Recomiendo:
0

Gabinete Bachelet: al servicio del imperio

Fuentes: Revista Globalización

El pensamiento de derecha enseña que la globalización es ya sistema, que el accionar de un sistema tiene su técnica, y la técnica sus especialistas. El capital descompone las operaciones productivas en una serie de actividades, que se jerarquizan y ordenan sistemas donde los técnicos juegan su papel. Descuella entre estas actividades las que se […]

El pensamiento de derecha enseña que la globalización es ya sistema, que el accionar de un sistema tiene su técnica, y la técnica sus especialistas. El capital descompone las operaciones productivas en una serie de actividades, que se jerarquizan y ordenan sistemas donde los técnicos juegan su papel. Descuella entre estas actividades las que se aglomeran en el nivel de las decisiones en el más alto nivel, el de las gerencias y el de los gobiernos. Nos acostumbramos también a la idea de que ambos tienen una relación conyugal o de concubinato. Que la política y la economía se resuelven en la técnica. En el extremo, cualquier política se justifica si tiene marca registrada en el gran aparato dominante. Lo que quiere decir: políticas para las clases dominantes globales.


Y el técnico es el llamado a declarar si la propia corporación tiene perfil empresarial y si el gobierno concurre con la correspondiente oferta competitiva. Y ambas declaraciones, en los días neoliberales, forman parte del mismo engranaje. Un engranaje que para funcionar adecuadamente,(esa es la apariencia) precisa de consejeros, poseedores de algún «know how» y de un compromiso probado con el Sistema .Ese compromiso puede recordarse que estaba bien establecido entre los numerosos científicos y técnicos que ingeniaron la primera bomba atómica. Y las pasarelas de consejeros y asesores, que creaban un modelo de trabajo en equipo y de acerado servicio ya se ven establecidas en los Estados Unidos desde comienzos del siglo XX. Hay una conexión entre el desarrollo académico y las características de estas consejerías.

Hablamos de Brain Trusts , que suman consejos, y atraen para considerar los temas que interesan al poder a académicos, abogados, economistas, internacionalistas y otros especialistas de acuerdo a la necesidad. El orden universitario, de temprano vinculado al orden corporativo, facilitó eso. La propia sociología norteamericana, la de James, Dewey y Park, nació en medio de estas operaciones de consejo, que a veces llegaban a proponer ideas reformistas. A medida que avanzó el tiempo, y cruzamos de la Segunda Guerra a la Guerra fría, no se pierde el tiempo, y esas consejerías vienen a ser incubadoras de ideas imperialistas, que tratan de perfeccionar el sistema de dominación. Bajo Roosevelt tuvimos el caso del gabinete del New Deal, y posteriormente el surgimiento del Council of Foreign Relations o el Cato Institute. Los grupos que se fueron sucediendo en el Foreign Relations, a su turno fueron encontrando tarjeta de entrada a espacios más sublimes en el State Department, la Cámara de Comercio o en las cumbres de la Defensa. Los ascensos de Kissinger o de Brzezinski, son demostrativos. En el Cato y en la Heritage Fund, se fueron afinando las ideas que dirigieron la salida del neoconservadurismo que actualmente está haciendo historia. Otros centros y muchas fundaciones se sumaron a este trabajo de colección de inteligencia: la Rockefeller Foundation, la Ford Foundation, la Tinker Foundation, la Woodrow Wilson, la Interamerican, por citar algunas-todas fueron aportando algo a la tarea proveedora de tesis e ideologías al avance imperial. Y por supuesto, todas prestaron especial atención a la periferia colonial, el caso de América Latina. América Latina es un continente importante como proveedor de materia prima y trabajo barato. Y entonces, también se preocuparon de preparar cuadros para una administración de nuevo estilo, con una sensibilidad para reconocer y servir la hegemonía de USA. Un caso célebre de utilización de estos recursos lo produjo esa generación de los llamados «Chicago Boys», que entregó resultados muy provechosos y puntuales a la política y a los negocios norteamericanos en los últimos treinta años.

