El secretario General del Partido Comunista Colombiano, Jaime Caycedo Turriago, intervino en el Festival de L’Humanité, órgano de difusión del Partido Comunista Francés y del Frente de Izquierda de Francia. El evento se realizó del 13 al 15 de Septiembre de 2013 en el parque de exposiciones la Courneuve, al Norte de Paris, cuyas calles […]
El secretario General del Partido Comunista Colombiano, Jaime Caycedo Turriago, intervino en el Festival de L’Humanité, órgano de difusión del Partido Comunista Francés y del Frente de Izquierda de Francia. El evento se realizó del 13 al 15 de Septiembre de 2013 en el parque de exposiciones la Courneuve, al Norte de Paris, cuyas calles y avenidas están bautizadas con los nombres de políticos, pensadores, artistas y activistas del mundo que militaron en partidos de izquierda o contribuyeron a las ideas libertarias.
El periódico L’Humanité fue fundado en el año 1904 por el dirigente socialista francés Jean Jaurès, quien fuera asesinado el 31 de Julio de 1914 en vísperas del comienzo de la primera guerra mundial.
En el evento participaron delegaciones del Partido Comunista y la Marcha Patriótica de Francia, Bélgica, Suiza, Alemania, Suecia, Inglaterra, España y otros países de Europa, así como integrantes de otras fuerzas políticas, organizaciones sociales de colombianos y colombianas que se encuentran en el viejo continente.
Tanto el stand de la Marcha Patriótica, como el del Partido Comunista Colombiano, debidamente decorados con la exposición de cuadros y pinturas del pintor y escultor colombiano en el exilio, Gustavo Matiz en homenaje a los prisioneros políticos colombianos, permanecieron con asistencia plena durante los días del festival. En ellos se podían adquirir las ricas empanadas colombianas, los frijoles con chicharrón, los patacones de plátano, el ya universal mojito cubano y el ron Habana Club. Cuadros, afiches y pancartas con los retratos de Huber ballesteros, de Joaquín Pérez Becerra, de David Ravelo Crespo y de otros prisioneros políticos ocupaban destacado espacio en las casetas de VOZ y del Partido Comunista Colombiano, así como en la de la Marcha Patriótica.
Meritoria, sacrificada y solidaria labor realizó el equipo de hombres y mujeres que prepararon y atendieron las cocinas, la preparación y venta de los comestibles, los licores. La mayoría de ellos amanecía en las casetas, con improvisados tendidos y abrigos, en medio de un clima supremamente frio y lluvioso que acompañó el festival durante los tres días, la ducha la tenían que tomar cada día con agua fría debido a que no había sistema de calefacción.
FRENTE AMPLIO DE COLOMBIANOS Y COLOMBIANAS EN EUROPA
El sábado 14 de Septiembre, se realizó a las 2 de la tarde una asamblea con los militantes, activistas políticos y sectores sociales residentes en el exterior, para constituir la unidad de los sectores democráticos, progresistas y de izquierda en un frente amplio en torno a la paz con justicia social, promover un mandato ciudadano buscando que todos los actores del conflicto se sumen a ella, elaborar y recoger una plataforma que incluya y defienda los derechos y reivindicaciones que tienen los inmigrantes colombianos en Europa, buscando a la vez, una plataforma electoral unificada que lleve a los colombianos y colombianas a tener una representación en el congreso colombiano en las próximas elecciones que defienda sus interés y reivindicaciones.
EL PARO NACIONAL AGRARIO Y POPULAR, MARCHA PATRIOTICA, DIALOGOS DE PAZ Y PRISIONEROS POLITICOS EN COLOMBIA-TEMAS DE DEBATE EN LA FIESTA DE L’HUMANITE
El mismo Sábado a las 3 de la tarde, se realizó un panel sobre los diálogos de paz en la Habana, perspectiva de acuerdos y POSCONFLICTO EN COLOMBIA, en el que intervinieron Yezid Arteta, ex comandante guerrillero de las Farc e investigador y analista del conflicto armado en Colombia, y Javier Calderón, miembro de la comisión internacional de la marcha patriótica, entre otros.
A las 5 de la tarde del mismo sábado intervinieron en la caseta de la marcha patriótica, sobre el Paro Nacional Agrario y movimientos sociales, Jaime Caycedo Turriago, Secretario General del Partido Comunista Colombiano, Pedro Nolasco Présiga, expresidente de Fensuagro y miembro de su equipo de relaciones Internacionales, y Javier Calderón miembro de la Comisión Internacional de la Marcha Patriótica.
El día domingo 15 de Septiembre a las 14 pm intervinieron sobre prisioneros políticos y derechos humanos, Nolasco Présiga por Fensuagro y juristas de la corporación colectivo de abogados Suyana.
