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Una mirada a las elecciones legislativas en Colombia

Ganó una vez más el paramilitarismo

Fuentes: Rebelión

Se ha realizado en el día de ayer -12 de marzo— un nuevo rito eleccionario en Colombia, unos más para aceitar la maquinaria de la democracia genocida que existe en el país y que dirige a punta de mentiras, de difamaciones, de encarcelamientos ilegales, de asesinatos selectivos y de impunidad, el Presidente Álvaro Uribe Vélez. […]

Se ha realizado en el día de ayer -12 de marzo— un nuevo rito eleccionario en Colombia, unos más para aceitar la maquinaria de la democracia genocida que existe en el país y que dirige a punta de mentiras, de difamaciones, de encarcelamientos ilegales, de asesinatos selectivos y de impunidad, el Presidente Álvaro Uribe Vélez.

Un análisis somero a los escrutinios nos dice que los partidos prouribista, (Partido de la U, Cambio Radical, Colombia Viva, Alas Equipo Colombia, Colombia Democrática y Partido Conservador Colombiano) con ganaderos, terratenientes, políticos de oficios, corruptos, gamonales y señalados personajes de tener vínculos con el narcoparamilitarismo, son, sin duda, los grandes ganadores de la contienda electoral a la hora de escoger el poder legislativo en Colombia. Pensar de otro modo es engañarse. Así, las cifras nos señalan que el hoy candidato-presidente a través de sus partidos prouribistas, a pesar de la independencia que reclaman para actuar como bancada algunos, dicese el Partido Radical, de Germán Vargas Lleras, y otros, incluido el partido Conservador, han obtenido la mayoría absoluta tanto en el Senado de la República (61 escaños/58%) como en la Cámara de Representante (90 escaños). Al colegir por los hechos, un sector muy importante de la sociedad votó en pro de derechizar aún más el país, es decir, en la lógica de profundizar la guerra, el modelo neoliberal y de ampliar el espectro de la fascitización del país, lo cual adquiere una connotación bien clara en el impulso y desarrollo de la política de Seguridad Democrática, la cual será relanzada y ajustada dado los contundentes golpes que ha propinado las FARC al Ejército y la Policía en la últimas semanas.

Ganadores y perdedores.

Está claro que el dinero y el poder del narcoparamilitarismo se han hecho presente, una vez más, en el triunfo de los partidos políticos que promueven a Uribe y en el caso que nos concita, en el de algunos que impulsan su reelección. Así lo ha reconocido, incluso, el Director del partido Liberal, Cesar Gaviria Trujillo, Expresidente de Colombia y uno de los principales derrotados en estas elecciones, quien muy a pesar de que su partido obtuvo 17 escaños para el Senado (1.457.332 votos/15.52% de la votación, lo que no alcanza el millón y medio de votos) y otras importantes curules para la Cámara (38), no deja de reconocer que los resultados terminaron siendo extremadamente modestos en comparación con lo que desde ese imaginario político se había inventariado inicialmente, (se aspiraba a sacar 30 Senadores), lo que en ningún caso podría implicar una liquidación de esta importante filiación política como algunos muy entusiasmados uribistas creen.

De todos modos, el Partido Liberal ha perdido importante fuelle, pues pasó de tener 29 escaños sólo en el Senado en el periodo (2002-2006), con una votación que había alcanzado los 2.710.599 votos, a tener apenas 17 senadores en la actual elección (2006-2010), derivado ello de la salida de importantes barones electorales de su seno y quienes recalaron bien en el Partido de la U, el más apropiado a decir que es de Uribe (y quien obtuvo el 17.49% y 20 Senadores, siendo el más votado), y los otros a Cambio Radical (13.36% de la votación y 15 senadores) o a otras sensibilidades políticas.

