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Entrevista al comandante de las FARC-EP y miembro de la Delegación de Paz

Jesús Santrich: «Hay que intervenir los latifundios ganaderos»

Fuentes: Agencia de Noticias Nueva Colombia (ANNCOL)

El tema agrario es el plato fuerte de la mesa de conversaciones y, para ahondar sobre éste tema, Confidencial Colombia habla con ‘Jesús Santrich’, negociador plenipotenciario de las Farc. Este jefe guerrillero, recién llegado al escenario público de la mano de Iván Márquez, señala que en una eventual reforma agraria deben destinarse 20 millones de hectáreas de la ganadería para el fondo de tierras. Entrevista desde La Habana.

De Santrich llaman la atención sus gafas y su forma de hablar. Desde que llegó al proceso ha sido protagonista por sus salidas desenfadadas en cuestiones del proceso de paz. Hoy cuando se cumplen tres días del reinicio de las conversaciones sobre el trascendental tema agrario, el negociador del grupo guerrillero plantea la visión de la insurgencia frente a una eventual reforma agraria. Se remite al preámbulo del Acuerdo General para señalar que el gobierno no cumple lo hablado. Afirma también que las tres fases de las que habla el gobierno son una idea de la oligarquía para «darle un carácter perentorio a la negociación». El miembro del Estado Mayor Central responde en esta entrevista a Confidencial Colombia, que las iniciativas propuestas por el gobierno en la Ley de víctimas y restitución de tierras son «trucos encaminados a hacer el despojo». La guerrilla de las Farc comienza a destapar sus cartas en la difícil negociación por tratar de resolver el tema de la tierra, no descarta que una eventual reforma agraria involucre procesos de expropiación, señala que será la agricultura la mayor beneficiada de esta iniciativa y que hay que quitarle 20 millones de hectáreas de tierra a los ganaderos para ponerlas al servicio de los campesinos. El guerrillero no se olvida de la solicitud de su organización para que ‘Simón Trinidad’ integre la mesa de negociación.

Confidencial Colombia El Gobierno ha dicho que el modelo económico no está en discusión, ¿cómo negociar el tema de la tierra a partir de esta premisa?

Jesús Santrich El gobierno ha dicho y seguramente seguirá diciendo muchas cosas que tiene que ver con su ofensiva mediática orientada a confundir a la opinión, a dar la idea de que la insurgencia llegó a la Mesa de Diálogos no a buscar caminos de entendimiento que conduzcan a la solución de los problemas sociales del país, sino que llegó a presenciar la capitulación de las FARC-EP.

Las mentiras no conducen a nada bueno, pero difícilmente se podría sacar al régimen de ese esquema mezquino que siempre ha utilizado para abordar tan delicado tema con es el de la guerra y la paz. Se ha insistido mucho en que en este proceso no se repetirán errores del pasado, pero el gobierno de Juan Manuel Santos sigue cometiendo graves faltas como esta de pretender que la voluntad de paz de la insurgencia al sentarse a dialogar es sinónimo de debilidad.
El preámbulo rector del Acuerdo General para la culminación del conflicto es claro cuando indica que «El desarrollo económico con justicia social y en armonía con el medio ambiente, es garantía de paz y progreso» y que «el desarrollo social con equidad y bienestar, incluyendo las grandes mayorías, permite crecer como país».

Este es el enfoque que hemos acordado para la discusión y es el que vamos a seguir más allá de las opiniones particulares que tenga el gobierno. Si se quiere seriedad en el proceso, el gobierno tiene que comenzar por no descabezar el acuerdo restándole su encabezamiento de fundamentos.

C.C ¿Qué papel juegan iniciativas como el Foro Agrario para la discusión del tema de la tierra en la mesa de diálogo?

