El país de lo injusto por esencia, esa es la repuesta coherente ante el tiempo pasado y cómo el imaginario social todavía no es ciudadano, todavía no es libre, sino que solo accede a una «cierta libertad limitada por una sociedad de las cosas o del libre mercado imperante donde el crédito parece que es […]
El país de lo injusto por esencia, esa es la repuesta coherente ante el tiempo pasado y cómo el imaginario social todavía no es ciudadano, todavía no es libre, sino que solo accede a una «cierta libertad limitada por una sociedad de las cosas o del libre mercado imperante donde el crédito parece que es el sueldo del chileno, pues el sueldo real no alcanza para subsistir, y se ve como se gana con mas interés o sobrecargo que aplica la empresa en forma unilateral ,en cualquier momento, lo que vemos en aChile , por ejemplo, en marzo que todo sube, misteriosamente, recargándose la espalda a cada persona o a las familias de nuestras comunidades.
Pero el país, nuestro comunidad mayor, no cambia y el voto soberano se ha convertido en una oferta para elegir a un «candidato siempre optimista», pero que no discute las esferas de lo público, es decir, de la calle, en el interior de las casas, los lugares de trabajo y los valores compartidos de cientos de chilenas y chilenos en la necesidad de igualdad y felicidad.
Si pensamos en las protestas que se han inaugurado en el siglo XXI en Chile, podemos decir que no son de la violencia, como se ha querido decir por parte de de los partidos tradicionales de aquí, sino que corresponden a un deseo de libertad que ha salido para no abandonar su lugar en la historia, pues , poco a poco, ha crecido el desencanto ante un poder de «políticos profesionalizados» que han ejercido la acción ,casi absoluta, para generar un marco institucional acorde a la protección del empresariado, y de sus propios intereses, dejando a la política ,como tal, en un vacío, en una banalidad que atrae el crecimiento de discursos xenófobos, altamente de superioridad ante uno que es menor, y que merece ser menor como fue el caso de Daniel Zamudio.
Ante esta banalidad, peligrosa, sin destino propio, estamos viendo que las protestas se desarrollan en lo inverso: regeneran el tejido social, ponen énfasis en una política de servicio al otro, en valores compartidos como» la insobornabilidad de los militantes o de los trabajadores o estudiantes» que están marcando las diferencias, que se están preguntando por lo de fondo: la desigualdad y el mal trabajo, es decir, poner el acento en» la convivencia real de las comunidades» por encima de la impropia conveniencia de algunos que lucran cada día con el trabajo esforzado, humilde y fuerte de miles.
En la educación, por ejemplo, podemos ver como todavía prima el feudo elitista que insiste en una educación segregada, en una educación vigilada y cerrada, por conocimientos superiores que son los del mercado y la sumisión al veredicto de las bolsas mundiales y nacionales, que selecciona a los alumnos, que impone normas, no dialogadas, en donde no hay centros de alumnos y poco interesa lo que digan los jóvenes, a los cuales se les pide rendimiento solamente y no la valoración por el otro, ponerse en el lugar del otro, lo que los estudiantes han hecho en la calle , en las tomas o paros, pues en el currículo de la escuela no está , se hace la vista gorda, filosofía esencial de los han mandado, y mandan el país, a su arbitrio, y sin preocuparse, en lo mas mínimo, de las escuelas vulnerables en donde los alumnos sufren la discriminación total de la sociedad, siendo vinculados con la lacra de la delincuencia, y casi los productores de ella , lo que es un concepto altamente prejuicioso, que viene de una época que en los pobres eran súbditos del rey, y vivían sin derechos, los que fueron rescatados por la revolución francesa que derrocó al rey y puso las leyes de los humanos en vigencia( el problema ha sido el mal uso de la palabra libertad para consagrar el poder de los burgueses o comerciantes que se han quedado con una parte mínima del concepto y que lo han usado para privilegiar el mercado por sobre la multitud, la mayoría )
