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Jóvenes mapuches en la lucha estudiantil

Fuentes: Punto Final

José Ancalao denuncia el racismo e incomprensión de la sociedad chilena respecto a la causa mapuche y relata cómo han logrado que la voz mapuche sea escuchada entre los estudiantes. Es exponente de una nueva generación de jóvenes mapuches que asumen el liderazgo en la autodeterminación de su pueblo originario. No tiene filiación política, aunque […]

José Ancalao denuncia el racismo e incomprensión de la sociedad chilena respecto a la causa mapuche y relata cómo han logrado que la voz mapuche sea escuchada entre los estudiantes. Es exponente de una nueva generación de jóvenes mapuches que asumen el liderazgo en la autodeterminación de su pueblo originario.

No tiene filiación política, aunque aclara: «Milito en la causa mapuche». José Ancalao (23) nació y se crió en el lof (comunidad) Horacio Cheuquemilla, de la comuna de Purén. Estudió educación básica en la escuela Enzo Ferrari, de la población El Esfuerzo en Purén. Su padre es obrero forestal y su madre asesora del hogar. Hizo la secundaria en el Liceo Pablo Neruda de Temuco, fue vocero regional de los estudiantes secundarios en 2006 y ahora cursa tercer año de antropología en la Universidad Católica de Temuco, y es vocero de la Federación Mapuche de Estudiantes (Femae).

Además, Ancalao es seleccionado de karate de la universidad, escucha música y lee mucho. Es un nagche, denominación que reciben los mapuches que habitan en las tierras bajas, en los faldeos de la cordillera de Nahuelbuta. El nagche más conocido en la historia fue Pelantaro, quién derrotó a los españoles en la batalla de Curalaba, consagrando la independencia del pueblo mapuche hacia el año 1600. A ese linaje siente orgullo de pertenecer José Ancalao.

¿Cómo aprecia lo que está pasando en Aysén?

«Muestra el agotamiento de un modelo que olvida a las regiones, a partir del pensamiento centralista de la clase política. Además de mapuche, soy de una región y vivo a diario la doble discriminación de un sistema que margina de las decisiones políticas a las mayorías sociales.

Esa realidad se expresa en cosas concretas, como la rebaja del impuesto específico a los combustibles o la creación de una universidad estatal. Conozco mucha gente de Coyhaique y de localidades de Aysén que deben emigrar porque no tienen donde estudiar».

¿Qué pasará con el movimiento estudiantil en 2012?

«Durante el verano hemos trabajado en articular un movimiento social que en 2012 exprese a trabajadores, pobladores y estudiantes. Algunos de los nuestros han asistido al encuentro de los portuarios o se han reunido con los mineros y pescadores artesanales. Queremos sintonizar todas estas luchas en 2012, para extenderlas con más fuerza ante un gobierno que respalda la injusticia, la segregación, el racismo y la falta de oportunidades para los más postergados. Hay que mostrar que el movimiento social no está muerto ni desarticulado, como sucedió durante la Concertación.

Femae no es de Izquierda, pero comparte varias líneas políticas con los peñis del sector llamado «Izquierda revolucionaria» en la Confech, porque ellos fueron los primeros en apoyarnos. Buscamos que la sociedad comprenda que la educación de calidad y gratuita es un deber del Estado. En nuestro caso, hablamos también de educación intercultural y de más hogares estudiantiles mapuches».

¿Qué pasa con la coordinación de esta lucha en las comunidades?

«El año pasado, la huelga de hambre de la Coordinadora Arauco-Malleco ocurrió en paralelo con el movimiento de los estudiantes por la educación. La aceptación de Femae dentro de la Confech y la visita de varios dirigentes estudiantiles, como Noam Titelman y Gabriel Boric a nuestros lonkos y comunidades, nos permite alentar buenas expectativas de que habrá una mejor coordinación en nuestra movilización social».

 

VERDAD HISTORICA

 

¿Cómo está organizada Femae y cuál ha sido la articulación con la Confech?

«Agrupa a estudiantes de diversas universidades públicas y privadas, institutos profesionales y hogares estudiantiles. El requisito principal es que sean jóvenes estudiantes mapuches, sea cuál sea su lugar de estudio. El vínculo con la Confech ha sido difícil, porque hemos tenido que hacer entender a los demás que nuestra lucha no es convencional y trasciende a las divisiones entre derecha, Izquierda o centro. Nosotros luchamos por la autodeterminación. Recién cuando obtengamos ese reconocimiento, podremos discutir el tema político-partidista.

Hemos tenido que explicar la necesidad de una universidad intercultural en el contexto mapuche y recorrimos todo Chile, federación por federación, para que nos dieran su voto para ingresar a la Confech. Podíamos dar nuestra lucha solos, como siempre la hemos dado los mapuches. Pero era importante para nosotros compartir ese espacio con las otras federaciones y entrar en contacto con los sectores políticos, sean Concertación, derecha o Izquierda para hacerles entender que nuestra lucha es transversal a la política. Lo comprendieron y ahora nuestras relaciones son muy buenas con todos los sectores.

Un nuevo modelo educativo debe construirse a partir de la interculturalidad y el conocimiento del otro como alguien distinto. Los chilenos deben comprender que las naciones originarias son anteriores a la creación del Estado de Chile, y que somos pueblos distintos que estamos conviviendo en un mismo espacio territorial. Esta visión contradice una política de Estado basada en el exterminio silencioso de los pueblos originarios, que se expresa en la tremenda represión que hay contra las comunidades como respuesta a nuestra demanda de recuperación de tierras».

