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Iberdrola

Fuentes: Rebelión

La torre Iberdrola es un rascacielos de 165 metros de altura. Su arquitecto se llama César Pelli y es argentino. Comenzó su construcción en Bilbao en marzo de 2007 y se espera que esté terminada en los primeros meses de 2011. Se trata de un edificio destinado por entero a oficinas y su forma es […]


La torre Iberdrola es un rascacielos de 165 metros de altura. Su arquitecto se llama César Pelli y es argentino. Comenzó su construcción en Bilbao en marzo de 2007 y se espera que esté terminada en los primeros meses de 2011. Se trata de un edificio destinado por entero a oficinas y su forma es de triángulo isósceles con lados curvos.

Iberdrola es una empresa «que genera, distribuye y comercializa electricidad y gas natural. Opera en 28 países y cuenta con 16 millones de clientes. Posee también intereses en telecomunicaciones», se lee en Wikipedia en español. Pero, ¡ojo!, porque la versión en español de Wikipedia, según el estudio publicado por el Colegio Libre de Eméritos, «es la menos fiable. La página alemana de la enciclopedia libre, que se presenta en ocho idiomas diferentes, sería la más seria».

El 13 de junio de 2010 se nos fue la luz a las 11 de la noche con un gran estruendo en Bilbao. Nos costó ponernos en contacto con Iberdrola, que nos contestó desde Argentina con voz dulce. Tuvimos que deletrearle Bilbao a la operadora. Su respuesta: que llamáramos a un electricista porque pudiera ser que la avería fuera competencia vecinal. El electricista certificó su ubicación en el trenzado, debía intervenir Iberdrola. Llegaron dos técnicos de la empresa de la torre a las 12 del mediodía. Y repararon, y hubo luz en la casa y en el frigorífico, que empezaba a oler. Pero no firmaron el papel, que se les presentó en el que se reconocía que la avería era competencia de Iberdrola. No estaban autorizados por la empresa y su sumisión era alta. Tras dos horas de espera -porque en esta empresa, también de telecomunicaciones, los PCs son medievales y lentos- nos sellaron el documento de reclamación, porque, como nos dijo la agradable voz argentina anónima desde lejos, si es culpa de Iberdrola la minuta del electricista la abonarían ellos. A nuestra comunicación el electricista dibujó una sonrisa irónica no exenta de experiencia.

Y nosotros, visto lo visto y la desatención al numeroso público en las oficinas, tampoco nos fiamos en demasía. Pero el 29 hay huelga en Euskal Herria o, lo que es lo mismo, para ganar y recibir lo merecido hay que pelear. También contra Iberdrola, aunque tenga torre entre nosotros y nos respondan con voz dulce desde ultramar. O, más bien, su respuesta y trato lejanos y displicentes le exige torre fortificada entre sus clientes.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.