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Un milagro en la feria del libro de Turín

Jumanpi Samkasta

Fuentes: Rebelión

El fenomeno más relevador en el panorama literario latinoamericano de hoy es el renacimiento de una poesía en lengua indígena. Del altoplano peruano nos llega uno de sus máximos exponentes, se llama José Luis Ayala y es poeta, ensayista, periodista y adivino. También mariáteguista y heredero del movimiento vanguardista Orkopata que dirigió Gamaliel Churata. Hijo […]


El fenomeno más relevador en el panorama literario latinoamericano de hoy es el renacimiento de una poesía en lengua indígena. Del altoplano peruano nos llega uno de sus máximos exponentes, se llama José Luis Ayala y es poeta, ensayista, periodista y adivino. También mariáteguista y heredero del movimiento vanguardista Orkopata que dirigió Gamaliel Churata. Hijo de un maestro rural de Huancane, Puno, José Luis Ayala crece en un ambiente trilingue, el trinomio quechua, aymara y castellano dominará su infancia que pasa mayormente en Tumuku donde el abuelo paterno cultivaba sus tierras. A sus veinte años José Luis Ayala, que nació en el año 1942, encuentra a José María Arguedas, quien le aconseja que emprenda estudios lingüísticos y sociológicos para que pudiera obtener la plena expresión lingüística en español y en aymara. Así fue, hoy este andino peruano nacido en las orillas del Lago Titicaca es el máximo exponente de la poesía en lengua aymara, con él nos hemos encontrado en la feria del libro de Turín.

José Luis Ayala ha iniciado su conversación diciéndonos que ha optado por la identidad aymara, para defender los pueblos marginados porque está consciente que la globalizacion es una amenaza:

─ No solo para nosotros es una amenaza la globalización, sino para todos las culturas del globo terráqueo. Nos quieren imponer a través de los medios de comunicación una sola manera de pensar. Nos quieren convertir en consumistas no productores; nos venden celulares, nos venden máquinas, nos venden todo, pero no nos dejan producir y nuestros países también deberían hacer computadoras. Con nuestro oro, nuestra plata y nuestro estaño también nosotros debemos producir joyas y vendérselas a ellos. Pero creemos en que llegará el momento, el gran día, como se dice en Quechua llegará el Pachakuti, la Revolución de la tierra, y ese día todo se volteará, este es nuestro pensamiento mesiánico y milenarista. Nosotros estamos esperando el Pachakuti, y el mañana va a ser mejor.


Sostiene el escritor peruano que:


─ Todos los pueblos de América, los pueblos ancestrales como Quechuas, Aymaras, Mapuches o etc., tenemos que tomar una absoluta conciencia frente a la globalizacion, o desaparecemos o nos integramos en un proceso donde no haya una exclusión pasamazonica; es una tarea en la que debemos trabajar los escritores, los intelectuales y los estudiosos sociales. No estamos por la violencia sino deseamos un sistema de educación intercultural que permita hacer nuevos cambios en América Latina para que las grandes mayorías marginales y marginadas se integren y tengan beneficios de verdad. Nosotros no propiciamos una actitud violenta más bien una actitud democrática. Deseamos una república en la que podamos integrarnos y podamos tener una representatividad étnica en el congreso. En este momento no la tenemos, no hay una representación de culturas, sin embargo propiciamos la necesidad de un intercambio, de un diálogo que permita que las grandes mayorías marginadas tengan un sitio en el congreso.


Ayala es un escritor prolijo, porque él que tiene 65 años nos cuenta que ha publicado 40 libros y que aún le faltan por publicar 15, nos enfatiza que tiene el vicio y el oficio de escribir.

─ Si no escribo no existo. Yo puedo decir escribo luego existo, no tengo capacidad de duda, escribo poesía, cuento, novela, ensayo. Tengo dos conductas literarias, una conducta vanguardista donde invento y experimento, porque estudié en Paris literatura de vanguardia, pero al mismo tiempo he estudiado la literatura andina entonces escribo, en aymara, para mi identidad indígena, y en castellano para un proceso de integración latinoamericano con literatura experimental como lo ha hecho Cortazar. Soy un hombre andino que tambien tiene una cultura occidental. Los escritores de las culturas ancestrales tienen que tener necesariamente una capacidad de aprender para usar los mismos instrumentos de los escritores occidentales, porque la mayor contribución que puede hacer un escritor ancestral a América Latina es simentar una conciencia continental, una cultura anti sistema, por esto soy un escritor anti sistema, no rechazo, quiero concebir y contribuir una conciencia continental, para que los seres humanos se humanizan desde un punto de vista crítico.


─Se podría hablar de una literatura aymara.


