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Heidegger: Nazismo y Política del Ser (II)

Fuentes: Rebelión

«Combatiremos por las fuerzas de nuestro nuevo Reich   que el Canciller del Pueblo Alemán Adolf Hitler hizo surgir en la realidad. Una raza dura ( hartes Geschlecht ) no debe hacer otra cosa que pensar en esta lucha, una raza que vive de pruebas constantes y persiste en dirigirse hacia la meta ( Ziel […]

«Combatiremos por las fuerzas de nuestro nuevo Reich

 

que el Canciller del Pueblo Alemán Adolf Hitler hizo surgir en la realidad.

Una raza dura ( hartes Geschlecht ) no debe hacer otra cosa que pensar en esta lucha,

una raza que vive de pruebas constantes

y persiste en dirigirse hacia la meta ( Ziel )

que se ha comprometido a sí misma.»

(Martin Heidegger, junio de 1933)*


Heidegger Wars, o los textos de un filósofo como «campo de batalla»: una breve historia del debate

Podrá decirse cada década desde 1945 Occidente se convulsiona por el escándalo del llamado der Fall Heidegger, le cas Heidegger, il caso Heidegger, the Heidegger case, que en una suerte de convención internacional implícita, se entiende la discusión sobre el notorio compromiso público del filósofo Martin Heidegger con el Nacionalsocialismo primero, y con el SS-Staat después en las década de 1930’s y 1940’s. Parafraseando a Nietzsche, podría perfectamente decirse que, desde diversos puntos de vista, Martin Heidegger ha sido, desde 1933, un campo de batalla más que un filósofo. La controversia sobre su relación con el NSDAP, el partido nacionalsocialista, y su admiración fanática por Adolf Hitler, aunque parezca reciente, es de vieja data: en Italia un consternado ya agudo observador como el filósofo Benedetto Croce, que resistía dignamente al Fascismo de Mussolini, en una fecha tan temprana como septiembre de 1933 concluía consternado que: «finalmente, he leído por completo el discurso de asunción al rectorado de Heidegger, que es necio y al vez servil. No me admira el éxito que su filosofar tendrá durante un tiempo: lo vacío y lo general siempre tiene éxito, pero no produce nada. Creo que en la Política no podrá tener ningún efecto; pero deshonra a la Filosofía, y eso es una lástima también para la Política, por lo menos, para la futura…». [1]

Croce, en una valiosa correspondencia con el romanista alemán Karl Vossler, creador de la escuela del Idealismo lingüístico y de la Estilística moderna, le afirmaba enfáticamente que ya había descubierto años atrás las afinidades electivas de la Filosofía de Heidegger con el naciente Nacionalsocialismo a través de la lecturas de sus obras anteriores al ascenso de Hitler en enero de 1933. [2] Croce es el primero en intuir, con su tenaz olfato filosófico, la posibilidad ex ante que en la filosofía de Heidegger existiera ya desde el comienzo las condiciones de una futura expansión phronética a la Política. Croce hace un paralelismo entre el Fall Heidegger y el filósofo Giovanni Gentile en su adhesión político-filosófica con Mussolini. Incluso llega a afirmar que con la Ontología de Heidegger Alemania se incretinisce, se ha idiotizado. A su vez Vossler emparenta al filósofo y jurista Carl Schmitt con Heidegger, y a ambos con la tradición reaccionaria europea que proviene de Georg Sorel (unos de los precursores intelectuales del Fascismo europeo), y califica a ambos de «desastres intelectuales de la nueva Alemania.» [3] En una importante puntuación sobre los fundamentos de la analítica existencial, Vossler llega a afirmar que detrás de la máscara ontológica modernista-reaccionaria de la filosofía heideggeriana se esconde en realidad una Teología vergonzosa, «neo-mística, neo-escolastica.» Una acusación que se repetirá más tarde, y desde adentro del propio Nacionalsocialismo, cuando Heidegger pretenda ser, entre 1933 y 1934, el Führer indiscutido de la Filosofía en el NS-Staat, el Führer der Führer.

