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Revelaciones explosivas

Grabaciones secretas desvelan que el presidente colombiano les ofrece a los paramilitares evitar la extradición a Estados Unidos

Fuentes: Semana

La revista SEMANA divulga unos casetes en los que por primera vez se muestra cómo el gobierno negocia con las autodefensas y revela cómo la mafia se está adueñando del paramilitarismo en Colombia. La negociación secreta finalmente sale al aire

El presidente Álvaro Uribe ofrece a las autodefensas usar la facultad discrecional para evitar la extradición y que sean juzgados por la Corte Penal Internacional (CPI). Estos son sólo dos de los temas abordados en la última reunión entre el gobierno y las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), en la que Salvatore Mancuso decidió marginarse de la negociación del proceso de paz.

Como los demás comandantes paramilitares han depositado su confianza en Mancuso, y además él ejerce ante el gobierno de interlocutor oficial de los diferentes grupos de autodefensas, no es exagerado afirmar que el proceso está en su punto más crítico desde que arrancó oficialmente el pasado primero de julio.

Esta serie de hechos son revelados en exclusiva por SEMANA, que tuvo acceso a 10 horas de grabación de la negociación hasta ahora secreta. En éstas quedan en evidencia además los graves problemas por las deserciones de mandos medios y combatientes rasos y la creciente infiltración de la mafia de la droga en todas las estructuras de los paramilitares.

La penetración por los tentáculos del narcotráfico ha llegado al extremo de que los propios comandantes ‘paras’ ahora se alarman por esta situación. «Tenemos muchas disidencias», le reconocieron a Luis Carlos Restrepo, Alto Comisionado para la Paz, varios de ellos para informarle que «varios de sus hombres se salieron del control» y que «los narcotraficantes se están aprovechando de esa situación». Para los paramilitares, según las grabaciones en poder de esta revista, «hay varios bloques con notables disidencias». Según ellos, el estar encerrados en la Zona de Ubicación, la «lejanía» y «la falta de contacto» con sus hombres hace que se presenten este tipo de situaciones.

Por si todo esto fuera poco, SEMANA conoció la reciente metamorfosis de Diego León Montoya, alias ‘Don Diego’, uno de los 10 hombres más buscados por el FBI, quien hasta hace un tiempo era conocido por ser el jefe del cartel del norte del Valle del Cauca y ahora compró el bloque paramilitar ‘Héroes de Rionegro’ con el objetivo de entrar a negociar con el gobierno (ver recuadro).

El laberinto del proceso

Las jornadas de discusión reflejan el grado de dificultad que atraviesa la máxima apuesta de paz de la administración Uribe. En la última reunión a la que asistió Mancuso, Restrepo llegó hasta un punto conocido como el ‘6’ en la Zona de Ubicación, en Santa Fe de Ralito, al que se entra por una carretera angosta, amarillenta, que serpentea entre las espléndidas llanuras cordobesas. Ese día el Comisionado había convocado a una reunión con los principales miembros del Estado Mayor negociador de las autodefensas. En el lugar lo estaban esperando Salvatore Mancuso, ‘Adolfo Paz’, ‘Jorge 40’, Miguel Arroyave y Ernesto Báez.

Mancuso le contó al Comisionado que en la mayoría de los bloques se estaban presentando disidencias de algunos mandos medios que estaban «armando rancho aparte» y que podían caer en manos de narcotraficantes. Y fue más allá al aceptar que dentro del propio Bloque Norte, que él comanda y que extiende sus dominios en toda la Costa Caribe, ya se había presentado incluso un caso de un comandante que llevaba varios años en las filas paramilitares y que terminó armando una disidencia con un grupo de hombres para trabajar al servicio de un capo. «Imagínese, si me pasa eso a mí, que los que tengo aquí a la vuelta de la oreja», dijo Mancuso.

Miguel Arroyave tomó la palabra y le dijo al Comisionado que dentro de su propio bloque que comanda en los Llanos se estaban presentando ese tipo de situaciones, en gran medida porque desde hacía mucho tiempo no podía visitar sus tropas. A Arroyave se le concedió el permiso para salir de la Zona de Ubicación. Partió un par de días después de la reunión en Ralito y encontró la muerte bajo las balas de una disidencia de sus propios hombres que cayó en manos de narcotraficantes (ver recuadro).