Con ellos, y con las camadas que siguieron, se fueron extendiendo las prácticas y metodologías del «brain trust». Ya en un espacio en donde despegaban con fuerza las «misiones» del Banco Mundial, del FMI, la búsqueda de acuerdos en la OMC,etc., se dan nuevas formas de actuar y de conectarse de esta capa de sirvientes, que participan en consejerías permanentes dirigidas a asesorar a los gobiernos del continente en la puesta en práctica de las decisiones económicas y financieras imperiales y trasnacionales. Así, vino a ser cuestión de rutina la realización de seminarios donde asistían asesores, Ministros y Presidentes de la región a escuchar a algún iluminado neoliberal venido del Centro. Hay que anotar que la izquierda latinoamericana -o lo que iba quedando de ella-no reparó seriamente en el significado de estas rondas. Educada en recordar intervenciones más directas de la marinería norteamericana, o los garrotazos de los oficiales entrenados en la Escuela de las Américas, no advirtieron este nuevo desembarco de egresados de Harvard y MIT.

Pero era ahí donde se estaban solidificando los programas de trabajo en la nueva instalación colonial, y estos grupos, con bastante presencia en la media, también vinieron a convertirse en los productores de las nuevas ideologías que prosperaban en el continente. Su influencia en los partidos políticos, que dejaron resbalar la «formación de cuadros» hacia esos sumideros, fue grande, y fue el recurso a este método .. parafraseando a Carpentier-el que permitió el aparecimiento de las nuevas magistraturas neoliberales y aperturistas.

Los cuerpos de asesores del brain trust Inc. fueron conformados con evoloués provistos por los propios países colonizados, de acuerdo a un modelo tomado de las prácticas coloniales españolas, que se llevaban a la Metrópoli a los hijos de los caciques, donde eran reeducados Situación que también propiciaron Francia e Inglaterra con sus colonias africanas y asiáticas
El brain trust del siglo XXI, viene a ser también el resultado de la globalización, de la hegemonía americana y del predominio corporativo. Los miembros del brain tienen vinculaciones internacionales, han servido en organismos supranacionales, descollando en asignaciones en el Banco Mundial, el FMI, la OMC. Han participado aguerridamente en la construcción de diversos tratados de libre comercio y han asesorado y formado parte de muchas corporaciones con intereses en todos los continentes. De base, cuentan con una educación y vínculos en el espacio metropolitano del imperio. Su utopía es formar parte de algún «Gobierno Mundial». Al reinsertarse temporalmente en algunos países del continente, manejan casi sin excepción una relación incómoda con algunos partidos huéspedes, a la espera de nuevas asignaciones. Salvo el caso en que un golpe de mano los venga a ubicar en un proyecto gubernamental más permanente. Y esto es lo que acaba de ocurrir en Chile.

En ese país, la presencia de la consejería internacional y de la intervención americana es previa al período de Allende. La Democracia Cristiana, por ejemplo, disfrutó de un apoyo substancial externo en cada una de sus campañas, como quedó revelado en el Informe Church. Sus miembros formaron parte de operaciones como el Consejo para la Libertad y la Cultura. Otras intervenciones descansaron en la telaraña de relaciones que la CIA, el Pentágono y las empresas norteamericanas tenían en el interior de las Fuerzas Armadas, reforzadas por estancias de entrenamiento. Con el Pinochetato, hicieron su aparición los economistas de la generación «Chicago Boys», que dieron forma al actual sistema económico y financiero del país, con sus profundas raíces de atraso y de explotación. Siguieron en la época de la Concertación abundantes asesorías provistas por diversas agencias norteamericanas interesadas en reforzar la seguridad de sus inversiones. Los Ministerios económicos, en los tiempos de Frei o de Lagos, eran un ir y venir de este tipo de engendros. Y llegó a formalizarse toda suerte de encuentros formativos Y los propios Ministros de la cartera de Hacienda, por ejemplo, Foxley, venían de estancias supranacionales a consolidar en el nuevo puesto los fundamentos neoliberales puestos por la Dictadura..

