Cuando un amigo se va queda un espacio vacío, que nadie puede llenar con la llegada de otro amigo…. Pedro Esaú, un amigo, colega, un hombre de mil batallas, un hombre honesto que inicio su vuelo de regreso hacia el universo, donde será quizá una estrella más, o una energía que nos acompaña, aunque su cuerpo se vaya. Lo conocí hace tres décadas, alrededor del periódico el proceso de Julio Cesar, otro quijote como él. Pedro fue más que piedra, edificó de la nada una propuesta de periodismo independiente, crítico y alzó desde allí las banderas de la verdad, la estética y la ética juntas. Construyó el día a día, como ocurre con todos hombres y mujeres librepensadores, librepensadoras, los hombres y mujeres sin padrino, los que no se ahorran palabras para decir a riesgo de lo que sea, lo que se debe decir, no lo calculado por el ritmo de aplausos efímeros o ceremonias inventadas de esas en las que agregan cintas, medallas o insignias para adornan charreteras que solo brillan entre áulicos.
A secas, Pedro Esaú construyó el mundo con un abecedario y decenas de voces. Siempre fue tras el rescate del buen periodismo, liberando de la duda sobre lo correcto y lo incorrecto. A veces tuvo que enfrentarse a la ira de la infamia, a peligrosos ciclopes, hidras y centauros, otras sencillamente se dedicó a andar con la alegría de los que aprenden a sobrevivir a toda adversidad y ataque, se juntó con campesinos, obreros, estudiantes, profesores, salubristas y rebeldes.
Como quisiera escribir ahora una columna de homenaje a pedro, pero ojalá en el nombre del todos común, pero no puedo, algunos no lo aceptarían, otros no lo soportarían, pero además tampoco en ella cabría todo mi dolor, mi luto, mi condolencia a su familia y allegados, porque mi aprecio por él fue inmenso y esta tristeza es imparable.
La memoria de pedro permanecerá atada a una pluma, y a una lucha sin freno, propia de quienes no renuncian a dar todo el tiempo mil batallas, aunque todas parezcan perdidas. Así son las luchas por la dignidad y con toda la dignidad. Fue como tantos otros que hoy llenan las calles de canticos y resistencias, pedro vivió cada minuto en resistencia y ha muerto en resistencia, hasta su último instante, eso sí, con la sonrisa de quien sabe que cumplió su tarea y que dejó un legado de mutuo amor por la vida, por la defensa de la democracia plena, los derechos de la gente y la solidaridad.
Pedro Esaú cumplió cabalmente tres valores de un ser humano que sabe de dignidad: no matar, no robar, no engañar, por eso Pedro Esaú Mendieta, se va en paz, fue un hombre de paz y de justicia, de debate y de posturas inclaudicables. El periodicoeldiario.com, seguirá su rumbo trazado de independencia, de compromiso con la verdad, y habrá muchas plumas esperando el m omento para que la mejor forma de decir sea también hacer y transformar, cambiar, liberar, emancipar, construir un mundo mejor, aunque sea de las cenizas, desastres y tragedias que deja la ideología del capital y sus fascismos en el poder y hacer circular la humanización proyectada también al infinito, aunque parezca una utopía.
Buen viaje, amigo mi querido pedro, aquí las calles siguen llenas de dignidad.
Pedro Esaú Mendieta. Periodista, creador y Director de periodicoeldiario.com, de amplía difusión en el nororiente colombiano, con centro en Boyacá. Un cancer se le atravesó en el camino y murió hoy 10 de mayo de 2021.