INTERVENCION DE JAIME CAYCEDO TURRIAGO, Secretario General del PCC:
«La primera cosa que tenemos que decir, es que el movimiento social agrario, minero y popular, que se ha desplegado en Colombia en los últimos meses, no es un fenómeno que haya surgido ahora, que sea el reflejo de alguna situación coyuntural, este movimiento o este conjunto de movimientos, que comprenden levantamientos populares, que comprenden acciones de confrontación muy fuertes con el estado, con el establecimiento, tiene raíces en las grandes desigualdades de la sociedad colombiana, y particularmente en las condiciones del campo colombiano, de las regiones colombianas, de la agricultura del campesinado pobre, del campesinado de las zonas de colonización, de la frontera agraria interior de Colombia, especialmente de las aéreas de colonización amazónicas, de las aéreas del Catatumbo, en la zonas de frontera con Venezuela, y desde luego que en todo el denominado anden pacifico que es toda la región que de norte a sur, recoge la costa pacífica colombiana.
El fondo de este problema es el terrible abandono, la terrible desigualdad que en Colombia marca la situación de los trabajadores y trabajadoras de la minería, sociedades indígenas originarias, sociedades afrocolombianas, a través de mucho tiempo, y que además de la política del estado colombiano, han sido profundamente subestimadas; no existe una política social del estado colombiano, ni del gobierno actual de Juan Manuel Santos para atender de una manera, que salve, que emancipe y cree nuevas condiciones a este conjunto de comunidades. Esto lo podemos afirmar particularmente porque la política rural, la política agraria, la política minera del estado colombiano, es una política basada en las orientaciones e indicaciones del banco mundial.
El gobierno de Juan Manuel Santos, como los gobiernos de Álvaro Uribe, e incluso el gobierno de Pastrana, al final del siglo pasado, se encontraron en la lógica de la transnacionalización, de la invitación al gran capital transnacional a incorporarse a la explotación minera y agrícola en Colombia. La primera bajo la lógica de generar la llamada confianza inversionista, crear condiciones favorable para que el gran capital transnacional encuentre facilidades excepcionales para poder orientarse a la explotación minera y energética, en el caso del petróleo y de otros productos minerales muy importantes como el coltan, el uranio, y desde luego la explotación del oro. Nuestro país ha estado históricamente lleno de oro, nosotros, no somos un país pobre, somos un país muy rico, pero un país profundamente desigual y un país profundamente explotado por las formas de extrativismo que han sacado hacia afuera y hacia la acumulación de capital esos recursos.
En el campo agrario, la política del plan nacional de desarrollo se orienta principalmente a favorecer la acumulación de tierras, a la creación de nuevos grandes terratenientes en manos del gran capital nacional y transnacional. Se está produciendo un fenómeno de extranjerización de la propiedad de la tierra, que naturalmente se hace a costa de la expropiación de los pequeños productores del campesinado de colonización, particularmente aquellos campesinos que han tomado posesión de tierras de los llamados baldíos nacionales, es decir de tierras de propiedad del estado, de la nación, que están siendo expropiados en este momento de manera fraudulenta con el amparo del gobierno nacional, es el proceso de quitarles sus tierras para acumularlas en manos de grandes empresas que pasan a través de las bolsas de valores europeas para poder procesar ese tipo de transacciones ilegales y absolutamente contrarias a las garantías y a los derechos que los campesinos supuestamente tienen en la propia ley colombiana.
Por eso estamos hablando de una situación de explosiones sociales, es lo que vimos dos meses y medio atrás, en la región del Catatumbo, frontera con Venezuela, una de las regiones mas azotadas por el narcoparamilitarismo y por la política de agresión y de guerra del estado colombiano. El año anterior esta región fue uno de los focos de visita por parte del general Stanley McChrystal, del ejército norteamericano, antiguo comandante de las tropas de ocupación en Afganistán y quien es uno de los consejeros de Washington en la orientación de la política de guerra contrainsurgente en Colombia, particularmente el concepto de zonas de consolidación del llamado plan de espada de honor que se aplica en varias regiones criticas del país, una de ellas el Catatumbo, otra de ellas, el departamento suroccidental del cauca, una de las fronteras más complejas de la guerra contrainsurgente actual, y el departamento de Arauca, entre otros, desde luego en frontera con Venezuela también.
Es importante tomar en cuenta esto, porque realmente la respuesta a estas políticas económicas del estado colombiano que han empezado a dar las organizaciones populares, los movimientos campesinos, indígenas, afro-colombianos, y mineros, tienen una raíz muy honda, no solo en la desigualdad, en la explotación, sino también en la crueldad de la guerra, en los bombardeos que la fuerza aérea colombiana despliega en muchas de estas regiones sobre aéreas de cultivos, y aéreas de habitación de la población, y desde luego, nosotros estamos señalando con mucho sentido que en las movilizaciones y explosiones sociales, en las acciones de luchas de los últimos meses, se ha expresado de una manera clara también, la crisis no solamente del modelo agropecuario y minero que maneja el estado colombiano, sino la crisis de la guerra contrainsurgente que el estado colombiano libra en las regiones, afectando gravemente a la población civil, a los trabajadores rurales, a los campesinos, a los indígenas, a los afro-colombianos, que cultivan la tierra o extraen por medios artesanales mineras de la misma.
