Los gobiernos del PSOE, el PP y CiU están impulsando al unísono, ya sea desde el gobierno central, autonómicos, ayuntamientos o la oposición, recortes sociales que están dificultando la salida de la crisis. Recortes que están haciendo que los efectos de la crisis recaigan sobre las y los de abajo, especialmente jóvenes, mujeres, pensionistas e […]
Los gobiernos del PSOE, el PP y CiU están impulsando al unísono, ya sea desde el gobierno central, autonómicos, ayuntamientos o la oposición, recortes sociales que están dificultando la salida de la crisis. Recortes que están haciendo que los efectos de la crisis recaigan sobre las y los de abajo, especialmente jóvenes, mujeres, pensionistas e inmigrantes.
Continuamente nos dicen que los recortes sociales son inevitables, que no hay otra manera de salir de la crisis que recortando servicios públicos (sanidad y educación; véase el Plan Bolonia en la Universidad), privatizando empresas públicas (como AENA en los aeropuertos), congelando las pensiones, bajando el sueldo a empleados públicos, facilitando y abaratando el despido con la Reforma Laboral, aumentando la edad de jubilación con el ‘pensionazo’, etc.
Todas estas medidas neoliberales, jaleadas por los banqueros y los grandes empresarios, la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, están estrangulando a los pequeños comerciantes, empobreciendo a los y las trabajadoras, y destruyendo empleo. Como resultado, la juventud sufre un desempleo del 44%, el más elevado de Europa, y una precariedad laboral generalizada (por ejemplo, encadenando contratos en prácticas uno tras otro). En muchos casos, emigrar en busca de trabajo es la única posibilidad. Cada vez es más difícil acceder a una vivienda digna y estudiar en la universidad (subida de tasas, exigencias de aprobados, préstamos-renta, etc.).
Contrariamente a lo que nos dicen los de arriba, sí es posible salir de la crisis de otra manera. Haciendo que la paguen quienes la han causado, los grandes banqueros y empresarios. En este sentido hay muchas propuestas factibles, como la nacionalización de los bancos, subida de impuestos a las mayores fortunas, control intensivo del fraude fiscal, inversiones públicas en servicios sociales y protección del medioambiente que generen empleos, un plan de intervención pública para abaratar el acceso a la vivienda, una renta básica, la subida del salario mínimo a mil euros, etc.
Sin duda, para conseguir todos estos avances sociales hace falta luchar. Recientemente, miles de estudiantes de la Universidad de Oviedo salieron a las calles contra los «recortes boloñeses», el alumnado de la Universidad Politécnica de Catalunya ocupó su rectorado en marzo, cuando también se manifestaron los estudiantes de Secundaria. Están surgiendo entre los jóvenes otras iniciativas muy sugerentes, como la campaña ‘Juventud sin Futuro’ y ‘Democracia Real, ¡ya!’
A nivel europeo, también se están extendiendo las protestas de jóvenes indignados. En Italia fueron masivas las manifestaciones estudiantiles durante 2010 contra la reforma boloñesa «Gelmini». En Alemania, el movimiento contra Bolonia ha conseguido que se supriman las tasas de ingresos en muchas universidades. En Reino Unido e Irlanda, las y los estudiantes se han movilizado masivamente, como no lo hacían en décadas. Más aún, la juventud ha sido el corazón de las revoluciones en el mundo árabe que han hecho caer dictaduras que llevaban décadas.
Todo esto muestra cómo la juventud tiene un gran potencial de lucha para sacudir las estructuras del sistema capitalista, injusto por esencia, y plantear una alternativa.
Pero además de movilizarnos también debemos organizarnos políticamente con ideas anticapitalistas para aumentar nuestra fuerza, formarnos y continuar luchando más allá de movilizaciones concretas. Por Otro Mundo Posible, cada día más Necesario.
Contra la precariedad y por una democracia real desde abajo: ¡Únete a En lucha!
http://enlucha.org/site/?q=node/16036
[VERSIÓ EN CATALÀ: http://www.enlluita.org/site/?q=node/3633]