En Francia ya en 1932 el filósofo personnaliste Arnaud Dandieu había notado la afinidad esencial entre el Nacionalsocialismo y el pensamiento filosófico de Heidegger, en especial en su libro Sein und Zeit de 1927, en un artículo aparecido en la revista Revue d’Allemagne. Dandieu, colaborador de la revista Documents, tendría estrechos vínculos con el inclasificable Georges Bataille y con la búsqueda confusa en los medios intelectuales franceses inconformistas de una troisième voie, «Tercera Vía» entre el decadente Capitalismo liberal y el Comunismo práctico surgido en la URSS. [4] Dandieu sabía de lo que hablaba: formaba parte del grupo Ordre Nouveau, junto a Robert Aron, Arnaud Dandieu, Claude Chevalley, René Dupuis, Denis de Rougemont y Alexandre Marc. Tenía conocimiento directo sobre la obra heideggeriana gracias a su estrecho vínculo con Henry Corbin, un germanófilo que estaba fascinado por Heidegger, del cual ya había traducido al francés por primera vez el texto Was ist Metaphysik? de 1929 en la revista Bifur, por cierto con prólogo del historiador de las ciencias Alexandre Koyré. [5]

Dandieu además reconocía estar profundamente influenciado por el irracionalismo vitaliste de Henri Bergson y por la ideología sindicalista de Georges Sorel. Como actualmente lo sostiene Emmanuel Faye, Dandieu habla directamente de una introducción del Nazismo en la analítica existencial de Heidegger, de una «adaptación» de Sein und Zeit a la línea política general y pública del NS, a su Zeitgeist, a la neue Wirklichkeit del despertar de la Gran Alemania. La filosofía de Heidegger, dirá Dandieu: s’adapte à un certain état d’esprit, propre à la jeunesse moderne, en particulier allemande et française. [6] Dandieu cree que ya en Sein und Zeit estaban dadas las condiciones filosóficas «abiertas» para adecuar la filosofía práctica subyacente a cualquier movimiento político que aconteciera en el futuro. Y la clave era el concepto-puente de l’angoisse, Angst, angustia. ¿En Sein und Zeit puede hablarse de una matriz de su filosofía práctica «acomodable», a cualquier acontecimiento en el Mundo con signo ideológico de derecha pero clausurada a todo posible «uso» o recepción desde la izquierda? En este caso ya no podría hablarse de oportunismo o de introducción, salvando las distancias como sería el caso de Hegel con su Filosofía del Derecho tratando de acondicionarse con la realidad prusiana, sino de un fenómeno más sofisticado, más articulado de adaptación sistémica y traducción de categorías ontológicas, de una potencial urbanización (exclusivamente con valencia reaccionaria) del Ser que queda pendiente de la llegada del momento kairológico.

Ahora quedaría más claro la idea de Heidegger señalada a Jaspers: que la tarea, desde la analítica existencial, se reducía en 1933 a establecer die rechte Einsatzstelle, el lugar adecuado donde se efectuará la operación de ataque contra la Modernidad. Para Heidegger, que utiliza una metáfora que proviene del lenguaje militar [7] , la filosofía de Sein und Zeit simplemente estaría aguardando el señalamiento de la zona activa en la cual ser plenamente activa, eficaz y operativa. La autocomprensión de Heidegger nos indicaría que para él no existe en su decisión de 1933 ni inflamación de conceptos (Derrida), ni introducción externa de espuria óntica, ni separación entre obra y carácter, ni extravío infantil o locura momentánea. Continuando su metáfora bélica, la filosofía práctica de Sein und Zeit simplemente estaría esperando que se delimitara su lugar operativo, su traducción práctica por su creador del lugar de ataque.