Ese es un primer aspecto que yo quería tocar; el segundo aspecto es que este proceso de movilización, de luchas y de insurrecciones sociales, de levantamientos populares, es importante tener a veces en cuenta, digamos, alguna categoría que estamos usando, porque muestra la complejidad del proceso de lo que se está dando en Colombia, que no es un simple movimiento social. Hace diez años, en 2003, tuvimos un primer movimiento agrario muy importante que se llamó el mandato agrario colombiano, ese movimiento duró unos diez días, los sectores empresariales se levantaron contra ese movimiento, y los sectores del campesinado pobre y de colonización siguieron luchando y fueron muy reprimidos por la política del gobierno.
Yo digo que es importante tomar en cuenta estos puntos de referencia de hace diez años a lo de hoy, porque este movimiento tiene características muy diferentes y de otra dimensión con relación a lo que ya fue el mandato agrario de 2003 en Colombia. Lo que quiero señalar ahora, es que este movimiento se desenvuelve en el marco de un proceso de diálogo y de búsqueda de una solución política entre el estado colombiano y las fuerzas armadas revolucionarias de Colombia- FARC, y el inicio de un acercamiento para adelantar un proceso de diálogo igualmente con el ejército de liberación nacional, E.L.N, es decir, el marco del proceso de búsqueda de una solución para la paz en Colombia, indica de por si la importancia de un momento en el cual el país en su conjunto está abocado a cambios históricos importantes para su existencia y para sus opciones sociales de vida.
El hecho de que este proceso haya tenido lugar en el marco del proceso de diálogo de la habana, nos lleva a mirar en serio que se han puesto en debate en Colombia en el último año, ya no hablo de los últimos meses, hablo del último año, y digo yo más, año y medio, dos años, es el gran debate que desde 2010, a partir de la idea de marcha patriótica, comenzó a crear en Colombia una discusión de fondo sobre estos problemas de la agricultura, de la ganadería, del campo colombiano, de la reforma agraria, del territorio y de la utilización de las riquezas que beneficien el territorio, y en función de quien, si en función de los interés del gran capital transnacional monopolista, o en función de los intereses de los habitantes de la tierra, de los campesinos pobres, de los mineros, de los trabajadores agrícolas, y de las gentes que viven en estas regiones. Ese es el gran dilema, entre otros planteados, y por lo tanto que hace parte de los procesos actuales de diálogo que se tienen en la Habana.
Es muy significativo el hecho de que justamente los debates en 2010, 2011, del gran evento organizado por marcha patriótica en Barrancabermeja, y la propia constitución de marcha patriótica el año pasado por la gran movilización de masas en Bogotá, en la gran marcha nacional, han creado algo que a mi modo de ver es muy importante, desde el punto de vista social, desde el punto de vista político, y desde el punto de vista del debate de ideas; el tema agrario que en Colombia estaba olvidado hace décadas, del que no se hablaba nunca, del que se burlaban y se mofaban cuando la discusión de la habana por parte de las Farc puso como primer punto el tema agrario y el tema del desarrollo rural y territorial, hoy en día se ha convertido en un gran debate de la sociedad y del pueblo colombiano.
Entonces me parece que aquí hay algo mucho más de fondo que simplemente un movimiento social, es una gran movilización que toca los temas que el régimen no quiere que se discutan con relación a la paz en Colombia. El régimen político colombiano pretende que la paz es un asunto de desarme, que cesen los fusiles, de que simplemente se integren a la supuesta democracia existente en el país. Y lo que está planteando el pueblo colombiano en su realidad y en esta movilización social, es que los problemas sociales de fondo, de la desigualdad, y de los modelos económico- sociales, y la forma política que desconoce las libertades ciudadanas y las garantías de los campesinos, campesinas, trabajadores y trabajadoras, ciudadanos y ciudadanas, de expresar sus opiniones, y de plantearse la posibilidad de un gran cambio democrático en la sociedad colombiana, son los grandes temas que hoy en día no se discuten ya solamente en la habana, se discuten en las carreteras, en los bloqueos, en las marchas campesinas y populares, por lo tanto se están convirtiendo en la gran discusión nacional de aquello que representa para el pueblo la perspectiva y la posibilidad de una paz democrática, es decir de una paz que rompa con las formas tradicionales de la opresión y que permitan democratizar y dar garantías a todos y todas en el país para construir una sola vía mas allá de las condiciones de la guerra contrainsurgente y de la represión a las expresiones populares que reivindican derechos fundamentales del pueblo trabajador.