Hace poco tiempo, en relación con diversas asesorías supranacionales y gobiernos de la región en progreso neoliberal, comenzó a visibilizarse la presencia de un nuevo grupo, que fue reclutando participantes entre profesionales, de preferencia con alguna inmersión en instituciones de educación superior en USA y en partidos ablandados en el servicio al sistema. Este grupo usaba como nombre de fantasía «EXPANSIVA», y bruscamente vino a ocupar todo lo ancho y largo del escenario político chileno, junto al anuncio del flamante Gabinete, el primero de Michelle Bachelet, un gabinete astutamente anunciado como «equilibrado», «de los mejores y las mejoras». A la cabeza del grupo figuraba Andrés Velasco, profesor de Harvard, alguien que había participado alguna vez en una asesoría a los transportes metropolitanos de Santiago recomendando recortes salariales a los choferes, privatización de las veredas y aumento de la competitividad mediante la entrega del servicio a empresas extranjeras.

Hubo especulaciones anteriores-en la ignorancia o ceguera frente a esta nueva presencia por parte de los partidos-que el gabinete tendría la característica de ser continuista, posiblemente con las mismas caras del gabinete saliente de Lagos, sólo que en diferentes puestos. Para acunar esperanzas, Bachelet hablaba «de no repetirse el plato», sino devorar otros,» en vez de porotos granados, cazuela». Por otra parte estaba un poder legislativo ya distribuído, que en el caso de la Concertación daba una gran fuerza al Partido Socialista y al PPD. Luego, había que imaginar un Gabinete que respondiera a la distribución de fuerzas Concertacionistas en el Congreso. Hubo una fuerte lucha sobre quien podría estar en la lista a ser considerada por la naciente Presidenta. En el caso de la DC, las diferencias fueron feas. Los líderes socialistas confiaron en su propia gravitación, y se dispusieron a aplaudir lo que saliera…que fue muy poco. El PPD vió desaparecer de la nómina ministerial a «figuras históricas», a lo mejor ya desgastadas en el servicio. Estos, como el empresario Sergio Bitar -también un antiguo servicial de los gringos-no dejaron de expresar su dolorida molestia. Claro que en la actitud de quienes «constitucionalmente» deben seguir pagando sus respetos a las «prerrogativas» presidenciales.

Pero habían antecedentes que permanecían sumergidos: por ejemplo, que las harto vagas propuestas de Gobierno de la Señora Bachelet habían sido elaboradas íntegramente por un equipo de asesores provistos por «EXPANSIVA». ¿Por qué entonces EXPANSIVA no iba a figurar en el pensamiento de la futura Primera Mandataria? Habrían llegado hasta ella como ángeles caídos del cielo. Y en su momento fuero descritos por los pisaverdes de turno «como una corte de chicos brillantes». Traían, por ejemplo, «una cantidad de propuestas microeconómicas»…

EXPANSIVA estaba integrada por «evolucionados», neoliberales duros, y por gentes de menor figuración política, y hasta resentida de sus partidos-cuando estaban en ellos-que vegetaban en situaciones muy dependientes. Ellos, se habían educado fuera, sentían una fuerte atracción por Estados Unidos, su política y su economía, y algunos habían hecho además carrera académica en la Unión. Tenían enlaces con empresas trasnacionales, y hasta relaciones propietarias de ese estilo. Su cultura respondía a patrones y supersticiones de una clase media baja americana. Los partidos políticos de Chile son para ellos una escala, pero también una especie enemiga a vencer, a sustituir, para llegar a generar algo más de acuerdo con el tipo de flexibilidad que demanda la gran potencia a los gobiernos del hemisferio.

Es indudable ya que EXPANSIVA coptó en algún momento a la Sra. Bachelet, y la posicionó para lograr sus objetivos. La dotó de argumentos, de algo como un proyecto dentro del espacio neoliberal. Y sobre todo, de seguridades de que estaba autorizada para dar el paso que dio, entregándole la casi totalidad del Gabinete. En este momento el Gobierno de Chile pasó a ser una dependencia de EXPANSIVA y de los intereses trasnacionales que la mueven.

