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Juegos de guerra, como si virtuales fueran

Fuentes: Ogunguerrero/Rebelión

Cuesta trabajo pensar en el Presidente estadounidense Barak Obama cuando la relación primaria de sentido es «Premio Nobel de La Paz». La sucesión de guerras que ha llevado a cabo, los asesinatos de mandatarios invadidos (tras demonizarlos con una copiosa propaganda negra de viva Guerra Fría), y la regresión en materia de injerencia imperialista en […]

Cuesta trabajo pensar en el Presidente estadounidense Barak Obama cuando la relación primaria de sentido es «Premio Nobel de La Paz». La sucesión de guerras que ha llevado a cabo, los asesinatos de mandatarios invadidos (tras demonizarlos con una copiosa propaganda negra de viva Guerra Fría), y la regresión en materia de injerencia imperialista en América Latina, hacen que uno piense en darle nueva vuelta de tuerca a aquella frase de Michael Moore en la que lo invocaba a ganarse el Premio Nobel luego de haberlo recibido:

-Menos mal, Señor Presidente Obama, que le han conferido el Nobel de la Paz antes de todo, eh!
Un llamado de Alejandro González Galiano, en el Diario Público del 25 de octubre, advertía sobre una remota posibilidad de que EE UU reconsiderara su política de Bloqueo hacia Cuba, algo que seguramente sabía no ocurriría, pero que se refleja en la opinión pública como si se actuara con justas intenciones. El Bloqueo no puede ser más obsoleto, por cierto, y sin embargo apenas repercute en la producción y reproducción informativa de los monopolios que «observan» a Cuba bajo un lente de demonización predeterminada e intentan forzarla a abandonar el socialismo. El voto de Naciones Unidas en contra del Bloqueo estadounidense a Cuba, que se sucede ya por veinte años consecutivos, muestra el verdadero eje de la reacción política imperial: la capacidad de Cuba de sacudirse de su dependencia y de transformar la sociedad en su interior.

De ahí que no parezca importar al Premio Nobel Obama que 186 países hayan reconocido explícitamente que ese Bloqueo constituye una violación del Derecho Internacional, de los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas; que transgrede el derecho a la paz, el desarrollo y la seguridad de un Estado soberano y es un acto de agresión unilateral y una amenaza permanente contra la estabilidad de un país soberano. Con justicia, el Informe de Cuba lo califica además como una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos de todo nuestro pueblo, a la vez que socava también los derechos constitucionales del propio pueblo norteamericano al quebrantar su libertad para viajar libremente a Cuba.

Un video indiscreto, que descubro por la edición de Público del día 26, ha revelado a la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, paladín de la política injerencista de EE UU hacia Cuba, congratulándose con la noticia de la muerte del derrocado presidente libio Muamar Gadafi. Como si jugara a la guerra en un comando personal, y esas víctimas no fuesen más que sujetos diseñados por un programa virtual. No puede haber ejemplo más claro de racismo y discriminación, actitud más light ante un problema serio para la humanidad en pleno, con el peligro de la conservación de la especie y del Planeta incluidos en paquete. Y no se trata solo del respeto a la muerte de determinado individuo, sino de una actitud de poder imperialista que encuentra poco freno, que se extiende con la pasmosa complicidad de los monopolios de la información, y hasta con la anuencia de importantes sectores de opinión.

Aunque lo cierto es que sucede, y hasta lo percibimos como si un excentricismo ligero nos guiñara el ojo, como si fuésemos antropólogos de vista superior. Mientras EE UU continúa su escalada de guerras y agresiones, su expansión por los recursos del Planeta, el mundo sigue dialogando con sus argumentos como si de verdad lo fuesen, como si no considerasen al resto de la humanidad objetivos virtuales de enriquecimiento, sostén de un modo de vida que transforma la racionalidad capitalista en una irracional carrera autodepredadora.

Fuente: http://ogunguerrero.wordpress.com/2011/10/26/juegos-de-guerra-como-si-virtuales-fueran/