Hay pocas esperanzas de que Daniel Zamudio se recupere de la golpiza propinada por 4 ‘neonazis morenos’, según ellos mismos se definían. El caso da cuenta de cómo en las esquinas de las urbes la diferencia provoca en algunos un odio que impulsa golpear a «patadas, combos en la cabeza, en la cara, en los […]
Hay pocas esperanzas de que Daniel Zamudio se recupere de la golpiza propinada por 4 ‘neonazis morenos’, según ellos mismos se definían. El caso da cuenta de cómo en las esquinas de las urbes la diferencia provoca en algunos un odio que impulsa golpear a «patadas, combos en la cabeza, en la cara, en los testículos, en las piernas, por todo el cuerpo» -según contó uno de los victimarios – a un chico porque tenía pinta de gay.
Fabián Mora, Raúl López, Alejandro Angulo y Patricio Ahumada le rompieron a Daniel una botella de pisco en la cabeza; le marcaron la piel con tres esvásticas hechas con el gollete de la botella rota; le apagaron cigarros en el cuerpo; agarraron una piedra y se la tiraron sobre el estómago una, dos veces, luego sobre la cabeza y las piernas. Hicieron palanca con una hasta que se quebró y le cortaron la oreja. Borrachos y cansados se fueron dejando a Daniel botado en el Parque San Borja.
Meses antes 33 diputados UDI, 9 de RN y 1 de la DC votaron en contra del Artículo 2 del proyecto de Ley contra la Discriminación, que justamente establecía medidas contra la discriminación. Por las redes sociales circularon los nombres de los senadores contrarios a que se tipifique el delito de discriminación: Francisco Chahuán, Juan Antonio Coloma, José García Ruminot, Alejandro García-Huidobro, Carlos Kuschel, Carlos Larrain, Jovino Novoa, Jaime Orpis, Víctor Pérez Varela, Baldo Prokurica, Gonzalo Uriarte, Ena Von Baer y el DC, Hosaín Sabag.
Conversamos con el presidente del Movimiento Unificado por la Diversidad Sexual, Gonzalo Cid, para quien respecto del crimen cometido con Daniel Zamudio partidos políticos de derecha y las iglesias católica y evangélica deben dar explicaciones por incitar a la homofobia y la discriminación contra personas en sus discursos. También programas como el de Kike Morandé. Además cuenta que golpizas como la recibida por Daniel son varias y no todas se saben.
Los parlamentarios de derecha dicen que no tiene nada que ver la Ley Antidiscriminación con la golpiza a Daniel Zamudio
– Tienen mucho que ver todos los parlamentarios de derecha, en especial los de la UDI y algunos de RN, que se oponen a generar legislaciones que condenen la discriminación. Si bien, creemos que este hecho puntual es provocado por jóvenes que se creen neonazis, también son promovidos por discursos de odio que se han escuchado en boca de los diputados de la UDI o alcaldes de la DC que han llamado a atropellar a las trans en comunas del barrio alto; la iglesia católica cuando trata como enfermedad la homosexualidad; la iglesia evangélica que llama a acabar con los gays; y una serie de culturas que están instaladas en nuestra sociedad. El discurso de odio promueve actos de odio y legitima actos de odio.
Monitoreaste el trámite de la Ley contra la Discriminación ¿Podrías contarnos cómo se dio?
– Hay varios diputados que han promovido discursos de odio hacia otras personas por su identidad, orientación sexual u origen étnico, están amparando estos actos de odio brutal.
¿Qué partidos precisamente?
– La UDI se dedicó sistemáticamente a llenar de objeciones para ir frenando la ley. Luego sacaron el uso de la palabra ‘orientación sexual’, se oponen a que se incluya la ‘identidad de género’. En lo concreto ellos quieren hablar de discriminación, pero no por orientación sexual ni por identidad de género.
¿Qué significa que esas palabras no estén contempladas en la ley?
– Al quitarlas, una vez que echen a un gay de un trabajo o que quiten el hijo a una madre lesbiana o que le peguen a una chica trans, no van a tener sanción porque en dicha ley porque no estarían incluidas dentro de las discriminaciones estipuladas. Si bien puede haber interpretaciones que por amplitud las apliquen los jueces, preferimos que esté explícitamente tipificado.