Dandieu le llama a este proceso de indicación del punto de ataque y de ayuda para emprender la tarea de destrucción de la Modernidad, la capacidad de Sein und Zeit, sin perder su coherencia interna, de enlazarse con un determinado état d’esprit. El enlace entre analítica y mundo histórico será para Andieu, como ya señalamos, el concepto heideggeriano de Angst, angustia. Ni Andieu, ni Vossler, ni Croce andaban errados. Dentro del glosario heideggeriano, el concepto Angst se menciona por primera vez y se analiza entre 1923-1924, es refinado y profundizado a lo largo de los tres primeros esbozos de Sein und Zeit y su carga teológico-política es evidente. Su antecesor en la filosofía de Heidegger es el término de San Agustín timor castus (miedo puro o absoluto). [8] Heidegger volverá a utilizarlo en conexión con el análisis del miedo que realiza Aristóteles en el libro II de Retórica. [9] Si la intuición de Andieu es correcta tambalearía la tesis defensiva de Aubenque que antes de 1933 no existían trazas de ideología ya sea reaccionaria o nacionalsocialista en el trabajo filosófico de Heidegger, ni posibilidades de trasladar la definición de campo del Dasein a algún punto específico de la Historia. [10]

La controversias no se quedaron allí. El escritor comunista Paul Nizan [11] arremetía contra el fino pornógrafo y escritor André Malraux por su oculta filosofía reaccionaria en su novela La Condition Humaine de 1933, ganadora del Prix Goncourt, que derivaba ingenua y acríticamente bajo formas literarias las conclusiones más conservadoras y reaccionarias del famoso libro de Heidegger Ser y Tiempo de 1927 [12] . Las tesis de Sein und Zeit, y de otros textos en apariencia abstractamente filosóficos, estaban pensadas y escritas con la idea de ser «utilizadas» para legitimar un movimiento, un régimen político, un líder, podían, sin sufrir contradicciones ni inversiones, ser potentes y sólidas justifications théoriques. ¿Sein und Zeit una suerte de Arkhé-Fascismo?

En julio de 1933, y en lo que constituye la primera crítica y recensión pública del compromiso con el Nacionalsocialismo de Heidegger, el pintor y ensayista suizo Karl Ballmer publica en Basilea un pequeño libro titulado Aber Herr Heidegger!, donde analiza críticamente el discurso de asunción del rectorado en la Universidad de Freiburg. [13] La exégesis trata de colocar en situación al discurso dentro del propio Denkweg de Heidegger. Heidegger no «representa» a la Filosofía alemana sin más, sino a una de sus dos grandes tendencias, Hauptströmung, presentes en la actualidad, aquella que parte de la filosofía francesa de Descartes.

Descartes es el que inauguró, con su Ich denke, la definitiva extirpación de las nociones de Esencia, Ser y Mundo del ámbito teológico. Es esta visión la que influyó sobre Leibniz, Spinoza y Kant, la misma que desembocó en el siglo XVIII en la filosofía alemana del idealismo subjetivo y objetivo. Serán recién Hegel, Fichte y Schelling quienes le darán al Cartesianismus un sesgo nuevo y radical. El mismo Hegel, encontrándose limitado dentro de los estrechos límites de la teología cristiana, intentó asimilar en su sistema a los antiguos griegos, pre y postsocráticos, refundirlos y superarlos dentro de una nueva manera de pensar. Es justamente dentro de esta senda, que en el fondo es una reacción a la antropología de Hegel, donde hay que ubicar a Martin Heidegger. [14] La segunda gran tradición filosófica alemana es la que parte, para Ballmer, del despertar consciente de la actitud científica (Nicolás de Cusa), que combina el misticismo de Meister Eckhardt con la investigación científica de la Naturaleza, y que se refiere despectivamente a la tradición centrada en la autodisciplina del pensamiento del Hombre como mera Scholastik.