Con esta educación, que más parece instrucción rápida, sin profundidad en los temas y sus significados, no podemos ser libres para ejercer la voluntad soberana del poder social, y por eso » lo de dejar marginado a miles de jóvenes en los ghetttos de la ciudades de chile» es para justificar el uso de la fuerza, encerrando el futuro de ellos en las cárceles y no dando la «posibilidad real de la educación» que no es vendible en su fondo, sino altamente solidario pues «convierte al otro en igual a mi» , lo que molesta a los empresarios que no quieren perder su superioridad de siglos, y ya en el preludio de la independencia al tratar al libertador O´higgins de «huacho» , siendo Chile, en ese instante, un pueblo de huachos, de huérfanos, de ser vistos como los mínimos ante los realistas y criollos que se perfumaban y bebían lo mejor de Europa, mientras los miles estaban a la orilla de la modernidad, lo que no es muy diferente de hoy cuando parlamentarios tratan ,de la peor manera, a los alumnos y a las alumnas tratando de desprestigiar el contenido de las tomas con lo que ellos dicen «de actos fuera de la moral que realizan los muchachos y muchachas en los liceos, y que les falta educación, que mejor se dediquen a estudiar y oír las razones sensatas de las autoridades de los colegios», y es lo que ha pasado, lo que hemos visto en el liceo Carmela Carvajal o en el internado de Ñuñoa, por decir algunos en donde la violencia de los que gobiernan el país ha sido total, sin obstáculos, para denostar, para insultar ,sin argumentos, poniendo sobre los estudiantes la superioridad adquirida a través de la vieja desigualdad o de la reciente danza de la fortuna neoliberal de muchos progresistas que abusan de los términos sobre justicia e igualdad.
Nos quieren quitar o aminorar la libertad, aún más, sacarnos el poder de deliberar a los que queremos pensar en pos del progreso subjetivo y real de la comunidad,
del destino, pues solo quieren imponer un progreso a partir de la polis griega : un destino elevado para los que conducen el país , y esclavitud o pasividad extrema para la mayoría que no sabe, pues el poder del saber, según la antigua tesis, y que corrobora Andrés Bello en los inicios de la Republica Chilena, queda en algunos, en los que saben administrar, en los que han sido educados para gobernar, y cuando se alborota el espacio a causa de revueltas, se usa la violencia para prohibir o para alejarnos de nuestro destino, y se nos recuerda lo correctamente moral, perdiéndose la posibilidad de movilizar un cambio real de la institucionalidad.
En el trabajo, por ejemplo, no hay un código laboral acorde al trabajador sino con posibilidad total de remover, alegar y cambiar las cosas para el empresariado, el cual no paga más, sino que pronostica progreso con más trabajo, como si tuviera una bola mágica o un vidente que viera el porvenir, pero es la acumulación , es decir, el ser dueño de todo lo productivo lo que les da la tranquilidad de cómo dominar el arte de lo económico ,sin contrapesos, al tener la información para mantener las bolsas mundiales en la oferta y la demanda de sus productos, los cuales rinden grandes beneficios para ellos , pero mínimos sueldos a los que trabajan, lo que se ve en el caso terrible de Grecia o de España en donde el desempleo abunda mientras las empresas esperan la salvación de sus negocios con ayuda de los estados nacionales, como se dio en Chile en los 80 cuando los empresarios colapsaron los mercados y luego su deuda fue asumida por el estado a 30 años, y todavía hay bancos que pagan , en módicas cuotas, lo que habla de la protección efectiva que se ha dado a los empresarios en desmedro del pueblo, y la injusticia se hace fuerte a cada instante, perdiéndose las fuerzas, en muchas ocasiones, y cayendo en la apatía, en la depresión de tanto trabajar para nada .
Por eso los trabajadores han salido a la calle , una y otra vez, para reclamar lo justo, y que comienza con un sueldo vital, y no mínimo, de 350.000 mil pesos, pasando hacia la nacionalización de los recursos propios ante la destrucción sistemática de ellos , como se ha visto con los bosques o con el agua consumida por las mineras y grandes sectores de Copiapó sin agua, por ejemplo, pues el agua está en manos privadas y no de la vida, en Chile, o la contaminación de los campos por la acción de empresas que botan los residuos tóxicos a los ríos y la muerte de miles de aves y peces es la consecuencia dramática de hoy o de personas contaminadas con metales pesados como el caso de Ventanas y Puchuncaví o la destrucción del fondo marino por parte de las grandes pesqueras que se lo llevan todo y los pescadores artesanales quedan con la manos vacías.