Si bien el tema de capos de la droga vinculados con los paramilitares no es nuevo, e incluso ya ha salido a la luz pública la presencia de varios de ellos en la mesa, lo que resulta novedoso es que los tentáculos de ese matrimonio con el narcotráfico se han devuelto como un bumerán para los considerados ‘paramilitares puros’ y se han convertido en un cáncer que los está devorando por dentro.

Mancuso, ‘Jorge 40’ y los demás comandantes que estaban con Restrepo hicieron énfasis en ese punto durante la reunión. Le dijeron al Comisionado que era necesario que los dejaran reaccionar y tomar las medidas del caso frente al tema de las disidencias de comandantes. Él y los demás le afirmaron que no sabían realmente cuántos comandantes podían estar en rebeldía, lo que tendría unas consecuencias demoledoras para el proceso, que de por sí a esas alturas ya es visto con bastante desconfianza por muchos colombianos.

La charla, que a esas alturas ya había adquirido ribetes de pugnacidad verbal, continuó su curso. La cúpula de los ‘paras’ le insistió al Comisionado que debido a la imposibilidad de los comandantes de informarles nada concreto sobre el futuro del proceso a sus hombres, había inconformismo e incertidumbre en las tropas, los cuales estaban siendo capitalizados por narcotraficantes que ponían millones de dólares sobre la mesa para conformar sus ejércitos privados. Es decir que mientras el país asiste a una negociación entre dos partes, subterráneamente están germinando cientos de nuevos hombres armados al servicio de capos del narcotráfico o de sus propios intereses individuales «Hay un bloque del cual ya hay una disidencia de 25 hombres. La lejanía con ellos hace que se presenten este tipo de situaciones», explicó en la reunión ‘Adolfo Paz’ o ‘Don Berna’.

La situación para Restrepo era muy difícil porque ahora quienes se quejaban eran nada más ni nada menos que algunos señalados de ser narcotraficantes, varios de ellos incluso pedidos en extradición por Estados Unidos. El propio Arroyave había sido calificado de ser ‘el rey de los insumos’ por el entonces director de la Policía Rosso José Serrano, en el momento de su captura hace cinco años. (Ver última entrevista de Arroyave). «Varios de ustedes tienen serios problemas judiciales y algunos están pedidos en extradición», les recordó en tono enérgico el Comisionado. En efecto, Diego Fernando Murillo Bejarano, alias ‘Adolfo Paz’ o ‘Don Berna’, comandante del Bloque Cacique Nutibara; Guillermo Pérez Alzate, alias ‘Pablo Sevillano’, comandante del Bloque Libertadores del Sur, y Víctor Mejía Múnera, alias ‘Pablo Mejía’, comandante del Bloque Vencedores de Arauca, están pedidos en extradición. Todos por narcotráfico y lavado de activos.

Más ejemplos
Y es que el tema de la extradición, en particular, y el jurídico, en general, se han convertido en una espada de Damocles en este proceso, tal como se refleja en las grabaciones. En una de las jornadas que están consignadas en los casetes a los que tuvo acceso SEMANA, las partes dedican tres de las cinco horas a pedirle a Restrepo una definición sobre las garantías jurídicas para seguir adelante.