De todas manera, la crisis de los partidos político sigue siendo algo notorio dentro del espectro político nacional, lo que se suma a la ya secular abstención que reina en el país y que en esta ocasión se ubica en el 60%, lo que evidencia un importante grado de deslegitimación del régimen político existente en Colombia. Y es que los niveles de marginalidad y de exclusión junto al desempleo crecen y frente a ello el rito de las elecciones y el embeleco de la democracia han demostrado su incapacidad para satisfacer las más mínimas necesidades al conjunto de la población, la cual ve las elecciones con apatía y como algo distante a la solución de sus urgencias. Para muestra un botón, de los 26.5 millones de personas habilitadas para votar sólo lo hicieron – lo han hecho escrutado el 97.1%– algo más de 10 millones 780 mil personas, lo que equivale a decir que ha sufragado sólo el 40.54% del potencial electoral. Esta es nuestra democracia deslegitimada desde dentro y desde fuera.

En el caso del Partido Liberal, parece ser que a César Gaviria y a sus huestes no le sirvió el que sacarán a uno que otro aspirante al Congreso o congresista proparamilitar o mafioso enrolado en sus filas, (los muy visibles, pues otros están allí), ni tampoco el que con gran ahínco pusiera de manifiesto y de modo insistente los nexos que había y hay entre importantes uribístas y el narcoparamilitarismo. Al final, el partido Liberal —ha tenido que presenciar el abrumador triunfo del Partido de la U, una suerte de oportunismo electorero donde bien confluyen Liberales, Conservadores e «Independientes», con un fuerte tinte coyunturalista y que se mueve en función de Uribe y su poder mediático—, y sobre todo perder terreno en el Congreso frente al partido Conservador, uno de los grandes ganadores de estas elecciones, hecho que no se presentaba hace ya varios lustros, pues siempre se había mantenido como una importante minoría, bien es decirlo, pero con un grado significativo de consolidación y estructura de partido.

Sin acabar aún el conteo de los votos, el Partido Conservador dirigido por Carlos Holguín Sardi y bajo el paragua mediático del Uribismo obtuvo una votación que supera el millón y medio de votantes sólo para Senado (1.514960 votos/16.13 de la votación) lo que le proporciona 18 curules en esta Corporación. Para Cámara obtuvo 28 escaños lo que le posibilita romper su ya tradicional complejo de minoría parlamentaria y que lo pone de cara a las elecciones del 2010-2014 en la perspectiva de aspirar con su propio candidato a la Presidencia y, de paso, recomponer totalmente su fuerza electoral menos fragmentada que la del Partido Liberal, pero que en algunos casos ha acusado la fuga de algunos de sus miembros hacia otras fuerzas políticas, en especial las más cercana a Uribe.

Cuando se dice mayoría absoluta los paramilitares también cuentan.

Muchas razones tenía Uribe para querer configurar una mayoría absoluta que le fuera favorable en el Congreso. A ello le apostó y con fiereza, pues proyectos como el TLC, próximo a ratificar en el parlamento, y el de darle continuidad al esperpento de la ley de Justicia y Paz, impulsora de la legalización de la impunidad frente a los crímenes de lesa humanidad y de guerra cometidos por los narcoparamilitares así se lo imponía e impone. Amén de irse contra el derecho de tutela y la Corte Constitucional en la próxima legislatura, y convertirlas, sin duda, en instrumentos dóciles de su poder y su arrogancia desmedida. Uribe de ningún modo podía darse el lujo de una correlación de fuerza desfavorable en el seno del poder legislativo, era consciente de ello y por eso se puso al frente de las elecciones legislativas, y de igual modo, los paramilitares, quienes no han dudado un instante en apoyar a los candidatos de sus preferencias, que son los mismos de Uribe, con eficaz resultado, obviamente, en la mayoría de los casos, y como se podría demostrar en no pocas regiones del país donde tienen importante presencia como fuerza político-militar. El caso de Dieb Maloof, Habib Mergeh (Expulsado de Cambio Radical) y Jorge Luis Caballero, así lo confirma.

