Un nuevo partido irrumpe en la contienda política colombiana: Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común es el nuevo partido político que busca renovar las formas de hacer política, defender la implementación de los acuerdos de La Habana en su esencia, apostarle a la construcción de una Colombia que garantice la paz con justicia social, un medio […]
Un nuevo partido irrumpe en la contienda política colombiana: Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común es el nuevo partido político que busca renovar las formas de hacer política, defender la implementación de los acuerdos de La Habana en su esencia, apostarle a la construcción de una Colombia que garantice la paz con justicia social, un medio ambiente sano y los derechos a las grandes mayorías.
Cumpliendo con lo acordado en La Habana, las FARC realizaron el congreso constitutivo de un nuevo partido político que entra al tan complejo mundo de la política colombiana: regida por la amplia corrupción, el tradicionalismo, la falta de democracia y la eliminación física del contendor político, pues así lo ha hecho la ultraderecha históricamente: caso emblemáticos como el asesinato del líder liberal Jorge Eliecer Gaitán o el exterminio de la Unión Patriótica, marcaron la historia de una nación desangrada por una oligarquía mezquina y excluyente que ha llevado a una enorme crisis de legitimidad de la política y las instituciones del Estado.
Estos serán algunos retos de debe afrontar el nuevo partido. Sumado a ello, lograr romper el cerco mediático al que los grandes medios de comunicación han puesto sobre sus hombros y seguirán colocando, pues los dueños de estos instrumentos de mediáticos no escatimaran esfuerzos para poner barreras entre este partido y la sociedad en general, ya que saben que entre sus propuestas están las de ofrecer un mejor futuro a los hijos de Colombia.
Lograr convencer a los trabajadores de los campos y las ciudades es el gran reto para ver florecer este amplio partido hecho para las gentes de común, que reúne sueños y esperanzas, que busca construir propuestas en colectivo y echar a andar la disputa por un nuevo gobierno, ahora sin armas, mediante la palabra, en las urnas y con la convicción de cambiar las condiciones materiales y culturales de las grandes mayorías.
Luego de casi una semana de deliberaciones nace este nuevo partido que lleva una rosa roja como logo y conserva la sigla FARC. La amplitud lo regirá para que sectores democráticos, alternativos, progresistas o de izquierda lo integren. Hoy nace una nueva esperanza de construir futuro entre campesinos, afros, indígenas trabajadores formales e informales, comunidad LGTBI, mujeres, jóvenes, estudiantes y el conjunto de la sociedad colombiana. Hoy, la historia de Colombia continúa escribiéndose con trazos de la esperanza de la paz con justicia social.