Finalizada la II guerra mundial se inicia un periodo histórico-mundial de fortalecimiento y expansión del capitalismo triunfante en la parte más desarrollada industrial y tecnológica del planeta: En el Noratlántico europeo-norteamericano, en el Japón reindustrializado y en centro de Europa destruido por la conflagración. Todo, en un clima de pre guerra contra el comunismo (de cualquier versión) que también emergió triunfante de esta guerra como reto serio, definitivo y alternativo o superador dialéctico del capitalismo. Era la guerra fría, concebida como una etapa más de una guerra geopolítica más basta y larga contra el totalitarismo colectivista, mientras que en la periferia global subdesarrollada y en disputa, se imponía la transformación y reordenamiento institucional del Estado capitalista atrasado y dependiente, posible objetivo del comunismo, para inmunizarlo contra esta posibilidad: Era el anticomunismo como ideología central de todo el proceso, que señalaba a los partidarios del socialismo (también de cualquier versión) como “enemigos internos de la sociedad” que debían ser derrotados todas las maneras.
En el periodo de entreguerras mundiales (1917-1939) en la atrasada y dependiente periferia capitalista latinoamericana, existían varios dictadores militares sacados de la vieja tradición de gamonales militares que gobernaron con el terror de cuadrillas de matones adictas, usados contra sus conciudadanos, especialmente si eran de oposición o sospechosos de tener ideas de reivindicación social o socializantes. Chafarotes militares manipulados ampliamente en sus países respectivos por los militares y políticos estadounidenses en sus propósitos geopolíticos de dominación de la región. Era la primera oleada de dictaduras terroristas de Porfirio Díaz en México, Juan Vicente Gómez en Venezuela, Uriburu y la junta militar en Argentina, de Getulio Vargas en Brasil, Trujillo en la república dominicana, Jorge Ubico en Guatemala, Tiburcio Carías en Honduras, los Somoza en Nicaragua. Eran “nuestros hijueputas” al decir de Nixon: La carne trémula y en descomposición, del personaje literario “modelo” del dictador de tierra caliente de Valle Inclán, García Márquez, Roa Bastos, Asturias, Vargas Llosa, Carpentier, entre los más conocidos.
Pero es, después del fin de la II guerra mundial, cuando se impone una segunda oleada de dictaduras de otro tipo: Dictaduras contrainsurgentes ya francamente anticomunistas, con el objetivo de reordenar y reorganizar Todo el Estado, que es prácticamente entregado a una máquina de coacción militar, dotada de armas e ideas por el militarismo imperialista estadounidense, para que, mediante el llamado “consenso hegemónico”, se encargará de adelantar el disciplinamiento y la guerra social contra el enemigo interno comunista en cada uno de sus países, y de esta manera se pudiera desarrollar el capitalismo depredador de esta nueva fase: hacer compatible la política con el desarrollo económico. El Mercado con el Estado. Entonces, empiezan a asolar el escenario latinoamericano las dictaduras terroristas de la segunda mitad del Siglo XX.
Veamos:
En 1946 se inicia como modelo en Colombia (Colombia siempre ha sido el “modelo”) las dictaduras falangistas conservadoras y abiertamente anticomunistas de Ospina Pérez y Laureano Gómez, que organizan la conferencia Panamericana de Bogotá de 1948 (comienzo de la OEA) y, a su vez, origen de la ejecución por parte de los servicios secretos estadounidense del líder popular de izquierda Jorge Eliecer Gaitán el 9 de abril de 1948, que da paso al conocido “Bogotazo” y, a la cacería de sus seguidores llamados despectivamente “nueveabrileños” y comunistas. Cacería a muerte, que se transforma en la guerra civil de la llamada violencia bipartidista de Colombia, con la que se lleva el capitalismo moderno al campo colombiano, y en 1953, abre el camino a la dictadura militar anticomunista del generalísimo Rojas Pinilla (quien se llamaba a sí mismo “Gurropin”). Derrocado este en 1957, se continua el Estado plebiscitario del estado sitio permanente de la dictadura del partido único del Frente Nacional liberal-conservador, creado en Colombia en 1957, por el pacto de Sitges, España, entre el exdictador falangista de 7 años atrás mediante el pacto personal entre Laureano Gómez, con el ex secretario de la OEA Lleras Camargo, que como reacción da comienzo a las guerrillas de resistencia comunistas, camilistas y maoístas, hasta el día de hoy, constituyendo el llamado “conflicto histórico social y armado de Colombia”.