J.S El papel de eventos como el Foro Agrario es el de abrir camino a la participación popular, que es otro asunto que a veces de manera unilateral el gobierno pretende restringir haciendo una interpretación absurda que manda la posibilidad de que el pueblo decida difiriendo su entrada plena para algo que De la Calle ha dado en llamar tercera etapa del proceso. En ninguna parte del acuerdo se habla de etapas, este se desarrolló integralmente como un sólo cuerpo de texto que puede tener momentos, períodos de intercambios y recesos, etc, pero no esas tales etapas que le dan tono perentorio a las interpretaciones sesgadas y falaces de la contraparte.

Cuando en el Acuerdo decimos que esto se da «con la disposición total del Gobierno Nacional y de las FARC de llegar a un acuerdo» y se hace «la invitación a toda la sociedad colombiana, así como a los organismos de integración regional y a la comunidad internacional, a acompañar este proceso», por ningún lado se está expresando que esa participación está diferida por las partes a un momento de culminación del proceso.

Las FARC siempre han dicho que el pueblo como constituyente primario, como soberano, es el protagonista del proceso, su constructor y refrendador natural. Lo demás son cuentos de camino que echan a andar personas que creen que los grandes problemas del país se definen entre élites. Eso es antidemocracia y las FARC no comulgan con eso.

Jesús Santrich, miembro de las Farc. a su llegada al Palacio de Convenciones de la Habana, Cuba,


C.C ¿Hablan del fin de la «economía extractora» y de la presencia de transnacionales en el campo colombiano?


J.S
Desde antes de la instalación en Oslo nuestro discurso y nuestra práctica política se desarrollan en favor de la soberanía nacional y en defensa de la patria. Nos oponemos totalmente a las medidas neoliberales que al tiempo que empobrecen a las mayorías nacionales nos someten al rigor de las trasnacionales. Pero especialmente a partir de aquella instalación, en el discurso que presentó el comandante ‘Iván Márquez’ fuimos muy claros en criticar el proceso de extranjerización de la tierra que se está dando en Colombia. Es algo alarmante sobre lo cual la FAO y otros organismos internacionales han advertido consecuencias negativas que impactan contra la soberanía alimentaria y el bienestar de la población.

Esa entrega miserable del territorio para desarrollar la economía extractiva, los proyectos minero-energéticos, plantacionales, de generación de biocombustibles, etc. debe cesar porque se están afectando los pobladores más humildes de las áreas de penetración del capital financiero y se está lesionando la soberanía nacional.

C.C En que va el tema de ‘Simón Trinidad’, él podría participar en la negociación en el tema agrario, ¿tienen algún aporte suyo?

J.S Tenemos optimismo en que Simón en algún momento no muy lejano pueda hacer parte de la Mesa de diálogos. Esta solicitud la hemos hecho al gobierno norteamericano y también hemos pedido al gobierno colombiano que haga la solicitud. Aún no hay respuesta del Presidente Obama, que fue a quien se le envió el pedido y desafortunadamente -sin explicar el tipo de discusiones que sobre el tema hemos realizado en la mesa- debo decir que el gobierno colombiano no parece dar señas de querer hacer ningún gesto altruista que beneficie con mayores réditos el desenvolvimiento del proceso.

C.C ¿Quieren que se discuta en la mesa de diálogo el tema de la restitución de la tierra a los despojados a pesar de que ya existen leyes que abordan esta temática?

J.S Queremos que se le de una solución real al problema agrario y rural que padece Colombia y que es causa esencial de la confrontación política, social y armada. Si existen leyes impulsadas por el gobierno que abordan esta temática, pero con el infortunio de que son proyectos que encierran grandes engaños como eso de generar titulaciones para que la formalización motive a las trasnacionales a invertir mediante proyectos de asociatividad que apuntan a quitar la tierra al campesino ahora utilizando mecanismos legales.

Lo que se viene es un despojo legal de la tierra haciendo del campesino un arrendador, o en el mejor de los casos un trabajador de las trasnacionales. El Plan Nacional de Desarrollo, la ley de tierras y la de restitución son un trinomio de trucos encaminados a hacer ese despojo, a tomar la Unidades Agrícolas familiares, a convertir las Zonas de Reserva Campesina en «aldeas estratégicas» de consolidación militar, etc.

