– ¿Qué se siente el ser el candidato más desconocido que existe en Magallanes?– «No creo que tanto – se ríe- porque, al menos, en las últimas encuestas me nombraron, siendo que en las primeras no existía».Es Jaime Agurto, quien, de dirigente sindical en Porvenir, se vio forzado a asumir el rol «de señor candidato», […]
– ¿Qué se siente el ser el candidato más desconocido que existe en Magallanes?
– «No creo que tanto – se ríe- porque, al menos, en las últimas encuestas me nombraron, siendo que en las primeras no existía».
Es Jaime Agurto, quien, de dirigente sindical en Porvenir, se vio forzado a asumir el rol «de señor candidato», pues ¡no había nadie más que quisiera ponerse el sayo!
Pero, tuvo un verdadero debut en política, cuando, en uno de los primeros foros radiales, se cayó hacia atrás al resbalarse su silla.
Habla sin parar y salta de un tema a otro, echándole la culpa a las transnacionales, al sistema de libre mercado imperante y a los sucesivos gobiernos de la Concertación.
Por eso, sabiendo que no tiene ninguna opción, llama a no dejarse llevar por la premisa de que votar por Tomás Hirsch, como Presidente, o por alguno de los candidatos del Pacto Juntos Podemos Más es, en definitiva, perder el voto.
– ¿Por qué está aquí, en estas lides políticas?
– «Por ser dirigente sindical, fui dirigente en Porvenir en Nova Austral. Esa fue una de las causas por las que acepté ser candidato también».
– Pero, ¿no había alguien más conocido que asegurara una mayor adhe-sión ciudadana?
– «A diferencia de otros partidos, en que habían algunos que se estaban peleando a muerte para ser candidatos, en el caso nuestro no había nadie que quisiera ser candidato y yo tuve que asumirlo de última hora. Sabía que si me abocaba a esto tenía que dejar de lado lo otro, pero también significaba que si no lo hacía iban a poner, quizás, a una persona de afuera».
– ¿De Santiago?
– «Claro, porque había que ocupar el cupo».
Agurto igual está contento porque, de no tener figuración, ya una encuesta le dio un 1% y la última un 1,9%.
TRABAJO DE HORMIGA
– ¿Cuántas personas, piensa que van a votar por usted?
– «Por lo menos, ya sé que unas mil personas van a votar por mí y ¡nunca en mi vida lo había pensado! Cuando asumí el desafío dije: ‘Si votan diez por mí, ¡perfecto!’. Pero, el pacto de nosotros no está enfocado al personalismo, sino que pasa por un tema de organización».
El humanista explica que, entonces, el afán no es alcanzar los más votos posibles, sino que aprovechar las elecciones para dejar en las mentes de las personas, principalmente, las organizaciones gremiales, sociales y vecinales, que deben reorganizarse, cobrar más fuerza porque nadie las va a defender, ¡menos un cuarto gobierno de la Concertación!
«Uno ve que la gente está disgregada», se queja.
– ¿De qué forma están financiando la campaña?
– «No tenemos dinero para pagar campaña. Pero, todas las personas que están con nosotros y que se van enterando de nuestro programa y lo comparten, el día de mañana nadie les va a venir a pagar diez lucas más y se van a cambiar».
– Su discurso me lleva a pensar que usted pudiera ser comunista más que humanista.
– «Porque yo participé del movimiento humanista en el período del ’89 al ’93. Después el movimiento se disolvió y, tras estar en Santiago y trasladarme de nuevo a Porvenir, se volvió a articular y los humanistas luchan contra este modelo, en que prima el mercantilismo en todo, incluido en la educación».
SOCIALISTA DESENCANTADO
– ¿Por qué no se inscribió de nuevo en el Partido Socialista, al cual pertenecía antes? ¿Es un socialista desencantado?
– «Desencantado y creo que hay muchos socialistas que están desencantados porque aquí se nos ha prometido mucho y durante mucho tiempo de los gobiernos de la Concertación y donde se nos dice que ahora sí va a venir la repartija de los dineros.
