Este 18 y 19 de enero, el Movimiento Patriótico Manuel Rodríguez (MPMR) finalizó su VIII Encuentro Nacional, con la asistencia de militantes del norte, centro y sur del país. Entre las definiciones tras la discusión, se asumió que la actual crisis que vive el modelo neoliberal evidencia que la contradicción principal para el periodo sigue […]
Este 18 y 19 de enero, el Movimiento Patriótico Manuel Rodríguez (MPMR) finalizó su VIII Encuentro Nacional, con la asistencia de militantes del norte, centro y sur del país. Entre las definiciones tras la discusión, se asumió que la actual crisis que vive el modelo neoliberal evidencia que la contradicción principal para el periodo sigue siendo «Neoliberalismo versus Soberanía popular».
Para los rodriguistas, urge impulsar «la más amplia unidad de los sectores populares para enfrentar al próximo gobierno empresarial». Es tremendamente necesario concretar «un espacio de convergencia popular», junto a las fuerzas políticas y sociales que participaron tanto en el Movimiento Todos a la Moneda, el Partido Igualdad, y otros, y quienes se abstuvieron; especialmente, los movimientos sociales en lucha, «para construir una agenda común de movilización en el 2014 y en los años venideros». El MPMR acordó impulsar el Encuentro por la Unidad de los Pueblos, que se realizará el 11 de marzo en el Teatro Caupolicán, y la «creación de una herramienta electoral propia», entre otras definiciones. El VIII Encuentro Nacional se realizó durante los meses de diciembre y enero, con militantes de distintas estructuras del Movimiento. «Se discutió, básicamente, nuestra visión sobre la actualidad y el quehacer», dice Leandro Torchio. «En términos generales -agrega-, para dónde nos encaminamos: Nos planteamos una unidad de carácter popular con los sectores en lucha que serán oposición real, concreta, en la calle y en movilización, al próximo gobierno empresarial que va a encabezar la señora Bachelet y el pacto Nueva Mayoría. En eso hay un acuerdo y es parte de nuestra política como elemento central: la unidad que se necesita en la calle, en la lucha, con los que votaron y los que no votaron, con todos aquellos que nos oponemos realmente al neoliberalismo. Junto con eso, nos planteamos la necesidad de que nuestra organización -humildemente y dentro de nuestras capacidades-, juegue un papel mayor, no solamente en la unidad, sino también en el desarrollo de distintos trabajos». Por su parte, Valeska -dirigenta de la Región de Valparaíso-, señala: «Se discutió en el Encuentro, qué política vamos a llevar adelante, cómo nos vamos a posicionar frente a esta nueva situación: Tenemos a Bachelet lista para asumir un gobierno que va a significar la desmovilización de las organizaciones, porque está apoyado por el Partido Comunista (PC) que juega a manejar a sus anchas a los sindicatos y a la CUT… Nuestra política como Movimiento debe ser una manera de demostrarle al pueblo cuál es la situación real en la que estamos viviendo: Que es mentira que estamos en una democracia, que es mentira que habrán cambios. Nuestro deber como MPMR es desenmascarar a esta nueva derecha. No van a cambiar absolutamente nada. Va a ser un simple maquillaje», dice.
Otras resoluciones del MPMR fueron potenciar el Encuentro Latinoamericano, donde se espera la visita de delegaciones de Bolivia, Venezuela y Ecuador, entre otras; y la necesidad de construir una nueva central sindical, que haga el trabajo que la CUT dejó de hacer hace tiempo. «Obviamente, las actuales estructuras sindicales no representan los reales intereses de los trabajadores. De hecho, la ausencia de la CUT respecto al paro de los portuarios es evidente. Ese es solo un ejemplo reciente. Se necesita que los trabajadores en lucha construyan su propia central clasista, que sea oposición al neoliberalismo», señala Leandro Torchio.