C.C El Foro Agrario fue el primer acuerdo al que llegaron las partes, ¿cómo lo lograron?

J.S Ese es un compromiso que se definió durante los diálogos exploratorios. Estaba hecho el acuerdo y luego lo que vino fue pactar a quien encargaríamos de su organización y realización. De verdad ese fue un procedimiento ágil en el que a pesar de que los tiempos de preparación fueron extremadamente restringidos, los propósitos de participación inicial se lograron, la gente desbordó la convocatoria, asistieron 1315 invitados y centenares de personas quedaron en enlace permanente con el evento.

Hay expertos que plantean que las organizaciones y personas que allí estuvieron pueden representar un universo de unas cinco millones de personas, lo cual es alentador, lo mismo que ver la capacidad de organización y movilización que tienen las organizaciones populares en medio de la miseria y el terror estatal. La gente desborda deseos de participar y esto lo que indica es que el gobierno cometería un terrible error si trata de frenar o restringir esa participación profiriendo amenazas de judicialización o sencillamente intimidando a quienes desean interlocutar con la insurgencia.

Es mezquina la tesis pública que el jefe de la delegación del gobierno y otros han planteado en el sentido de que la participación popular en lleno se realizará en esa ilusoria tercera etapa que se han inventado, fragmentando un proceso que es un todo interrelacionado en todos sus aspectos y en el que seguramente si se llega a un momento en el que iniciaría la «dejación de armas» esto implicaría un proceso largo que va de la mano de la implementación paso a paso de los acuerdos, pues los acuerdos que no se cumplen es como si jamás hubiesen existido. Las FARC no caminan con promesas sino con hechos.

Rodrigo Granda y Jesús Santrich

C.C Negociadores de las Farc han llamado a la sociedad civil a movilizarse, ¿ese debe ser el papel de los sectores sociales en la negociación?

J.S Nosotros no hablamos de negociación porque como lo hemos repetido en diversos escenarios y momentos, nada tenemos que dar más allá de nuestros esfuerzos por conquistar la justicia social. Nosotros dialogamos buscando el entendimiento con el gobierno que conduzca al régimen a no seguirle negando los derechos a un pueblo azotado por el terror institucional, el despojo y la muerte.

En ello está claro que si la gente misma no se moviliza exigiendo sus derechos, difícilmente se pueden lograr los cambios. Nosotros somos optimistas y pensamos que hay una enorme motivación popular que el gobierno no puede seguir desatendiendo si en verdad desea la reconciliación de los colombianos.

C.C Si logran acordar el tema de la tierra, ¿cuánto habrán avanzado para poner fin al conflicto armado?

J.S Muchísimo porque este es un tema central entre las causas que han generado la confrontación. Resolver este asunto por ejemplo, implicaría que de las cerca de 40 millones de hectáreas que han dedicado a la ganadería destruyendo los suelos de vocación agrícola se destine al menos 20 millones de hectáreas para incluir en el fondo de tierras que se requeriría al momento de la reforma agraria.

Esas ganaderías y pastizales habría que tecnificarlas, reordenar el territorio en función del pequeño y mediano campesino, en función de las comunidades afrodescendientes e indígenas y de la población rural en una intensa relación con el espacio urbano.

Resolver este punto implicaría devolverle a la población rural los más de 7 millones de hectáreas que le han robado a sangre y fuego a más de seis millones de desplazados en los últimos 25 años. Implicaría la reinsersión económica y social de todas familias, implicaría acabar con la extranjerización de las tierras ociosas, limitar la explotación agroindustrial y optar por una economía rural que beneficie la soberanía alimentaria, etc.

C.C José Félix Lafourie señaló que los ganaderos de Colombia no participan en el Foro Agrario porque es «un circo», ¿se pueden hacer mejoras en el campo sin contar con este gremio?

