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Hay que poner los ojos en La Guajira colombiana

Fuentes: Rebelión

Ante el hambre, la sed, el abandono y la invasión de las multinacionales
  

Para Joanna Barney, investigadora del Instituto de Estudios Para el Desarrollo y La Paz, Indepaz en Colombia : « Hay que poner los ojos en La Guajira de forma amplia, urgente y necesaria, ya que es un lugar importante y estratégico donde se van a seguir instalando en forma desproporcionada parques eólicos, seguir explotando y exportando el carbón, el cobre, se van a seguir con los parques onshore  y  offshore, van a seguir haciendo explotación de gas, etc.  Estamos hablando que el futuro energético está en La Guajira, pero este no es un territorio ni desolado, ni deshabitado, ya que ahí viven las comunidades ancestrales  Wayuu que necesitan una atención especial en cosas tan básicas como el agua, la alimentación, la salud, la educación, las telecomunicaciones etc »

Esta investigadora que conoce muy bien la Colombia profunda y olvidada, es Magíster en Paz y Resolución de Conflictos, psicóloga de la Universidad Javeriana, gerente financiera e investigadora donde sus estudios y ultimas publicaciones están centradas en el acompañamientos a comunidades indígenas en conflicto con multinacionales y recuperación de memoria histórica con varias poblaciones del país, publicó junto con INDEPAZ, la investigación « El viento del Este llega con revoluciones » donde se realizó un mapeo de los conflictos de Colombia y las comunidades indígenas con las multinacionales.

Están primando los negocios y no las penurias de un pueblo

Refiriéndose a La Guajira, Joana Barney, se muestra muy preocupada « ya que en este territorio olvidado por los gobiernos nacionales, departamental y municipales  pueden hacer una obra de infraestructura para sacar electricidad, pero no pueden hacer acueductos, alcantarillados, escuelas, puestos de salud etc, lo que quiere decir entonces es que está primando el negocio internacional y las multinacionales en vez de ponerle atención a las comunidades indígenas que ancestralmente ha vivido en penurias en ese territorio, sin acueductos y poca pluviosidad de ya complejo para vivir por lo semidesértico y no podemos seguirlo complejizando más entrando multinacionales y foráneos en ella y además militarizando las obras y el territorio para proteger los negocios de extranjeros. »

Las energías eólicas son una revolución silenciosa

Tal como lo plasma la investigación, las energías eólicas son una revolución silenciosa, porque las empresas ya habían llegado al territorio, solicitado permisos al gobierno que de inmediato las otorgó y tenían procesos adelantados etc,  pero las comunidades no se habían dado por enteradas muy a pesar de ser pueblos ancestrales y dueños del territorio y lo lógico tenían que haber sabido lo que se estaba fraguando desde el gobierno  central y estas multinacionales contra estas comunidades.

La mayoría de los indígenas wayuu carecen de las informaciones suficientes sobre los impactos de la presencia de los centenares de aerogeneradores que se están y se van a continuar instalando trayendo consigo conflictos entre las comunidades y estos con el gobierno y las compañías, enfrentandose a algo que estuvo mal hecho desde el principio.

Ni progreso, ni desarrollo, ni dinero para las comunidades wayuu y de La Guajira

La Dra Joana Barney ratifica que : « Estos proyectos no necesitan gran mano de obra, ni siquiera en su fase de construcción están contratando mano de obra ni wayuu, ni guajira, ni colombiana ya que, traen su mano de obra internacional porque sobre estas infraestructuras no tenemos experiencia y aunque la tuviéramos desafortunadamente se prima la experiencia de otras partes.

Durante la fase de construcción en estos proyectos de ISAGEN solo 55 personas guajiras fueron contratadas y que es la parte donde realmente necesita mano de obra, despues estas infraestructuras cuando ya estén en funcionamiento muy, pero muy poca mano de obra será utilizada, tal como un técnico, los vigilantes, alguien que les de alimentación a los vigilantes y todo lo demás es computarizado directamente hacia las casas matrices que no son colombianas, son empresas multinacionales con negocios entre el gobierno y la multinacional que que no dejan ni dejarán nada para el territorio sino desplazamiento, hambre, sed y desolación.

