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Hace 22 años

Fuentes: Insurrección

Se entrelazaron historias y búsquedas. Una de un curtido guerrillero, médico de la Universidad Industrial de Santander (UIS), ex preso político, torturado; aprendió de esto, por eso juró no volver a pisar una cárcel ni dar gusto a los verdugos, así que huyó con sagacidad tras un intento de ser ejecutado y desaparecido por los […]

Se entrelazaron historias y búsquedas. Una de un curtido guerrillero, médico de la Universidad Industrial de Santander (UIS), ex preso político, torturado; aprendió de esto, por eso juró no volver a pisar una cárcel ni dar gusto a los verdugos, así que huyó con sagacidad tras un intento de ser ejecutado y desaparecido por los militares.

Sus destinos, objetivos y puestos de avance de la lucha elena: desde Arauca a Medellín. Frentes en el campo, estructuras diversas en ciudades, campesinado, barriadas, las comunas; Antonio Galvis, mejor conocido como comandante Diego, fue integrante de la Dirección Nacional.

Ella: Victoria, su nombre de guerra: Camila. estudió en un colegio de monjas; pensó si debía seguir sus pasos pero optó por ser periodista, siendo siempre una convencida cristiana. Se graduó en la Universidad Externado, antes de tiempo por sus excelentes calificaciones en estudios que alternaba con su compromiso de fe; sus huellas entre familias desplazadas, en barrios populares, en organismos de defensa de los derechos humanos, entre algunas Comunidades Eclesiales de Base; estudió la realidad nacional, se indignaba ante la injusticia que veía: se hizo guerrillera elena.

Coincidieron ambos en Bogotá en el activismo social en los barrios de los cerros nororientales, en la organización de equipos de auto-protección, en la movilización contra los desalojos, en las causas de los empobrecidos, en otras tareas político-militares, comunicacionales y de relaciones políticas.

Junio 21 de 1997

Cuando ambos descendían de un bus urbano en el centro de Bogotá fueron acribillados por la Policía delante de todos los transeúntes, al mando del operativo estuvo el Coronel Óscar Naranjo. Días antes había acontecido una explosión en la Estación de Policía de Fontibón, al occidente Bogotá, cuando la propia Policía estaba revisando una carga de un camión con destino al Sur de Bolívar; fallaron los policías en su misión y perecieron en ella.

Este ex General -en ese entonces Coronel-, presentó luego el asesinato de Diego y Camila como respuesta contra los supuestos responsables de la muerte de los policías en Fontibón; las grandes empresas de comunicación hicieron eco de esa versión y la tergiversaron aún más por medio de un dramatizado en tono de burla y agravio a los dos asesinados.

Quedan estos dos combatientes en el cenit de nuestra memoria, no en los rincones donde se evaporan los recuerdos, sino en esa profundidad del ser humano que opta por una lucha de liberación hasta la muerte; sin embargo, la última palabra no la tiene ésta y sus hacedores, sino la vida, para la dignidad de todos. Camila y Diego, ¡presentes!