─ En lengua aymara no existen escritores orgánicos, porque la literatura aymara es una literatura oral que se da en la música, en las canciones, en el febrío y en los grandes festejos; no hay escritores aymaras que tengan su laptop y escriban. Esta es la primera vez que en América sucede un milagro, es la primera vez que un poeta aymara es traducido al Italiano, puede venir a la Feria del libro de Turín y tener el privilegio de leer en aymara.



─ ¿Cómo ha ocurrido este milagro?


─ En Puno conocí a Riccardo Badini, un estudioso e investigador del aymara, que se convirtió en mi traductor. La poesía aymara tiene una distinta visión del mundo, es una cosmogonía única, su poesía tiene una sonoridad diferente en las metáforas; esta poesía no esta escrita como escribe Vallejo o García Lorca o Machado (los grandes poetas), sino que tiene otra dialéctica, otro sonido, otra forma, porque viene de otra estructura mental y, quizás, por esto les llama la atención a los europeos, les gusta. Creo que el Occidente está cansado y por eso ahora está recibiendo nuevas corrientes; desea nuevas formas de entender la realidad. También nosotros estamos cansados de la bestsellerización, todo el mundo debe leer a García Márquez o a Mario Vargas Llosa; la bestsellerización es una forma de anular las culturas regionales, y esta clase de libros, como el mío, permiten este encuentro y esta entrevista. Pero considero que este interés europeo hacia las nuevas corrientes no solamente debe darse con la poesía sino tambien con la novela y el cuento. Espero que de aqui a veinte años tendremos poetas guatemaltecos que vendrán a está feria a declamar en su lengua, o novelistas mapuches, sólo así, finalmente, se contará con una nueva visión de lo que pasa en la cosmovisión de la gente ancestral


─ Háblenos de ese rescate que usted hace cuando compone versos en aymara.


─ Esta poesía tiene una sola persona, el plural. Se habla de nosotros, no de ellos, de tú y yo juntos. En el mundo aymara todo esta vivo: los cerros, los animales, los árboles, las plantas. El todo es parte de uno, el cerro tiene vida y es parte de mí y yo soy parte del cerro; yo he nacido de la tierra y a la tierra me iré. Los aymaras tienen tres almas. Cuando un aymara muere a los ocho días la primera alma se le deja a la casa a vivir, vive con los vivos. A los dos años se hace otra misa, esa misa sirve para que la segunda alma sea entregada a la comunidad y, al final, a los cinco años, se hace otra misa y se quema la ropa del difunto para que la tercera alma se convierta en tierra, aire y luz. La vision de la muerte en el mundo aymara es diferente a la del mundo cristiano donde uno no tiene alternativas porque si se muere lo mandan para el infierno donde pasa todo el tiempo, en el mundo aymara no. También existen dos cosas que son muy importantes: el comportamiento ético y el comportamiento moral. Cuando una persona vive, para ella hay dos clases de libros, uno, el libro de plata, donde se anotan todas las virtudes de la persona, y el otro, el libro de oro, donde se anota la conducta moral. En el mundo aymara existe una censura de orden moral, cualquiera no puede llegar a ser presidente de la comunidad, por eso el comportamiento es distinto como por ejemplo la forma de enamorarse que tambien es diferente. Los jóvenes cuando tienen diecisiete años se reunen con las muchachas de su misma edad, organizan el baile de los solteros, se llama la Kachua, mientras están bailando se apaga la música y uno se casa con la persona con la cual está bailando.


─ Con respecto a la defensa de las lenguas indígenas ¿qué novedad está ofreciendo Perú?


─ Hay un proceso de educación e integración. Hoy día se enseña en aymara y en quechua en casi todas las escuelas, aunque no en los colegios y las universidades, pero lo interesante es que ya existe un acto de conciencia y hay programas que enseñan a los niños en aymara y quechua. Hemos optado por el alfabeto fonético universal




─ En la actualidad Perú ¿cómo observa el viraje político boliviano?


─ Las grandes mayorías quechuas y aymaras en el Perú no están politizadas, no están organizadas, lo que si sucede en Bolivia donde están organizados los mineros y los cocaleros, Evo Morales es un presidente elegido por los movimientos de los cocaleros, movimiento que en el Perú no tiene peso. Sin embargo en Perú existe un cuarto movimiento de orden nacionalista que en las próximas elecciones tendrá mayor presencia.


─ Este movimiento nacionalista por ¿quién está representado?


─ Por un militar que se apellida Humala, quien hoy día recoge corrientes de integración y de reinvindicación. Pero tambien en ese mundo se dan varios factores y varias formas de entender, existe gente que está dando la violencia; en lo que a mí se refiere yo estoy absolutamente convencido que el futuro es la interculturalidad, es la integración, es el diálogo y no solamente entre los pueblos quechuas y aymaras sino en toda América. Creo que lo que hay que hacer es llevar a cabo el sueño del Libertador Simon Bolívar, una América unida y grande, que nos permita un diálogo con los países europeos.



─ En Perú ¿quién representa la mayoría entre Aymaras y quechuas?