Solo hilo y sin regalías

A parte de eso tenemos un 1 % que no se debe entender como una regalía porque estos proyectos no producen regalías, y ese 1% se dividirá entre los entes locales y las comunidades wayuu, tenemos una mala experiencia con las transferencias ya que llegan en forma de hilo u otros útiles para que los wayuu trabajen y que no son necesariamente una forma de darle desarrollo a nadie y lo que si va a traer estas obras son carreteras e infraestructuras que no ciertamente son buenas para la forma de vida del wayuu tal como lo expresan algunas comunidades que se oponen a la apertura indiscriminada de carreteras, ya que los vehículos pasan a alta velocidad atropellando las personas y los animales entre otros.

Los wayuu no entienden porque si no les van a traer beneficios a estas comunidades porque están incursionando en sus territorios sin la debida consulta y tal como eso tenemos diversas problemáticas mapeadas y así lo plasmamos en la investigación para ver si las empresas retomaban el camino correcto e hicieran las cosas bien, pero no fue tenido en cuenta y desgraciadamente estamos viendo el resultado de esta incursión sin el debido consentimiento.»

El deber ser del Estado poner los ojos y los oídos en los territorios

Estamos haciendo una llamada de alerta ante este primer proyecto instalado e inaugurado ya que vienen 15 proyectos más que deben entrar en funcionamiento antes del 2023 y yo me pregunto como van hacerlo si las comunidades están insatisfechas con los procesos de consulta y siguen padeciendo de hambre, sed y abandono y por ello es necesario, urgente e importante redireccionar los procesos y buscar puntos de acuerdo entre las multinacionales y las comunidades, ya que el gobierno solo está atendiendo los intereses económicos extranjeros.

Desde el punto de vista de la investigadora , lo primero es que el deber ser del Estado es « poner los oídos en los territorios, escuchar a las comunidades, el Estado no puede suponer que por ser un proyecto VIP y de interés nacional puede llegar y arrasar con una comunidad y una cultura ya que no es lógico.

No hay transición energética y el wayuu está siendo sacrificado

Aseguró la investigadora de INDEPAZ que : « además no estamos hablando de transición energética, no estamos transitando de energías fósiles a energías renovables, eso no es cierto y se le debe decir la verdad a la gente, ya que lo que se está haciendo es diversificar la matriz energética poniendo una parte en energía renovable con viento y sol, pero eso no quiere decir que vamos a dejar de utilizar las fósiles y de hecho la información que tenemos es que se van a abrir nuevas termoeléctricas a base de carbón para consumo interno que nosotros no teníamos, entonces no estamos haciendo transición y todo esto con fines comerciales y se supone que es una bandera verde hacia el mundo, pero no es así, ya que vamos a seguir exportando carbón y no podemos decir que somos la matriz mas limpia del mundo, eso no es cierto o que estamos transitando para limpiarla aun más.

Hay que ver el sacrificio a que está siendo sometido el pueblo wayuu y a quienes están beneficiando estos proyectos, por ello es necesario poner el ojo y los oídos en el territorio hablar con las comunidades y conocer realmente cuales son sus estados de necesidad.

Donde están las autoridades?

Finalmente Joana Barney dijo : «A las autoridades mi mensaje es que que se apersonen ante esta situación ya que nunca se hicieron presentes cuando se discutieron las Leyes sobre estos temas, la 2099, la 1415, las leyes de transición energética, donde estaban cuando se bajó inconsultamente del 4 % al 1%, donde estaban el gobernador, los alcaldes, los diputados, los concejales, los lideres del Dpto de La Guajira que dicen velar y defender el territorio, a sus habitantes y sus derechos?

Esto no solo es del pueblo wayuu sino de todos los guajiros ya que este desplazamiento que se viene de los wayuu por más que piensen que no les va a afectar a las ciudades les van a llegar grandemente con los desplazamientos y van a aumentar los cinturones de pobreza que sentirán  todos sin excepción, además que los beneficios no los van a ver, ya que es un 1% que se va a disolver en corrupción tal como viene ocurriendo »

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.