No se puede revertir la realidad objetiva constatada por la medicina: Julián Conrado está gravemente enfermo. Por lo tanto tampoco puede ser entregado a Colombia en virtud de la Convención de Ginebra.
No se puede revertir una realidad objetiva constatada por la medicina: Julián Conrado está gravemente enfermo. Por lo tanto tampoco puede ser entregado a Colombia en virtud de la Convención de Ginebra. Hay otras Convenciones internacionales y disposiciones del DIH, así como de la propia constitución bolivariana de Venezuela, que impiden su entrega. Una de ellas es la Convención contra la Tortura, que impide entregar a un ser humano, perseguido político a un país como Colombia cuyo prontuario de violaciones a los derechos humanos y cuya práctica de la tortura en las cárceles es denunciada reiteradamente. Se espera que el DIH y la Constitución venezolana sean respetados, y se le otorgue Asilo al Cantor Julián Conrado.
El régimen colombiano está dando patadas mediáticas: es decir inventando mentiras porque ve que esta vez Venezuela no está dispuesta tan fácilmente a violar la legalidad procesal. Es decir, el gobierno venezolano mantiene buenas relaciones diplomáticas con el régimen colombiano, pero no está dispuesto a pisotear nuevamente la Constitución de Venezuela y el DIH, para complacer a Santos y al generalato colombiano, entregándoles un perseguido político en violación al procedimiento legal, y a los amparos de los DDHH que están contemplados en el DIH. Parece ser que el gobierno venezolano esta vez ha entendido el grave costo político, y el riesgo que corre si persiste en la violación del DIH; entonces las cosas se están haciendo con mayor legalidad con Julián Conrado que en el triste caso del periodista Joaquín Pérez Becerra que fue entregado violando toda legalidad procesal, todo el DIH, el Estatuto del Refugiado, el derecho a la defensa, y hasta la constitución venezolana. Como esta vez el gobierno de Venezuela parece haber asumido mayor soberanía, el régimen colombiano pone en efervescencia su maquinaria de mentiras.
Ante las calumnias y mentiras llenas de inhumanidad del régimen colombiano, cabe resaltar que el Cantor Julián Conrado está ENFERMO: testimonio de ello los módulos de Barrio adentro, los médicos, la propia salud del cantor que un médico y los pertinentes análisis han constatado y pueden y deben constatar en ejercicio del tratamiento que requiere; testimonio el apoyo brindado por FUNDALATIN que en su labor solidaria y humanitaria ha logrado hacer que la causa del cantor entre dentro de la legalidad, logrando, a día 66 de su detención ilegal en Venezuela, que fuera finalmente presentado ante un fiscal, con lo cual se espera que se le empiecen a respetar sus derechos humanos: derecho a defensa, a abogados, y derecho a asistencia médica, entre otros derechos fundamentales.
Los generales Colombianos y sus medios de desinformación dicen ahora que sus «fuentes de inteligencia» habrían «informado» que el comandante guerrillero Iván Marquez «habría impartido la orden» de que Julián Conrado se «montara una enfermedad» para evitar ser entregado al régimen Colombiano: y cabe preguntarse cómo los generales y medios colombianos son capaces de incurrir en mentiras tan burdas, dado que ya es probado medicalmente que Julián está enfermo. El invento de sus «fuentes de inteligencia» esta vez nuevamente los pone en ridículo, y obviamente que Venezuela no dará crédito a esas mentiras, y con más razón se evidencia la saña y persecución política contra el cantor desatada por el gobierno colombiano: dispuesto a cualquier cosa, incluso a mentir con las mentiras más burdas y evidentemente desmontables, para obtener una presa de caza.
Esta mentira, fácilmente desmontable por algo llamado MEDICINA, No es otra cosa que una de las mentiras a las que tiene acostumbrados al mundo el gobierno colombiano. El mundo aún recuerda cuando el régimen colombiano utilizó los logos de la Cruz Roja Internacional para disfrazar los helicópteros militares, en una violación al DIH sin precedente; el mundo aún recuerda la grappa de mentiras relativas al bombardeo que efectuó el régimen colombiano contra territorio ecuatoriano, en el 2008; el mundo sabe de los macabros asesinatos de civiles mal llamados «falsos positivos», de los que ya hay 3200 casos documentados, que se basan en asesinatos reales y mentiras macabras: los militares asesinan a civiles y los disfrazan, y hacen pasar sus cadáveres por «guerrilleros abatidos en combate». El prontuario de mentiras del régimen colombiano es sin fin (imposible enumerarlo todo aquí); y el actual presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, es uno de los máximos responsables de los asesinatos de civiles mal llamados«falsos positivos», y de varias mentiras y montajes macabros más. ¿Le creerá entonces el gobierno de Hugo Chávez, quién ya ha sido víctima en reiteradas ocasiones de esas mentiras? Lo más sorprendente es que la gruesa mentira contra Julián Conrado que busca eliminar la realidad objetiva de su enfermedad se encuentra no solamente publicada en los mass-media colombianos, sino también en un medio que se dice «bolivariano», se trata de ‘Reporte Yaracuy’. Obviamente la mentira es un constructo del generalato, el DAS y los medios colombianos, y nos llevamos la desagradable sorpresa de encontrarla también en el buscador en un diario venezolano.
El mundo pide asilo para Julián Conrado, que cesen las entregas de perseguidos políticos, que sea respetado el DIH, que sean respetados los amparos humanitarios relativos a enfermos, que sea respetada la constitución venezolana, que cesen las mentiras… Que el régimen colombiano y los medios de la oligarquía colombiana y sus ecos en algunos diarios oficialistas venezolanos (¿administrados por la derecha en realidad?) cesen esas mentiras que tarde o temprano se destapan y hacen quedar al mentiroso y sus cómplices cómo estafadores de la muerte que buscan a toda costa convertir a un ser humano en carne de tortura para las mazmorras colombianas o de EEUU.
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