Recomiendo:
0

Guerra y Paz

Fuentes: Rebelión

Apasionante el tema que al calor del verano se ha movido en la prensa a finales de agosto. Coincido con uno de los ponentes, solo en lo que dice ser sus puntos de partida para resolver el conflicto (como mínimo en lo personal) de incompatibilidad entre ciencia y religión; menos coincidencia con quienes sobre espiritualidad […]

Apasionante el tema que al calor del verano se ha movido en la prensa a finales de agosto. Coincido con uno de los ponentes, solo en lo que dice ser sus puntos de partida para resolver el conflicto (como mínimo en lo personal) de incompatibilidad entre ciencia y religión; menos coincidencia con quienes sobre espiritualidad y religión han intercambiado saberes y pareceres, quedando en el tintero el más transcendental por su alcance universal: Ciencia y espiritualidad o Ciencia de la existencia.

Tema ilusionante por su potencial pedagógico en lo íntimo e individual, profundo y sagrado por su transcendencia a futuro, pero muy en particular, urgente por vital, si es que aún nos queda tiempo y cordura para recuperar entre oriente y occidente un mínimo de condiciones de seguridad y ánimo para la convivencia intercultural, totalmente desbaratada la primera y destrozada la segunda por un mal hacer histórico.

La introducción me da paso a comentar sobre causas y consecuencias de sucesos como los de Barcelona. Del conjunto de hechos, ecos, relatos, reacciones, análisis, decisiones, etc. incido en algo que debería ser el epicentro de todo análisis y que nos exigiría aplicarnos por una vez en poner el foco y medios sobre él; me refiero a elaborar un diagnóstico fiel a partir de ser auténticos y honestos a la hora de contestar: ¿porqué golpean a occidente? ¿tendrá algo que ver nuestro hacer histórico para con estas culturas…aún hoy?

En ámbitos médicos, los análisis, diagnóstico, tratamiento, contraste, terapias convencionales y alternativas, al ser una disciplina científico-experimental muy extendida y de amplio espectro social de aplicación, exigen como imponderable una dotación y cualificación del especialista para tratar los trastornos en la salud, pero por encima del imponderable técnico-profesional, está su condición de conciencia, su ética cívico-espiritual, que exige otro imponderable: educación y vocación para su función…..cuando en el ámbito político, habiendo infinitamente más vidas en juego, se permiten mercadear y hasta traficar con la dignidad y los recursos de los ciudadanos, valiéndose de que para la función pública no se exige…¡no se exigen! más que alineación ideológica y fidelización sectaria.

«Han atentado contra nuestros valores»….clamaban desde altas instancias políticas e institucionales del estado. ¿De qué valores hablan? ¿dónde han dejado valores de supervivencia como la igualdad, cuando día a día vemos como a niños, madres y ancianos, van desheredando de ese manto de coberturas y riqueza comunitaria, sumiéndolos en la pobreza?.. ¡hipócritas!

De lo reflejado en prensa me detengo en aquello que se ha incidido muy poco. Una vez más fieles espejos cuasianónimos donde mirar quienes desde la radicalidad más exigente buscamos, resoluciones sinceras a favor de la paz. Me refiero a la foto de un bombero con un pequeño cartel en la manifestación: «Felipe, quien quiere la paz no trafica con armas» y un artículo de prensa titulado: «Clientes de armas españolas».

Datos contrastables y avalados de fuentes fieles sobre contenidos belicoso-mercantiles, desenmascaran pactos para crear guerras por parte de grupos empresariales y gobernantes nada cualificados para la paz y el orden del país, en base a perversos intereses de poder.

Situaciones gestadas y conflictos creados desde el exterior: boicot y bloqueo comercial, desabastecimiento de productos de primera necesidad, mercenarios armados infiltrados en la vida civil, sabotajes, terrorismo y excesos de violencia urbana buscando crear alarma social y levantamiento de las masas para deponer mandatarios….han sido germen de posteriores guerras civiles con una gran demanda de armas, en las que el 95% de las víctimas son ciudadanos inocentes del propio país. Toda manipulación y posterior intervención militar del exterior o golpe de estado interno en aras a «restablecer la paz» entre las facciones, siempre ha contado con el aval de Naciones Unidas en base a informes falseados. Viejo manual de insurrección para escuelas de guerra urbana gestada en la década de los 70 y que tanto horror causaron…….Es mi denuncia a favor de la no guerra.

También el papa Francisco denuncia este «juego» perverso del negocio de la guerra y clama a favor de la reconversión de nuestros gobernantes e instituciones mundiales: «Es una absurda contradicción hablar de paz, negociar la paz y al mismo tiempo promover o permitir el comercio de armas. Esta guerra de allá, esta otra de allí, ¿es de verdad una guerra por problemas o es una guerra comercial para vender estas armas en el comercio ilegal y para que se enriquezcan los mercaderes de la muerte? Acabemos con esta situación. Pidamos todos juntos por los responsables de las naciones para que se comprometan con decisión a poner fin al comercio de las armas que causan tantas víctimas inocentes».

