«Blancas abandonan y otras historias de resistencia», de editorial Quimantú (2007) está siendo presentado en en el «Valparaiso Mi Amor», de calle Papudo, Cerro Concepción (Valparaíso) el miercoles 22 de octubre, a las 20:00 hrs, por su autor, que viajó desde Bélgica. Pero los cuentos de Pablo Varas Pérez en realidad no lo son. Son […]
«Blancas abandonan y otras historias de resistencia», de editorial Quimantú (2007) está siendo presentado en en el «Valparaiso Mi Amor», de calle Papudo, Cerro Concepción (Valparaíso) el miercoles 22 de octubre, a las 20:00 hrs, por su autor, que viajó desde Bélgica. Pero los cuentos de Pablo Varas Pérez en realidad no lo son. Son poemas contados. No, perdón, son recuerdos hilados. Más bien son sueños de un sobreviviente del horror, revelaciones de un insomne, conversaciones con los ausentes. Que estos personajes, los protagonistas de las historias de Pablo Varas lleguen al ‘puerto principal’ de la canción, resulta lógico porque echaron a andar, como anuncian ellos mismos y quienes como Pablo los han hallado deambulando por las calles del sur y del norte y de Santiago.
La historia « Blancas Abandonan» que da su nombre al libro, ganó el premio Rodolfo Walsh 2003 de cuentos documentales otorgado por la Sociedad de escritores/Círculo de Periodistas de Argentina. El ajedrez y el retorno a la infancia ponen sordina a los fusilamientos, al fin del gobierno popular, al vuelco total en la vida de los mineros de Lota. El contraste entre el tono casi lúdico de la historia y la realidad le entrega mayor fuerza al relato.
Ese permanente contrapunto entre la cotidianeidad y la violencia marcan la escritura urgente de Pablo Varas que de alguna manera se mete en el pellejo de los combatientes, de los que resistieron y fueron abatidos por la dictadura, para entonar ahora su victoria final contra el olvido. Están -entre otros – los enamorados como Carmen y Jorge, o los hijos amantes como Pablo, combatiente en Neltume; Víctor ejecutando su salto mortal a la libertad desde el techo de la cárcel; Lucho, el pianista/miliciano de Pudahuel abatido cuando estaba armado sólo con sus partituras; Pato, el profe de historia y poeta, hijo de ferroviario, que creía que había que ayudar a los pájaros a cuidar el fuego y que tenía «sus propias locomotoras y sin duda sus propias estaciones» cuyo viaje terminó con la crueldad de la vida de ese tiempo.
Pablo Varas es ex preso poítico mirista, y forma parte del colectivo de «las historias que podemos contar» . El explica su escritura como «una profunda expresión de afecto por los camaradas, que contribuya a asustar al olvido y que permita que los hijos de los hijos puedan soñar también con ese jirón de piel y de historia que esperamos construir. «
Su escritura por encargo de la memoria nos devuelve a los caídos en la lucha antidicatorial, nos acerca a sus breves e intensas vidas para poblarnos de interrogantes sobre el ayer, sobre el hoy, sobre el mañana. Son relatos hasta hoy marginales, fuera de la historia oficial que los hip-hoperos rebeldes de hoy podrían también cantar.