La Sociedad de Fomento Fabril (SOFOFA) redobla su campaña contra la reforma laboral. En una reciente reunión, discutió sobre su estrategia, calificando como un fracaso lo obrado hasta ahora. Agregaron que no se siente el ruido de la oposición, lo que deja solos a los empresarios en el rechazo. Se trata de un engaño. […]
La Sociedad de Fomento Fabril (SOFOFA) redobla su campaña contra la reforma laboral. En una reciente reunión, discutió sobre su estrategia, calificando como un fracaso lo obrado hasta ahora. Agregaron que no se siente el ruido de la oposición, lo que deja solos a los empresarios en el rechazo. Se trata de un engaño.
La SOFOFA a la ofensiva
Las indicaciones los tienen descontentos. Confiaban en que mediante las indicaciones se licuaría completamente la reforma laboral. Un imposible. Como informamos en La Izquierda Diario aquíy aquí, el Gobierno optó por un juego de equilibrios que, como en todo, genera y aumenta el descontento por derecha y por izquierda a la vez.
Están en estado de asamblea, impulsando campañas mediáticas, un frente antireforma. Ahora, han decidido redoblar su ofensiva. En este sentido, nuevas declaraciones altisonantes se suman, como que sigue siendo «una mala reforma laboral, le hace mal al país». Y casi como un chiste agregan que «somos gente que está con los trabajadores».
Pasando a cosas serias, este lunes realizaron un consejo extraordinario. Allí dieron cuenta de lo que consideran una derrota de su estrategia de oposición. Discutieron entonces si seguir subiendo el tono de sus críticas o no. Finalmente, habrían acordado mantener la estrategia instalada. Pero, dando un paso defensivo: explicando que no están atrincherados y que no son críticas «ideológicas», sino «sustentadas» técnicamente.
Lo cierto es que las indicaciones generaron rechazos también entre las organizaciones sindicales, por abrir espacio al reemplazo interno (con la polifuncionalidad y redistribución administrativa de las tareas), por poner límites al derecho a huelga efectivo (con votación secreta en cualquier momento para levantarla), por el estatuto especial para las Micro y Pequeñas Empresas- Mipes (elevando el quórum para formar sindicatos), por no mencionar lo directamente rechazado como la negociación por rama.
¿Por qué entonces el ánimo de derrota? Porque iban por todo, por licuar completamente la reforma, pretendiendo reponer las discusiones de los ’90, como adaptabilidad, productividad y empleo.
El voladero de luces
Plantearon un elemento adicional. Llamaron la atención a la oposición, es decir, a la derecha, por no hacer el ruido necesario. Y que el resultado de esto, es que deja sola a la SOFOFA como férrea opositora al proyecto.
Es un engaño, un voladero de luces para confundir. Todas las asociaciones empresariales, como la CPC, CChC, ASECH, Conapyme, Asimet, SNA, Sonami, se han pronunciado en contra, y organizado para oponerse. Senadores de la derecha junto a senadores de la Nueva Mayoría acordaron ya la presentación conjunta de un estatuto especial para las Mipes. Las restricciones al derecho a huelga fueron planteadas también por senadores de la Nueva Mayoría. La derecha hizo más que ruido: votó todo en contra, lanzó videos en contra. Con sus medios de prensa tienen una campaña en radios y diarios sistemática contra la reforma.
Es decir, hay en marcha un verdadero frente antisindical que incluye a todos los empresarios, la derecha, sus medios de comunicación y sectores transversales de la Nueva Mayoría (DC, PS, PPD).
Del lado contrario, la CUT presidida por el PC de Bárbara Figueroa junto al PS Arturo Martínez y el DC Nolberto Díaz, cierran los ojos, apuestan al lobby parlamentario y mantienen desmovilizados a los trabajadores, llevándolos a un callejón sin salida y una política de hechos consumados.
El juego de equilibrios es imposible, y todo el largo debate legislativo, mostró la intransigencia de un empresariado, la defensa de sus intereses de la derecha (sin condiciones) y de la Nueva Mayoría (con regulaciones), el rol apaciguador de las dirigencias sindicales oficiales, que alimentan las tendencias a los choques entre las clases. Las negociaciones por rama de hecho (como los portuarios), los métodos combativos (como los contratistas de la minería), los ánimos antiburocráticos (como los profesores), muestran en forma intermitente y dispersa tendencias que pueden generalizarse y escalar.
http://www.laizquierdadiario.com/Frente-anti-sindical-en-reforma-laboral