En Colombia, la vida y la dignidad se tejen no sólo sin el favor del Estado sino también y por sobre todo por sobre éste. Una asombrosa filigrana de millares y millares de creadores que laboran en las condiciones más adversas realizan el milagro cotidiano de hacer mucho con muy poco. Así se fragua el espíritu que más temprano que tarde alimentará el proceso de recreación de una cultura diversa, largo tiempo castigada por la imposición violenta y astuta de formas de percibir, desear y valorar que resultan funcionales a la dominación de los devastadores imperios que se han sobrepuesto en el control de un territorio y unos pueblos indomables.
Patricia Ariza forma parte de estas columnas que Martí llamara las del «amor sin tregua». Desde su cálido espacio de la Sala Seki Sano, esta hermosa artista nacida en tierras guanes y criada en territorio muisca alienta, persuade, entusiasma y organiza con su pequeño equipo un espacio artístico bienal que defiende con fiereza las expresiones alternativas a la cultura oficial, esa misma que, cuando no está reducida a ser grosera propaganda, no se atreve, por temor a perder sus privilegios, a cantar las verdades que pudieran incomodar al régimen mafioso que usurpó el aparato estatal de Colombia.
En la sala Seki Sano entrevistamos a Patricia Ariza en torno a la novena versión del Festival Alternativo de Teatro, espacio artístico y de encuentro que les permite a grupos de diversas nacionalidades y geografías de Colombia compartir sus creaciones, comunicarse entre sí y cooperar.
¿Cuándo y dónde va a tener lugar el Festival Alternativo de Teatro?
El Festival Alternativo de Teatro, en su novena versión, va a acontecer en Bogotá desde el 27 de marzo, que es el Día Internacional del Teatro, hasta el 10 de abril. Sucederá en diversas salas de la ciudad, salas institucionales y alternativas, en las calles y en las plazas de mercado. También se ofrecerán talleres sobre las nuevas tendencias en el teatro contemporáneo, y se abrirán seminarios y debates sobre diversas dimensiones del teatro. Se abordarán también deliberaciones sobre el estado del teatro colombiano, y el compromiso de los artistas y los intelectuales en el momento que estamos viviendo.
El Festival Alternativo de Teatro es una afirmación del teatro colombiano, un reconocimiento al teatro de las regiones, a la dramaturgia nacional e igualmente a la existencia de un movimiento teatral nacional en el que creemos profundamente.
¿Qué grupos están confirmados para el Festival?
Hay muchos grupos confirmados, de España, Italia, Ecuador, Perú, Venezuela y Brasil, entre otros países. Son grupos alternativos, y también vienen otros de casi todas las regiones de Colombia. Hay tres sectores que participan: grupos internacionales, grupos de las regiones de Colombia y grupos de Bogotá.
Esta vez, la participación es un poco menor que en ediciones anteriores porque hubo un recorte en el presupuesto de apoyo y, la verdad, resulta muy duro asumir la organización de un acontecimiento cultural de esta magnitud con recursos que están muy lejos de cubrir la labor de tantas personas que participan en el emprendimiento.
¿Hay un tema central que convoque a la amplia diversidad de grupos participantes?
El tema central del Festival es la Memoria y la Independencia. Memoria del momento fugaz en el que fuimos independientes… porque ya no lo somos.
También habrá un espacio teatral y perfomántico en torno a la soberanía.
En cierto sentido, el Festival es un espacio de resistencia cultural en medio de una atmósfera lamentable, construida por la mayor parte de los medios de comunicación que intoxican a la ciudadanía con crimen y farándula. Al mismo tiempo que se fascistiza el país, se banaliza el horror, y se inocula el desprecio por el arte y la cultura.
Quienes no nos plegamos a ese proceso de degradación carecemos de lugar. Prácticamente no hay espacios en los medios masivos porque, a pesar de que existen periodistas sensibles, las directrices editoriales les prohíben relevar los espacios críticos y creadores; los presupuestos públicos son inexistentes o muy restringidos, y casi que hay que mendigarlos a pesar de que lo que se está haciendo es una labor que debiera ser apreciada y estimulada por todo lo que le aporta al tejido social en términos vitales.
¿Es cierto el rumor que corre y que habla de la creación de un espacio popular de pedagogía teatral?
Vamos a hacer un Escuela Popular de Teatro; vamos a empezar con jóvenes de la periferia. Hay un grupo de maestros y profesionales que ya han confirmado su ofrecimiento de participar con sus saberes y su tiempo en un proceso de enseñanza que haga posible para muchos jóvenes talentosos, con ganas de estudiar teatro y que no pueden hacerlo por falta de recursos económicos, avanzar en el perfeccionamiento del arte actoral. La participación de maestros en diversas dimensiones de la formación actoral está abierta.
¿Existe, y, si existe, cómo contemplas la propuesta del Polo Democrático Alternativo (PDA) en torno a la cultura?
El PDA tendrá que laborar en una propuesta política cultural verdaderamente innovadora. Yo soy del Polo, y lo respeto y lo quiero; valoro la administración distrital en la construcción de un espacio democrático en la ciudad, en especial el trabajo de la Secretaría de Gobierno; y también creo que el gobierno de Uribe le ha hecho un daño inmenso al tejido cultural de nuestra nación con su apuesta por el belicismo, la desconfianza y el odio.
Esta misma circunstancia nos plantea la inmensa responsabilidad de convertir al PDA en un movimiento amplio que le permita a la ciudadanía comprender lo que acontece, y movilizarse en la defensa de la vida y sus derechos. Esto no se puede lograr sin una comprensión profunda y una alta valoración de la dimensión cultural en los tiempos que corren.
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