Ahora el libreto está claro: Primero Kiev, después Crimea, luego arrojar la Flota Rusa de Sebastópol, para que no tenga puerto donde anclar. Jaque mate a Putin. Se completaba así el plan de tragarse a Rusia con todas sus riquezas, elaborado durante la Guerra Fría, que comenzó con la subida de Gorbachov y terminó con […]
Ahora el libreto está claro: Primero Kiev, después Crimea, luego arrojar la Flota Rusa de Sebastópol, para que no tenga puerto donde anclar. Jaque mate a Putin. Se completaba así el plan de tragarse a Rusia con todas sus riquezas, elaborado durante la Guerra Fría, que comenzó con la subida de Gorbachov y terminó con la caída de la mal llamada Cortina de Hierro. A Rusia le quedaba de país sólo su nombre, pues se había convertido en una especie de manicomio desorganizado. La llegada de Putin no les asustó, pues lo podían utilizar de rematador. El tiro les salió por la culata y el enigmático líder se convirtió poco a poco en algo más doloroso que ojo de pollo en el talón.
Pensaron soportarlo una sola vez, pero no, a los rusos se les ocurrió elegirlo otra vez; protestaron con todo lo que pudieron, pero el hombre se quedó. Echaron a andar en Ucrania la operación color de hormiga, en la que habían invertido 5000 millones de dólares. Le hicieron creer a Yanukovich que sería bienvenido a la UE. Cuando él leyó el acuerdo, se asustó, pues no sólo cavaba su sepultura sino también la de Ucrania. No lo firmó. Trajeron gente de todos los confines de ese país, que protestaban inicialmente contra la ignominia en la que habían vivido veinte años: miseria, mafias, oligarquías, corrupción. Luego trajeron matones, los habían entrenado en Estonia y en Polonia y los habían encurtido en Chechenia, Irak, Alganistán, Libia y Siria. Primero les encargaron mutilar, aporrear, arrancar los ojos y quemar viva a la milicia (verkut), después, disparar indiscriminadamente contra uniformados y manifestantes. Cien muertos. Luego, la prensa amarilla se encargó de acusar a la verkut, que nunca fue armada por Yanukovich.
Cuando Yanukovich, bajo garantías de la UE y Rusia, firmó más de lo que le exigían, con lo que el problema político se arreglaba, le arrojaron del poder y las bandas nazis, apoderadas de Maidán, eligieron sin siquiera levantar la mano al actual gobierno de mojiganga. Ahora sí, les ofrecen a estos criminales toda ayuda posible, porque dizque representan a Ucrania, pero sólo representan a la ultraderecha, y pretenden que Rusia les dé su bendición.
Con este prolegómeno, Crimea realizó un referéndum. La abrumadora mayoría de su población escogió el retorno a la madre patria, Rusia, pero ellos lo declararon ilegal; antes habían avalado el de Kosovo, pese a que Dick Marty, relator especial de derechos humanos de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, según revela The Guardian, acusó al primer ministro kosovar, Thaçi, de ser «jefe de un grupo albano, similar a la mafia, responsable del contrabando de armas, drogas y tráfico de órganos humanos en Europa». ¡Qué estulticia!
A todo lo anterior habría que añadir que en esto de falsear la verdad, los EEUU y la UE mienten tanto que ya superaron la desfachatez con que lo hacía Hitler. Dicen que el gobierno de Kiev no es neonazi, pero el rabino Finkel les desdice en la TV de Israel y sostiene que éste tiene la misma ideología de los que asesinaron a sus abuelos; dicen que ese gobierno es legítimo porque lo posesionó la Rada, pero no es eso lo que exige la Constitución de Ukrania; dicen que las manifestaciones de Maidán eran pacíficas, pero se puede ver en YouTube lo contrario, que los neonazis quemaban vivos, arrancaban los ojos, descuartizaban y disparaban a los miembros de la Berkut; dicen que el gobierno disparó contra los manifestantes, pero el ministro de Asuntos Exteriores de Estonia, Urmas Paet, y la máxima responsable de Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, se comunican entre ellos y reconocen que quienes dispararon contra los manifestantes y la policía (berkut), y que por lo tanto son responsables de las muertes de Maidán, eran un grupo de francotiradores que, aparentemente, fueron contratados por miembros del actual gobierno que por esa razón no quieren investigar el asunto; dicen que los rusos intervienen en los asuntos de Ucrania, pero Nuland, mano derecha de Kerry, es quien ordena al Embajador de los EEUU en Kiev negociar para que el actual títere de Ucrania, Arceni Yatseniuk, funja Primer Ministro; dicen que el referéndum de Crimea es ilegal, pero ellos con la ONU avalaron al referéndum de Kosovo, en Crimea la gente participó masivamente y la pregunta sobre la adhesión a la madre patria, Rusia, ganó de manera abrumadora; dicen defender la integridad territorial de Ucrania, pero Matlock, ex Embajador de los EEUU en Moscú,sostiene que «… dictar lecciones de respeto a la integridad territorial puede ser vista por el mundo como la pretensión de los EEUU a tener un derecho especial, que los demás países no poseen» y da una montonera de ejemplos de las veces que los EEUU invadieron otros países; dicen que Rusia ha ocupado Ucrania, pese a que es la propia población ucraniana la que se ha organizado en autodefensas para impedir que la masacren los neonazis y son oligarcas de Ucrania los que han contratado a mercenarios de norteamericanos de blackwater para reprimir a su misma gente; para ayudar al pueblo ucraniano, el Congreso de los EEUU asigna al gobierno de facto de Ucrania mil millones de dólares, lo que además de inconstitucional va a ir a manos de la mafia de Ucrania. Únete a nuestras mentiras, reconoce y negocia con nuestros títeres, le exigen a Rusia, sino… En fin, hay mucho más, pero para qué abrumarlos con tantos datos.
Mi abuelita decía que para para mentir y comer pescado hay que tener mucho cuidado, pues primero se coge al mentiroso que al ladrón.
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