Entrevista a la dirigente sindical y social Lenny Quiroz Zambrano del barrio Isla Trinitaria, Guayaquil.
El 5 de abril pasado la Unión Nacional de Trabajadoras del Hogar y Afines (UNTHA)*, de la que Lenny Quiroz Zambrano es secretaria general, denunció: «Una de nuestras compañeras murió la semana pasada. Ella vivía en la Cooperativa Paraíso de La Isla Trinitaria, y su cuerpo pasó varios días en la vereda esperando ser retirado para recibir sepultura, en medio de la desesperación y angustia de sus familiares, vecinos, compañeras de UNTHA… estamos sumergidos en la absoluta desesperación, decepcionados del silencio y abandono de las autoridades, que por temor al contagio se han resguardado en la comodidad de sus domicilios. Ella es tan solo un caso más del drama que actualmente viven muchas familias de Guayaquil. Cientos de cadáveres se encuentran abandonados en los barrios populares de la urbe porteña…».
Lenny, ¿nos puede contar sobre su trabajo en el sindicato y en la comunidad?
Yo pertenezco a la Unión Nacional de Trabajadoras del Hogar y Afines (UNTHA). Vivo en la Isla Trinitaria** desde hace casi 25 años, cuando la Isla Trinitaria era solo agua y puro manglares. Desde entonces vivo en este sector. Mi trabajo es defender los derechos de las mujeres que trabajamos en el área doméstica. También he trabajado incidiendo en mi comunidad para que haya mejoras: cuando no había luz eléctrica, para conseguirla; cuando no había agua potable (antes la traíamos por tanquero), para tenerla; o con las líneas telefónicas. Todo eso se hizo a través del trabajo de la comunidad, y a través de recurrir a los organismos.
Pero esta pandemia nos ha afectado mucho porque ya no tenemos visibilidad en nuestra actividad de hacer campañas, de hacer plantones, de organizarnos para conseguir cosas para todos. Esta pandemia nos ha causado, como se diría, un ausentismo.
Ya es la tercera semana de abril y Guayaquil continúa concentrando el 70% de los casos de COVID-19 en el país además de la mayor cantidad de fallecidos. Adicionalmente, dentro de la ciudad, la distribución del contagio no es uniforme, sino que es mucho mayor en el Sur, donde se halla el barrio Isla Trinitaria. ¿Qué nos puede decir de la situación?
Yo vivo en un sector que abarca tres cooperativas: donde estoy yo que se llama la Nelson Mandela 2, la Brisa del Salado y la Ángel Duarte. Somos una comunidad bastante extensa; la situación es dura. La pandemia nos ha atacado durísimo; bastante gente ha fallecido. Lo que más nos ha afectado es que el Estado no tomó cartas en el asunto, entonces las personas de este sector estamos sufriendo porque no hubo la presencia debida del Estado.
No tenemos trabajo, no tenemos ayuda. Cuando se anunció que iban a decretar el toque de queda, alguna gente pudo comprar alimentos. Pero en este sector, donde la gente vive del día a día, no pudimos comprar alimentos. Aquí hay personas que son vendedores [ambulantes]: venden medias, venden agua. O las trabajadoras del hogar que trabajan día por día limpiando casas. Si estamos con el «Quédate en casa», no podemos salir a trabajar y no podemos ganarnos el sustento.
Nos hemos organizado con las compañeras para poder ayudar a las mujeres que realmente necesitamos ayuda. Contamos con la ayuda de la red de mujeres solidarias, con ayuda de compañeras de Quito que están haciendo una campaña de ayuda. [Véase afiche con la información.] Hemos dado pequeñas canastas con alimentos, hemos tratado de proveerles de mascarillas, guantes, para que puedan salir -si tienen que salir- con la debida precaución. Después, queremos repartir cloro y alcohol para desinfectar las casas. Y otra de las cosas de las que estamos pendientes es de que si se enferma una compañera, tenga al menos un médico en línea con quien consultar. Eso estamos haciendo y generando para poder ayudar, no solo a las compañeras trabajadoras sino a toda la comunidad donde haya una compañera que esté liderando.
En los noticieros del mundo se han publicado fotos de féretros en las calles de Guayaquil -sacados afuera de los hogares por familiares de los fallecidos, desesperados ante la larga demora de los servicios a cargo- o cuerpos de personas que murieron en la calle. ¿Qué puede agregar sobre la Isla Trinitaria?
Una de las cosas duras que hemos vivido es cuando en los hogares se quedaban cuatro-cinco días los cadáveres y no podían enterrarlos. Eso era duro tanto para los familiares como para el vecindario. Llamábamos a todos los números telefónicos que habían dado [las autoridades] pero no teníamos respuesta. Ahora parece que se está normalizando un poquito, pero está costando mucho dinero. Si no tienes recursos económicos es duro para la familia trasladar y sepultar un cadáver, si no tienes una fosa, si no tienes una bóveda. Entonces, es duro para las personas poder enterrar sus muertos.
