Hacer memoria es resistir. El 3 de Agosto en la Moralia recordamos que hace 15 años fue la primera incursión paramilitar del Bloque Calima en las montañas de Tuluá y que seguidamente se realizaron cientos de masacres, violaciones y todo tipo de brutalidad en contra de nuestros campesinos y campesinas. Hacer memoria es resistir, cuando […]
Hacer memoria es resistir. El 3 de Agosto en la Moralia recordamos que hace 15 años fue la primera incursión paramilitar del Bloque Calima en las montañas de Tuluá y que seguidamente se realizaron cientos de masacres, violaciones y todo tipo de brutalidad en contra de nuestros campesinos y campesinas. Hacer memoria es resistir, cuando apagaron la vida de tantos inocentes, también apagaron la esperanza y las sonrisas de muchas familias; heridas que cambiaron el canto de la montaña. Pero no se apaga para siempre la voz del pueblo, aún quedan voces que resisten, que no olvidan, que insisten en la búsqueda de la verdad, de la justicia y la reparación.
Hacer memoria es resistir, por eso el pasado 3 de agosto ASTRACAVA, la Junta de Acción comunal y grupo juvenil «Semillas de libertad» de la Moralia, llevaron a cabo actos por la vida y en conmemoración de nuestros campesinos y campesinas masacrados.
Se sembró un árbol Araucaria unido a la lectura de un poema como reconocimiento de nuestro pasado, la negación al olvido y la esperanza de un futuro diferente. También fue revelada la placa en homenaje a las víctimas. Se realizó un conversatorio sobre la ley de víctimas, una misa campal y la proyección del documental «Memoria y dignidad campesina»
El acto se realizó en el parque de la Moralia, lugar que fue del miedo, hoy de la esperanza.
tantas veces me morí,
sin embargo estoy aquí
resucitando.
Gracias doy a la desgracia
y a la mano con puñal,
porque me mató tan mal,
y seguí cantando.»