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Hacia una política alternativa sobre las drogas

Fuentes: Rebelión

La Alianza Interparlamentaria para Transformar la Política de Drogas (AITPD) en el Congreso colombiano radicó este 23 de julio, 4 iniciativas para: * Legislar sobre el Consumo de Sustancias Psicoactivas. * Prohibir el uso del Glifosato. * Crear el Instituto encargado de la política de atención y prevención al Consumo de Sustancias Psicoactivas. * Dar […]

La Alianza Interparlamentaria para Transformar la Política de Drogas (AITPD) en el Congreso colombiano radicó este 23 de julio, 4 iniciativas para:

* Legislar sobre el Consumo de Sustancias Psicoactivas.

* Prohibir el uso del Glifosato.

* Crear el Instituto encargado de la política de atención y prevención al Consumo de Sustancias Psicoactivas.

* Dar un trato penal diferenciado a los pequeños cultivadores de coca.

Iniciativas que aplican una visión de salud pública sobre este problema y dejan a un lado la fracasada Guerra contra las drogas (WOD por sus siglas en inglés), impulsada por el Gobierno de los Estados unidos desde hace 45 años.

Apertura Económica, cultivos de uso ilícito y guerra

El modelo de Apertura Económica aplicado en Colombia desde 1990 impuso la importación de alimentos y decretó la muerte a la agricultura campesina, lo que obliga al campesinado a dedicarse a los cultivos de uso ilícito.

Está demostrado que pese a un incremento de la represión sigue aumentando el área sembrada de coca en el país y el consumo de cocaína en los EEUU; lo que exige un cambio de política.

La WOD ha sido una eficiente instrumento para repetir un Círculo Vicioso en el que:

1- Comunidades campesinas son empujadas a ocupar terrenos baldíos, talar bosques y ampliar la frontera agrícola.

2- Para sembrar coca y marihuana, en un tráfico dominado por grandes carteles que lavan sus narcodólares en el sistema financiero internacional. Los 12.000 millones de dólares de fortuna amasada por el capo mexicano el Chapo Guzman, es imposible de manejar por fuera de los grandes bancos mundiales.

3- Las comunidades cultivadoras son perseguidas, fumigadas y forzadas a desplazarse hacia nuevos baldíos y hacia los cinturones de miseria de las ciudades.

4- El control de los territorios pasa a manos de grandes capitalistas y nuevos ricos para sus proyectos de extracción acelerada de recursos naturales, que son bienes comunes de todos los colombianos.

Circulo Vicioso que sirve de combustible al conflicto armado interno, reproduce mafias y bandas, para beneficio de los banqueros y las corporaciones multinacionales; a costa de un inmenso daño económico, ambiental y humanitario para la sociedad colombiana y para toda la Madre Tierra.

Una alianza por la paz y la producción nacional

Una política alternativa sobre las drogas necesariamente tiene que basarse en una política de estímulo a la producción agrícola nacional, que incluya pactos con las comunidades dedicadas a los cultivos de uso ilícito para desarrollar procesos productivos sustitutivos, apoyados por la comunidad internacional y desde el Estado colombiano con planes de largo plazo sobre infraestructura, créditos y mercadeo.

Una política alternativa sobre las drogas sentaría bases reales para la paz de Colombia que promovería el enraizamiento en el territorio de las comunidades indígenas, negras y campesinas, haciendo posible adelantar una política de producción agrícola propia, que entre otros logros permitiría garantizar la autosuficiencia alimentaria.

Los poderosos intereses que soportan y se lucran de la WOD, exige de seguir acrecentando una confluencia por una política alternativa, en el que estén las comunidades campesinas, étnicas y populares, junto a todas las fuerzas políticas que luchan por la paz.

Según enseñanza de Camilo Torres la confluencia se construye alrededor de los puntos comunes, dejando a un lado los de mayor discrepancia; para poder tener una Plataforma conjunta de movilización y presión social por una política alternativa sobre las drogas; conscientes que este es un largo camino de lucha, que se propone aislar poderosos adversarios.

Acuerdos regionales humanitarios

El actual Gobierno de Duque y Uribe se opone a transitar caminos de solución política del conflicto, porque deben cumplir fielmente los dictados de Trump sobre el Glifosato y la WOD.

Pese a la política belicista del régimen hay que buscar diálogos en las regiones, que aporten alivios humanitarios, dirigidos a frenar el exterminio de líderes sociales y defensores de derechos humanos y del territorio.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.