¿Cómo se expresan la segregación y el racismo?

«Somos discriminados en los consultorios de salud, en las escuelas o en los trabajos, por ser mapuches. Tenemos un modelo educacional que se encarga de mantener las injusticias e impide que podamos educarnos dignamente en una institución que sea gratuita, de calidad e intercultural. El racismo está incluso en el currículum educacional. Desde hace cien años nos tiene negados, marginados y olvidados. Queremos que haya más horas de ‘verdad histórica’, sobre lo que realmente ha sucedido en La Araucanía desde 1881 en adelante».

¿Cuáles son las demandas de los estudiantes mapuches?

«Entre nuestros temas está la universidad intercultural, que es una deuda del Estado. Bolivia, Canadá, Noruega y Finlandia la tienen. Es fundamental definir cómo se crea conocimiento y se forman profesionales a partir de una sociedad intercultural. Es importante que la intercultura exista desde la escuela básica hasta la universidad, con el reconocimiento de nuestra historia, lengua y cosmovisión.

Temas como la interculturalidad y los hogares estudiantiles están en el petitorio nacional de los estudiantes. Además, tomamos la decisión de estar presentes en las actividades de prensa para plantearlo directamente. Esa es la función que me cabe dentro del movimiento estudiantil».

 

NUEVA GENERACION MAPUCHE

 

¿Qué opina del movimiento Revolución Democrática?

«Al país le hace bien una alternativa como ésa. He apoyado a Giorgio Jackson en la idea de Revolución Democrática, porque aporta al debate y da protagonismo a jóvenes como Safirio y Crispi, ligados a la Concertación pero que son críticos. RD es una demostración de que están surgiendo distintos grupos que aportan a la discusión y que llenan la necesidad de un debate político. Algo que estuvo ausente más de 20 años. Es posible que no se compartan muchos de los planteamientos que está haciendo RD, pero la idea es buena».

¿Se siente parte de una nueva generación de mapuches?

«Están Pablo Millalén, Natividad Llanquileo, Lucy Nahuelcheo, Huenchumilla, Jonatán Zapata, etc. Una generación que no aparece mucho en los medios de comunicación, pero en las comunidades son muy queridos. Son jóvenes que vienen con una postura de autodeterminación, sin asumir la condición de clientes políticos de la derecha, la Concertación o la Izquierda. Nosotros queremos que nuestras filas se fortalezcan. La demanda de autodeterminación de nuestro pueblo es transversal y estos jóvenes vienen con esa postura, que alguna vez tuvieron la Asociación Araucana y la Corporación Caupolicán en el siglo pasado. La autonomía parte por descolonizarnos nosotros mismos».

¿Esta nueva visión encuentra adeptos en las comunidades?

«Nosotros somos parte de las comunidades. Les hemos explicado a nuestros peñis que es muy difícil estar siempre presentes en el mundo estudiantil y simultáneamente en las comunidades. Nuestro acercamiento más fuerte a los lof los hemos dejado como un desafío para este año; sin desconocer que en Santiago también ha crecido la presencia estudiantil mapuche de origen urbano. Los lonkos y habitantes de distintas comunidades nos apoyan. También hay machis que trabajan con nosotros y muchos peñis se están sumando».

 

SENADORES PODEROSOS

 

Ustedes tienen adversarios poderosos en su región…

 «En La Araucanía se dan paradojas. Riqueza extrema y pobreza con segregación y racismo, donde los mapuches somos mayoría. Muchos latifundistas, que manejan grandes recursos económicos, apoyan las campañas políticas de los senadores José García y Alberto Espina. El sector productivo agropecuario más importante del país está en La Araucanía, y las forestales aportan entre el 8 y el 10% al PIB del país. La paradoja es que las comunas más pobres, como Lumaco, Purén, Los Sauces, Collipulli o Ercilla son las que tienen mayor número de plantaciones forestales. Alrededor del 80 por ciento de esas comunas están plantadas por las forestales, que agotan y contaminan el agua. Las comunidades sufren la sequía, no pueden practicar la agricultura y no les queda más opción que meterse a trabajar en las forestales o plantar eucaliptus en sus campos.

Las empresas forestales jamás han pagado el impuesto territorial (contribuciones de bienes raíces), que representa el 1% de valor de cada propiedad. Esa deuda asciende a 300 mil millones de pesos en las regiones del Bío Bío y La Araucanía. Nadie quiere pensar que los parlamentarios y funcionarios de la zona están ‘mojados’ para permitir que las forestales no paguen impuesto territorial, o que los alcaldes no quieran que esos recursos entren a las arcas de sus municipios. El 40% de esos fondos se iría a la gestión social y el otro 60% llegaría directamente a las municipalidades. Ahí están los recursos que necesitamos para crear la universidad intercultural».

Es también la región en que la derecha obtiene mejores resultados electorales.

«No se trata de compartir un pensamiento político, sino del clientelismo, que se encarga de elegir como senadores a Alberto Espina, responsable de la represión en La Araucanía, y a José García Ruminot que tiene un fundo que va desde Melipeuco hasta la frontera con Argentina. Si seguimos trabajando en las comunidades, vamos a cambiar esta realidad y tendremos parlamentarios mapuches y no mapuches que se identifiquen con la causa social de La Araucanía».

 

(Publicado en «Punto Final», edición Nº 753, 16 de marzo, 2012)


www.puntofinal.cl