Los voceros de las autodefensas reclaman un documento escrito que les señale la ruta. En este punto, Restrepo se indigna porque considera que los paras lo que están haciendo es dilatar el proceso. Y les recuerda que el presidente Uribe se ha comprometido con ellos, a través de Restrepo, a informarles que cuenten con que él usará la facultad discrecional para no extraditarlos. Para los paras, eso no es suficiente porque le aclaran que aunque confían en la «palabra del Presidente», éste «tendrá una discrecionalidad que va a durar lo que dure Uribe en el gobierno». «Y, después ¿qué va a pasar?», preguntó Mancuso. «Nuestra incertidumbre es creer en la palabra nada más de un hombre», detalla ‘Jorge 40’. Restrepo les explica que el presidente Uribe no puede ir más allá. Además les recuerda que de cualquier manera sus procesos judiciales van a seguir en Estados Unidos. Sin embargo hace énfasis en despejarles uno de los temores de los paramilitares que es la Corte Penal Internacional. «Esta no es un peligro. El gobierno ofreció un proyecto de ley que bloquea la acción de la Corte Penal Internacional», les aclara el Comisionado. Por su parte, Restrepo les exige jugar limpio porque a su juicio éstos no lo están haciendo, tal como lo demuestra la desmovilización del Bloque Cacique Nutibara en Medellín, que se realizó el año pasado con la entrega de 845 hombres. «En el proceso de Medellín nos revolvieron delincuentes callejeros 48 horas antes y nos los metieron en el paquete de desmovilizados», les dice. El Comisionado les exige que los que tienen que dar pasos hacia delante son los paras. Por ejemplo, la desmovilización.

Entonces Mancuso le ofrece que él está dispuesto a desmovilizarse ya con Ernesto Báez y el Bloque Catatumbo «para empezar a hacer política». «A mí no me metan cuentos», les replica Restrepo, quien les dice que este gobierno no va a permitir desmovilizaciones a medias y menos a la mitad de un grupo que hace política mientras los otros continúan con las armas en la mano.

Horas calientes

Por si fuera poco, el ambiente tirante entre las partes que queda en evidencia con las grabaciones sacadas a la luz por SEMANA, cuatro días después de esta conversación fue asesinado Miguel Arroyave. Este homicidio produjo más desconcierto e indignación entre todos los comandantes concentrados en Ralito. A la decisión de Mancuso de retirarse de la mesa, entre lunes y martes de la semana pasada, se sumó el 70 por ciento de los jefes paras. Entre ellos había consenso de que lo mejor era levantarse.

Por eso, el miércoles de la semana pasada Restrepo convocó a una nueva reunión a los comandantes. Aunque muchos pensaron en no asistir como una forma de protesta y de dejar en evidencia el malestar con el gobierno, finalmente acudieron a la cita una docena de comandantes. El gran ausente fue Salvatore Mancuso. Durante las cuatro horas que duró esa reunión, Restrepo soportó los reclamos de los paras por lo que había ocurrido con Arroyave. En el encuentro, Restrepo recibió una carta que le envió Mancuso en la que decía que no iba a asistir a esa reunión y no estaría, por ahora, en ninguna otra porque estaba en un momento de reflexión porque lo que había visto del Comisionado era una actitud «cerrada», «hostil» e «irrespetuosa». Mancuso le envió copia de la misiva al propio presidente Álvaro Uribe. Durante las horas que duró esa reunión los comandantes allí presentes le dijeron a Restrepo que era necesario contar con Mancuso, ya que lo consideraban su vocero natural, y una negociación sin él era prácticamente inviable. «Así el proceso está acabado», le dijo uno de ellos. El Comisionado volvió a ser vertical, tal como lo había hecho en las citas anteriores. Y es que en las grabaciones, Restrepo actúa seguro y no se deja acorralar en ningún momento. Eso se nota en uno de los encuentros en que la discusión es tan acolarada que el Comisionado golpea la mesa con fuerza. El café y el agua que estaban servidos van a dar al piso.

Además de la tensión por las posiciones diametralmente opuestas, Restrepo les recordó que el tiempo juega en contra. Y les dijo que tienen plazo hasta este 20 de octubre para que definan si se van a desmovilizar o no, porque si no ejecuta el presupuesto, el ministerio de Hacienda lo quita. «El año pasado prorrogamos la desmovilización de 3.500 hombres y ese dinero se perdió», les recuerda el comisionado.

La sombra de los narcos

El tema de fondo es el inmenso poder de las mafias de la droga que quieren sacar provecho de una negociación de paz con los paramilitares. Y es que lo que se ha discutido en la mesa en varias oportunidades toca un asunto que no sólo complica la negociación sino que plantea una de las problemáticas más complejas y preocupantes que se avecinan en Colombia: el apoderamiento del paramilitarismo por el narcotráfico. La transformación de una serie de capos en paramilitares es sólo el retrato de un fenómeno de los barones de la droga que está fortaleciéndose gracias a la captura de estructura militar y el control territorial que han logrado los paramilitares. Lo que se está empezando a ver en la organización criminal de la droga es un desplazamiento de los pequeños carteles que operaban en los centros urbanos a cuarteles militares en zonas rurales para manejar su negocio de manera más segura.

