Como era previsible y para evitar que se lo ordenara la Corte de Apelaciones, el ministro Juan Eduardo Fuentes acogió la petición del abogado Nelson Caucoto y de Joan Jara y sus hijas, y reabrió la investigación por el crimen del cantautor Víctor Jara. Luego de tres años desde que asumió la causa en junio […]
Como era previsible y para evitar que se lo ordenara la Corte de Apelaciones, el ministro Juan Eduardo Fuentes acogió la petición del abogado Nelson Caucoto y de Joan Jara y sus hijas, y reabrió la investigación por el crimen del cantautor Víctor Jara.
Luego de tres años desde que asumió la causa en junio de 2005, el juez cerró la indagatoria el pasado 15 de mayo sin ubicar a ninguno de los autores.
El único procesado hasta ahora, el coronel (R) de Ejército Mario Manríquez Bravo que era el comandante del Estadio Chile utilizado como centro de detención a partir del 11 de septiembre de 1973, fue encausado el 6 de diciembre de 2004 por el anterior juez que instruyó el proceso, Juan Carlos Urrutia.
Con la reapertura el magistrado aceptó realizar gran parte de las cuarenta nuevas diligencias que le presentaron los querellantes el 28 de mayo último cuando demandaron el reinicio de la investigación.
De acuerdo al abogado Caucoto, de los nuevos antecedentes recibidos tanto por él como por la Fundación Víctor Jara desde que Fuentes cerró el sumario, se desprenden al menos cien nuevas diligencias que irán solicitando parcialmente.
«La reapertura de la investigación era el único camino posible, y ahora espero podremos llegar a ubicar a quienes participaron en dar muerte a Víctor Jara», dijo Caucoto.
Por su parte la Fundación que lleva el nombre del cantautor y distintos dirigentes políticos y parlamentarios de la Concertación saludaron la medida y se mostraron también esperanzados en que ahora el juez logre ubicar a los autores materiales e intelectuales del crimen cometido entre los días 15 y 16 de septiembre de 1973 al interior del entonces llamado Estadio Chile, hoy Estadio Víctor Jara.
Una de las diligencias más difíciles ha sido reconstruir las identidades de los oficiales, suboficiales, personal de planta y conscriptos que estuvieron destinados a ese centro de detención las primeras semanas después del golpe militar de 1973.
Si bien los ex prisioneros que han declarado como testigos en la causa han logrado identificar a dos o tres oficiales, como es el caso de Edwin Dimter Bianchi a quien los detenidos apodaron «El Príncipe» por su conducta altanera y trato cruel, no existe información del resto para rearmar el puzzle.
Esta vez, entre los nuevos antecedentes recibidos por la parte querellante en respuesta al llamado que se hizo a partir del cierre del proceso, algunos testigos aportaron un par de nombres de otros oficiales. Pero, por ejemplo, no se conoce la nómina de conscriptos o de personal de planta de baja graduación, que han sido quienes más información han aportado en varias causas por violaciones a los derechos humanos.