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Hoy comienza en Roma el juicio contra Alfonso Podlech, ex fiscal militar de Pinochet en Temuco

Fuentes: Rebelión

«Los muertos dependen completamente de nuestra fidelidad» Vladimir Jankelevitch, filósofo francés. El 18 del presente mes se abrirá el juicio en el Tribunal de Roma del ex fiscal militar de Pinochet, Alfonso Podlech. El fiscal militar de los Consejos de Guerra de Temuco (1973, 1974,1975…) está acusado del rapto y desaparición de Omar Venturelli, ocurrida […]

«Los muertos dependen completamente de nuestra fidelidad»

Vladimir Jankelevitch, filósofo francés.

El 18 del presente mes se abrirá el juicio en el Tribunal de Roma del ex fiscal militar de Pinochet, Alfonso Podlech. El fiscal militar de los Consejos de Guerra de Temuco (1973, 1974,1975…) está acusado del rapto y desaparición de Omar Venturelli, ocurrida el 4 de Octubre de 1973, desde la cárcel de la capital de la Araucanía.

El nombre de Podlech, desde la caída de Pinochet en las redes de la Justicia Internacional (en 1998), ha sido registrado en los Tribunales de Justicia de al menos tres países europeos: Italia, España y Francia, donde se le acusa de torturas, ejecuciones, secuestros y crímenes de lesa humanidad. Además del Tribunal de Roma, aparece en Madrid en las querellas por torturas interpuestas por los ex presos políticos de la cárcel de Temuco y en París en la querella de la familia del caso de Etienne Pesle, por secuestro. Vale la pena destacar que dos querellas más fueron presentadas en la Justicia Italiana y son los casos del Dr. Hernán Henríquez y Jécar Neghme.

El viaje turístico de Alfonso Podlech se asemeja mucho al que hizo el dictador Pinochet y que le costó 503 días de arresto domiciliario en Londres, salvado de justeza de la extradición a España, gracias al rescate organizado por el gobierno de la Concertación y los militares, cuya misión fue «salvar el soldado Pinochet» (esfuerzos mancomunados respetando los » pactos secretos «). Pero para el ex Mayor del Ejército y Fiscal Militar Letrado de Cautín, las cosas han ido mucho más lejos aún. Detenido el 27 de julio de 2008 en Madrid y encarcelado por orden del juez Baltasar Garzón, fue extraditado el 13 de agosto del mismo año e internado en la prisión de Roma, donde lo esperaba el fiscal Giancarlo Capaldo.

A un año y cuatro meses de su detención, deberá ahora enfrentar por la primera vez la Justicia Internacional, con una gran probabilidad que reciba una condena ejemplar. Quizás la pena máxima, de cadena perpetua, según el abogado de la viuda de Omar Venturelli, Sr. Maniga. La brecha que dejó abierta la detención de Pinochet en la Justicia Internacional se ha seguido agrandando y ello continuará mucho más todavía, en la medida de que en Chile continúe vigente la impunidad que, con su grueso manto, protege a tantos criminales, torturadores y violadores de los Derechos Humanos. La ley de autoamnistía que Pinochet impuso en abril de 1978 sigue en vigor. Hoy la parodia de justicia en Chile permite a la Corte Suprema de dejar en libertad a los torturadores de la Academia de Guerra Aérea (AGA). Recinto en el cual fueron torturados muchos presos políticos civiles o militares anti golpistas, incluido el General Bachelet, padre de la actual Presidenta (ver artículo del 25-10-2009 en lanacion.cl).