Examinemos el Gabinete. Como lo enumera El Mercurio:

Ministro del Interior: Andrés Zaldívar (DC)
Ministro de Relaciones Exteriores: Alejandro Foxley (DC)
Ministro de Hacienda: Andrés Velasco (Independiente) EXPANSIVA
Ministra Secretario General de la Presidencia: Paulina Veloso (PS)
Ministro Secretario General de Gobierno: Ricardo Lagos Weber (PPD) EXPANSIVA
Ministra de Defensa: Vivianne Blanlot (PPD) EXPANSIVA
Ministro de Educación: Martín Zilic (DC)
Ministro de Justicia: Isidro Solís (PRSD)
Ministro de Economía, Fomento y Reconstrucción: Ingrid Antonijevic (PPD) EXPANSIVA
Ministro del Trabajo y Previsión Social: Osvaldo Andrade (PS)
Ministro de Obras Públicas: Eduardo Bitrán (PPD) EXPANSIVA
Ministra de Planificación y Cooperación: Clarisa Hardy (PS) Laguista.Fund.Chile21
Ministro de Transportes y Telecomunicaciones: Sergio Espejo (DC)
Ministra de Salud: María Soledad Barría (PS)
Ministra de Vivienda y Urbanismo: Patricia Poblete (DC)
Ministra de Bienes Nacionales: Romy Schmidt (PPD) EXPANSIVA
Ministro de Agricultura: Álvaro Rojas (DC)
Ministra de Minería: Karen Poniachik (Independiente) EXPANSIVA
Directora del Servicio Nacional de la Mujer: Laura Albornoz (DC)
Consejo Nacional de la Cultura y las Artes: Paulina Urrutia (Independiente)

Algunos, como Andrés Zaldívar y Foxley, son viejos conocidos en el ya largo proceso de la expansión neoliberal que ha tenido tantos episodios. Ambos en la DC y con extensos vínculos internacionales, supranacionales y empresariales. Según los analistas, Zaldivar es incorporado para actuar de relacionador público del nuevo equipo, conocida su vasta experiencia en la política chilena-algo que falta a muchos de los novatos. Pero tendrá grandes dificultades en su propio partido. El ya fue ministro de Frei Montalva, y todo el mundo lo recuerda por sus discursos cuando su «campaña del terror» contra Allende. En cuanto a Foxley, en Relaciones Exteriores tendrá la capacidad de actuar en tandem con los otros neoliberales del equipo económico y con sus amigos del Departamento de Estado. En los tiempos muy difíciles que vienen, un mayor estrechamiento con la política norteamericana, de parte de funcionarios tan obsecuentes, será una dificultad adicional para el Gobierno que se inaugura.

Andrés Velasco es, seguramente, el animador principal de la Fundación Expansiva, que recibe sus apoyos de diversas fundaciones norteamericanas, como Ford y Tinker y de empresarios privados y organismos supranacionales.( World Bank, the International Monetary Fund, the Inter-American Development Bank, the United Nations Economic Commission for Latin America, and the Federal Research Bank of Atlanta, según su biografía) En él recaerá la dirección más neoliberal que nunca desde un ministerio clave, el de Hacienda. Su consejo por el momento para los trabajadores, se resume en el imaginativo lema «Trabajar, trabajar, trabajar». Viajó directamentre desde EEUU para incorporarse a la asesoría de la campaña de Bachelet. Sus ideas son monotemáticas: giran obsesivamente en torno a la competitividad, el crecimiento de la inserción multinacional y las privatizaciones. Eso aplicado a todo, desde la educación, la cuestión laboral, las pensiones. Velasco no entiende nada más allá de su dogmática neoliberal. Lo triste de la situación es que encuentre todavía quien lo emplee.

