«Esa señora reaccionó visceralmente porque yo conozco una historia secreta de su marido». Este tono de respuesta de Luis Carlos Restrepo a la fiscal general de Colombia, Viviane Morales, tras conocer que ordenaría detenerlo, pauta el escándalo que involucra al pasado gobierno de Álvaro Uribe. Morales, quien en atención a las acusaciones de Restrepo ordenó […]
«Esa señora reaccionó visceralmente porque yo conozco una historia secreta de su marido». Este tono de respuesta de Luis Carlos Restrepo a la fiscal general de Colombia, Viviane Morales, tras conocer que ordenaría detenerlo, pauta el escándalo que involucra al pasado gobierno de Álvaro Uribe.
Morales, quien en atención a las acusaciones de Restrepo ordenó investigar a su propio marido, el exguerrillero y exsenador Carlos Alonso Lucio, informó que pedirá la prisión de Restrepo por su accionar cuando ocupaba el cargo de Alto Comisionado de Paz en el gobierno de Uribe (2002-2010).
La Fiscalía le imputará cargos por el caso Cacica Gaitana, un frente guerrillero que según la inteligencia militar pertenecía a las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y operaba en el central departamento del Tolima.
El Cacica Gaitana se desmovilizó vistosamente el 7 de marzo de 2006, en plena campaña electoral para la reelección de Uribe e, incluso, entregó un avión que supuestamente servía al jefe histórico de las FARC, Manuel Marulanda, fallecido en 2008.
Un cable de la embajada estadounidense revelado por el portal Wikileaks, fechado el 22 de marzo, registra las «calurosas felicitaciones» a Restrepo por parte de altos oficiales militares por la desmovilización del Gaitana.
Pero el Cacica Gaitana nunca existió. La desmovilización de los 70 presuntos guerrilleros fue una farsa que obtuvo amplia cobertura periodística. Unos 15 de ellos ya habían desertado de las FARC, y el resto eran desempleados e indigentes reclutados para ese engaño.
El líder del falso frente, alias Saldaña, estaba preso hacía dos años. Parte de las armas entregadas provenían supuestamente de un escondrijo de paramilitares de ultraderecha y el avión estaba bajo custodia del gobierno desde 2003.
«Se recoge gente desempleada, se le arma, se le da suministro militar y se le prepara con las ideas de las FARC y se entregan. Esas desmovilizaciones siempre se han hecho en coordinación con el ejército», explicó en 2008 a la emisora La FM José Alfredo Pacheco, para entonces un exguerrillero que formó parte del montaje.
Tras 10 meses de investigaciones, el próximo 20 de enero la Fiscalía pedirá cárcel y acusará al ex alto comisionado Restrepo de peculado por apropiación, fraude procesal, concierto para delinquir y tráfico, porte y fabricación de armas.
También acusará a los coroneles del ejército Hugo Castellanos (retirado) y Jaime Ariza (en actividad), a Pacheco y a otras personas como él, así como al narcotraficante, hoy extraditado, Hugo Rojas, quien habría financiado el montaje con 500.000 a un millón de dólares.
El coronel Castellanos era el oficial de enlace entre el Alto Comisionado y el Ministerio de Defensa para atender las desmovilizaciones de paramilitares de ultraderecha y de guerrilleros de izquierda, que fueron características de los gobiernos de Uribe. En tanto que el coronel Ariza dirigía la regional de inteligencia militar en el Tolima.
Restrepo aseveró que inteligencia militar le informó en 2006 de la inminente desmovilización del Gaitana y que la versión fue «avalada por el entonces comandante del ejército (general) Mario Montoya», el cual puso un helicóptero para llevar a la prensa.
Además, mencionó a «los altos mandos que estuvieron presentes. ¿Qué hacían allá en esa zona? Es que en esa zona de desmovilización había varios generales de primer rango».
Sin dar detalles, sostuvo que el Ministerio de Defensa «conoce cómo fue una operación militar cuyos resultados son secretos. Por ser documentación de seguridad nacional, no los pueden entregar».
Dijo que documentos clasificados serían necesarios para su defensa jurídica.
«¿Por qué insisten en mantener clasificada esa información? ¿Por qué la niegan? Cuéntennos todo», dijo Restrepo en su explosiva entrevista del lunes por la noche a la local emisora privada RCN Radio.
Se declaró «opositor número uno» del presidente Juan Manuel Santos, quien fue ministro de Defensa de Uribe, y preguntó: «¿Qué teme Santos? ¿Que, tal vez, algunos de sus brillantes funcionarios que están ahora en Presidencia y que trabajaron con el Cacica Gaitana hasta bien entrado 2010, bajo su ministerio, terminen involucrados?».
«Sí, hubo muchísimos operativos militares con ellos», añadió refiriéndose a los falsos desmovilizados del Cacica Gaitana, «y hubo altos funcionarios del Ministerio de Defensa que trabajaron con ellos».
Restrepo instó al gobierno a revelar quiénes en dicha cartera «trabajaron después y durante el ministerio de (Juan Manuel) Santos con estos señores, y en qué». Además, no descartó que inteligencia militar haya sido «engañada».
Para el exministro Camilo González, director del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), la desmovilización del Gaitana no solamente fue montaje.
Según el gobierno de Uribe, en ocho años se retiraron de la guerra unas 52.000 personas.
De ellas lo habrían hecho 32.000 paramilitares en desmovilizaciones colectivas. Pero en realidad habrían sido 15.000, de ellos 10.000 combatientes armados y el resto personas cercanas, según un comité de seguimiento de la sociedad civil del que formó parte Indepaz.
«Son 17.000 los falsos desmovilizados», precisó González.
«La desmovilización del Cacica Gaitana fue la parodia total», dijo a IPS. «Pero ese no es el problema central sino que el gran montaje», indicó, que «fue de tal tamaño que es imposible que el gobierno no se haya percatado».
Para González, el gobierno de Uribe «formaba parte de toda la farsa».
Todos los jefes desmovilizados confesaron ante la fiscalía que los paramilitares «tenían escuelas de entrenamiento para que los llegados a última hora se pusieran uniforme, fueran peluqueados (se les cortara el cabello) y aprendieran a declarar sobre dónde patrullaban, en qué bloque paramilitar y qué hacían».
Mientras, Restrepo considera que la fiscal Morales, a la cual le envió una carta con estas acusaciones, debe ser investigada porque participó en un foro público en Santa Fe de Ralito, sede de los pactos para la desmovilización paramilitar.
También considera delito que el esposo de esta haya asesorado a paramilitares y guerrillas buscando la reconciliación. Relaciona a Lucio con gestiones ante el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y ante el mismísimo entonces mandatario libio Muammar Gadafi.
En respuesta a la misiva, la fiscal Morales ordenó investigar a su esposo y anunció que se aparta de dichas pesquisas. Además, cuestionó que Restrepo solo solicite investigar a Lucio cuando la fiscalía anuncia los cargos que tiene contra el ex alto comisionado.
«La Fiscal General de la Nación es inchantajeable», dijo Morales.