Por lo tanto, pensamos que los análisis que se están haciendo en el país, la declaración el día de ayer de la gran cumbre de organizaciones agrarias, encabezadas, desde luego, por la mesa de interlocución y acuerdos, pero también con la participación del coordinador nacional agrario, que tiene vinculación con el congreso de los pueblos, este acercamiento de marcha patriótica con congreso de los pueblos, y con otros sectores de los movimientos agrarios, de las llamadas dignidades agropecuarias, de la llamada salvación agropecuaria, etc., están constituyendo un entramado fundamental de unidad de masas populares, de movimientos sociales, son la base social de la unidad del pueblo, por la cual venimos luchando los revolucionarios colombianos a lo largo de muchos años, y pueden constituirse en la base social unitaria de esa paz democrática con justicia social, paz con dignidad, por la cual viene luchando el pueblo colombiano.
Me parece que esa declaración de la cumbre agraria y popular es un documento de una gran trascendencia, porque muestra que este proceso y esta lucha no ha concluido, está en pleno desarrollo, en segundo lugar, están reclamando del gobierno el derecho de constituirse como interlocutores validos de los cambios, de las reformas obligatorias, y que ponen de presente y desnudan el hecho de que lo que el gobierno de Santos ha propuesto como una propuesta de un llamado pacto agrario nacional es una mentira, es una farsa con la cual simplemente se quiere consolidar el modelo del banco mundial que está en crisis, y ha sido puesto en crisis por la movilización y acción consciente del pueblo colombiano, que naturalmente tiene base fundamental en la batalla por la paz a la que estamos asistiendo, y además, plantea la perspectiva de poner en discusión, en revisión, y en denuncia, los tratados de libre comercio con Estados Unidos, con la Unión Europea, y con Corea, que el gobierno colombiano ha venido imponiendo, incluso las nuevas medidas de apertura con motivo de la llamada alianza del pacifico impuesta por Estados Unidos, en la cual el régimen de Juan Manuel Santos cumple un papel de liderazgo en el plano continental.
Y desde luego, llama la atención esa declaración sobre el hecho de que estos movimientos absolutamente pacíficos del pueblo colombiano, sin embargo tuvieron doce (12) muertos, la mayor parte de ellos con balas oficiales de las fuerzas de policía y de las fuerzas militares colombianas, más de cuatrocientos (400) heridos, por lo menos la mitad ellos con graves lesiones causadas con armas de fuego por parte de la fuerza pública y de la represión oficial, más de doscientas (200 ) personas judicializadas y presas, hemos mencionado desde luego, los casos del compañero Huber de Jesús Ballesteros, dirigente de la Marcha Patriótica y Vicepresidente de FENSUAGRO-CUT, actualmente procesado, que engrosa la lista de alrededor de siete mil (7.000) presos políticos que hay en Colombia en estos momentos, que no son reconocidos como tal por el gobierno colombiano, y que viven en condiciones de hacinamiento, de persecución, de discriminación en las cárceles colombianas, entre ellos levanto el nombre del Compañero David Ravelo, miembro del Comité Central del Partido Comunista Colombiano, condenado a diez y siete (17) años de presidio, injustamente bajo los señalamientos de los paramilitares y de la fiscalía colombiana.
Por eso, Compañeras y Compañeros, estamos en un momento que anuncia cambios importantes en Colombia y en la sociedad colombiana, la lucha por la Paz con Justicia social se está fortaleciendo con la lucha social, ahora necesitamos darle todo el empujón con la unidad de la izquierda y de las fuerzas democráticas y revolucionarias, en una perspectiva de reunir y de favorecer la acumulación de tantos factores favorables que hoy en día actúan en función de esa perspectiva de una Paz democrática, que no es solamente una Paz para Colombia, es una Paz para América latina, es una paz para asegurar la no intervención militar del imperialismo norteamericano en nuestro país y en nuestra región latinoamericana, y es una Paz para apoyar y fortalecer los procesos democráticos de la revolución bolivariana en Venezuela, de la revolución sandinista en Nicaragua, de los procesos de revolución ciudadana en Ecuador, del proceso indigenista profundo que tiene lugar en Bolivia, y en general de esa América latina que está cambiando y se está haciendo autónoma del imperialismo para mirar también en la lucha anticapitalista herramientas de un futuro que indudablemente tiene significado profundo para nuestras sociedades, para nuestros pueblos, y para el internacionalismo».
(*) Pedro Nolasco Présiga es Corresponsal del Semanario VOZ en Bruselas y miembro de Blogueros y Corresponsales de la Revolución.
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