Al grupo, se integra Ricardo Lagos Weber de entusiasta participación en la negociación del Tratado de Libre Comercio; y que ha disfrutado del favor paterno para continuar en algún puesto en la Cancillería. Ha tenido el talento de comprender la importancia que está tomando EXPANSIVA. El será por un tiempo el Secretario de Gobierno adecuado para dar a imaginar una cierta continuidad con el gobierno concertacionista anterior. Hay quienes llegan con esto hasta imaginar que queda ahí para resguardar las posibilidades de Lagos para un regreso dentro de cuatro años. Muy pobre garantía frente a los sucesos que están ocurriendo.
Viviane Blanlot, también de Expansiva, aunque con una chapa PPD, figurará en Defensa, a cargo de un proyecto de continuidad armamentista iniciado por Bachelet,-con una experiencia que proviene del BID. Entre 1980 y 1990 se desempeñó como economista encargada de la evaluación de inversiones y programas del área de energía, minería, agua potable e infraestructura vial en el Banco Interamericano de Desarrollo, posteriormente aparece como consultora del IGT.

Ingrid Antonijevich ,( Indugas S.A., Republic National Bank of New York y Salinas de Punta de Lobos S.A.M.; entre otras. Actualmente, ocupa el cargo de Directora del holding de empresas Sociedad Punta de Lobos S.A. Tambien en el Consejo Directivo del Banco del Estado y en ejercicios yoga). vendrá a expresar sus profundas convicciones corporativas en el Ministerio de Economía, que se vió como su mejor ubicación, de acuerdo con EXPANSIVA.

Clarisa Hardy , (PS)que acompañó a Lagos en la constitución de una Fundación Chile 21, dedicada a los proyectos de ese presidente), va a Planificación. Ella sabe, que su jefe en la Fundación, el senador del PS, Ominami, ya negoció algo con Expansiva. Relacionada con el Woodrow Wilson Center -asociado al Comité de Inteligencia del Senado US–, que también apoya a EXPANSIVA. Casi por ironizar, podemos decir que trae seguramente el capital político de su marido, un diputado,Leal, que a veces aparece como crítico de portada al establecimiento concertacionista.

Eduardo Bitrán , de larga estancia en EEUU, (doctorado U de Boston) , en los 90s fue asesor de Foxley, Participó en el diseño de la privatización de ferrocarriles, la liquidación de Lota, etc. Es PPD pero es también de EXPANSIVA, double binding que parece decidirse por ésta última, irá al jugoso Ministerio de Obras Públicas.

Mientras, Karen Pontchiak, de grandiosa trayectoria entre empresas, corporaciones y asesorías internacionales mineras, funcionará en el puesto clave del sistema: el Ministerio de Mineria. Había sido Vicepresidente Ejecutiva del Comité de Inversiones Extranjeras, y su visión la alcanza a verter en estas aladas palabras:» «la inversión extranjera directa es clave para nuestro crecimiento». Antes de llegar al puesto que actualmente ocupa, Karen Poniachik estudió periodismo en la Universidad Católica, realizó un Master en Relaciones Internacionales en la Universidad de Columbia en Estados Unidos, trabajó cinco años en la cadena ECO-Televisa como analista internacional en Nueva York, y otros cinco como Directora de Asuntos Empresariales y Financieros en el Council of the Americas, institución dedicada a promover el comercio y las inversiones entre Estados Unidos y América Latina.. Vinculada al grupo «EXPANSIVA»..

Martin Zilic-Ministro de Educación-tuvo una intervención desafortunada en relación a los indígenas, cuando el problema Ralco. Era intendente de Concepción. Y asi …

Se puede observar en esta lista la identidad ideológica neoliberal de todos sus integrantes, y su militancia EXPANSIVA. Casi sin excepción quienes aparecen como «independientes»-como es el caso del propio Velasco,– que ideológicamente bien podría estar en Renovación Nacional, –, están asociados a EXPANSIVA. El hecho de que varios de entre ellos exhiban carnet de partido, no excusa lo decisivo de su nueva alianza con este aparato ya no ideológico sino de poder, que oculta tras una portada idealista substancias harto reaccionarias.