De esta situación se fortalecen todos los eslabones del narcotráfico. Por un lado, los capos pasan de las ciudades, donde son mucho más vulnerables frente a la inteligencia de las autoridades, a zonas rurales de difícil acceso. En segundo lugar, pasan de tener un brazo sicarial a una estructura militar con cierta unidad de mando y sofisticadas ramificaciones en las ciudades para ajustes de cuentas, como ocurre con el Bloque Cacique Nutibara en Medellín y el Frente Capital en Bogotá. En tercer lugar logran un control territorial que les permite proteger los corredores estratégicos y las rutas de embarque de la droga. Eso sin duda facilita el proceso de comercialización.

Esta acelerada narcotización de los paras -o paramilitarización del narcotráfico- también tiene efectos perversos para el futuro de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Por un lado, como quedó en evidencia en la mesa de negociación, se está produciendo un resquebrajamiento de la estructura militar, en la cual la disidencia de frentes de hombres fuertemente armados terminan al servicio de capos de la droga. Estas ruedas sueltas pueden llevar a una atomización de las AUC que puede herir de muerte aún más el proceso de negociación y complicar la lucha del Estado contra el narcotráfico. Y por otro lado están los capos de la droga que son perseguidos por la justicia colombiana y los gringos y que ven en el proyecto antiinsurgente del paramilitarismo la posibilidad de adquirir un estatus político al comprar un número de hombres y vestirse de camuflado.

Frente a esta realidad es difícil mirar con optimismo lo que sucede en Santa Fe de Ralito. Sobre todo si a lo anterior se le suma que varios de los jefes paramilitares que están sentados en la mesa son solicitados en extradición por Estados Unidos como el propio Mancuso, Adolfo Paz y recientemente Juan Carlos Sierra. Frente a este tema del narcotráfico el Departamento de Estado de Estados Unidos ha sido enfático en señalar que no va a permitir que esta negociación sea una gigantesca operación de lavado de dinero ni un medio para que los capos y sus carteles laven tranquilamente su pasado.

Aunque el gobierno colombiano tiene que hacer todos los esfuerzos posibles en medio de estas dificultades para sacar hombres a la guerra y lograr una negociación productiva para el país, hay intereses demasiado poderosos detrás de la lógica del conflicto armado colombiano. Y el narcotráfico ha demostrado ser sin duda el actor que tiene el bíceps más fuerte.

Los secretos de la negociación

A continuación algunos de los temas tratados entre las AUC y
el Gobierno y que hasta ahora salen a la luz pública

SEMANA revela las negociaciones del pasado 9 de septiembre en las que hubo de todo. Peleas, incertidumbre, pesimismo, denuncias de un espía en la Oficina del Alto Comisionado y ofrecimientos del presidente Uribe. Estos son los apartes principales.

Extradición
Es uno de los temas que más incertidumbre despierta en los mandos de las AUC, quienes sostienen que están creyendo nada más en la palabra de un hombre: Álvaro Uribe Vélez.
Habla el Alto Comisionado. «Hay una oferta del Presidente que dice: Yo no puedo modificar el tema de la extradición porque esto se me convierte en un problema internacional inmanejable. Yo no puedo en medio de una campaña electoral o en medio de unas relaciones de cooperación con Estados Unidos pretender modificar este tema. Ante esa realidad dice el Presidente: Yo uso mi discrecionalidad como Presidente. Para un buen entendedor, eso es lo que ofrece el Presidente. De hecho se está usando para contener el asunto. Si eso no es posible digan expresamente… no nos movilizamos.