Así, una gran parte del famoso 35% del Congreso del cual hablaron importantes señores de la guerra en su momento ha quedado reelegido, salvo contadas excepciones, como el de Rocío Arias, Eleonora Pineda, Muriel Benito y Jorge Luis Feris Chadid, en especial las dos primera, quienes se la jugaron en el transito a la legalización de los narcoparamilitares de todos los pelambres, con verdaderas arengas en el Congreso en defensa de este proceso, con el apoyo de Uribe, seguro, y hasta donde llevaron a Mancuso y a Báez, siendo entonces Zulema Jattin Presidenta de la Cámara de Representante, —se hace imperativo recordarlo—, y hoy senadora elegida por el Partido de la U de Uribe.

Ahora los narcoparamilitares sin quitarles el apoyo total a Arias y a Pineda, sólo basta con ver lo que hicieron en sus áreas de influencia en Medellín, en el caso de Arias, para saber que muy a pesar que se la jugaron imponiendo su nombre en importante barrios en la capital de Antioquia, con coacción abordo y con un despliegue publicitario, les resultaba más conveniente a ellos y al candidato-presidente también de que las tan alegres admiradoras de Mancuso y Don Berna no estuvieran en el Congreso. Son muy llamativas, se han vuelto visibles, muy visibles y, por tanto, más comprometedoras. Ya cumplieron su papel. A lo mejor las enviarán de Cónsul o de Embajadoras, si hay reelección, o antes, nadie puede negar que así sea, pues según Uribe gordo favor le han hecho al país estas «ilustres damas», hoy parte de la galería de los/as quemados/as y de los/las afectados/as por la relación entre narcoparamilitarismo y política; hecho este ampliamente denunciado por Gustavo Petro, Cesar Gaviria y Gina Parodi, pero con resultados poco halagüeños al juzgar por las elecciones de ayer y más si tenemos en cuenta que no son pocos los señalados que han resultado elegidos como congresistas y, en especial, en los distintos partidos que apoyan al candidato-presidente Uribe. Es propio recordar entonces que, Vicente Castaño confiado en su poder arrogante y asesino, como todo lo de los narcoparamilitares, en su momento había dicho que aumentarían su poder en el Congreso y así se ha cumplido; el paramilitarismo de manera lenta pero segura ha permeado y con éxito el Congreso, «su Congreso» y también el de Don Berna, Mancuso, Báez y demás. Con el Uribismo han aterrizado los que no estaban o se han afianzado los que ya estaban y difícilmente saldrán de allí.

El hecho que Rocío Arias, Eleonora Pineda y demás señalados por sus nexos con el narcoparamilitarismo no hayan alcanzados sus escaños, no puede interpretarse en sentido alguno como un achicamiento del perímetro ocupado por el narcoparamilitarismos en el Congreso, pues si éstas se fueron, de seguro que otros y otras han llegado, y el caso de la lista del prouribista Luis Alberto Gil, del Movimiento Convergencia Ciudadana (6.25% de la votación, que corresponde a 586.870 votos) y quien obtuvo 7 senadores y 7 representantes a la Cámara y con una importante concentración de votos en Departamentos de amplia influencia narcoparamilitar como Arauca, Meta y Guaviare así parece confirmarlo.

Basta citar en el caso Convergencia Ciudadana, quizá, lo que acontece con el propio Gil, a quien el Senador por el Departamento de Santander Hugo Serrano denunció por sus caudales en campaña, sin que se conozca la procedencia de los mismos, y ahora y quizá también se le suma el hecho de que una de las personas escogida como Representante a la Cámara por su organización política, en particular la Representante electa Fabiola Olaya Rivera, fuera señalada en campaña de manera insistente por muchos de sus adversarios políticos en el Meta de tener estrechos vínculos con Miguel Arroyave, Jefe del Bloque Centauro de las Autodefensas y quien fue asesinado hace ya algún tiempo. Y dentro de esta lógica de reemplazar a políticos que perdieron su curul por tener vínculos con el paramilitarismo se inscribe entonces la escogencia de Héctor Julio Alfonso López, (el hijo de Enilce López, alias la Gata y quien diera a la anterior Campaña de Uribe a Presidencia la bicoca de cien millones de pesos), y quien después de haber sido expulsado del partido Conservador, a regañadientes, a petición del cadidato-presidente para dar la señal de que él no está con el crimen y con lo ilícito, terminó en el Movimiento de Apertura Liberal donde resultó no sólo electo como Representante por el Departamento de Bolívar él, sino otro miembro de este dudoso partido. Y de este modo, los expulsados que realmente no lo fueron nunca, terminan hoy supliendo a congresistas proclives al paramilitarismo y que perdieron sus curules.

