Sopesemos con pesar qué diez del constitucional pábulo patibulario, cercenan lo dicho en referéndum por la sociedad catalana. Diez guardianes pretorianos -¿black block franquista, tal vez?- que cortan miles de voces y voluntades: la toga pasando la soga a la voluntad popular. ¿Un gesto de cordial buena vecindad? Nada nuevo: que la ley ya estaba […]
Sopesemos con pesar qué diez del constitucional pábulo patibulario, cercenan lo dicho en referéndum por la sociedad catalana. Diez guardianes pretorianos -¿black block franquista, tal vez?- que cortan miles de voces y voluntades: la toga pasando la soga a la voluntad popular. ¿Un gesto de cordial buena vecindad? Nada nuevo: que la ley ya estaba hecha. Y con ella también la trampa, que es la propia Constitución. Añadamos a la sazón que sólo tres llamadas a Moncloa –doña Merkel, mister Obama y los camaradas chinos– sofríen rápidamente un urdido golpe de estado económico: reforma laboral, el peor recorte antisocial en décadas y que todo el peso de la crisis recaiga soezmente sobre las clases populares, para que las vajillas de la clase alta no dejen de lucir plusvalías. Que los ricos también lloran y no hay kleenex para todos.
Acabáramos. ¿Dónde queda el cuento chino, broma macabra quizá, de que «en democracia todo es posible»? Que diez togados decidan por Catalunya y que tres llamadas globales nos marquen la vida a la baja, ya huele, por enésima vez, a democracia orgánica con papila gustativa feudal. Pasen y vean. En paralelo, se va desplomando el telón a base de jirones, cuando El Mundo ruega solícito la militarización del metro de Madrid vía represión salvaje. A ver quién es mas duro y tiene la vara de mando más larga, Rubalcaba medra por no faltar a la cita y alza el listón de la Ley de Partidos. Anuncia que no le temblará el pulso si hay que ilegalizar a Eusko Alkartasuna y echar al traste la posibilidad más seria, honda y de largo alcance para transformar el conflicto vasco o, puntualicemos, el conflicto español. Portazos, candados y resaca colectiva de hondo calado y amplio espectro: Ley de Punto Final, obediencia debida y a tragar.
Como todo exceso todavía es poco, nos arrojan también la vigésimo sexta reforma del Código Penal en 15 años. Estampa de que estamos que nos salimos. Por la tangente represiva: aquélla que liquida el aire antes de ser respirado. Y ni disimulan, ésa es la novedad. Y ni nos inmutamos, ésa es la derrota. Rubalcaba se regocija en el lodo represivo: «Tenemos el Código Penal más duro de Europa». Huelga decirlo.
En esta extraña mixtura orden y autoridad por la seguridad de los negocios, la autoritaria gestión neoliberal marca la pauta. Por eso, la pobre banca, inasequible al desaliento bursátil, sigue sumando enteros y acumulando ganancias durante el primer semestre de 2010, ése en el que ZP ha impulsado en la UE un programa de monitorización policial de los ‘procesos de radicalización’ de la disidencia. Verano en cubitos con forma de porra y helado de Inquisición para todas.
Y huelga decir lo de la huelga, claro está. Pioneros en tortas y tortazos como son, el bucle hispánico se repite con insoportable reiteración represiva. Primero como tragedia, ya se sabe; finalmente como farsa. Todo forma parte del guión, ése que anuncia que con tres llamadas y diez jueces se modifica, altera y transgrede la res-publica y que pretende que caigamos -atentos al riesgo latente de la opera bufa berlusconiana- en el nihilismo servil de creer que nada sirve, de no creer ni en nosotras mismas ni en las propias fuerzas y de darle a la estafa y a la farsa rango de orden natural inamovible.
En la lógica nada incauta de la lucha de clases en el siglo XXI, queda la lección insondable de la comunidad afroamericana en pie por los derechos civiles: el problema nunca es lo que hacen ellos. Sino lo que dejamos de hacer nosotros. O como diría Biko: que no hay arma más poderosa en manos de nuestro enemigo que nuestro cerebro. Huelga decirlo. Como huelga decir otra evidencia: menos roja y más rojos. Que todavía amanece. Y no es poco.
David Fernández. Militante de base de Barcelona
Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/Huelga-decirlo.html