De ese «juego», se extraen corolarios político-sociales que reflejan enormes dramas humanitarios y se dan progresivamente, con responsabilidades en el ámbito de la política institucional y monárquica españolas.

Me ha resultado inevitable entrar en el odioso campo de la política institucional y partidista, y lo separo de la política a secas con el mismo encono que distingo y separo, lo religioso ligado la tradición y el machismo, de lo espiritual ligado a la ciencia del sentir la existencia.

Más que desde la grosería infame de lo institucionalizado, elijo entrar en tema desde la metodología amable que invita la psicopedagoga infantil María Montessori cuando asegura: «Todo el mundo habla de paz, pero nadie educa para la paz, la gente educa para la competencia y esta es el principio de cualquier guerra. Cuando educamos para cooperar y ser solidarios unos con otros, ese día estaremos educando para la paz» .

La paz se crea. Primero como anhelo para luego construirla teniendo como piedra angular la fé. No una fé ñoña, ni la devenida de un adoctrinamiento ciego, a la manera que les conviene y predican las elites desde sus tribunas privilegiadas; si a crear un anhelo (semillas de paz) con el valor añadido de la certeza de que se va a cumplir (árbol de la Paz).

Siempre que seamos capaces de descubrir y compartir esa piedra angular imprescindible, edificamos cada uno en sí la misma Paz que en cada amanecer el Planeta nos regala con alegría para respirarla en lo global, aunque luego en cada atardecer llora, al percibir el desagradecimiento y guerra de y entre sus hijos. Al día siguiente vuelve amable en su entrega para un reparto igual, pues todo lo perdona…. aunque no todo lo consiente.

La paz se crea, el amor (despierto) se siente y la libertad se gana. Tres pasos correlativos e indispensables para recobrar la honra y el pudor perdidos como valores de riqueza primigenia que nacidos del Amor, ya eran en nosotros antes de que nuestros padres nos atrajeran a la vida. La justicia, la ley, son puerta para esa paz, y la igualdad la llave para abrirla o no. Hoy esas llaves están en el fondo del mar… ¿quién irá a buscarlas???

Un tratamiento sincero (anhelo) y a su vez abierto, desde lo íntimo de las personas, crearía (certeza) horizontes de optimismo y cauces hacia nuevos estudios para el desarrollo de la paz, desde los diferentes ámbitos de nuestra vida social, académica, científica y espiritual, con el fin de recobrar nuestra condición humana, y no tanto por rezos, concentraciones y pactos como parcheo que no dejan de ser puro postureo…..que hasta la mancillan.

Como dice la escritora Manuela Hernán: «No sirven los parches nuevos en un vestido viejo». Entiendo que viene a decir que sin educación en la paz no hay progreso ni evolución, puesto que en coyunturas tan decadentes como la actual y con actores más degenerados que nunca, los extremos se juntan en un mismo cerebro, hasta «pegarse» y rasgarse sus viejas vestiduras, en una simbiosis coincidente del fanatismo exacerbado por la codicia de poder a través del dinero para occidente y de la religiosidad para oriente, sumidas ambas en economías de guerra, destructora de valores humanos y vidas.

«Póngase sobre la mesa la carta de la Paz. Vea la mirada del hombre lo que hasta su último tiempo le hizo vivir sufriendo la injusticia. Sepa el hombre la verdadera defensa que le protege y gánese la última batalla: la batalla de la Paz. No se la conquista por violencia, no se la conquista por injusticia. Porque la Paz está llamando a los hombres no son ellos los que la buscan es a la inversa, es la Paz la que les llama pero, aunque a miles la respiren y a miles la griten reclamándola, puesto que no la crean, solo reaccionan cuando las conciencias se ven golpeadas por hechos que se escapan a la razón. La reclaman en medio de la injusticia y ésta no les deja ver que sólo es la Paz la que da identidad a los pueblos, sólo la Paz identifica a los hombres y les diferencia como seres humanos…» Entresaco este pequeño extracto de la CARTA DE PAZ que publicó El País con fecha 26 de julio de 1.997 firmado por Manuela Hernán Matesanz…..su contribución a la Paz.

Hechos que se escapan a la razón… y me pregunto ¿qué justicia igual es aquella en que reclamamos la paz solo cuando ocasionalmente la conciencia de occidente se ve golpeada por hechos fuera de toda razón y esa misma razón no es tal cuando a diario y en años la conciencia de oriente se ve golpeada con hechos infinitamente de mayor dolor y secuelas irreparables?

¿Cómo podemos conjugar en justicia, esta dispar e inversa turbación en nuestras conciencias ante envergaduras y frecuencia de hechos de dolor causado tan desiguales, cuando el causante tanto allí como aquí es quien crea y comercia las y con armas?.

El que quiera entender que entienda, pues no son tales conflictos armados ni guerras civiles como nos quieren hacer ver, son guerras mercantiles devenidas de intereses económicos de uno al manejar los recursos del otro.

Sirva como pista el hecho de que en el mundo se despilfarra en presupuesto militar 2.000 millones de dólares cada minuto cuando millones de niños (30.000 al día) mueren por desnutrición, enfermedades curables y en esas guerras financiadas y promovidas por quienes luego en los grandes foros mundiales se erigen como árbitros para la paz con derecho a veto….veto a una «paz» que determina el balance de la balanza de la «justicia» mundial.