También se discutió la posibilidad de levantar una red de Casas Bolívar, que le permita al Movimiento desarrollar actividades políticas y culturales a nivel territorial, y aportar, de esta forma, a la unidad de los pobladores. «Hoy existe la Federación Nacional de Pobladores, la Unión Nacional de Pobladores, y otras organizaciones… Nosotros creemos que al igual que se necesita una central sindical, urge la unidad de los pobladores en lucha. Pensamos que en torno a los distintos movimientos sociales en lucha hay que formar un ‘polo social’, que sea la oposición real y se plantee como alternativa de cambio», dice Torchio.
El VIII Encuentro sirvió, además, para desarrollar varias discusiones que venían de hace tiempo. Se plantearon aspectos y decisiones que debían ser tomadas por el conjunto de la militancia.
Se realizaron reuniones en regiones para llegar con opiniones colectivas, en las estructuras de base estudiantiles, de trabajadores, y territoriales; también se recibió la opinión de militantes que están afuera del país. Se observaron inquietudes y distintas opiniones, por ejemplo, respecto a la unidad. «Todos están de acuerdo con la unidad, pero, ¿cuál es la frontera de esa unidad?, ¿qué expresión electoral podría tener? Lo que está claro es la importancia de la unidad de quienes luchan para enfrentarse al gobierno que viene. Si lo miramos en una perspectiva de mayor tiempo y cambio, hemos acuñado una hipótesis de conflicto, que es que tenemos que derrotar al neoliberalismo. Y para derrotarlo vemos una combinación de movilizaciones y votos. Eso significa que creemos que el neoliberalismo se puede derrotar con expresiones electorales, pero sobre todo que esas expresiones deben ser acompañadas de una movilización tan potente que ponga en crisis la gobernabilidad», dice Leandro Torchio.
El MPMR rechaza tajantemente la vía institucional que plantea el pacto Nueva Mayoría. Señalan que esa vía lo único que va a hacer es «alargarle la vida al neoliberalismo». Será «un cambio sin cambiar nada», dicen los rodriguistas.
Para el Movimiento, terminar con el neoliberalismo tiene cuestiones muy precisas: echar abajo la institucionalidad a través de una Asamblea Constituyente; terminar con el monopolio de los grupos económicos; acabar con la dependencia cultural y militar del imperialismo norteamericano; derogar el Código Laboral y cambiarlo por uno a favor de los trabajadores; nacionalizar las riquezas básicas; entre otras. Según el MPMR, «realizar ese conjunto de cambios será terminar con el neoliberalismo, y reemplazarlo por una ‘sociedad de derechos'». «Así le hemos llamado», dice Leandro Torchio. «Pensamos -agrega-, que no se está frente una crisis capitalista, sino ante la crisis de un modelo determinado. Si terminamos con este modelo con movilizaciones y presencia popular, obviamente esa crisis podrá madurar también hacia lo que nosotros aspiramos: una crisis anticapitalista. Aspiramos no solamente a derrotar el neoliberalismo. Pensamos que es un momento necesario, y lo vemos ligado en función de cómo va a ser, con qué protagonismo popular se termine también con el capitalismo. Decimos: De la conciencia anti neoliberal, a la conciencia anticapitalista».