Esta tradición ya no mora en la duda sistémica y en el exagerado cuestionamiento típico de la ratio de Occidente, sino que sostiene su fe en el Pensamiento y en su potencialidad por entender y convivir con la realidad. [15] Para Ballmer los representantes modernos de esta tradición son los neokantianos de la llamada Marburger Schule, «Escuela de Marburg», [16] Hermann Cohen y Paul Natorp, que tendría como destino fungir de mediadores entre la Escolástica y la Modernidad. El representante más notorio de esta segunda corriente era justamente el filósofo Ernst Cassirer. La Gegensatz, la lucha en Davos entre Cassirer y Heidegger, representó para Ballmer un conflicto que iba más allá del meramente filosófico-generacional: se trataba de una contradicción interior que representaba de manera mediada la lucha espiritual de toda nuestra época y del presente, la contradicción expresada filosóficamente entre el «Reino del Espíritu» (Cassirer) y el Welt des existenziell daseienden Menschen, el Mundo de los hombres existenciales existiendo(Heidegger). [17] Ballmer identifica una lucha sórdida al nivel filosófico entre una «izquierda» (el Neukantianismus de Marburg) y una nueva «derecha» (la novísima filosofía de la existencia, el Dasein-Mystizismus). [18]

También puede entenderse en toda su significación la virulencia y dureza del ataque de Heidegger a Cassirer, que excedía el estrecho marco de un congreso académico para abrirse a connotaciones filosófico-políticas de fondo. Heidegger habría negociado los elementos racionales de toda Filosofía por un nuevo misticismo, y la construcción del sistema ya estaba conformada mucho antes de 1933, mucho antes incluso que el debate con Cassirer en Davos en 1929. Específicamente en cuanto a la Rektoratsrede, Ballmer encuentra que los tres grandes conceptos que le dan sentido filosófico y articulan el discurso de 1933, los Fundamentalbegriffen de Política, Ciencia y Espíritu se derivan de su obra anterior. También se pregunta: ¿es el Dasein auténtico de Heidegger un rebelde de algún signo? Sí, dirá Ballmer, pero un rebelde reactivo que encuentra su estado de decisión (ausgezeichnete Erschlossenheit) en el enfrentamiento angustioso con la muerte. [19] Ballmer hace suyas in toto las críticas a Sein und Zeit realizadas en 1928 por el filósofo husserliano Maximilien Beck [20] y como Vossler encuentra profundas influencias de la Teología, incluso su auténtica Motivationskraft. También el extremismo político platónico de Heidegger en su concepción de la forma estado. Para lograr la completitud política de Sein und Zeit, su retraducción en un Staatsmystizismen moderno, obliga a Heidegger a recurrir a reminiscencias platónicas como alternativa a la tradición hegeliano-marxista. En su crítica Ballmer denuncia además su artificial falta de claridad, oscuridad conceptual y una ambigüedad concientemente buscada como efecto filosófico, a la que denomina moderne Wahrheitsautarkismus.

Por otro lado en Francia el gran filósofo Emmanuel Levinas reconoció que escuchó hablar del nacionalsocialismo de Heidegger de la boca del historiador de la ciencias Alexandre Koyré después de un viaje a Alemania, pero después del ascenso de Hitler en enero de 1933. [21] Al enterarse de la noticia quedó estupefacto, aunque Levinas en ese momento tenía la tenue esperanza que fuera un lapsus de una «gran mente especulativa en la banalidad práctica.» [22] Otro filósofo e historiador de la Filosofía como Maurice de Gandillac [23] en un increíble paralelismo entre Heidegger y la evolución totalitaria de la propia Alemania, comparaba en un texto de 1934 el comportamiento hipnótico y sumiso del filósofo neokantiano Ernst Cassirer con respecto al desafiante Heidegger en el famoso debate ocurrido en Davos (donde había estado presente) en 1929 con «la sumisión del pueblo de Alemania al magnetismo del Führer Adolf Hitler.» [24] En dicho encuentro Heidegger se negó a darle la mano a Cassirer por su origen judío. [25] Gandillac, nietzscheano-heideggeriano, será el primer filósofo en retomar el contacto con personal con Heidegger después de 1945 y en tratar de legitimar el compromiso del filósofo con el NS-Staat.

