Desde que el gobierno colombiano masacró en territorio ecuatoriano a Raúl Reyes, a 18 guerrilleros colombianos y a cuatro estudiantes mexicanos, las autoridades de Colombia, en complicidad con el diario El Tiempo, han difundido obsesivamente unas fotografías en las que aparecen líderes latinoamericanos, non gratos para ellos, reunidos con el portavoz de las Fuerzas Armadas […]
Desde que el gobierno colombiano masacró en territorio ecuatoriano a Raúl Reyes, a 18 guerrilleros colombianos y a cuatro estudiantes mexicanos, las autoridades de Colombia, en complicidad con el diario El Tiempo, han difundido obsesivamente unas fotografías en las que aparecen líderes latinoamericanos, non gratos para ellos, reunidos con el portavoz de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Raúl Reyes.
Según el gobierno colombiano, la información y las fotos halladas en el computador de Reyes, demuestran las relaciones que mantienen las FARC con distintos gobiernos, en especial con los de Venezuela y Ecuador. Es decir, todo aquel que se haya comunicado o reunido con Reyes es colaborador de las FARC, y por lo tanto, colaborador del terrorismo.
Si se sigue esa lógica, el ministro de Defensa del presidente Álvaro Uribe también es cómplice de las FARC. En octubre de 1997, Juan Manuel Santos se reunió cara a cara con Raúl Reyes en Costa Rica.
En aquel momento, Santos era el candidato presidencial del Partido Liberal y una de sus propuestas centrales era establecer un plan de paz con la guerrilla y grupos paramilitares, pero sólo si el presidente Samper renunciaba a su cargo.
Apenas Santo se encontró con el portavoz de las FARC le dijo desafiante: «Señor Reyes, represento todo lo que ustedes atacan: la oligarquía, El Tiempo y el Partido Liberal». Once años y medio después fue Santos quien mandaba matar a Reyes en territorio ecuatoriano mientras dormía.
Hoy, como ministro de Álvaro Uribe, su propuesta es liquidar militarmente a las FARC y acusar de cómplices del terrorismo a todos aquellos que mantengan o hayan mantenido contactos con esta guerrilla colombiana.
El último intento por involucrar a mandatarios que rechazan su política guerrerista ocurrió el pasado lunes, cuando el diario El Tiempo, propiedad de la familia Santos, publicó unas fotos en las que aparecía Reyes conversando en medio de la selva con un hombre, que según ellos, era el Ministro de Seguridad del Ecuador, Gustavo Larrea. Esas mismas fotos la repartieron en la reunión de cancilleres de la OEA como «prueba» de los supuestos nexos entre el gobierno ecuatoriano y las FARC.
Posteriormente se supo que no era el ministro ecuatoriano, Gustavo Larrea, el que estaba sentado junto a Reyes, sino Patricio Etchegaray, un dirigente comunista argentino. Pero, ¿qué hubiera pasado si era auténtica esa foto?, ¿si realmente Larrea se reunió con Reyes?, ¿hubiera sido la prueba de la implicación del gobierno ecuatoriano con la guerrilla? ¿pedirían enjuiciar en un tribunal internacional al ministro por implicación con el terrorismo? ¿van a enjuiciar y perseguir a todos los que hayan mantenido algún contacto con las FARC?
Si es así, también habrá que enjuiciar al ministro de Defensa colombiano Juan Manuel Santos, a los líderes del Partido Popular español y a funcionarios estadounidenses, porque ellos también mantuvieron contactos y se entrevistaron con Raúl Reyes y otros delegados de las FARC.