Chile aparece hoy día como la oveja negra en lo que respecta la aplicación de la justicia contra los torturadores. No tan solo no se juzgó al dictador Pinochet, que murió en la cama como Franco, sino que le rindieron pomposos homenajes en su funeral. En el cual participaron las Fuerzas Armadas, la Iglesia Católica y una buena parte de la clase política. Incluso el Gobierno de la Concertación envió sus ministros al funeral. Tremendo contraste con otros países latinoamericanos como Argentina, Perú o Uruguay, que han condenado en sus tribunales a sus respectivos dictadores y a parte de los responsables de los crímenes de lesa humanidad. El «dictador presidente» Fujimori fue condenado a 25 años de cárcel (diario El País 08-04-2009); los dictadores argentinos Videla y recientemente Bignone comparecen de nuevo ante los tribunales (ver El País del 03-11-2009). En Uruguay el dictador Álvarez fue también recientemente condenado a 25 años de prisión. Por otra parte en Europa (España, Francia, Italia…) la Justicia Internacional continúa avanzando en los juicios contra todos los criminales relacionados con violaciones de Derechos Humanos. Por el contrario, en Chile la justicia sigue retrocediendo y para colmo de la impunidad, los miembros de la DINA siguen integrados en las Instituciones Armadas y ganando suculentos sueldos, pagados con los impuestos de todos los chilenos (ver diario La Nación del Domingo 30-08-2009).

Podlech, originario de la zona de la Araucanía, forma parte de las familias de terratenientes y latifundistas. Sectores que en el período de la Unidad Popular del Presidente Salvador Allende (1970-1973) se opusieron frontalmente a la ley de Reforma Agraria, ilegalmente y muchas veces con las armas en la mano, a través de los grupos de Patria y Libertad o de los Comandos Rolando Matus (ultraderecha armada, bien implantada y organizada en la región de «La Frontera»). Grupúsculos que en la zona sur complotaron con los uniformadores, en la preparación del golpe de Estado, para enseguida pasar a integrar los «escuadrones de la muerte» o los equipos de torturadores. Dos elementos caracterizan el contexto de la Araucanía, del período de la UP.

De una parte un movimiento social en alza, con una fuerte participación campesina y mapuche. Y de otra parte la oposición radical y extralegal, canalizada por Patria y Libertad. Ya antes del golpe, los campesinos de la costa de Cautín habían sufrido una brutal represión por parte del Ejército y la FACH. El «caso Nehuentúe» tuvo como consecuencia la detención de una veintena de campesinos, en su mayoría Mapuches, acusados de ser guerrilleros y que fueron torturados y encarcelados el 30 de agosto (ver revista Chile Hoy, 7 de septiembre de 1973). Esta ola represiva, previa al golpe, anunciaba el preludio del terrorismo de Estado que se generalizó. Como bien lo resume Jeremías Levinao, la represión «fue masificada contra el pueblo mapuche por haber participado, de una manera destacada, en la profundización de la Reforma Agraria». Según este dirigente campesino mapuche, que fue a declarar a Italia contra Podlech, la represión que sufrieron los mapuches «fue una sangrienta venganza de los latifundistas» (ver entrevista de Levinao, hecha en Roma por Annalisa Melandri, en rebelión.org).

El mismo día del golpe de Estado, Podlech empezó a vestir el uniforme verde oliva del Ejército. Se puso inmediatamente a la cabeza de la represión, asumiendo la función de Fiscal Militar y enseguida como responsable máximo de la Fiscalía Militar Letrada de Cautín que funcionaba al interior del Regimiento Tucapel. El fiscal militar de Temuco, desde el primer día del golpe, con un gran odio vengativo, inició una especie de «cruzada» (primera prioridad fueron los «marxistas ateos») contra el conjunto de las organizaciones sociales y partidos de izquierda que se habían comprometido en el proceso de cambios de la sociedad chilena. Proceso conocido a nivel mundial como la «vía chilena al socialismo».

Podlech, con su función de fiscal militar, pasó a convertirse en el «Sr. de la vida o de la muerte», con su compinche Nelson Ubilla, capitán del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), experto en tortura. El terror que sembraron ambos siniestros personajes tuvo un efecto inmediato. A solo seis días del golpe, el 17 de septiembre, aparece el Bando Militar n.º 30 que anunciaba lo que el aparato represivo había comenzado a hacer. Este indicaba que «por cada inocente que caiga serán ajusticiados diez elementos marxistas indeseables». Esto muestra claramente los bárbaros métodos represivos, calcados directamente del nazismo.