Fue Gandillac, mucho antes que Hanna Arendt y los heideggériannes, quién explicó la conducta política de Martin Heidegger como la de un «niño entusiasmado» por los aspectos externos, superficiales y accesorios del Nacionalsocialismo, al que nunca se tomó en serio. Gandillac también fue el primero en sostener la absoluta escisión entre la analítica de Sein und Zeit y la acción política personal del hombre Heidegger, que será un caballito de batalla ad nauseam de los heideggériannes. [26]


Notas

[1] Textualmente: «Ho letto per intero la prolusione della Heidegger, che é una cosa stupida e al tempo servile. Non mi meraviglia del suceesso che avrá per qualche tempo il suo filosofare: il vuoto e generico ha sempre successo… Credo anch’io che in Politica egli non p0ssa avere alcuna afficacia: ma disonora la Filosofia.», carta de Benedetto Croce a Karl Vossler, del 9 de septiembre de 1933. El intercambio sobre Heidegger se encuentra completo en la compilación de Guido Schneeberger; ibidem, pp. 110-112. También: Croce, Benedetto/ Vossler, Karl; Carteggio 1899-1949, Gius & Laterza, Bari, 1951, pp. 340-344. Croce criticó además publicamente el discurso de asunción al Rectorado de Heidegger, tal como había sido impresa por la editorial völkische Korn de Breslau en el diario La Critica, XXXII, 1934; en español: «Croce y Heidegger», controversia que se difundió en el mundo de habla hispana a través de la revista Minerva. Revista Continental de Filosofía, 2, Buenos Aires, 1944, p. 170. La misma carta es comentada en sus diarios por un pensador tentado por la deriva fascista como el filósofo e historiador de las religiones Mircea Eliade, en: Diario 1945-1969, Editorial Kairós, Barcelona, 2001, p. 308.

[2] Textualmente dice Croce: «Ah, quello Heidegger! Lo avevo individuato già sei anni fa, attraverso quel che me ne fecero leggere suoi scolari e ammiratori italiani; e avevo preveduto che sarebbe finito come è finito.», carta a Vossler del 10 de agosto de 1933; ahora en: Schneeberger, Guido; ibidem, p. 110.

[3] «Il Heidegger, e accanto a lui quel Karl Schmitt, autore di libri di diritto pubblico e politico, discepolo, fino a un certo punto, di Georges Sorel, si van rivelando come i due disastri intellettuali della nuova Germania. Lo Schmitt mi pare anche più pericoloso…»; carta de Vossler a Croce, 25 de agosto de 1933. Vossler escribe el nombre de Schmitt con «K». Su carta estaba escrita desde España, en la cual Vossler se sorprende de encontrar más influencia de la filosofía de Heidegger que en la propia Alemania, mencionando al filósofo Xavier Zubiri. Véase: Schneeberger, Guido; ibidem, p. 110; Croce, Benedetto/ Vossler, Karl; Carteggio 1899-1949, Gius. Laterza, Bari, 1951, p. 342.