Corte Penal Internacional
Hay pesimismo en la zona de Ralito sobre el requerimiento que les puede hacer la Corte Penal Internacional. «¿Qué va pasar?», le pregunta Mancuso al Comisionado.
«Por la Corte Penal Internacional no hay problema. Empezó a operar para Colombia solo a partir de noviembre de 2002 y hasta 2010 solo cobija los delitos de genocidio o de agresión. O sea que el peligro de la Corte no es inminente. Solo opera si no se ha impartido justicia en el país. Esa es la razón por la cual el modelo que se está planteando es de juicio y condena en el país. El hecho de que el gobierno ofrezca un proyecto de ley, que contempla una pena privativa de la libertad, es importante porque bloquea la posibilidad de esa jurisdicción internacional».

Un espía en Palacio
Después de una acalorada discusión, todos guardaron silencio en Ralito. Escucharon al propio comisionado Luis Carlos Restrepo denunciar a un alto asesor de su oficina a quien descubrieron vendiendo información sobre el proceso de paz.
«Una persona del equipo del gobierno que me acompañó durante meses a estas reuniones fue expulsada por malos manejos. Nos dimos cuenta de cosas muy graves, muy graves. Yo mismo le dije: Señor, no me gustaría que el día de mañana, todos los contactos que usted conoció dentro del gobierno, bajo la reserva del gobierno, usted saliera a venderlo al mercado. Por su seguridad personal no se enrede en esto. Usted es un hombre inmaduro que le gusta jugar al espía. No quiero verlo en Ralito. Fue un desleal con la oficina».

Disidencias
‘Jorge 40’, Mancuso y ‘Don Berna’ están preocupados por la cantidad de hombres que se han apartado del proceso ante la falta de un marco jurídico que les garantice su desmovilización.
«Hay un bloque en donde ya hay una disidencia. Hay 25 hombres en una zona en la que ellos dicen que siguen aparte. Eso es producto de la falta de información, de la incertidumbre, del nerviosismo y por la lejanía y la falta de contacto de nosotros con muchos de nuestros hombres que han optado por unirse a los narcotraficantes.

La pelea
El tema de los asesores de las AUC que quieren llegar a la zona pero no lo hacen por seguridad fue uno de los temas que alborotó la reunión. Luis Carlos Restrepo dio puños en la mesa, mientras Mancuso y ‘Jorge 40’ controvertían sus argumentos a gritos.
«Que me llamen las personas que tengan temor de venir aquí y yo les explico, dijo el Comisionado. Si tienen valor para hablar con ustedes, que tengan valor para hablar conmigo. Yo soy un poco gritoncito y alegoncito, pero no tienen por qué tenerme miedo».
«¿O sea que todos los que quieran llegar a la zona tienen que pasar por su filtro?»,
le replicó Mancuso. Se escucha un golpe fuerte. Es el puño del Comisionado sobre la mesa y en un tono enérgico dice: ¡»Yo le digo Mancuso, yo mando en esta zona y yo digo quién tiene que entrar!». El jefe de las AUC replica: «Hágame el favor y me respeta». De pronto se oye otra vez un poco más duro: «¡Yo no creo personalmente en lo que se está gestando aquí!», era ‘Jorge 40’. ¡Entonces por qué está en el proceso!, le pregunta Restrepo.
Los jefes paramilitares le dicen a Restrepo que tiene que hacer algo porque sus asesores políticos tienen temor de entrar a la zona porque pueden ser judicializados. «La policía los investiga, los interroga», le dicen en referencia a los retenes que se han montado alrededor de la zona de encuentro. El Alto Comisionado les responde que entiendan que ese puede ser el mismo temor que tienen muchos colombianos en las zonas «donde ustedes hacen presencia»

«No soy tan tonto para no entender su estrategia»: Restrepo

Apartes de una de las grabaciones. En esta, el pasado 12 de agosto, el comisionado Restrepo les dice a las AUC que la desmovilización de Bloque Cacique Nutibara fue «una vergüenza pública»

Yo tengo entendido que esto es una mesa colectiva y por supuesto es muy importante lo que dice Mancuso, pero qué bueno sería escuchar al resto de ustedes. Aquí no ha hablado sino Mancuso. Yo no sé qué piensan los demás. Así no puedo transmitirle una imagen adecuada al gobierno. Si yo voy y le digo al Presidente…el asunto quedó cancelado. No se puede debatir. ¿Y qué más le digo si aquí nadie más habla? No sé lo que piensa Ramón Isaza, ni don Daniel, ni Pablo. Y cuando vino aquí Miguel Arroyave no habló. Hicimos un gran esfuerzo para traerlo a esta mesa y no habló. Entonces uno dice: ¿Qué sucede?¿Qué pasa?».