EL TRABAJO
Valeska señala que en la V Región el Movimiento tiene «trabajo arraigado en la gente, con dirigentes sindicales, y posicionándonos en las provincias del interior». Cuenta de la grave crisis del agua, que se ve como un problema de los agricultores, pero que «afecta a todos». «Estamos realizando un trabajo social -agrega- también en sectores de Viña del Mar, que es la comuna con la mayor cantidad de campamentos, y donde se encuentra el campamento más grande del país… Por un lado, tenemos una alcaldesa que dice ser ‘animalista’, pero que no le manda agua a la gente en las tomas, y que se gasta millones de pesos en el Festival de Viña, arreglando la ‘cara visible’ del centro de la ciudad, mientras en los cerros la gente vive en la miseria más atroz. En Valparaíso ocurre lo mismo. La situación de las tomas es muy diferente a lo que sucede en la Región Metropolitana. Acá, rara vez se desaloja a los pobladores de una toma. Hay muchos problemas sociales y prácticamente no se construyen viviendas. ¿Qué sucede? Vivimos una especie de exilio, pues si te metes al SERVIU, te mandan a vivir a las comunas del interior, y eso significa que la gente rompe sus redes de apoyo y padece un profundo desarraigo. Por otro lado, los campamentos sufren el embate de los incendios, primero, porque no hay manera de que lleguen los bomberos, y además, porque las tomas no cuentan con agua. Cuando el alcalde está de muy buen ánimo manda el camión aljibe a llenarle los estanques a la gente, pero sucede que pasan dos o tres semanas y el camión no va. Eso mismo ocurre con la recolección de la basura. Cada vez más la ‘ciudad patrimonio’ se ve afectada por mayores problemas. Además, muchos incendios son provocados para que la gente se vaya y poder construir edificios, porque tenemos un plano regulador que promueve a las constructoras, tapando Valparaíso con edificios y dejando la pobreza detrás… Los jóvenes de las provincias deben viajar hasta dos horas para poder llegar a una universidad: No hay un sistema de locomoción expedito. Es grande el trabajo que hay que hacer. Valparaíso tiene una gran pobreza y cesantía completamente encubierta con vendedores ambulantes y ferias libres… No hay colegios. Intentan quebrar el Liceo Eduardo De la Barra, que es un bastión; un liceo de protesta y gran raigambre social. Instalaron el Liceo Bicentenario, que no alcanza tener doscientos alumnos; no muestra ningún logro y, más encima, hace una selección descarnada para nuestros jóvenes. ¿Qué sucede? Nos han convertido en una ciudad de servicios, donde la mayoría de los colegios son técnicos, para crear mano de obra barata y especializada, pero, con un técnico medio tampoco encuentras trabajo», dice.
Para Valeska, las propuestas y el trabajo del MPMR deben estar en la organización social: «Hay que trabajar con las organizaciones sociales y poblacionales; no solamente desenmascarar lo que sucede… La gente muchas veces no asume o no se da cuenta de lo que le está sucediendo. Ven en la televisión que en Santiago desalojan con Carabineros a los pobladores de la tomas y como ellos no son desalojados, creen que no tienen el mismo problema… Nosotros estamos haciendo educación y trabajo social, creando conciencia. Hay que demandarle al Estado nuestras necesidades. Es el responsable de que la gente tenga sus servicios básicos cubiertos, como la salud, la vivienda y la educación, entre otros. Es eso lo que estamos haciendo, y otros trabajos culturales, como llevar la cultura a la gente de los cerros. En Valparaíso, la gente de los cerros no tiene acceso a cultura, pues la mayoría se presenta en el centro y para una elite. Bajar al centro, significa por persona gastar el equivalente a un kilo de pan. Así no puede haber cultura. También hemos hecho una defensa de los liceos y colegios públicos, que están intentando cerrar. En el Eduardo De la Barra quieren expulsar a los jóvenes que son críticos y quieren cambiar la situación. Ponen a directores que son castradores, evitando la discusión. Lo mismo sucede en las universidades. Buscan que los hijos de los obreros no lleguen a las universidades públicas, que se vayan a las privadas y centros de formación técnica e institutos que crecen como callampas, y que ofrecen mentiras. Miles de jóvenes estudian carreras que no tienen campo laboral. Los están engañando. No hay una política respecto a educación, vivienda, salud… Por eso estamos trabajando y participando, para despertar y elevar la conciencia de nuestro pueblo», dice.