«El año pasado, en las municipales, en el Pacto Juntos Podemos planteábamos lo mismo y todos se reían y nos decían «los ilusos». Y tú sabes que hoy día todos se suben al carro, los independientes, la Concertación, la Alianza, la derecha, que es necesaria la repartija».
BENEFICIOS NO LLEGAN
Agurto extrapola su discurso a la realidad regional y pone como ejemplo que se han instalado en Tierra del Fuego una serie de empresas bajo los incentivos de las leyes de excepción, especialmente la Ley Navarino.
Pero, se queja, que nada de esos beneficios llega a la gente que habita esa zona.
«Hay empresas que están recibiendo millones, millones de pesos en bonificación del Estado y una empresa paga 90 mil pesos mensuales a los trabajadores. Y cuando tú le reclamas a la autoridad, ellos te dicen que eso es legal. Entonces, los beneficios de este mentado modelo no llegan a la gente», expuso.
Para Agurto, los candidatos de la Concertación están totalmente divorciados de lo que proclama el Presidente Ricardo Lagos, quien alaba el sistema, de la competitividad, y los otros hablan de que es necesario hacer correcciones.
El candidato PH dice que no es posible que se diga que Chile es líder en competitividad en América Latina, mientras tiene que conformarse con superar a Zimbawe en materia de educación.
Critica que el Estado haya abandonado su rol subsidiario y que el ministro de Hacienda mande, en definitiva, más que el Presidente.
Pide que se use el dinero de las AFP para la educación y la salud.
– ¿Y quién pagaría la previsión?
– «Y, ¿de qué previsión me estás hablando cuando al 2010 el 58% de los trabajadores van a sacar menos de 78 mil pesos?».
Insiste en acusar que Bachelet será más de lo mismo e, incluso, peor en algunos casos como será toda la legislación y trato laborales. Por ello, llama a la gente a organizarse.
– ¿A qué se debe tanta crítica si el PH también estuvo en la Concertación?
– «Creamos la Concertación y le pusimos la mística. Pero, cuando vimos que, en vez de modificar el modelo, el señor Alejandro Foxley lo consolidó más, decidimos retirarnos».
Agurto cree que, de aquí a diez años más, se les unirá mucha gente de la Concertación.
– Con todas las críticas que ha hecho a los gobiernos de la Concertación, ¿qué prefiere: que salga Bachelet o alguno de los candidatos de la derecha?
– «Preferiría que no saliera ninguno porque es lo mismo. Van a usar el mismo modelo económico…»
– Ya, pero, Hirsch no va a salir y está la disyuntiva Bachelet con estos dos señores de la derecha. ¿Cuál sería mejor para generar un espacio para el cambio?
– «Ninguno».
– En 1999, fueron los comunistas los que salvaron a Lagos en la segunda vuelta y hoy ustedes están aliados con el PC, que hizo posible un tercer gobierno de la Concertación. ¿Qué seguridad tenemos que ahora los comunistas no van a darle la espalda a estos planteamientos y van a votar por Bachelet en una segunda vuelta?
– «No, estamos todos en la misma postura. Estamos todos con Hirsch».
– Insisto, Hirsch no va a salir y puede haber una segunda vuelta. ¿Qué seguridad tenemos que los aliados de ustedes no van descolgarse y votar por Bachelet?
– «No va a hacer así, porque sino se acaba el Pacto».
– ¿Qué, van a votar nulo, entonces?
– «Sí, se supone que sí, porque vamos a poner Tomás Hirsch en el voto»
– ¿Qué les dice a las personas que sostienen que votar por Hirsch es perder el voto?
– «Es que eso no existe, es estúpido, es antidemocracia. Uno vota en conciencia. No es una elección de caras bonitas ni de Miss Universo. Entonces, es bueno saber que tu voto lo diste al que te representaba y esa manipulación que hacen los medios de que el voto se pierde es ser partícipe de los ganadores sin gloria, porque tú no estás de acuerdo. ¿Hasta cuándo vamos a seguir votando por el mal menor? ¿No hay cosas mejores?», termina preguntándose Agurto.