Colombia está en plena ebullición electoral, con los ojos puestos en los comicios municipales y departamentales del próximo 27 de octubre. El ambiente político esta signado por el desgaste de la imagen del actual jefe de la Casa de Nariño, Iván Duque, con un gran rebote en la reputación del uribismo y del Centro Democrático, […]
Colombia está en plena ebullición electoral, con los ojos puestos en los comicios municipales y departamentales del próximo 27 de octubre.
El ambiente político esta signado por el desgaste de la imagen del actual jefe de la Casa de Nariño, Iván Duque, con un gran rebote en la reputación del uribismo y del Centro Democrático, que es el partido de gobierno.
El factor de mayor indignación con el actual gobierno entre millones de colombianos es el exterminio inclemente de los líderes sociales, sometidos a una implacable cacería por grupos del neo paramilitarismo, patrocinados desde los cuarteles militares y policiales.
Las Águilas negras de la mafia urabeña, integradas en su gran mayoría por funcionarios públicos afectos al uribismo y a las agrupaciones fascistas, son los autores de esta masacre continuada de cientos de dirigentes populares, de los derechos humanos y de ex integrantes de las Farc.
La ciudadanía no duda en señalar como primer artífice de esta violencia a las esferas gubernamentales no obstante el cinismo oficial que atribuye el problema a disputas por el negocio de la droga como si buena parte de esa actividad criminal no estuviese en manos de prominentes elementos del Estado (Fuerzas Armadas) y de la política tradicional (senadores y diputados).
La rabia popular por este absurdo exterminio se ha volcado en el repudio a las camarillas asociadas con Duque y Uribe Vélez. Los candidatos de la derecha a concejos, asambleas, alcaldías y gobernaciones cada vez están más aislados como se pudo registrar en una reciente reunión de uribistas en la ciudad de Bucaramanga en el Nor oriente de Colombia. Tres gatos asistieron a esa reunión con el caudillo de la parapolítica.
Ante ese aislamiento se está acudiendo a la amenaza y a campañas de miedo para intimidar a los electores. Cito el caso del Quindío, región en la que el «chuzador» de la Casa de «Nari», Bernardo Moreno Villegas, condenado a varios años de prisión por su criminal interceptación de las líneas telefónicas de muchos Magistrados de las Cortes por órdenes de su Jefe Uribe Vélez y por montajes judiciales contra miembros de la oposición de Izquierda, se mueve a sus anchas preparando el asalto a la Gobernación y a las alcaldías con unos candidatos acusados de corrupción como Arias el atracador del Programa de Alimentación Escolar. Con la presencia de Moreno Villegas crece la preocupación entre la comunidad, pues estas facciones violentas regularmente activan grupos de «Mano negra» con sicarios para atentar contra los competidores de otros movimientos y partidos políticos adversos de la ultraderecha oscurantista.
Auge petrista
Al tiempo que este es el panorama del campo reaccionario, en el espacio progresista se palpa un auge del liderazgo del ex candidato presidencial Gustavo Petro. No obstante las conocidas reyertas intestinas entre diversos grupos de izquierda, los electores están muy atentos a los planteamientos y orientaciones discursivas de Petro para hacer del 27 de octubre una sonoro grito de protesta y rechazo de Duque, de su Jefe y de sus nefastas políticas sociales, internacionales (frente a Venezuela), de obstrucción a la paz y de matazón de los líderes populares.
Gran batatazo petrista y popular se dará en Cali, Barranquilla, Nariño, Cauca (indígena), Tolima, Magdalena (Santa Marta), Bogotá, Sucre, Montería, Guajira, Huila, Putumayo, Bolívar, Santander, Cúcuta, Eje Cafetero, Antioquia, Cesar, Meta y en otros ciento de municipios del país.
Que Petro tense su liderazgo, su discurso y su movilización confrontando a Duque, a su Jefe y a la derecha en desbandada.
Siento la temperatura muy cercana a la del 19 de abril de 1970.
Es el fruto lógico de las grandes movilizaciones universitarias del 2018, de la Minga indígena del primer semestre y de las multitudinarias movilizaciones en favor de la paz y los líderes sociales.
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