[4] Dandieu, Arnaud; «Philosophie de l’angoisse et politique du désespoir», en: Revue d’Allemagne, 15, oct. 1932, pp. 883-891. Sobre Dandieu véase el trabajo de Christian Roy , «Arnaud Dandieu and the Epistemology of Documents«, en: Papers of Surrealism, Issue 7, 2007, pp. 1-23. El nexo Bataille-Dandieu lo ha enfatizado Thomas Keller, véase su libro: Deutsch-französische Dritte-Weg-Diskurse der Zwischenkriegszeit, W. Fink, Münich, 2001, p. 247 y ss. El estudio clásico sobre la generación de no-conformistas, que estuvieron fascinados por la solución fascista al Liberalismo, sigue siendo el trabajo de Jean-Louis Loubet del Bayle, Les Non-conformistes des années trente. Une tentative de renouvellement de la pensée politique française, Editions du Seuil, Paris, 1969, re-edición revisada en 2001. Algunos califican, con fundamento, esta toma de posición como una suerte de paradójico Antinazisme nazi. Dandieu escribió, además de artículos críticos contra la teoría de la revolución de Marx y la filosofía de la praxis, un libro en 1931 contra el Americanismo con Robert Aron: Le cancer américain, re-editado en 2008 por Editions L’Age d’Homme, Lausanne, en una colección dirigida por… Alain de Benoist, fundador, líder e ideólogo principal del de la Nouvelle Droite europea. De este peculiar libro señala Loubet del Bayle que «passait ensuite en revue les principaux exemples du mal qu’il dénonçait: triomphe de l’abstraction qu’une conception matérialiste de l’homme réduisant celle-ci à un ‘homo oeconomicus’, machine à produire et à consommer […] Après avoir constaté que le ‘cancer américain est un cancer spirituel’ et que l’homme ne devait plus chercher hors de lui mais en lui la cause de ses maux, Robert Aron et Arnaud Dandieu concluaient : ‘La révolution fatale sera avant tout spirituelle, sinon elle ne changera rien'», en: ibidem, p. 96. Muchas tesis filosófico-políticas las sostendría sin problemas el mismo Heidegger. Sartre escuchó hablar de la obra de Heidegger (y de Scheler y Husserl) por primera vez de la boca del filósofo japonés Count Kuki Shuzo durante un séjour en París en 1928, véase: Light, Stephen (ed.); Shuzo Kuki and Jean-Paul Sartre, Southern Illinois University Press, Carbondale, 1987.

[5] Heidegger, Martin; «Qu’est-ce que la Métaphysique?», con una introducción de Alexandre Koyré, en: Bifur, no. 8, June 10, 1931, pp. 5-27. Luego se edito como libro: Martin Heidegger, Qu’est-ce que la métaphysique?, tr. Henry Corbin, Gallimard, Paris, 1938. El libro además contenía una traducción completa de Vom Wesen des Grundes, los parágrafos 46 al 53 y 72 al 76 de Sein und Zeit , los parágrafos 42 al 45 de Kant und das Problem der Metaphysik y la traducción completa de «Hölderlin und das Wesen der Dichtung». Corbin además viajaba con continuidad a Alemania y tenía contactos personales con el mundo académico.

[6] Dandieu, Arnaud; «Philosophie de l’angoisse et politique du désespoir», en: Revue d’Allemagne, 15, oct. 1932, p. 884.

[7] Einsatzstelle tiene un significado militar que se entiende como el lugar de operaciones en el campo de batalla donde el mando indica el punto decisivo de ruptura, aconsejado por las inconveniencias tácticas, que puede ser distinto que el determinado por las conveniencias estratégicas y en esa hipótesis, si la variación del punto de ataque no trae problemas insuperables que puedan hacer malograr el éxito de la batalla, es más decisivo dar preferencia al orden de combate que permita obtener mayores y más rápidos resultados de la victoria, en consonancia con el objetivo final de las operaciones. Recordemos que es típico de la jerga nacionalsocialista, la llamada Lingua terta imperii en el NS-Staat, el abusar del uso de conceptos militares en el lenguaje político.

[8] En el curso dedicado a San Agustín, Sommer Semester 1921, «Augustinus und der Neoplatonismus» (anunciado como de tres horas), ahora en: Heidegger, Martin; Gesamtausgabe ; II Abteilung : Vorlesungen 1919-1944 ; Band 60, Klostermann, Frankfurt am Main, 1995. la primera mención se remonta a una alusión al «temor» en un comentario sobre el concepto de experiencia de lo sagrado de Walter Otto ya en 1919-1920.

[9] Aristóteles, Retorica, Libro II, 5, «El temor y la confianza». Heidegger realizó un extensivo estudio de la Retórica de Aristóteles y un curso completo durante el Sommer Semester de 1924. De este interés puede constatarse su posterior influencia en Sein und Zeit, aunque no existe un estudio en particular sobre la relación entre el Aristóteles de la Retórica y la filosofía práctica de Heidegger. El curso fue programado para su publicación en el tomo 18 de las Gesammtausgabe.

