movido para Fela, tomando en cuenta, que fue el año en el que descubre al movimiento del Poder Negro y al Partido de las Panteras Negras que influencian radicalmente su composición musical y su visión política. Una amiga cercana, Sandra Isidore, lo introduce al mundo de los escritos y la política de Malcolm X, Eldridge Cleaver y otros defensores del Nacionalismo Negro y el Africanismo. Impresionado por las lecturas y los nuevas propuestas políticas, Fela sintió que revivía nuevamente dentro de la política, y decidió que hora de realizar algunos cambios en su vida por orden de prioridad. En primer lugar, el nombre de la banda Koola Lobitos debía transformarse, así que la rebautiza y la nombra Nigeria 70. En segundo lugar, su música, podía convertirse en una fuerza política mucho más explicita y crítica de lo que ya era, sumandole ahora la lucha contra la opresión de miles de hombres y mujeres atropellados y perseguidos alrededor del mundo.

La voz de Fela Kuti comienza a incomodar. Comentarios y declaraciones van calando los intereses capitalistas. Es así que, debido a su activismo, y a un «supuesto» desacuerdo con un promotor musical, la oficina de Servicios de Inmigración y Naturalización de Estados Unidos los acusa de trabajar sin permisos y comienzan los trámites de deportación.

 

Dándose cuenta de que en verdad el tiempo fue corto frente a todas las posibilidades que se presentaban ante él, Kuti y su banda reunieron algo de dinero para grabar algunas canciones nuevas en Los Ángeles. Esta producción vino a ser conocida como «Sesiones Los Angeles 69», las cuales fueron notables, un indicador de una maduración de sonido y una música ronca de propulsión que marca la carrera de Fela.

La combinación Afro-beat de estrepitosas secciones de vientos, voz antifonal, el rapeo «Piding» de Fela, (expresión anglo-africana callejera) y las guitarras, se filtraba todo envuelto por una ranura de fuego (en los primeros días impulsada por la banda del genial baterista Tony Allen), que podría durar casi hasta una hora. Fue un sonido embriagador. Una vez conectado, para Fela era imposible llegar a obtener lo suficiente.

Al regresar a Nigeria, en 1969, Fela fundó un «compuesto comunal» –cum-study– que fungía simultáneamente como estudio de grabación y ensayo, al que llamó Kalakuta Republic (República de Kalakuta). Además se reunían allí, activistas y revolucionarios que buscaban la independencia. También abre una fabulosa club nocturno en el Hotel Empire al que llama «El Santuario», y vuelve a cambiar el nombre de su banda a África 70 (y más tarde a Egipto 80). Fue durante este tiempo que se dejó su segundo nombre «Ransome» que, según había dicho, fue el nombre de un esclavo luchador, y tomó además el nombre de «Anikulapo» -que significa «el que lleva la muerte en su valija»-.

La «nueva» banda incluía el tradicional estilo que compone muchos cantantes y bailarines, numerosos saxofonistas, trompetistas, bateristas, percusionistas y, por supuesto, guitarristas, que mezclaban ritmos africanos y de jazz, con letras de protesta fuertemente politizadas. Su música fue polémica, tanto en su contenido argumental como en su estilo. Muchos la han llamado Afro-beat, y otros han preferido considerarla como Afro-jazz. Todas sus grabaciones condensaban pocos temas que, con frecuencia, tenían una duración de más de 30 minutos cada uno. Esta forma de tocar, la improvisación y la irreverencia con que se presentaba, producían lo que justamente el buscaba: la creación de una barrera que interfiriera en la aceptación comercial de su música, principalmente dentro de los Estados Unidos.

 

Tocando y grabando constantemente con un ritmo feroz, Fela y su banda se convirtieron en conocidos personajes en el África Occidental, no obstante, la base más grande de fans fueron los pobres de Nigeria, porque en su música se abordaban importantes cuestiones relacionadas con los hombres y mujeres nigerianos que sufrian regularmente los embistes de la realidad de ese país (concretamente, por un gobierno militar que se beneficiaba de la explotación política, el fachismo y la privación). Fela fue mucho más que una simple estrella musical. Como Bob Marley en Jamaica, Fela Kuti fue la voz de Nigeria que no tenía, hasta entonces, un rebelde grito cultural. Esto fue algo que la junta militar de Nigeria trató de cortar de raíz, y desde el momento en que regresó a Nigeria hasta su muerte, fue acosado, encarcelado, y hasta casi asesinado por un gobierno decidido a silenciarlo.