También conviene saber, que este enjuague político y alquimia en la conciencia de la ciudadanía, lo consiguen merced a la hechicería mediática ejercida por los grandes medios de comunicación con una cada vez mayor concentración de poder corporativizado en detrimento de la neutralidad y pluralidad informativa, de la verdad y la democracia, la igualdad y la paz: «No es necesario gobernar en dictadura, si tenemos los medios de comunicación «….esto en boca de un gobernante lo dice todo sobre el peligro que suponen los «gendarmes» mundiales de la trama política.

Así logran sus perversos propósitos de poder temporal, sin reparar en medios como el negocio de la guerra con consecuencias de muerte a inocentes y hasta la extinción de una humanidad perdida y sin rumbo. Ello ha creado este infierno de negrura espiritual, como cárcel que dificulta a las criaturas humanas amigas de la paz, recobrar los valores originales para alcanzar el último estadio evolutivo que arrancó del aquel primer latido dormido del origen oscuro… hoy creadoras de paz y ajustados al orden del Universo, caminan el árido terrenal con su faro de luz, como «luciérnaga» que alumbra el camino de regreso a su origen.

Manipulan sus propias conciencias para mercadear con la realidad social invirtiendo la verdad de los hechos humanos. Apabullan hasta apelmazar las mentes con su propaganda política sincronizada… pero ante su verdad íntima, no pueden más que rendirse en lo sagrado de la realidad última.

Don Quijote en su lecho de muerte besaba las lágrimas que brotaban del alma de Dulcinea, al sentir que su propia esencia quedaba eterna en ella: «Ama, no lo que eres, sino aquello en lo que te puedes llegar a convertir».

El hombre que cambió el mundo, descubrió el gran espejismo del poder material; atormentado en su cama del hospital Steve Jobs lamentaba: «No dejar de perseguir la riqueza solo puede convertir a una persona en un ser retorcido igual que yo. Solo puedo llevar conmigo los recuerdos que fueron fortalecidos por el amor. Esta es la verdadera riqueza que te seguirá; te acompañará, te dará la fuerza y la luz para seguir adelante. El amor puede viajar miles de millas y así la vida no tiene límites…»

La guerra tiene sus amantes y la Paz tiene sus amigos; entremedias esa gran mayoría silenciosa que como decía E. Burke:«Todo lo que es necesario para el triunfo del mal, es que los hombres de bien no hagan nada».

Educando la mente, educándonos en la palabra, la alimentación, la relación con nosotros mismos desde el respeto a todas las criaturas personas humanas o personas animales y despertar al amor, como nos invita la escritora madrileña, llegamos a la paz: «No hay más poder que el que posee la paz, pero ésta, está fuera del alcance de quien no la crea».

Una educación para la paz y la concordia entre los pueblos, exige buscar la salida de la caverna de las memorias perdidas, en la que a través de esta espiral belicosa, el ruin mantiene sumida a la humanidad para impedir su evolución y enlace con el Universo. La salida posibilitaría actualizarnos al desarrollo evolutivo del Planeta y su calentamiento, al recobrar el eslabón de la memoria de vida y así recordar la razón de nuestra existencia, propósito de vida y verdadera realidad de ser. Mantener el olvido de la raíz donde brota la savia del sentir lo real de la vida, de ese germen de Paz que entre Sol y Tierra compenetró en nuestras madres para gestarlo como embrión y sacarnos a la luz, es olvidar el ser…hasta dejar de ser.

Requiere abandonar esa pasión ideológica inducida por «pastores» de intelectos masculinos. Conocidos o no, todo lo traducen a competir para crear hechos cruentos, llevados a cabo por mercenarios y seguidores fanáticos de aquí y de allí, que sumidos en el miedo, el temor y la duda, se dan al «gozo» de matar para nutrir las mentes obsesivas de sus «pastores» y sus fines: el poder del dinero, el poder de la ideología sectaria y el odio hacia la mujer como arquetipo de fertilidad e imagen del Universo.

Mujer y profesora de filosofía, Marina Garcés comparte fuera de clase sobre el sentido de las palabras: «Las palabras solo tienen sentido cuando hablan de aquello que nos importa. Encontrar, defender y compartir aquello que de verdad nos importa es hoy la única acción filosófica, política y cultural que puede devolver la dignidad a nuestra vida y a nuestras palabras«…a lo que cabría añadir: Hablar poco, hablar bueno y hablar verdadero, es la levadura madre que logra elevar la conciencia creadora de la Paz de cada día.

«La verdad está en el camino y nadie le detendrá» aseguraba Emile Zola. La mentira o la verdad; la guerra o la paz; la Bolsa o la vida….. dos madres ante Salomón compitiendo por una misma criatura.

En cada amanecer, la madre auténtica estrena vestido de Paz, y nos guarda dentro de ese manto, para compartirlo como Lluvia y atmósfera respirable en igualdad con sus disputados hijos. Igual en oriente como en occidente, es fuente de vida y salud, todos los días, toda la vida…..para todas.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.