Por su parte, Álvaro -del Destacamento Lientur, de la VIII Región-, agrega: «Concluimos este VIII Encuentro Nacional ’30 Años de lucha y Resistencia popular’, nuestra principal instancia como orgánica política para juntarnos en todas las regiones, unidades y destacamentos donde tenemos militantes. Estos encuentros los hacemos con cierta regularidad y definimos nuestra política, haciendo las adecuaciones tácticas para el período. Este encuentro estuvo cruzado por definiciones políticas de cuál va a ser la contradicción principal para este periodo, y lo que nosotros pensamos, la hipótesis de conflicto que vamos a resolver, tomando en cuenta que estamos ad portas de un gobierno que sabemos y estamos seguros no va a cambiar nada… Será un periodo de una gran lucha ideológica, donde el principal acento va a estar en la movilización social, exigiendo nuestra recuperación de los derechos y, en general, el cumplimiento del programa que apoyamos como Todos a la Moneda: Asamblea Constituyente; recuperación de los recursos; fin de las AFPs; educación gratuita y de calidad; etc.».
Álvaro explica que el Destacamento Lientur, mantiene el nombre original de las primeras Unidades del Combate del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR). «Desde el año 1991 continuamos funcionando como Destacamento en el MPMR. Hoy tenemos presencia en Concepción, Talcahuano, San Pedro de la Paz y Coronel… Llevamos bastante tiempo haciendo política y tratando de influir en los sectores populares… En la VIII Región más del 80% de la superficie está en manos de dos grandes consorcios madereros: CMPC y Arauco. .. Hay una importante exportación de madera, rubro que ha estado con bastantes problemas, pues sufre los vaivenes -según los empresarios-, del mercado internacional. La Región entrega materia prima, madera en bruto. Y también hay problemas en las manufacturas y en Huachipato, la principal siderúrgica del país, que continúa despidiendo personal. Hoy está entrando al país acero importado, por los costos de producción, dicen los empresarios. El año pasado, hubo una importante cantidad de despidos en Huachipato, que trató de esa forma de bajar sus costos. Al terminar el año, hubo un paro de los trabajadores de ASMAR. Los trabajadores se mantuvieron más de 40 días en huelga. También la industria pesquera ha sido bastante golpeada. La nueva ley de pesca favorece a los grandes empresarios y los recursos de la pesca artesanal han sido diezmados. Muchos trabajadores perdieron sus puestos de empleo o los van a perder. Como MPMR tenemos contacto con sectores de trabajadores y pobladores y hemos hecho trabajos en Coronel, en Talcahuano, después del terremoto y maremoto, que destapó las carencias de la región… Apoyamos a los pobladores con brigadas de solidaridad del Movimiento en Coronel y Talcahuano -en la población Santa Clara-, y otros lugares afectados… Con los años, hemos ido ligando lazos con distintos sectores, y podemos decir con un orgullo bastante humilde que hoy nuestra organización revolucionaria es escuchada. Obviamente, estamos en un trabajo de construcción haciendo lazos con otras fuerzas, para construir y presentar una alternativa posible».
Catalina, militante del Destacamento Estudiantil Paulo Freire, expresa: «Analizamos en el Encuentro los ejes con los que vamos a trabajar este año y hacia el futuro… Hicimos un análisis sobre el sistema neoliberal y su avance y profundización a la que nos vamos a enfrentar ahora con el nuevo gobierno empresarial… Discutimos qué herramientas vamos a utilizar y cuáles vamos a reforzar… Seguimos avanzando y no vamos a hacer ningún énfasis especial, sino con las mismas fuerzas, simplemente estamos afinando los detalles y discutiendo e integrando cosas nuevas. Nuestra proyección como Destacamento Estudiantil en estos meses es reestructurarnos y reconformar los Cordones Secundarios, que fue nuestro trabajo en el último año. Queremos retomarlo porque hubo un momento donde la constancia no siguió… Ahora, esperamos reconformar integralmente los Cordones Secundarios para así poder enfrentar al gobierno y sus mentiras en la educación. Nuestras demandas siguen siendo educación gratuita y de calidad; y la desmunicipalización de la educación, que entierra a la educación pública y la tiene por los suelos… Vengo del Liceo Agustín Edwards y me he dado cuenta del desfalco de dinero en la municipalidad de Conchalí. Faltan cuatro mil millones de pesos. Por esa pérdida de dinero, los colegios están en el suelo, no hay profesores, hay horas de clases perdidas. Eso se replica en muchas comunas del país, por eso es importante luchar por nuestra educación», dice.