En la década del 70 decidió comenzar a cantar en inglés para que la nación africana -en donde se hablan multitud de idiomas-, pudiese comprender su mensaje visionario-político. Su popularidad creció y comenzó a padecer múltiples persecuciones oficiales a causa de sus pensamientos políticos. En 1974 la policía intentó involucrarlo en un asunto de drogas sembrandole marihuana en su ropa y en su lugar de trabajo. Fue encarcelado por ese motivo pero, cuando le hicieron el análisis fecal para detectar estupefacientes, logró darle a la policía las heces de otro detenido que no había consumido drogas y pudo así salir de prisión. La historia fue contada muchas veces y editó un disco en el que quedó grabado para siempre el popular tema Mierda Cara (Expensive Shit).

En 1977, Fela y África 70 lanzaron uno de sus discos más exitosos «Zombie», que contenía un ataque directo a los soldados nigerianos, utilizando el término Zombie para referirse metafóricamente a los singulares métodos del ejército. El disco fue tan exitoso que el gobierno emprendió diversos ataques en contra de la banda mediante redadas y ataques armados.

En uno de los más atroces actos de violencia cometidos en su contra, 1000 soldados nigerianos atacaron su Kalakuta Republic. Hubo violaciones y palizas. En esa oportunidad Fela sufrió una fractura de cráneo, así como de otros huesos del cuerpo, y su madre, de 82 años de edad, fue arrojada desde una ventana del segundo piso, causándole graves lesiones que más tarde resultaron fatales. Los soldados incendiaron todo el recinto e impidieron que los bomberos accedieran al área. El estudio de grabación de Fela, todas las cintas originales y los instrumentos musicales fueron destruidos.

 

Después de esta terrible circunstancia, Fela vive brevemente en el exilio, en Ghana y regresa a Nigeria a finales de 1978. Ese fue el año en el que Fela se casa con 27 mujeres, muchas de ellas cantantes y bailarinas, conmemorando el aniversario del ataque a Kalakuta Republic, y el mismo que estuvo asimismo marcado por dos conciertos memorables, el primero en Accra, en el cual una redada irrumpió durante el espectáculo en el momento en que Fela Kuti tocaba «Zombie» y fue expulsado de Ghana, y el segundo, en el Festival de Jazz de Berlín tras el cual fue abandonado por todos sus músicos por rumores que decían que Fela usaría el dinero recaudado para iniciar su campaña electoral con miras a las elecciones presidenciales en Nigeria.

Es notable la actitud de Fela Kuti hacia las mujeres y el sexo. Si tomamos en cuenta que Kuti fue lo que se llama un hombre progresista en relación con los derechos humanos, la política y la justicia, no lo fue tanto en lo que se refiere a las relaciones con las mujeres o el patriarcado en general (el hecho es que fue sexual en extremo), lo cual es irónico si recordamos que su madre fue una de las primeras nigerianas feministas a favor de las constantes opresiones y maltratos que tienen que enfrentan las mujeres africanas.

Poco después de aquellos inolvidables conciertos formó su propio partido político, al cual llamó RP – «Movimiento del pueblo», y en 1979, se postula para presidente en las primeras elecciones democráticas de Nigeria en más de una década, pero su candidatura fue rechazada. Entre 1980 y 1983, Nigeria se encontraba bajo un régimen de gobierno civil, en un período relativamente pacífico el cual le brinda a Fela la oportunidad de grabar, crear y realizar giras sin parar por todo su país. Es por esos tiempos que vuelve a re-bautizar su banda y la llama ahora Egypt 80.

En 1983 se postula nuevamente para presidente pero los militares retoman el poder y otra vez comienza a sufrir de persecuciones policiales. Esta vez fue encarcelado bajo el cargo de contrabando de moneda y fue condenado a 5 años de prisión. Tras 20 meses de encarcelamiento fue liberado cuando cambió el gobierno, apoyado por las gestiones de Amnistía Internacional en 1985. Luego en 1986, Fela se divorció de 20 de sus esposas y, ese mismo año, actuó en el estadio de los «Gigantes de Nueva Jersey» en el marco de los conciertos de Amnistía Internacional compartiendo el escenario con Bono, Carlos Santana y The Neville Brothers. Después, en 1989, lanzó el disco «Bestias sin nación» en el que atacó duramente a Margaret Tatcher, Ronald Reagan y al gobierno militar de Nigeria.