No cayó ningún inocente, entiéndase militar, pero el balance negro de los 10 años en que Podlech ocupó su cargo de fiscal y jefe supremo de la Fiscalía Militar, dejó como saldo de la inmensa masacre y de la cacería humana: miles de presos políticos internados en la cárcel y el Regimiento, la gran mayoría torturados; centenares de ejecutados y desaparecidos y muchas víctimas más que fueron enviadas al exilio forzado. Podlech, a partir de febrero de 1983, renunció a su cargo militar y decidió disfrazarse. De lobo feroz y bestia inmunda del fascismo de Pinochet pasó a ponerse una piel de cordero. Gracias a este nuevo disfraz pudo convertirse en abogado, profesor universitario, empresario turístico y miembro del Tribunal Electoral. A fin de cuentas una especie de «noble» muy respetado en Temuco. Pinochet también se había transformado en «senador vitalicio».

La soberbia, la prepotencia, el delirio de grandeza y el hecho haber vivido durante largo tiempo, como intocable, sin que «jamás haya sido procesado ni condenado por delito alguno en Chile», llevó al fiscal de Pinochet a salir de Chile en viaje turístico. Viaje que fue truncado y terminó bruscamente, el 27 julio de 2008, cuando fue detenido en Madrid por orden del juez Garzón, el mismo que había esperado en vano en la Audiencia Nacional al dictador Pinochet. El ex fiscal militar había caído en las mismas redes de la Justicia Internacional que 10 años atrás habían atrapado al mundialmente conocido «dictador de las gafas negras». La sorpresa que se llevó Podlech cuando fue bajado por la fuerza del avión, en el aeropuerto de Madrid, por los funcionarios de Interpol, tuvo que ser muy grande (una especie de terremoto en Temuco).

Pero mucho más sorprendido quedará el criminal, este 18 de noviembre, cuando deba sentarse en el banquillo de los acusados del Tribunal de la Justicia en Roma. Frente a él tendrá al fiscal Giancarlo Capaldo, quien como acusador público le leerá los cargos de los cuales se le acusa. En la sala también estarán los jueces que dictarán sentencias, como igualmente las víctimas que asistirán a ese momento histórico tan importante para ellas. La espera para estas últimas ha sido tremendamente larga, más de tres décadas. Será en este momento solemne cuando podrán recuperar una parte de la dignidad perdida, al ser escuchadas y respetadas, sin olvidar que hay que esperar el final del juicio para conocer la sentencia. Es probable, se podría imaginar, que los familiares de los desaparecidos, los ex presos políticos y el conjunto de las víctimas, podrían encontrar un cierto consuelo, y que la enorme carga que llevan a sus espaldas, durante la larga y dolorosa lucha dada contra la impunidad, se les hará un poco menos pesada…

Aunque en Chile muchos quieran o quisieran olvidar el pasado, por diferentes razones, el pasado de los años de plomo de la dictadura chilena seguirá penando. Es un «pasado que no pasa». Y como bien lo dicen los versos del poeta Antonio Machado, (poeta republicano español): «Todo pasa y todo queda…». La Memoria es más fuerte que el olvido, ella forma parte de la identidad del individuo, y en su forma colectiva representa el alma de una nación.

El fiscal de Pinochet Alfonso Podech, antes de tomar el avión para viajar a Europa, debería haber leído al escritor alemán que ha reflexionado mucho sobre el pasado nazi de su país, Günter Grass, que dice: «olvidar es un error; el pasado siempre nos atrapa». El juicio del ex fiscal militar Alfonso Podlech marcará y abrirá una nueva etapa en la larga lucha que han llevado todos los defensores de los Derechos Humanos en Chile y en el extranjero. La Memoria es el mejor antídoto contra la impunidad.

Carlos López Fuentes, ex preso político de Temuco. París, noviembre de 2009.

Collectif pour les Droits de l’Homme (France) – [email protected]