El recién electo presidente de los EEUU J. Biden, ha dado otro paso más en su camino hacia la “reconstrucción” de su país bajo la amparo del expresidente Obama, al hacer público el informe largamente esperado sobre un asunto de tanta importancia para la política bipartidista estadounidense hacia la región Andino Amazónica como es el Plan Colombia y sus complementos; encomendado en 2017 a una comisión independiente y externa dirigida por el representante Eliot Engel y formada por reconocidos “personajes” como Dan Restrepo y Juan González, quienes fueran asesores directos del expresidente Obama, el exgeneral de la Fuerza Aérea y Comandante del US-SOUTHCOM Douglas Fraser, Shannon ONeil, investigadora principal de Estudios sobre América Latina en el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR), entre los más destacados. https://www.vanguardia.com/colombia/plan-colombia-fracaso-en-la-lucha-contra-las-drogas-comision-politica-de-drogas-de-ee-uu-FA3165689
Informe cuya conclusión engañosa (fake) y poco dialéctica, cuidadosamente filtrada a los medios adictos es que, el comentado Plan Colombia en sus 20 años de existencia y los más de 11 mil millones de dólares (de los contribuyentes estadounidenses) invertidos hasta la fecha en ese inodoro de tren, fue un éxito en la lucha contra la insurgencia en el país, pero un fracaso en la lucha contra las drogas. “Mal de muchos, consuelo de tontos” diría cualquier campesino colombiano intoxicado con glifosfacho caído del cielo. De tontos, porque también como ya lo dijo el científico Einstein, “locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes».
Si se considera unilateralmente que desarmar a las Farc-EP y cooptar a sus máximos dirigentes ha sido un éxito, estaríamos de acuerdo. Pero si se le consideran más lados (multilateralmente) a la categoría social “insurgencia”, habrá que estar totalmente en desacuerdo, pues además de los grupos disidentes, rearmados, y grupos residuales que ha dejado en pie el desarme de las Farc-EP, siguen en armas el ELN, y el EPL que se reclaman a sí mismos insurgentes, prolongando el conflicto interno. Fuera de eso, está el hecho ya reconocido por diferentes centros de estudios y tanques de pensamiento colombianos y extranjeros, oficiales y privados, reconociendo el genocidio de líderes sociales y de “reincorporados”, como las cifras que no mienten sobre el fracaso en la implementación del Acuerdo Estado-Farc EP de la Habana 2016, que tienen este tratado en condición fallida, lo cual desde luego no es ningún éxito, ni social ni político y menos internacional.
Pero hay más, si se considera que el Plan Colombia (Pastrana-Clinton) fue una herramienta de recolonización imperialista que rearmó al ejército colombiano, lo dotó de una ideología y una prácticas contrainsurgentes genocidas más actualizadas, preparando el camino a los “octienios” de dominio narco paramilitar y contrainsurgente de Uribe Vélez, de JM Santos y al actual del subpresidente Duque, pues si ha sido todo un éxito. Pero, al contrario, si se le consideran un poco más sus incidencias socio económicas, políticas e internacionales sobre la Paz, la Soberanía y la Democracia colombiana, pues ha sido catastrófico. Tema este sobre lo cual prefiero cederle la palabra al profesor en Historia e investigador Renan Vega quien ha publicado varios libro sobre este tema y escribió esta síntesis a la cual amablemente remito: (ver https://elcolectivocomunicacion.wordpress.com/2016/03/01/plan-colombia-plan-de-recolonizacion/ )
Ahora bien, recordemos que los spinn doctors estadounidenses son maestros en unir dos aspectos contradictorios de una situación en una sola palabra. El Plan Colombia se diseñó y ejecutó contra “el narco terrorismo”. Es decir tiene dos componentes unidos que se están evaluando: la contrainsurgencia contra el llamado terrorismo guerrillero, y, la War on Drugs (guerra contra las drogas) contra los campesinos cocaleros y comerciantes, frente a lo cual también hay diversas interpretaciones: Voy a citar sobre este tema específico a un experto estadounidense de alto reconocimiento internacional, Adam Isacson, director del programa de Veeduría de Defensa de la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) quien dio una entrevista al periódico bogotano El Espectador (27 nov. 2020) donde a la pregunta que le hace el periodista de porqué el ministro de defensa de Colombia, el bien encarado Holmes Trujillo ha declarado que “el narcotráfico es el principal enemigo de los colombianos”, responde lo siguiente:
…” Están confundiendo un síntoma con las causas. El narcotráfico es problema grave en Colombia y lo ha sido desde los años 70, pero es mucho más importante pensar por qué prospera tanto este negocio ilegal en su país. Es como si alguien tuviera cáncer, pero solo se centraran en los dolores de cabeza. ¿Por qué el ministro de Defensa no habla de los vastos territorios donde el Estado no llega? Allá es donde fácilmente se siembra la coca y se encuentran los laboratorios. ¿Por qué no habla de la pobreza y de la desigualdad? ¿Por qué no habla de la corrupción y la impunidad? Todo esto es el oxígeno que respira el narcotráfico. Hablar solo del narcotráfico como la causa de todos los problemas es una retórica de los años 80 que está muy desacreditada. Nadie hace política en este momento pensando que acabar con el narcotráfico va a acabar con el resto de los problemas del país”…..