¿Hay algún estimado de la cantidad de personas afectadas por el COVID-19 en la Isla Trinitaria?
En la Isla Trinitaria no tenemos un estimado de cuántos afectados y muertos hay. Es un análisis que tenemos que hacer… En una cooperativa del sector hubo en un solo día seis muertos. Por donde yo vivo hubo cinco muertos, que no se sabía de qué morían; les daba asfixia y a los que los vio un médico les dijo que era del corazón. Entonces, hubo bastantes muertos en las semanas pasadas. En estos días, en mi sector se ha calmado un poco. Mermó un poco. Pero ayer llamé a una compañera en otro sector, Cristo del Consuelo, y me dijo que ella estaba muy mal, que había muertos por todos lados. Va golpeando por sector: disminuye en uno y se expande en otro. Eso es muy duro; yo, a simple vista, entre familiares y conocidos de compañeras sé de unos 50 muertos. Es numerosa la cantidad.
¿Han realizado test de COVID-19 en su cooperativa o sector de la Isla Trinitaria?
No, eso no están realizando en este sector. No es fácil de obtener ese test. Por aquí no han hecho ningún test. No ha venido nadie. A ninguna compañera del grupo ni a sus conocidos les han hecho el test. Escuchamos por las noticias de que dijo la alcaldesa que está visitando el Suburbio casa por casa, y que están haciendo el test, pero yo en realidad desconozco. Yo no conozco a nadie que le hayan hecho esa prueba.
Son días de mucha intensidad para usted, ¿cómo lo está sobrellevando?
Estamos con el «Quédate en casa», pero seguimos con reuniones en internet, a veces estoy con unos bajones que no tiene idea. A veces ya ni quiero coger el teléfono porque a veces hay compañeras que piden auxilio y no puedo hacer nada. Hay compañeras a la que debemos acompañar y no las estamos acompañado; que pierden a su esposo, que pierden a su familia, que pierden a su padre. Es durísimo y me toca ver a los vecinos que a veces están mal…
Notas:
* La Unión Nacional de Trabajadoras del Hogar y Afines (UNTHA) es un sindicato conformado por 135 mujeres de 21 a 70 años de edad. Según el censo de 2010, en Ecuador había 222.495 mujeres en el sector del trabajo remunerado del hogar. Diez años después hay alrededor de 250.000. El 80% de ellas ha sufrido algún tipo de violencia en su lugar de trabajo. La página web del sindicato indica que «a pesar de que la normativa nacional laboral establece como salario básico unificado la cantidad de $385 USD, los ingresos económicos de las trabajadoras afiliadas al sindicato oscilan entre $150 y $220».
**Isla Trinitaria es un populoso barrio con más de 100.000 habitantes surgido en la década del 90 y poblado en buena parte por migrantes de provincias vecinas, como Esmeraldas, la provincia de la costa ecuatoriana con una mayoría de población afrodescendiente. Las viviendas originales estaban construidas sobre el agua e interconectadas por puentes de caña. Actualmente, Isla Trinitaria está organizada por cooperativas. Se estima que en el barrio Isla Trinitaria viven más de 100.000 personas. Es el barrio de Guayaquil con el mayor número de ciudadanos afroecuatorianos. Fuente: Revista Fundación Sur: http://www.africafundacion.org/spip.php?article21687
«Voces de Guayaquil, epicentro de la pandemia en Ecuador» consiste en una serie de entrevistas a residentes días posteriores a que su ciudad estuvo en la primera plana de los noticieros internacionales por los muertos sin sepultura y sus familiares clamando por ayuda a un Estado aparentemente inexistente. Trabajadores, artistas, estudiantes, docentes sus vivencias desde la ciudad que es el centro económico y financiero del país y que paradójicamente también es la ciudad con mayor concentración de pobreza. Se estima que un 17% de los 2.700.000 habitantes de la urbe viven en condiciones de pobreza. Recostada sobre las aguas terrosas del río Guayas, con un clima muy cálido y húmedo que no hace mella en la actividad intensa y el carácter hospitalario y amable de sus habitantes, Guayaquil tiene la mayor densidad de población del país y el sistema de transporte público con más usuarios. Estos elementos junto a las profundas deficiencias del sistema de salud pública nacional cuyo presupuesto fue reducido un 36% en el último año y la desorganización del gobierno municipal son factores que ayudarían a explicar por qué la ciudad concentra el 70% de los casos de COVID-19 en Ecuador y la mayor cantidad de contagios per cápita en toda América Latina.
Libertad Gills coordinó la realización de todas las entrevistas de esta serie.
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