 

 

En la década del 90 su actividad fue inusualmente tranquila, lo que puede haber tenido algo que ver con lo mal que se comenzó a sentir por esa época. Su creación empezó mermar y dejó de lanzar discos. Una ola de rumores sobre su posible enfermedad y su negación a ser tratado inundó a los medios nigerianos. Aunque muy poca música nueva apareció, sí lo hizo una gran serie de re-ediciones que no se había visto jamás. La sede de Stern en Londres, volvió a publicar algunos de sus registros (incluida la «sesión de Los Angeles 69), muchas otras casas de Estados Unidos, como la Universal, de Europa y de Africa tambien lo hicieron, y las obras de este notable músico volvieron a llenar miles de cajas de CD.

El 2 de agosto de 1997 fue anunciada su muerte en Lagos, Nigeria. Tiempo más tarde, se difundió que había muerto de un ataque al corazón causado por su infección con el Virus de la Inmunodeficiencia Humana VIH, aunque sus seguidores todavía declaman que murió por los reiterados ataques que sufrió por parte del gobierno de Nigeria a lo largo de 20 años de activismo político en pos de una África socialista y libre.

Su hermano, Olikoye Ransome Kuti, dijo en una conferencia de prensa: «La causa inmediata de la muerte de Fela fue una insuficiencia cardíaca, pero hubo también muchas otras complicaciones derivadas del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida».

Por otra parte, un comunicado de prensa del Frente Democrático Unido de Nigeria en el momento de la muerte de Fela señaló: «Aquellos que como Ud. sabían que así se insiste en que no podría compromiso con el mal que había luchado toda su vida. Aunque se hizo débil por el tiempo y el destino, usted se mantuvo firme en la voluntad y nunca abandonó su meta de un referéndum libre, democrático y socialista de África».

Fue enterrado enfrente de su casa en Ikeja el 12 de agosto de 1997. Durante el entierro, su hijo Femi tocó un solo de saxofón en su homenaje.

Durante su vida tuvo que declarar 356 veces frente a un tribunal de justicia y fue detenido y encarcelado por la policía 4 veces. Pero, aunque miles de africanos y muchas personas de otros continintes lo conocian y apoyaban, Fela merecía algo más que solidaridad. Su Afro-beat fue siempre arrebatador: un espeso potaje de funk, jazz y ritmos nigerianos, base para excitantes descubrimientos, donde el mismo tocaba teclados y saxos, aparte de cantar en Pidgin, -el inglés de la calle-, o en Yoruba, una de las lenguas nigerianas. En la música no aceptaba compromisos. Ajeno a la idea occidental de la canción breve para la radio, editaba elepés con un tema por cada cara, que podían durar, como ya mencionamos, hasta 30 minutos. Cuando Motown quiso contratar sus servicios, se negó a considerar la idea de recortar su música. Típicamente, rechazó firmar -le pagaban un adelanto de un millón de dólares- con un poderoso sello estadounidense, tras consultar con un hechicero.

 

Estilísticamente hablando, la música de Fela no cambió mucho durante su vida, y mucho de lo que se registró en los últimos tiempos, aunque buena, no fue tan abrasadora como algunas de las sorprendentes creaciones musicales que hizo en los años 70. Sin embargo, cuando un registro de Fela es escuchado, siempre es tomado como un producto de alto valor creativo, como una cadencia notable que, hoy en día, está en el legado musical que vive en el talento de su hijo, Femi Kuti.

La música de Fela Kuti, a pesar de que ha transcurrido ya once años desde su muerte, sigue siendo un territorio inmenso por explorar: aún hoy en día miles de adeptos se suman a las filas de los «Felas». En varias regiones del mundo existen organizaciones de Felamaníacos quienes coordinan actividades en torno al género musical Afro-beat, como fiestas «Fela», conciertos, homenajes, etc.

Fuente: http://encontrarte.aporrea.org/142/creadores/a12545.html