[10] Aubenque, Pierre; «Encore Heidegger et le nazisme», en: Le Débat, janvier-février, 1988, pp. 113-123. En español: «Otra vez Heidegger y el Nazismo», en: Disenso, 5, II, 1995, pp. 9-17.

[11] Sobre Paul Nizan, véase: Ory, Pascal; Nizan, destin d’un révolté, Éditions Complexe, Bruxelles, 2005. Nizan descubrirá la filosofía de Husserl y de Heidegger antes incluso que Sartre, justamente a través del trabajo de Corbin. Nizan también estaba ligado al grupo de la revista Bifur, ya que fue su editor.

[12] Nizan, Paul; «André Malraux par Paul Nizan» (traducido de Literatournaïa Gazeta, Moscou, 12 junio de 1934 por Hèléne Reshetar), en: Cahier André Malraux, T.I, sous la direction de W.G. Langlois, La Revue des Lettres Modernes Paris, Ed. Lettres Modernes, Paris, p. 134 y ss.

[13] Ballmer, Karl; Aber Herr Heidegger!. Zur Freiburger Rektoratsrede Martin Heideggers, Verlag von Rudolf Geering, Basel, 1933. El libro está prologado por el autor en Hamburgo, julio de 1933 e incluye un comentario del teólogo reformista Friedrich Eymann. Como Croce, Ballmer utiliza la edición oficial del discurso impresa por la editorial Korn de Breslau. Se había formado bajo al influencia de la Antroposofía de Rudolf Steiner y pertenecía al grupo de artistas llamado Hamburgische Sezession. Su arte fue acusado por el NS-Staat de Entartete Kunst, arte degenerado y tuvo que abandonar Alemania en 1938. La obra de arte de Ballmer tuvo un enorme impacto en el escritor Samuel Beckett. Sobre Ballmer: Spallek, Johannes; «Karl und Katharina Ballmer. Opfer der nationalsozialistischen Gewaltherrschaft»; en: Jahrbuch für den Kreis Stormarn, 24. Jahrgang, M+K Hansa Verlag, Ahrensburg, 2006.

[14] Ballmer, Karl; ibidem, p. 15.

[15] Ballmer, Karl; ibidem, pp. 14-15. Textualmente: «Diese Strömung nun lebt nicht aus dem fragenden Zweifel der westlichen überspitzten Ratio, sie lebt aus dem Vertrauen in die Kraft des Gedankens, dem sie zutraut, daß er mit der Wirklichkeit zu leben vermag.» Ballmer llama a Heidegger berühmte deutsche Philosoph.

[16] Sobre la Escuela de Marburg, también conocida como Escuela Neokantiana del Suroeste, que además de Cohen y Natorp la componían Alois Riehl, Hermann Lotze, Ernst Cassirer y Karl Vörlander, véase el artículo de Helmut Holzhey, «Cohen and the Marburg School in context», en: Reinier Munk (ed.); Hermann Cohen’s critical idealism, Springer, Dordrecht, 2005, pp. 3-37. La escuela tenía su propio órgano oficial, la revista Logos (1910-1933). Cohen basaba su revolución epistemológica en las críticas al Materialismo realizadas por Friedrich Albert Lange en su famosa historia del Materialismo de 1866, Geschichte des Materialismus und Kritik seiner Bedeutung in der Gegenwart, que tanto influyó en el pensamiento de Nietzsche. Sobre la relación e influencia de obra de Lange en Nietzsche nos remitimos a nuestro libro Nietzsche contra la Democracia, Editorial Montesinos, Mataró, 2010, pp. 119-122. Obviamente la Marburger Schule era profundamente anti-nietzscheana.

[17] Ballmer, Karl; Aber Herr Heidegger!. Zur Freiburger Rektoratsrede Martin Heideggers , Verlag von Rudolf Geering, Basel, 1933, p. 17.

