Cronopiando Al jugador de fútbol del Barcelona, Oleguer Presas, la firma alicantina Kelme le ha retirado el patrocinio por un artículo que el jugador publicara días atrás en algunos medios, en el que expresaba la escasa fe que tiene en la justicia española y, lo que para algunos es peor, con elegancia y buena pluma, […]
Al jugador de fútbol del Barcelona, Oleguer Presas, la firma alicantina Kelme le ha retirado el patrocinio por un artículo que el jugador publicara días atrás en algunos medios, en el que expresaba la escasa fe que tiene en la justicia española y, lo que para algunos es peor, con elegancia y buena pluma, razonándolo, aportando datos y nombres, y contrastando casos.
La firma Kelme, según tengo entendido «gobernada» por el Partido Popular, lo que ninguna importancia tendría si esos directivos no confundieran sus amores políticos con sus pasiones empresariales, a través de su portavoz ha hecho saber que «aboga por la libertad de expresión y el libre pensamiento»…por lo que, en lógica consecuencia, retira el patrocinio al jugador ya que con este tenía un acuerdo en base a «criterios única y exclusivamente deportivos».
En primer lugar, la libertad de expresión y el libre pensamiento no son prendas que dependan del albedrío de nadie. No es Kelme, ni son esos directivos los que puedan permitirse el lujo de sopesar si abogan o no por la libertad de expresión porque ésta es un derecho universal. Por lo está de más en esa nota oficial de la empresa su parecer sobre libertades y expresiones. Lo que piense la empresa al respecto es irrelevante. Legalmente está obligada a respetar ese derecho gústele o no.
En segundo lugar, si los criterios eran deportivos ¿cuál es el problema? ¿Ha hecho el jugador declaraciones que atenten contra los productos de la propia empresa que lo patrocina? ¿Ha puesto en duda la calidad del material que usa? ¿Está utilizando Oleguer botas de la competencia? ¿Alguna cláusula secreta del contrato obligaba al jugador a preservar su fe en la justicia española? ¿Creer en la justicia española es un mandamiento?
Como cualquier otro ciudadano, Oleguer tiene su personal visión sobre lo que ocurre en la sociedad en la que trabaja y, simplemente, la manifiesta. Y eso es todo, la opinión de una persona sobre su perdida fe en la justicia española, circunstancia que nadie conoce mejor que ella y que, en cualquier caso, comparten millones de personas, al margen de las que si no han perdido la fe sólo se debe a que nunca la tuvieron.
Por si no bastara con la empresa alicantina, también el propio presidente del Barcelona ha amonestado «cariñosamente» a su jugador, al tiempo de enfatizar su natural apego al libre pensamiento y a la libertad de expresión.
Me pregunto si hay un sindicato de futbolistas profesionales y si se habrá dado por enterado de lo ocurrido con Oleguer y las desconsideraciones y atropellos de que ha sido objeto el catalán.