El incestuoso maridaje entre dinero y política ha posibilitado la emergencia de la actual crisis de legitimidad, siendo un signo de esta crisis la profundización de la desafección política que se ha expresado de diversas maneras; sea como abstencionismo electoral o como diacronía entre los partidos políticos del duopolio y la ciudadanía, siendo una expresión […]
El incestuoso maridaje entre dinero y política ha posibilitado la emergencia de la actual crisis de legitimidad, siendo un signo de esta crisis la profundización de la desafección política que se ha expresado de diversas maneras; sea como abstencionismo electoral o como diacronía entre los partidos políticos del duopolio y la ciudadanía, siendo una expresión de dicha diacronía el difícil retorno de Lagos como candidato presidencial a pesar de la adhesión transversal que ha generado en diversos personeros del duopolio, en el nombre de la añorada y extraviada gobernabilidad en los vertiginosos tiempos de la politización social. Es en este contexto, de politización social y desafección política institucional con respecto al sistema de partidos en general (con su lógica binominal y sus mediocres consensos, que han permitido la permanencia de la herencia dictatorial en el ordenamiento institucional), en el que se presenta un escenario de oportunidades para las fuerzas emergentes y el conjunto de la izquierda balcanizada.
Dicho escenario se encuentra condicionado por ineludibles desafíos tácticos que viabilicen una alternativa con proyección de poder institucional, a saber: El Frente amplio no por casualidad se encuentra en conformación en el marco de un contexto electoral, los resultados de las próximas elecciones darán luces en torno a la posibilidad de contención de la estrategia de restauración conservadora encabezada por el duopolio, profundizando la apertura de un nuevo ciclo político mediante la irrupción de una representación institucional del hastío social que permita instalar la emergencia de una nueva fuerza electoral. En este año, por lo tanto, sería un error creer que las discusiones del FA no deban tener un acento en lo electoral. Un error más grave aún sería creer que el FA es sólo una estrategia electoralista, o creer que por medio de las opiniones, columnas o reportajes que emergen en los medios de comunicación, en el FA no existen visiones con proyección estratégica. Vale en este caso la distinción entre forma y apariencia, es válida la metáfora de un árbol que, por su cercanía, nos impide la visión de un bosque. Es necesario también aclarar que señalar la importancia de los desafíos electorales no debe suponer que el frente amplio deba convertirse en una máquina electoral.
Muy por el contrario, los objetivos actualmente en discusión en el FA son gigantes y no son viables si se es solamente electoralmente eficiente. Llevar a cabo cambios estructurales que dejen atrás al modelo neoliberal supone el concurso de amplias masas en dicha tarea, por lo tanto, el desafío a largo plazo del FA es darle proyección política a la conflictividad social, que es donde se incuba la repolitización. Esa proyección no supone una lógica paternalista, si no más bien, de bacificación o enraizamiento social profundo y no performático, al estilo de «ofertón» electoral. Es un enraizamiento para fortalecer las luchas económicas, políticas, sociales y culturales de nuestra clase en su amplia expresión, buscando recuperar lo común en los espacios cotidianos de sociabilidad barrial. Esa proyección política de la conflictividad social supone a su vez un proceso de fortalecimiento del territorio como espacio soberano-popular de tejido social. Es en este desafío en donde es necesaria la confluencia estratégica, al interior del Frente Amplio, de aquellas fuerzas que fijan su horizonte a largo plazo para el cambio estructural de Chile. El camino por delante es largo, la construcción de un proyecto político para nuestro país, que deje atrás la sociedad de mercado, supone complejos procesos de politización (ya en curso) que cuestionen la centralidad del mercado en la cotidianeidad de nuestras vidas, lo que es inviable sin cuestionar la existencia del individuo-nómada.
Ya que, de lo que estamos hablando, es de la emergencia de una fuerza social y política en las condiciones que impone el Chile neoliberal, en este camino la creatividad y capacidad de dotar al frente amplio de una perspectiva estratégica es una tarea ineludible. En este largo proceso no hay atajos posibles, pero tampoco hay lugar para pasos de tortuga: el futuro es hoy.
Francisco Plaza Mella / Centro de Fortalecimiento Sindical Rodrigo Cisternas / www.centrosindical.cl
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