─ La mayoría es quechua. El pueblo Aymara vive concentrado en el Lago Titicaca, es un pueblo minoritario, más o menos son 4 millones. Tambien se habla Aymara en el sur de Chile, en Antofagasta, y en Argentina, en el Jojuy. El aymara tiene sus variaciones dialectales.


─ Que nos puede decir acerca del característico flujo migratorio de la montaña hacia la costa que existe en nuestros pueblos latinoamericanos, ¿sigue con intensidad en Perú?


─ Es costante esta migración de la cultura andina hacia las grandes ciudades, y como les sucede a los indígenas y campesinos venezolanos que se van a Caracas o como les pasa a los campesinos e indígenas argentinos que se van a Buenos Aires, son tratados con la invisibilidad. Son invisibles. Nos han convertido en seres invisibles, no existimos. Pero las grandes mayorías tienen la soledad de las mayorías. El hombre occidental está cada vez más sólo. Van y vienen en busca de nada y hacia ningún sitio, esa es la peor soledad, la soledad del sistema. En cambio el mundo aymara no está solo, el sol es nuestro padre, «Lupi tata», la luna es nuestra madre, «Phaxsi»; todo existe y nosotros trabajamos en forma colectiva. En el mundo aymara hay una soledad cósmica que es diferente, la soledad sideral, y tenemos consciencia de que viajamos en una única nave todos. Ningún aymara que crea, ninguno va y mata los animales, ninguno va y corta los árboles en detrimento de los demás, si se corta es en favor de la tierra, se le pide permiso, porque del vientre de la tierra vinimos y a ella vamos, por eso mientras estamos acá debemos tener moral y respeto por la forma de vivir nuestra. La sociedad occidental ha inventado el día de la tierra, pero se ha hecho tanto daño a esta tierra. De acá a cien años nuestros nietos no van a encontrar nada, por esto las culturas ancestrales representan hoy día una vuelta a la posmodernidad, porque tienen una conducta ética y moral frente a la tierra que es diferente a la del hombre occidental, una actitud diferente ante la capa de osono o las mutaciones climáticas. Es interesante como hoy en día la magia ancestral se pone en ciencia. El Occidente tiene que aprender mucho de las culturas ancestrales.



─ ¿Qué piensa de la violencia endógena de America Latina?


─ Yo como escritor siempre trato de dar una predica por la paz, por la democracia y la justicia, porque también se dan movimientos violentos. Existen varias clases de violencia, la violencia estructural porque nace de la estructura de la sociedad que es injusta; la violencia del sistema, porque el sistema se impone violentamente y la tercera es la respuesta política de personas que optan por la violencia. El gran peligro en América no es la violencia que llega de adentro sino la que llega de afuera, porque las comunicaciones son violentas, la television es violenta, todo es asesinar y destruir, hay que salvar a los niños de la televisión. También no hay que olvidarse que todo periodista es un vehículo ideológico. Dime lo que lees y te diré quien eres.



─ Sobre la condición de la mujer aymara, ¿qué nos dice?


─ La sociedad aymara es matriarcal, tiene una mujer muy trabajadora, con un gran sentido humano y participa activamente en la economía. Hay algunas que conducen autos y manejan las finanzas. Otras son parteras y curanderas porque si no fuera así la gente se moriría; es una mujer que tiene una fuerte capacidad de subsistencia frente a un mundo muy violento. Cuando en el mundo aymara muere un niño, se le entierra bailando porque es una semilla que regresa a la tierra.Los aymaras no tienen panteones, a los muertos los entierran en su propio terreno, por eso es que no pueden abandonar sus tierras porque allí reposan sus ancestros. Tampoco existen epítafios, todo está en la memoria; mientras en el mundo occidental se pone un epítafio en la cultura aymara el recuerdo vive en la memoria atávica; como era una cultura ágrafa ha desarrollado una grande memoria, una narracción oral real maravillosa que es extraordinaria.


─ Con que países latinoamericanos tiene usted un mayor intercambio?


─ Con quien hemos tenido un origen común, especialmente con Bolivia y Ecuador. En el tiempo de los Incas el Tahuantinsuyo abarcaba todo lo que es Ecuador, Perú, Bolivia, parte de Chile y Argentina; ese pasado era la edificacion de una sociedad distinta, hoy tenemos una educacion que viene de Occidente, a través de España, y la otra que cargamos en nuestra propia sangre que es la cultura aymara.

Pero se acabo el tiempo de la entrevista y nos hemos despedido de José Luis Ayala hablando sobre Manuelita Saenz, él ha escrito un libro sobre ella, porque la considera la mujer más hermosa que ha dado la naturaleza.


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*Le pedí a José Luis Ayala que decidiera el título de este artículo, me dijo que le llamara «JUMANPI SAMKASTA», «Soñé contigo», en aymara.