Rendimos hoy, 10 de agosto, a 30 años de su partida, un homenaje de amor al comandante JACOBO ARENAS, inolvidable guía político de las FARC-EP.
«Con la compañía de ustedes no debe ser tan dura la guerra», les expresó Manuel Marulanda Vélez al darles la bienvenida a la lucha armada, a él y a Hernando González Acosta, aquel 17 de abril de 1964, unos días antes de la agresión militar del Estado a la región campesina de Marquetalia.
Desde entonces, Jacobo Arenas propició al lado de Manuel, la estructuración política y militar de las FARC, y la expansión territorial de la rebeldía. Las rutilantes huellas de su vida insurgente están plasmadas en siete Conferencias guerrilleras que nos ofrecen, en la línea del tiempo, los hitos del Programa Agrario de los guerrilleros; la formación integral de los combatientes en escuelas especializadas; la redacción del estatuto, el reglamento y las normas de comando que rigen a la organización; su protagónico papel en el Diálogo de Paz de La Uribe del que surgiera el movimiento político Unión Patriótica; su extraordinaria idea de crear la Reunión Bolivariana del Pueblo, una organización que consideraba, debía trascender las fronteras patrias para hermanar la lucha por la justicia social y la definitiva independencia de Nuestra América; fue fundador, junto a los Manueles (Marulanda de las FARC y Pérez del ELN), y Francisco Caraballo del EPL, de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar. El comandante aportó también su granito de arena en el diseño del Plan Estratégico de las FARC-EP, o Campaña Bolivariana por la Nueva Colombia.
Sin duda Jacobo entrelazó para siempre a las FARC con el pensamiento y la visión estratégica del Libertador Simón Bolívar. De él fue la idea de imprimir en la montaña una versión mimeografiada de El Ser Guerrero del Libertador, libro del general Álvaro Valencia Tovar, decretando su estudio en todas las estructuras y frentes guerrilleros. Somos bolivarianos desde hace rato.
Fue Jacobo Arenas un relacionista político extraordinario y muy activo. De manera directa o a través del «teléfono rojo» -que comunicaba a las FARC con el Palacio de Nariño-, conversó con presidentes de la República, magistrados, congresistas, generales del Ejército, dirigentes sociales y políticos, académicos, artistas, estudiantes, y con especial afecto, con el pueblo llano, buscando un acuerdo político nacional que permitiera establecer por primera vez la democracia verdadera y la paz con justicia social para Colombia.
La Octava Conferencia de las FARC, que tuvo lugar en las inmensas selvas del Guaviare, en su memoria adoptó el nombre de ¡Comandante Jacobo Arenas, Estamos cumpliendo!
Jacobo vive en el corazón de los guerrilleros de las FARC-EP y en el recuerdo de la gente del común.