Guillermo, agrega que al tenor de los 30 años de existencia del FPMR, el Movimiento se reunión para reflexionar sobre las políticas tanto tácticas como estratégicas con las cuales enfrentar los próximos cuatro años: «La discusión fue muy rica, con fuertes debates, en función de ver serán los escenarios que se plantean en estos cuatro años… Dentro de la política de continuidad del FPMR, hoy siguen siendo válidas todas las formas de lucha que se aplicaron, tratando de interpretar lo que son las condiciones objetivas que tiene la realidad. En ese sentido, hemos reflexionado en que el Movimiento hoy día tiene que tener la capacidad de ser parte de la lucha social, de estar en la primera vanguardia de esa lucha, pero además, ir generando elementos políticos que permitan interactuar por sobre la subjetividad de la gente, vale decir, creando y siendo parte también de una lucha, de una acumulación de fuerza política».
Para Guillermo, es necesario estar en la lucha social, en la calle, pero también tener propuestas políticas. Que sean propuestas que la gente pueda conocer y que en algún momento puedan votar por ellas. «Si alguna lección deja las elecciones pasadas, es que la unidad de los sectores anticapitalistas debe materializarse con mayor madurez. La izquierda tiene un potencial discursivo, histórico, pero no puede enfrentar ningún proceso si lo hace desunida. Creo que esa es la primera lectura, por lo cual es absolutamente relevante que hoy todos los sectores que se plantean en contra del modelo neoliberal, en contra del capitalismo, quienes están por la construcción del socialismo, del comunismo, los que ‘no prestan el voto’ pero que sí tenemos convergencias; tenemos que hacer los esfuerzos necesarios que nos permitan acumular pequeñas luchas, ser capaces de confluir en una sola gran fuerza. La unidad es importantísima… Hemos visto que el modelo, el sistema, es capaz de reacomodarse, es capaz de ante un neoliberalismo que estaba en el suelo, recomponerlo… Es capaz de generar una imagen nueva, con un discurso nuevo, pero con los mismos de siempre, como es la Nueva Mayoría… Como Movimiento tenemos la misión y tarea estratégica de lograr la unidad de todos quienes queremos cambios profundos… Hoy, con lo limitado que son los medios de comunicación, que están en gran medida al servicio de las ideas dominantes, de las ideas neoliberales, es una tarea estratégica de la izquierda generar medios de comunicación alternativos, de todo tipo, escritos y también apuntar a lo que es lo más eficiente comunicacionalmente hoy, los medios audiovisuales y el trabajo en las redes sociales…
En este Encuentro participaron compañeros de diferentes regiones del país, con sus diferentes realidades, visiones, cansancios e impresiones, en una discusión franca y abierta, donde cada cual tuvo el derecho a opinar. Lo hicimos como lo hemos hecho siempre los rodriguistas: con fraternidad, con cariño, pero también con mucha convicción y con mucho derecho cuando tenemos que discutir y defender lo que consideramos son nuestras posiciones… Hoy el Movimiento y los rodriguistas tenemos una responsabilidad mayor, porque nosotros fuimos tal vez de los primeros que denunciamos que este sistema no iba a llegar a una verdadera democracia y a un verdadero bienestar del pueblo. A 24 años de la dictadura, creo que la historia nos ha dado la razón. Eso refuerza el ánimo de decir que la lucha debe continuar, para construir una democracia profunda y de verdad en nuestro país… Nuestro compromiso sigue», concluye.
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