¿Y qué argumentaban?
– Hay varios diputados de la UDI que constantemente tratan el tema de la orientación sexual como una enfermedad. Todo el rato hablan de que no hay que discriminar, pero estas personas hay que tratar de que cambien, etc. La intolerancia, la incapacidad de entender que la diversidad en una sociedad es un valor que contribuye para una sociedad más justa y más igualitaria, es algo que a la derecha chilena le hace falta.
VARIAS GOLPIZAS
¿La golpiza a Daniel Zamudio ha sido la única?
– Si bien no fue con la brutalidad con que golpearon a Daniel, en febrero le pegaron a Javiera Villarreal, una dirigente trans. En enero, uno de nuestros activistas ayudó a una trans que estaba trabajando en la calle en el sector céntrico y le pegaron con unos palos cerca de la Comisaría Nº 1 y quedó con la boca rota, sangrando. Hicimos la denuncia en el cuartel policial y los policías nos dijeron que no podían salir de allí. En extrañas circunstancias también fueron atropelladas dos trans a comienzos de enero. En junio del año pasado a una trans de Valparaíso le destrozaron el cráneo con un bate. Así hay constantemente.
Esas son las que ustedes se enteran.
– Sí, hay denuncias de chicos que a la salida de las discos neonazis los han perseguido y tirado botellazos o pegado. Pero eso queda ahí y tampoco después es denunciado por el trámite que implica y la poca esperanza que pueda producir algo.
EL ORIGEN DE LA VIOLENCIA
¿Qué te parece el trato que han dado los medios al caso resaltando la orientación sexual de Daniel?
– Creo que señalar que la agresión fue un acto de homofobia y el agredido es un chico homosexual es algo que hay que evidenciar. Daniel Zamudio está al borde de la muerte no por ser un chico cualquiera, sino porque vivimos en una sociedad donde sujetos ultra homofóbicos andan golpeando en la calle a personas que tienen una orientación sexual que no es de su agrado. Es importante que la prensa destaque eso, porque tiene que llevar a una reflexión al ciudadano común y corriente. Al joven heterosexual no le pegan por eso y marca la diferencia. Al igual como puede ocurrir si le pegan a un joven peruano o mapuches. A los grupos discriminados se les violenta.
¿Qué no podemos ensombrecer de los jóvenes que atacaron a Daniel?
– Tres de ellos tienen antecedentes previos por golpear a peruanos y a gays en la calle. Y un chico que no tiene antecedentes, en su registro en Facebook el 2 de enero señala textualmente que luego de ver a un vagabundo que llevaba una polera del Partido Comunista en la calle orinando fue y le pegó una patada en el cráneo. Estamos hablando de cuatro sujetos que acostumbran a golpear a personas que ellos consideran lacras sociales.
¿La violencia sólo proviene de nazis?
– Hay una violencia en los discursos que lo tienen programas como el de Kike Morandé donde se burlan constantemente de los gays, hay violencia de los diputados UDI, de las iglesias católica y evangélica que terminan amparando que estos sujetos lleven sus discursos a la práctica. Hay instituciones que tienen que dar explicaciones por sus discursos que menosprecian la diversidad sexual. Si bien esos discursos no se han traducido en actos propios de ellos, le dan legitimidad a actos como el ataque a Daniel.
ALIANZAS SOCIALES
¿Existe alguna conexión entre el crimen contra Daniel y el modelo de sociedad chilena?
– Creemos que esto se enmarca dentro de una lógica ideológica basada en el individualismo. Yo sólo estoy preocupado de mí y de mi familia. En el neoliberalismo, el individualismo y el egoísmo son valores. Esto hay que combatirlo de forma colectiva, con cambios estructurales del modelo. La consigna de Aysén ‘Tu problema es mi problema’ nos hace mucho sentido.
¿Y qué hace desde el MUMS en función de ello?
– Somos parte de la Asamblea Nacional de Derechos Humanos porque creemos que cualquier violación a los derechos humanos es nuestro problema. También participamos de Democracia para Chile, en donde una serie de colectivos estudiantiles, ambientales, de mujeres e indígenas creemos que es un problema común. La homofobia es un problema de todos y todas en nuestro país y en la medida que los colectivos seamos capaces de enfrentarlo vamos a construir un Chile mejor.