..Periodista: ¿Usted habla también de los cultivadores de coca y de una fijación del Gobierno en uno de los eslabones más débiles, ¿Cómo se debería actuar con esta población?
Adam Isacson: Medir el problema en hectáreas de coca cultivadas es un error. Una cifra más útil sería el número de familias que viven de ese cultivo, esa es la cifra que hay que bajar. Naciones Unidas, en 2017, reveló que había al menos 120 mil familias, es decir, medio millón de colombianos, viviendo de la coca, siendo raspachines, procesadores u otras. Esa cifra se debe bajar ofreciendo alternativas. También hay que hacer llegar el Estado a los territorios para ofrecer sus servicios y alternativas de economía legal. Erradicar no reduce mucho el número de familias que dependen de la coca, porque la resiembra es enorme y la migración para sembrar en otras partes es enorme. Entonces, la cifra se mantiene alta. Hay que realmente pensar en las oportunidades para esas familias. La situación de seguridad y gobernabilidad donde viven estas familias también es un tema importante” …. ( https://www.elespectador.com/colombia2020/pais/medir-el-problema-del-narcotrafico-en-hectareas-cultivadas-es-un-error/ )
Si a lo anterior, le agregamos el rotundo fracaso del gobierno y el Estado colombiano como punta de lanza imperial estadounidense y sus “money soldiers” para destruir el Estado bolivariano de Venezuela, que era otro de los objetivos prioritarios del Plan Colombia/ Iniciativa Regional Andina y con el cual se pretendía controlar toda la Región Andino Amazónica.
Podemos concluir que, lo fracasado es el Estado contrainsurgente colombiano marioneta de gobierno de turno en los EEUU, con sus “collateral damages” o daños colaterales sobre la Paz, la Justicia Social, la Democracia y la Soberanía. Aspectos sobre los que se han pronunciado precisamente dos comandantes o jefes guerrilleros de las antiguas Farc-Ep que siguen en armas disputándole al Estado colombiano esa soberanía territorial concreta:
1. “Jonnier” entrevistado en su silla Rimax por el sociólogo Ariel Ávila (15 nov 2020) https://www.youtube.com/watch?v=kjSznyK6Y8w&feature=youtu.be
2. Santrich. Ver Segunda Marquetalia @SMarquetalia 1dic 2020 Entrevista de la periodista Rosalba Alarcón Peña al comandante Jesús Santrich de las FARC-EP, Segunda Marquetalia. http://farc-ep.net/?p=2974
Así, uno podría parodiar al mismo jefe de Biden, al inefable autor del Plan Colombia Bill Clinton, cuando en 1992 le gritó a su oponente G Bush que era la economía y no fuera estúpido, para decirles a todos esos spinn doctor adictos e intoxicadores de opinión, que lo que ha fracasado en Colombia no es su componente anti narcóticos sino: ¡” El Estado colombiano estúpidos”!