El uribismo y sus odas

Juan Manuel Santo, Presidente del Partido de la U, primera fuerza política en el Congreso hace Oda a Uribe, tiene motivos para hacerle y cree que el es el arquitecto del triunfo en las elecciones legislativas, El Diario El Tiempo suspira por su candidato, es decir, por Uribe y da como más cercana su reelección y quizá no se equivoca, pues, no sólo es el candidato de los narcoparamilitares y de muchos narcoparapolíticos públicos y encubiertos, con sus incontrolables e incontrolados caudales, sino también porque es el candidato de los militares, los industriales, los banqueros y, por supuesto, del Gobierno de los EEUU que lo tiene como un gobierno amigo, cómplice diría yo, y dispuesto a utilizarlo contra Venezuela, —-como cuando lo utilizó en el Consejo de Seguridad frente a la vulgar guerra contra el pueblo Iraquí, en particular a Alfonso Valdivieso, Exfiscal y Exembajador en la ONU y hoy quemado en su intento de hacerse elegir por una de las listas uribístas— cuando las circunstancias lo exijan, de hecho el antichavismo que se rezuma entre muchos Uribístas, reelegidos y elegidos, así lo confirma.

De esta manera 6 de los 8 Partidos más votados en el espectro político nacional gravitan bajo la órbita del Uribismo, que le ha dado una verdadera y mortífera estocada al Partido Liberal, quien muy a pesar de sus magros resultados acusa el síndrome de la derrota, de la cual no pudo salvarla ni siquiera el Expresidente César Gaviria, que con total entusiasmo asumió la jefatura de partido bajo el supuesto de enfrentar la maquinaria uribista y obtener una votación decorosa en las legislativas. De este modo, Cesar Gaviria fracasó en el intento de unificar esta sensibilidad política y hoy y ante lo abrumador de la derrota confiesa que piensa dejar la dirección del partido. Desde las voces más obcecadas del Uribismo victorioso se empieza a insinuar que el Partido Liberal debe cambiar de actitud frente a Uribe y si hay reelección no dudo que le pedirán a la dirección del mencionado Partido que le entregue las llaves a Uribe y que le reconozcan como su jefe.

Los partidos Prouribistas están felices, también lo está el narcoparamilitarismo que puede seguir gozando de la impunidad que hoy le provee el Uribismo y que le seguirá garantizando si se confirma la reelección. Por hoy los resultados que arrojan las elecciones les señala que la situación se mantendrá imperturbable y que así se librarán de la extradición, del Tribunal Penal Internacional y que pagarán el tiempo de cárcel sólo el que ellos estimen conveniente. De modo pues, y no hay duda, en estas elecciones ha ganado el Partido de la U, los Conservadores, Cambio Radical, etc, pero también el narcopamilitarismo, en realidad el mayor de los ganadores.