Habrá que ver como la seducción y la fuerza de EXPANSIVA terminará atrayendo al resto de este Gabinete– pero sucede que ya atrajo a la Presidenta, y puso ya en funciones un abigarrado grupo de colaboradores que fungirán en diversas subsecretarías, jefaturas y asesorías. Al caso, es interesante notar que antes de partir de vacaciones, la Presidenta realizó un acto formal en donde con la firmeza que empieza a caracterizarla hizo entrega a cada uno de los noveles Ministros, de sendas carpetas con documentos que deberán estudiar durante estos días libres y asoleados. Pero el caso es que el material de esas carpetas había sido elaborado por un distinguido grupo de asesores menores TODOS DE EXPANSIVA.

Todavía pues está por verse la verdadera musculatura de EXPANSIVA. Su presencia en el gabinete refuerza la posición del poder corporativo y una segura alianza de Chile tras los proyectos de los ultras neoconservadores de EEUU hacia América Latina. Esta movida de dados, la ha llevado a ocupar el centro del poder presidencial. Su rápida toma de posiciones se hace con gran desparpajo, haciendo a un lado muchas alianzas políticas que habían sido de utilidad a la anterior administración. Y se observa un descontento en los partidos de la propia Concertación, cuyos directivos ven perderse muchas esferas de enriquecimiento, negociación y poder que antes estaban a su alcance. Y son precisamente los ministerios claves los que se les han ido de las manos.

Por otra parte es dudoso que esta movida venga a «reforzar» la situación de la Presidenta por venir. Corre el riesgo de pasar a ser un apéndice del nuevo poder emergente del «brain», y de los que lo manejan desde lejos. Claro, en una situación muy natural de infatuada ingenuidad, pudiera ser que abrigara la esperanza de cobrar mayor independencia frente a los partidos y otros intereses establecidos en las anteriores administraciones, pero el estallido de diferencias mayores en una alianza que se estimaba compacta entre los grandes duques de una extensa trenza que iba más allá de la Concertación, puede abrir paso a una fuerte crisis, en donde la Presidenta quedaría acorralada entre afanes autoritarios y la incapacidad de su equipo de «mejores y mejoras» , que a decir verdad, esconde una enorme mediocridad.

Es evidente que la situación que comentamos deriva de la latitud de decisiones que la Constitución pinochetista abandonó en manos de la Presidencia. Para confort del Ejecutivo, el Pacto que sucede a Pinochet garantizó una conducción sin contrastación a través de la fórmula binominal que encubría la continuidad de un proyecto de predominio clasista y de servicio imperial y le daba estabilidad, (entre otras cosas mediante el reparto de puestos públicos) y en la medida en que concedía también la esperanza voceada y repetida de que se había fundado un sistema de transición de la dictadura a la democracia, de un estado centrado en El Príncipe a un estado de la sociedad civil. En ese espacio, se pensaba que podían cobrar relevancia los partidos, y en la izquierda hasta se posponía cualquier otra forma de movilización a la negociación de alguna cuota parlamentaria por exigua que fuese. Pero la Constitución dejaba espacios para iniciar caminos de sentido inverso, que llevaban de nuevo hacia el estado del Príncipe. Y vemos ahora cómo las decisiones de la Señora Bachelet en la selección de un gabinete que no refleja las tendencias políticas del país, ni siquiera las de la Concertación renovada, puede estar generando una crisis en la marcha de todo este sistema. La salida no puede ser otra que una profunda reforma constitucional, en donde quede claro que el documento constitucional de la Dictadura y la falta de transparencia en las operaciones del titular del Ejecutivo, han quedado abolidos.

Bachelet fue elegida por una pluralidad que la tomó como «el mal menor». En sus discursos de campaña poco decía de algún proyecto efectivo, medianamente inteligible, y ahora autoritariamente viene a instalar a un grupo que sólo ostenta como único crédito su servicio obsecuente al sistema imperial, que en el discurso público se disfraza como «capacidad técnica». Y que viene a ser posible y a imponerse sobre la bancarrota miserable del socialismo «renovado»… Wall Street aplaude.