[18] Una conclusión que no parece tan forzada: por ejemplo Cohen interpretaba a Kant desde un punto de vista evidentemente socialdemócrata, «welfarista» y Vörlander, en contacto con el socialismo austríaco, desarrollaba el nexo Kant-Marx. Entre los miembros de la Marburger Schule podemos nombrar a socialistas de izquierda como Max Adler, Kurt Eisner, Franz Staudinger o el fabiano Eduard Bernstein. Sobre la Escuela de Marburg como «ala izquierda» del neokantismo alemán, véase el trabajo de Harry Van den Linden; Kantian Ethics and Socialism, Hackett, Indianápolis, 1988. Un crítico precoz del socialismo neokantiano de Marburg fue Franz Mehring, el político y biógrafo de Marx, líder del ala izquierda del SPD, así como Karl Kautsky.

[19] Ballmer cita el parágrafo 40 de la edición original de Sein und Zeit.

[20] Beck, Maximilian Beck; «Referat und Kritik von Martin Heideggers ‘Sein und Zeit'», en: Philosophische Hefte, Heft 1, Juli 1928, pp. 5-44. Beck encuentra muchos elementos marxistas transfigurados en la analítica existencial de Heidegger (importancia de la Historia, el carácter social del Dasein, la reificación de la conciencia), demostrando que en realidad no existe originalidad en la filosofía heideggeriana, véase, ibidem, p. 10. Es intersante notar que como eslabón intermedio y necesario entre Marx y Heidegger, Beck coloque la problemática de Lukács. En el mismo número de la revista aparece un escrito de Herbert Marcuse intentando desarrollar su fallido proyecto de un Heidegger-Marxismus, «Beiträge zu einer Phänomenologie des Historischen Materialismus», ibidem, pp. 45-68.

[21] Textualmente: «l’avertissement que me donnait Alexandre Koyré dés avant l’accession de Hitler au pouvoir…», véase: Levinas, Emmanuel; «Comme un consentement à l’horrible»; en: Le Nouvel Observateur, Numéro 1211, 22-28 de enero, 1988, Dossier spécial ‘Heidegger et la pensée nazie’, p. 82 y ss. La entrevista fue por el impacto de la publicación del libro de Farías, Heidegger et le nazisme en Francia en 1987.

[22] Textualmente: «…avec le frêle espoir qu’elle ne relatait qu’un égarement provisoire dans la banalité pratique d’un grand esprit spéculatif.» Levinas perdió toda esperanza después de 1945.

[23] En: Gandillac, Maurice de; Le Siècle traversé. Souvenirs de neuf décennies , Albin Michel, Paris, 1998, p. 135 y ss. Gandillac, compañero de docencia de Sartre, además fue el primer traductor de Walter Benjamin al francés. Gandillac dirigió los primeros trabajos de Michel Foucault, Jacques Derrida, Jean-François Lyotard, Louis Althusser y Gilles Deleuze. Se puede explicar ahora la amalgama de nietzscheanos y heideggerianos a partir de una matriz común, y su relación acrítica con los aspectos éticos y políticos de Heidegger.

[24] Sobre el «combate» filosófico en el congreso de Davos, véase: Gordon, Peter, E.; Continental Divide: Heidegger, Cassirer, Davos ; Harvard University Press, Harvard, 2010.

[25] Véase el testimonio de su esposa: Cassirer, Toni; Mein Leben mit Ernst Cassirer, Gerstenberg, Hildesheim, 1981, p. 182 y ss. La esposa de Ernst confiesa en sus memorias que en 1929 no estaban alertados del radical antisemitismo de Martin Heidegger. Sobre el asunto del antisemitismo de Heidegger antes de 1933, véase: Gordon, Peter, E.; Continental Divide: Heidegger, Cassirer, Davos ; Harvard University Press, Harvard, 2010, pp. 264-265.

[26] Sobre la primera generación de heidéggeriannes franceses, matriz del futuro Posmodernismo, véase el libro de Ethan Kleinberg: Generation existential: Heidegger’s philosophy in France, 1927-1961, Cornell University Press, Ithaca, 2005.