En un tono enérgico, Restrepo les señaló las dificultades que atraviesa el proceso y sostuvo que si el Presidente negocia con ellos, es por generosidad y no por miedo.
«Sería un grave error que ustedes creyeran que el poder que tienen en esta mesa depende del número de hombres armados que tienen».
De hecho, les dijo que Uribe firmó unas condiciones para que no sean capturados en la zona, a pesar de que nunca ha sido posible tener clara la lista de las personas que están en Ralito y a pesar de las sospechas que se han generado.
«Esta es un enorme muestra de confianza, a pesar de esa vergüenza pública del enfrentamiento el año pasado con el Bloque Metro. A pesar de lo atípico que fue el proceso de Medellín en el que nos revolvieron delincuentes callejeros 48 horas antes y nos los metieron en el paquete de desmovilizados. A pesar de todas esas irregularidades que se presentaron, nosotros validamos el proceso porque creemos que es un método efectivo de recuperar la institucionalidad. Nosotros no los estamos tratando como delincuentes comunes. Aquí hay personas extraditables. Ustedes saben bien que nosotros hemos respetado la presencia de personas cuestionadas como Pablo y Darío».
Restrepo le advirtió a la plana mayor de las AUC que hechos como los registrados en SEMANA en su edición del pasado 9 de agosto no se pueden repetir.
«Lo que nos genera inestabilidad es lo que está pasando. Un hecho como la carátula de SEMANA eso sí genera un impacto internacional. Que un hombre que estuvo en el Congreso, sea cierto o no sea cierto, con todo el respeto a Báez, aparezca como un gran narcotraficante….eso invalida completamente las pretensiones».
Les dijo además que los homicidios cometidos por algunos de ellos en la zona de ubicación se han manejado con cuidado para evitar un escándalo público.
«Yo les dije antes de que fueran al Congreso: Entiendo sus pretensiones pero no las comparto. No soy tan tonto para no entender su estrategia. Ustedes lo que buscan es posicionar un discurso político con la esperanza de que el mundo los entienda políticamente. No sé si lo lograron. Pero si lo hubieran obtenido, una publicación como la de SEMANA lo golpeó terriblemente. Es más, las denuncias de los ciudadanos, incluso aquí en los límites de la zona de ubicación, en donde se están cometiendo homicidios que comprometen a personas que están dentro de la zona, es un asunto que nosotros hemos manejado con el mayor cuidado para evitar un escándalo público que nos haga daño».
Les aconsejó que si quieren hacer política lo hagan de frente al país y que digan de una vez por todas cuáles son sus pretensiones judiciales.
«Todo en política tiene un momento y uno no puede dejar pasar el momento». Y mirando a Mancuso le dijo: «Si usted quiere mostrarse como candidato al Congreso…¡Hágalo!. Es mejor entrar en una actitud de cooperación y no de forcejeo. Y si ustedes dilatan y dilatan el proceso están cometiendo de alguna forma un suicidio».
Cuando entraron a hablar sobre el asunto judicial Mancuso señaló: «¿Cómo avanzamos para complacerlos a ustedes? No existe hoy un marco jurídico para la reincorporación de nuestros hombres a la vida civil. No existe. Entonces, cómo avanzamos. Díganos».
En medio de la discusión un tanto acalorada, Restrepo dijo que eso es básicamente lo que se está negociando pero dentro del marco de la institucionalidad y del Estado de derecho.
«¿Por qué no hablan claro? ¿Si lo que quieren es indulto y amnistía por qué no lo piden? ¿Por qué no lo justifican frente al país? ¿Por qué le dan tantas vueltas? Nosotros creemos que están dadas las condiciones jurídicas para avanzar. ¿Hasta dónde? Hasta donde la juridicidad nos permite en este momento», les dijo.

El miedo