Para una mayor ampliación del significado del “Estado plebiscitario” del estado de sitio permanente creado en Colombia en 1957 por el pacto de Sitges, España, favor ir al siguiente enlace https://rebelion.org/docs/262225.pdf
En 1950, se reinstala en Nicaragua al célebre «Tachito» Somoza con su sanguinaria guardia pretoriana de paramilitares; seguido en 1952 por la colocación en el poder de las bien conocidas dictaduras militares de agentes de la CIA con sus matones y “tonton macoutes”: Batista en Cuba, Pérez Jiménez en Venezuela y Duvalier en Haití. Dos años más tarde (1954) se derroca en un sangriento putsch invasivo, ejecutado directamente por el ejército estadounidense, al socializante Jacobo Árbenz en Guatemala y se instala el terror del coronel Castillo Armas. Ese mismo año, también se pone al general nazi Stroessner en Paraguay, quien instaurará una dictadura de 35 años de duración.
Cuatro años después de sucedida la Revolución Cubana, en 1964, se da un cambio de calidad en el modelo dictatorial latinoamericano, durante lo que pudiéramos llamar la tercera ola dictatorial latinoamericana, iniciada en Brasil, con lo que sería el modelo general de las dictaduras terroristas de la Seguridad Nacional. Modelo expandido por toda Nuestramérica a partir de la dictadura de 20 años de Castelo Branco, Costa Silva, Garrastazu, Geisel y Figueiredo. En 1968, mediante un putsch palaciego sube en el Perú el general Velasco Alvarado en Perú, quien es seguido en Bolivia por el sanguinario general Banzer (1971), por el mayor Rodríguez Lara en 1972 el Ecuador, y, por la feroz dictadura uruguaya de 12 años de duración iniciada en 1973 por Bordaberry, Demichelli, Aparicio Méndez y Álvarez.
Modelo replicado unos meses más tarde, aquel fatídico 11 de septiembre del 73, en Santiago de Chile que derrocó a Allende y colocó en su remplazo a su jefe militar encargado de la defensa constitucional, el simulador nazi Pinochet, quien establece “manu militari” el neoliberalismo depredador en Nuestramérica. A su vez, en 1976, se instala en la Argentina la implacable e inhumana dictadura militar de 7 años de Videla, Viola Galtieri y Bignone, que, es derrocada por un gran movimiento de masas en 1985, dando a la opinión pública internacional la falsa impresión, de que se había concluido el ciclo de los tan repudiables regímenes fascistas instaurados por el Imperialismo y sus agencias de inteligencia.
Sin embargo, la realidad era muy otra: Al finalizar 1989 vendrá en el centro desarrollado del Noratlántico la caída del muro de Berlín, con el proclamado triunfo neoliberal definitivo a nivel global y fin de la Historia; seguido por una aceleración vertiginosa de la última revolución tecnológica digital, informática y robótica, que hizo instantánea la movilidad, por todo el globo terráqueo, del capital financiero depredador, el aparecimiento de mafias y roscas neoliberales en la instrumentalización del Poder global-nacional, con su perfeccionamiento institucional ajustado y reorganizado para el mercado, a la acumulación de capital por el despojo de millones y a la depredación territorial y minera contemporánea.
Surgen también y se desarrollan potencias post comunistas como Rusia y China, así como otras potencias de mediano desarrollo como India, Pakistán, Turquía, Irán, Corea, y países del Sur pacifico, que han entrado disputar a la tríada imperialista (USA-Europa-Japón) la hegemonía unilateral única y su geopolítica de control territorial exclusivo, forzando al sistema global del imperialismo defender sus patios traseros.
En el 2009, veinte años después de la caída del muro y del fin de la historia, se anuncia públicamente una profunda y grave crisis financiera, que se ha prolongado peligrosamente hasta el día de hoy. Se da también como hecho social y político global el desmonte del Estado del bienestar en el centro capitalista desarrollado, acompañado del desplome del “centrismo social-demócrata, social-cristiano y liberal”, y basado en la última tecnología cibernética, el resurgimiento de partidos parlamentarios xenófobos y neonazis dentro de la llamada democracia burguesa, o “fascismo con rostro humano y democrático”, que sería mejor caracterizarlo como un neo fascismo lumpen-burgués y xenofóbico, como el que ha empezado a ganar actualmente las elecciones en la Unión Europea. Y se da también, el triunfo definitivo de la globalización neoliberal con sus secuelas de pulverización de la clase obrera, de sus partidos de clase incapaces en su miseria ideológica de presentar no ya un proyecto “alternativo” sino abiertamente sustituto.
Crisis económica global de larga duración, a la que se le vienen a sumar otras varias crisis deletéreas, que se suman en una verdadera multicrisis global de carácter civilizatorio: la dramática crisis medioambiental, la crisis sanitaria, la crisis migratoria y demográfica, la crisis por la hegemonía global y la crisis militar, con sus posibilidades de una catástrofe nuclear, que ensombrecen aún más el futuro de la humanidad.
