El 4 de septiembre de 1985, en el marco de la decimocuarta jornada de protesta nacional contra la tiranía, las fuerzas militares y policiales asesinaron a diez personas. Una de ellas fue Marisol de las Mercedes Vera Linares, de 22 años de edad, estudiante de Pedagogía en Castellano en la Universidad de Tarapacá (UTA), simpatizante […]
El 4 de septiembre de 1985, en el marco de la decimocuarta jornada de protesta nacional contra la tiranía, las fuerzas militares y policiales asesinaron a diez personas.
Una de ellas fue Marisol de las Mercedes Vera Linares, de 22 años de edad, estudiante de Pedagogía en Castellano en la Universidad de Tarapacá (UTA), simpatizante de izquierda. En la noche del 4 de septiembre participó junto a otras personas en una barricada en la calle Mapocho con Ingeniero Lloyd, comuna de Quinta Normal, Santiago. Al lugar llegó una camioneta con uniformados, desde la cual se disparó con armas de fuego en presencia de varios testigos. Aunque los manifestantes habían emprendido la huida, Marisol fue alcanzada en la esquina de Mapocho con Sergio Valdovinos por una bala que le causó la muerte. Los antecedentes reunidos por la Comisión Rettig y la consideración de otros testimonios acerca del modo de actuar de los agentes del Estado en el control del orden público durante los días de protesta, la llevan a presumir que en este caso los agentes del Estado hicieron un uso excesivo de la fuerza, violando así el derecho a la vida de Marisol Vera (fuente principal: Informe Rettig).
De acuerdo al testimonio de Alejandra Flores, compañera de carrera Vera Linares, “Con Marisol, más allá de ser compañeras de carrera, éramos amigas. Nuestras raíces proletarias, historias de esfuerzos familiares para poder estudiar, las primeras en poder llegar a la Universidad, era un orgullo para nuestras familias y fue un punto de unión entre nosotras. También nos unieron las luchas y sueños por cambiar el estado de situación política, económica y social restringida y discriminatoria que vivíamos en dictadura, por un Estado social más justo y con mayor dignidad para las personas. Nos arrebataron su joven vida, pero los ideales y convicciones siguen intactas con Marisol en la memoria”.
Mataron a la Negra
«¡Nos están asesinando!
¡Nos están asesinando por defender la vida!
¡Nos están asesinando por atrevernos a pensar distinto!
¡Nos están asesinando por atrevernos a levantar la voz!
Y peor aún…
¡Nos están asesinando por el hecho de ser mujeres!
!No nos podemos rendir frente al miedo!…
¡Macarena Valdés sigue viva!…»
Fueron las palabras de Rubén Collío, compañero de Macarena, en su despedida (al poco tiempo, Rubén falleció en un sospechoso accidente de tránsito).
«El oxígeno no es para los muertos»*, es el potente título con el que la joven escritora palestina Heba Kamal Abu Nada obtuvo el 2º Premio Sharjah a la Creatividad Árabe en 2017, tenía entonces 26 años de edad.
Tras cumplirse 50 años del golpe civil-militar de septiembre de 1973, en la calle Prensa libre esquina con Mapocho (a una cuadra de donde fue asesinada Marisol), se realizó un mural para rendir un homenaje a tres mujeres ultimadas: Marisol Vera, estudiante de la UTA, asesinada por milicos, en septiembre de 1985; Macarena Valdés, comunera mapuche y activista socio-ambiental, asesinada por orden empresarial, en agosto de 2016; y Heba Abu Nada, escritora y poeta palestina, asesinada en Gaza, por el Estado terrorista de Israel, en octubre de 2023. Sus crímenes están en la impunidad.
El mural fue una actividad colectiva desarrollada por la Plataforma Anticapitalista y Popular, con el apoyo del Comité Memorial Puente Bulnes y de diversos muralistas, así como también de la familia de Marisol, incluyendo a su madre Olga y a su hermano Patricio.