J.S Quiérase o no, hay que intervenir los latifundios ganaderos, entre otros; hay que reconvertir el tipo de ganadería extensiva y destructora en una ganadería que alimente también al país desde una ubicación en territorio con tal vocación de producción.

Esto tendría que contar con un proceso de desparamilitarización del territorio, tocaría acabar con ese sí un circo macabro que el de la alianza de personajes tipo Lafourie con el paramilitarismo. El Estado todo tiene que hacer un desenganche con el paramilitarismo y reparar todos los terribles crímenes de que históricamente es responsable.

C.C La Sociedad de Agricultores de Colombia descartó que la solución para el campo colombiano sea una reforma agraria, ¿cómo perciben la posición de este gremio?

J.S Habría que hablar detenidamente con este gremio, pues si a algún sector deberá beneficiar una reforma agraria es al agrícola. Nosotros estamos abogando por la modernización del campo pero desde una óptica en la que se respete el equilibrio ambiental, los procesos productivos tiene que ser sostenibles en una relación de intercambio amigable con la naturaleza en el que lo fundamental es la generación de alimentos para la gente.

Yo entiendo que existe una interesante propuesta de la SAC que reconoce que la estructura latifundista de la tierra en Colombia es un anacronismo que hay que superar.

C.C Los gremios del país señalaron en el Foro que es indispensable mantener el respeto de la propiedad privada, ¿su modelo de reforma agraria pasa por la expropiación de tierras para dárselas a campesinos?

J.S No hemos hablado de perjudicar a nadie sino de acabar con la injusticia. En Colombia existe un índice Gini de 0.87 puntos en ascenso. Llegará a uno, lo que implicaría que todo pertenece a una sola persona, entonces lo que tenemos es una situación escandalosamente inhumana por superar.

Necesitamos democratizar la propiedad de la tierra y si fuere necesario la expropiación habría que hacerlo, pero lo ideal es que una reforma se de por vía de la concertación.

C.C En el comunicado que leyeron a finales del año pasado, ustedes exigieron resarcir a los 6 millones de desplazados y a «devolver a manos del pueblo las más de 7 millones de hectáreas que le fueron arrebatadas a sangre y fuego por el terrorismo de Estado». ¿Las Farc han desplazado campesinos, les devolverían la tierra?

J.S La política de las FARC es actuar en defensa y reivindicación de los más humildes y desamparados. Entre ellos se incluyen los campesinos, y nuestra relación con ellos es tan intensa que por ello nuestra composición es fundamentalmente de población rural, entonces no tiene sentido que se pretenda hacer creer que las FARC son victimarios en el proceso de despojo que ha vivido el campesinado.

C.C El gobierno parece preocupado porque «no se ha llegado a ningún acuerdo en la mesa de La Habana», ¿cómo evalúan esta preocupación? ¿Ustedes también están inquietos frente a este tema?

J.S El gobierno debe preocuparse por empezar a resolver lo que en décadas de bipartidismo y de mandato de las élites no han resuelto en materia de justicia social. Nosotros si tenemos una real preocupación porque se avance sin dilaciones, pero sin carreras que pretendan pasar de manera superficial las discusiones de los temas tan importantes que este proceso está abordando.

Nosotros tenemos propuestas claras, la población ha enviado una cantidad enorme de iniciativas. Qué espera entonces el gobierno para actuar.

C.C ¿Cuáles son, según ustedes, los acuerdos mínimos que hay que sostener en cuanto al tema de la tierra para poder avanzar a otros puntos en la negociación?

J.S Lograr la reforma agraria integral que democratice la tenencia y uso de la tierra; se deberá desarticular el latifundio, la ganadería extensiva, las economías extractivistas de enclave; habrá que poner freno a la extranjerización y devolver la soberanía al pueblo.

Fuente: http://www.anncol.eu/index.php/colombia/insurgencia/farc-ep/1382-ene-18-comandante-guerrillero-jesus-santrich-hay-que-intervenir-los-latifundios-ganaderos