Siguiendo la secuencia o continuum establecido por Gramsci durante el establecimiento del fascismo europeo, confirmado por la ciencia social moderna: De crisis económico social profunda seguida por una crisis de hegemonía imperialista, guerra por el reparto del mundo, ascenso de masas revolucionarios y reacción contrarrevolucionaria de carácter fascista.
Podemos visualizar actualmente en Nuestramérica que, nos encontramos en una verdadera contraofensiva del hegemón imperialista en declive, quien ante el apremio global ha optado por hacerse fuerte en lo que considera su patio trasero natural, dominado y explotado sin ninguna dificultad desde 1822 (hace 202 años), cuando impuso a sangre y fuego la famosa doctrina Monroe. Y ha recurrido a otro avance cualitativo de sus intervenciones en el extranjero, actualizándolas con la última tecnología para la dominación social: “Los golpes blandos fascistas” de cuarta generación, ejecutados como nueva modalidad maquillada de los anteriores atroces y aborrecibles golpes militares, con la destitución judicial (impeachment) de presidentes incómodos por sus veleidades socialistas y su reemplazo por algún corrupto sirviente local del capital financiero global.
Enumeraremos los más sobresalientes:
En 2002 en Venezuela contra el gran Bolivariano y antiimperialista Hugo Chávez por el conocido agente Pedro Carmona.
En 2004 en Haití contra el electo presidente Aristide secuestrado por un comando de fuerzas especiales estadounidenses con el apoyo de Francia, sumiendo a ese país en un caos social irrecuperable hasta hoy.
En 2009 en Honduras contra el presidente Zelaya.
En 20012 en Paraguay contra Fernando Lugo destituido por el congreso. En 2016 en Brasil contra la presidenta Dilma Rousseff, destituida por el congreso, que subió en su reemplazo al corrompido Temer, para abrirle el paso al fascista Bolsonaro.
En 2019 en Bolivia contra el presidente Evo Morales.
En 2021, nuevamente en Haití, un comando paramilitar colombiano ejecuta al presidente Juvenel Moïse como una contribución al caos social y político reinante allí desde hace décadas.
En 2022 en Perú es destituido por el Congreso el presidente Pedro Castillo.
Y en 2022, en Argentina, es condenada la vicepresidenta y ex mandataria Cristina Fernández de Kirchner a la pena de seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ocupar cargos públicos por corrupción mientras se desempeñaba como presidenta de Argentina, de 2007 a 2015.
Y para finalizar este tortuoso recorrido, hoy septiembre de 2024, debemos señalar el golpe “cyber fascista” sangriento e incendiario, que a raíz de las elecciones presidenciales en la república bolivariana de Venezuela, este 28 de julio/24, ha intentado dar el Imperialismo aupando a sus leales agentes y servidores interiores contra insurgentes Machado y González Urrutia, como a gobernantes de países lacayos latinoamericanos aupados por el secretario de la OEA Almagro, quienes basados en la última tecnología cibernética y robótica de las redes sociales, lograron conformar un peligroso grupo de lúmpenes y desclasados, que al estilo de los camisas pardas hitlerianas, durante varios días llenaron de terror y llamas hospitales, escuelas, plazuelas y calles pacíficas de varias ciudades en la Venezuela, cuyo pueblo viene siendo asediado por mil sanciones económicas y financieras impuestas por el gobierno de los EEUU, desde el año 2005, por haberse declarador seguidores del pensamiento de Simón Bolívar. No en vano han pasado 200 años de historia.
Con todo esto, ya no es fácil creer que la Historia humana ha llegado a su fin como lo proclamó en 1990 el profeta imperial Fukuyama o, que el nazi fascismo haya sido derrotado por la libertad demoliberal.
Por el contrario, lo que se impone a quienes están del lado correcto la historia, es decir de su avance hacia la emancipación humana; es continuar leyendo a los clásicos de la tradición marxista y de la ciencia política más recientes, quienes han profundizado en el estudio del fenómeno nazi fascista, con el fin de aclararse en la teoría y en la práctica, cuál es la diferencia o similitud entre: Régimen de excepción. Dictadura. Bonapartismo. Autoritarismo. Totalitarismo, y fascismo propiamente dicho, y cuál es la relación íntima y profunda que se puede ver en nuestra historia reciente entre:
Imperialismo, Fascismo y Contrainsurgencia, conceptos que son diferentes cada uno, pero que forman en Nuestramérica un Todo histórico social y político práctico.
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