Construyendo un polo

Sin duda, la izquierda agrupada en el Polo Democrático Alternativo también puede darse como una de las fuerzas ganadoras. De hecho el haber obtenido una votación que supera los 900 mil votos (914.964 votos, lo que equivale parcialmente al 9.74% del potencial electoral) no deja de ser significativo en un ambiente polarizado y en donde la extrema derecha invade y pretende eliminar, en una ejemplar forma de combinación de todas las formas de lucha, todas las voces que se oponen al unanimismo e inmovilismo de Uribe. El haber sacado el PDA 11 senadores y 8 representante a la Cámara, sorteando también escollos de tipo interno y sobre todo aquellos derivados del mundo de lo ideopolítico y lo programático, no deja de ser un logro importante. Significativo también resultó la escogencia del ilustre jurista, Carlos Gaviria, como el Candidato por el Polo de cara a disputarle la Presidencia a Uribe. El talante humanitario y su creencia en la radicalidad de la democracia dentro del Estado de Derecho lo hace un candidato firme y seguro, y nos recuerda que en Política no todo vale como de manera inescrupulosa y zafia piensa Uribe. El reto del Polo es grande, urge una oposición desde su seno serena pero certera y más cuando se trate de poner en cuestión lo que afecte el interés general. Antes debe asumirse como partido y actuar como tal, lo que implica un paciente trabajo como quiera de las diversas tendencias que lo constituyen tienen configuraciones ideológicas y políticas muy dispares. El reto es inmenso pero vale la pena y más cuando de atajar la fascitización del país se trata.

Un apunte Final.

Por último, no quiero dejar de pronunciarme sobre lo que ha acontecido con la Circunscripción especial para Senado en relación con los indígenas y en donde el voto en Blanco ha superado y con creces al voto emitido a favor de los candidatos de procedencia indígena. En este sentido resulta afectado Jesús Piñacué y Eulalia Yagarí, quienes se habían lanzado por la Alianza Social Indígena (ASI) y resultaron elegidos. Dado este hecho hay que proceder a repetir la elección entre la ASI y las Autoridades Indígenas de Colombia (AICO) para escoger nuevamente a los senadores por estas circunscripción especial Indígena.

Una gran lección han dado los indígenas a sus pretendidos y desgastados líderes, quienes después de obtener la curul difícilmente las comunidades le pueden exigir responsabilidades sobre sus actuaciones políticas, casi siempre asumidas a título personal y a espalda de las mismas. El modelo de representación indígena hasta ahora conocido ha mostrado su quiebre y el voto en blanco refleja un acto consciente de participación y de repudio a esa manera peculiar, arrogante y despótica, muchas veces, de cómo los representantes de los pueblos indígenas tanto en el senado como en la Cámara vienen interlocutando con la dimensión política de la sociedad mayoritaria, casi siempre a espalda de las decisiones que se toman al interior de las comunidades y de eso Jesús Piñacue, uno de los directos afectados sobre el particular sabe, sin duda, mucho. Los indígenas han plantado cara al clientelismo etnopolitico y buena cuenta y emular este comportamiento se hace imprescindible en la sociedad mayoritaria.

Este hecho de rebote ha afectado a Antanas Mokus, a propósito otro gran perdedor y con un déficit pedagógico inmenso de cara a esta elección, pues él fue inscrito como aspirante a la Presidencia de la República por la Alianza Social Indígenas, y de volver a perder la ASI las elecciones, ésta perdería la personería jurídica y con ello Mokus la aspiración de presentarse a competir por la Presidencia. La derrota de Antanas Mokus es estruendosa como quiera que su Partido Visionario no obtuvo el umbral y sus candidatos no pudieron obtener ninguna curul en ninguna de las dos Cámaras. Los electores tomaron atenta nota de sus ejecutorias en lo social en Bogotá y le dieron la espalda. Yo no dejo de alegrarme por ello. Igual suerte corrió el yuppi Enrique Peñalosa de ingrata recordación para importantes sectores sociales de Bogotá en su controvertido paso por la Alcaldía y quien no sacó tampoco ninguna curul. Y para que la desmemoria no cunda, magnifica la derrota propiciada por los electores a Carlos Moreno de Caro convertido en el bufón de los Consejos comunitarios de Uribe, asistió a casi todos, y sin embargo, eso no le sirvió para quedarse. Muy bien por estos ilustres quemados.