El mal trabajo trae la «incomodidad permanente» para miles de familias que viven con lo justo, y menos, y que tienen que endeudarse para poder alcanzar el mes, lo que es una» notable gesta del empresario», «para él y por él» , en pos de su beneficio , que no entiende las necesidades de la Mayoría, a los que considera flojos al no querer trabajar por poco, al no querer asumir «la autoridad prestigiosa de los empresarios» que si dan empleos y oportunidades, lo que viene a ser una nueva, y vieja visión de lo prejuiciado , como cierto, que se ve como una aceptación cívica, casi natural de las cosas, pero que no así , pues en verdad, no producen los bienes en si, sino que tiene que dejarlo a un tercero, es el trabajador.
El Primero de Mayo Independiente de 2012 fue la clara señal de un trabajador que se alza en contra la destrucción de los recursos de Chile, y contra la conveniencia de una CUT que ha negociado con el empresariado y que no ha puesto la voz del trabajador en alto sino en lo bajo, en el silencio ante la imposición de una serie de reglas que anula la labor sindical, la cual aboga por los derechos y las horas de trabajo bien remuneradas y por los valores mutuos, pero esa labor sindical ha sido reducida al máximo a costa del miedo , la cooptación y el prejuicio de un sindicalismo que solo trae problemas en lo laboral y en la producción, lo que ha sido una movida estratégica de los empresarios para imponer solo su requerimiento del» trabajo en tranquilidad»
Fue en la plaza Brasil , este 1 de mayo, donde se juntó el trabajador, con los estudiantes, artistas populares y lideres sindicales de base ,como el Sindicato Nacional Jumbo, para exigir respeto, para expresarse libremente en un acto de todos y por todos, para exigir poner las cosas en orden a favor de los trabajadores en un país en donde el poder de los empresarios es avalado por las altas esferas de los poderes de la republica, llegándose a la acción de dar la nacionalidad por gracia al dueño de Cencosud, pero no así la estabilidad laboral a los miles de trabajadores, y no dando la seguridad laboral ni un número de horas establecidas de trabajo, cayendo en el abuso prolongado de las largas horas laborales sin horas extras pagadas o solo como horas de colaboración en la mayoría ciudades de Chile.
Y, luego, el viernes 11 de mayo de 2012 se convocó a un mitin , en la Plaza de Armas de Santiago, por un sueldo vital de 350.000 pesos por persona a través de la Unión Clasista de Trabajadores , pues la dignidad es para todos y no para un puñado que viven de los privilegios de los recursos de todo un país, pues un territorio es de muchos y si termina ,definitivamente, en la despensa de unos pocos, ya no será un país sino una mercancía que se compra y vende en la ausencia misma de toda legalidad.más en http://
Y ahora,el 16 de mayo de 2012, la protesta nacional por la educación,
secundarios y universitarios, alegarán por una educación sin desigualdad, por una educación participativa y resolutiva, por una educación igual para todos con temas relevantes de la actualidad y para poder ser hombres y mujeres deliberativas en sociedad, pero que ahora oprime, sin embargo queremos ser libres, ante todo, pues solo el pueblo puede hacer el cambio efectivo, y con «decisión revolucionaria», ante los que viven en la comodidad y en el olvido de la memoria del pueblo, ante el olvido de las miles de luchas que se han dado para ser libres sin condiciones humillantes, sin despojos obligatorios, sin designios parciales e injustos.
Por eso las cosas no pueden ser para cambios lentos y de miles de años más, sino de la urgencia de nuestros actos, claros, en los otros, esparciendo el polen de la vida sobre un sistema que solo da una lluvia negra como regalo, y ese aroma infame de la sumisión que les sienta tan bien , pues , en conclusión, se preocupan, se molestan, se indignan, y se asustan del discurso igualitario, de lo que puede implicar un gobierno de los trabajadores y estudiantes organizados en un futuro cercano.
Andrés Zamora, Organización Política Unidad y Sutra DDHH
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