En los precisos momentos en que la situación de salud de los presos políticos Juan Mateluna y Jorge Espínola, es de extrema gravedad, el Parlamento chileno ha resuelto indultar a 32 presos de los 40 que se encuentran recluidos. Sin embargo la medida excluye a 8 de los detenidos que no obtendrán los beneficios por […]
En los precisos momentos en que la situación de salud de los presos políticos Juan Mateluna y Jorge Espínola, es de extrema gravedad, el Parlamento chileno ha resuelto indultar a 32 presos
de los 40 que se encuentran recluidos. Sin embargo la medida excluye a 8 de los detenidos que no obtendrán los beneficios por la presunta gravedad de sus delitos, según ha estimado la resolución parlamentaria, que deberá ser ratificada por el Senado.
El proyecto aprobado en la sesión del martes pasado por la cámara baja determina una condena única de 10 años para los presos condenados por delitos con móviles políticos cometidos entre el 1 de enero de 1989 y el 1 de enero de 1998, otorgando un indulto al saldo de la pena de privación de libertad, solo si la condena supera los 10 años.
Mientras tanto el diputado Pablo Lorenzini de la coalición de gobierno, realizó un llamado a los senadores para aprobar definitivamente la ley de indulto. El titular de la Cámara manifestó su preocupación por el estado de quienes continúan en huelga de hambre, por lo que llamó al Gobierno a mantener la urgencia de «discusión inmediata en el Senado, para terminar cuanto antes con esta situación», afirmó.
Al momento de escribir esta nota, sólo Jorge Mateluna ha decidido continuar su huelga de hambre, el resto de los presos ante la solicitud sus familiares, además del avance producido con la resolución del parlamento por el indulto, decidierón poner termino a su protesta.
Mientras tanto, Jorge Mateluna decidirá en las próximas horas si continuará con su protesta, el recluso es uno de los presos políticos que se encuentra en grave estado de salud, pero su lucha es hasta conseguir una amnistía, así se lo manifesto al Vicario de la Pastoral Social, Alfonso Baeza.
Dante Ramírez Soto, el preso político indultado por el presidente Lagos, se mostró cauto ante los nuevos pasos que debe dar el proyecto de ley destinado a dar la libertad a los condenados por delitos políticos. En declaraciones a la prensa manifestó que «lamentablemente no va a beneficiar a todos los compañeros, y esa es la gran duda que tenemos y la intranquilidad. Creemos que este asunto de la libertad para nosotros, la libertad plena tiene que favorecer a todos por igual, o sea, nosotros no somos prisioneros de primera o segunda categoría, somos todos iguales. Creemos que si acá se plantea que hay voluntad en resolver nuestros problemas entonces que se ponga en práctica, que se materialice» afirmó.
«La decisión está en las manos del Presidente y es él a quien nosotros le damos la responsabalidad histórica que pueda escribir su nombre en el concepto de los Derechos Humanos. Nosotros hemos cumplido con la totalidad de las penas. Siempre se está comparando o siempre se está un uso político de nuestra situación para favorecer a los genocidas. Nosotros no nos comparamos con ellos, ellos son los violadores de los derechos humanos, nosotros luchamos por esta democracia», agregó.
Luego expresó que las detenciones y procesos legales a que fueron sometidos, en muchos casos fueron irregulares. «Nosotros fuimos detenidos y enjuiciados inmediatamente, las defensa que tuvimos fueron bastante débiles». Ahora el abogado de los presos, Alberto Espinosa dio a conocer su escepticismo respecto del curso que pueda tomar en el Senado la resolución tomada por la Cámara baja, puesto que éste ya lo rechazó en su oportunidad. «Es una satisfacción prudente, es un paso significativo, pero hay alguna reservas, toda vez que el Senado no ha querido apoyar la determinación del indulto».
La obstención parcial del indulto por parte de los presos políticos es un avance y gran triunfo de la lucha desplegada por ellos, por sus familiares, por las organizaciones de derechos humanos, por la solidaridad internacional y las organizaciones políticas y sociales chilenas, sin embargo dista de ser un problema resuelto por la deficiente «democracia chilena».
Pero la lucha por la libertad de los presos políticos no termina aquí, deberá continuar hasta lograr sacar hasta el último preso político de las cárceles chilenas, y en ello, no debemos olvidar a los presos políticos del pueblo mapuche, que desde hace años vienen desplegando una gran lucha por sus reivindicaciones ancestrales y que han sido duramente reprimidos por el Estado chileno. Una democracia verdadera es aquella qué da muestras reales de respetar en forma integra los derechos humanos de todos y Chile aún tiene cuentas pendientes en este plano, así lo demuestran los informes de las Naciones Unidas y de diversas organizaciones ligadas a la defensa de los derechos humanos en el mundo.