Un conde pálido y ojeroso
Y al final de su exposición reforzó su argumento en contra de todo lo que ha pasado con su obra a partir de la cumbre, improvisando un relato que cuenta un imaginario encuentro con el conde Drácula, en Buenos Aires.
«Lo encontré muy venido a menos, pálido, ojeroso, casi lo atropella un auto. Y le digo: ‘Pero conde, usted por acá, en Buenos Aires’, a lo que su interlocutor respondió: ‘Y sí, aquí en este barrio me dijeron que viniera que…’
Ah, acá en Villa Freud
, acotó Eduardo Galeano. Sí, que hay muy buenos sicoanalistas y siquiatras.
Sí, le digo, se produce una cantidad enorme. ¿Y por qué quiere consultar?
, repreguntó el uruguayo.
Porque ando con un complejo de inferioridad, viendo cómo actúan las grandes corporaciones, los dueños del mundo
, dijo Drácula.
«Sí, es verdad. Lo han dejado a usted a la altura de un miserable poroto (frijol), con todos mis respetos, pero es verdad. También le diré, sin ninguna falsa modestia, que esos libros que ahora se han puesto tan de moda, de vampiros, esas novelas (…) en realidad, ese género lo fundamos nosotros: usted con su ejemplo y yo con Las venas abiertas…«, concluyó, y arrancó un aplauso del auditorio compuesto por intelectuales, diplomáticos y estudiantes.
El gran misterio
En el mismo acto, el escritor venezolano Luis Britto García reveló que el ejemplar que Hugo Chávez le dio a Obama tenía una dedicatoria que invocaba versos de uno de los poetas más cursis del mundo
, el venezolano Elías Calixto Pompa, quien nació el 14 de octubre de 1836 y murió el 20 de diciembre de 1887.
La dedicatoria decía: Es puerta de la luz un libro abierto/ entra por ella, niño y de seguro/ verás a Dios y su poder más cierto/ resplandecer con su fulgor más puro
.
Britto completó: Creo que Obama, después de esto, no sé si se atreverá a leer el libro. La cuestión es cómo habrá interpretado Obama aquello. Es el gran misterio… ponía el libro al revés, al derecho, lo miraba a trasluz
.
Las venas abiertas de América Latina es un ensayo considerado clave para comprender las relaciones históricas de América Latina con Estados Unidos y países desarrollados de Europa.
Relata la depredación que produjo la fiebre del oro y de la plata tras la llegada de Cristóbal Colón a América, el posterior interés durante la época colonial por cultivos como el azúcar, el caucho y el plátano.
«Desde el descubrimiento hasta nuestros días, todo se ha transmutado siempre en capital europeo o, más tarde, norteamericano, y como tal se ha acumulado y se acumula en los lejanos centros de poder», afirma el libro, transformado en una referencia para la izquierda de la región y otras partes del mundo.
http://www.jornada.unam.mx/2009/05/02/index.php?section=cultura&article=a05n1cul