La capital francesa se abre hoy al lirismo punk con el estreno mundial de ‘Le Temps des Gitans’, una creación del cineasta Emir Kusturica coproducida por la Ópera Nacional de París y el Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia, donde podrá contemplarse la próxima temporada. El guitarrista de The No Smoking Orchestra, grupo […]
La capital francesa se abre hoy al lirismo punk con el estreno mundial de ‘Le Temps des Gitans’, una creación del cineasta Emir Kusturica coproducida por la Ópera Nacional de París y el Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia, donde podrá contemplarse la próxima temporada.
El guitarrista de The No Smoking Orchestra, grupo que interviene en la obra junto a la Garbage Serbian Philarmonia, inspiró su primera incursión lírica en uno de sus más tempranos éxitos cinematográficos, ‘El tiempo de los gitanos’, premio al mejor director en Cannes en 1989.
La obra de tristísimo final no es una copia conforme al filme, sino que tiene vida propia, según recalcó el artista-granjero ecologista, que compuso parte de la música junto con Dejan Sparavalo, Nenad Jankovic y su hijo, Stribor Kusturica.
El también alcalde no electo de Drvengrad (Pueblo de Madera), nombre de la ciudad ideal que hizo construir a doscientos kilómetros de Belgrado, sobre el monte Zlatibor, junto a sus decorados de ‘La vida es un milagro’ (2004), quiso evitar una transposición musical de su famoso filme, pues «esto es un teatro y las reglas del juego son muy diferentes», explicó.
Lo que no impedirá a los personajes de la cinta subir al escenario de la Ópera Nacional de la Bastilla durante trece representaciones, hasta el próximo 15 de julio, para cantar, como en el filme, exclusivamente en romaní, el idioma del pueblo gitano.
Estarán encabezados por Perhan (Stevan Andjelkovic), el hijo natural de un soldado y de una gitana, perdidamente enamorado de su vecina, Azra (Milica Todorovic), cuya madre quiere casar a un hombre rico.
Mientras sueña con hacerse millonario a toda costa, el joven vive con su abuela, su hermana, gravemente minusválida, y un tío mujeriego que corteja también a su amada.
El artista de Sarajevo controla absolutamente los hilos artísticos de su ópera punk, desde la dirección de escena a la composición musical -dirigida por Dejan Sparavalo- y el guión, escrito junto con Gordan Mihic y que inspiró a Nenad Jankovic el texto definitivo.
Pero lo ignora todo de la gira que esta noche empieza con su obra y que le llevará a Valencia dentro de unos meses, según comentó a Efe durante el único encuentro con la prensa que aceptó tener antes del estreno.
Como en su pueblo, donde prefiere tener voz y voto sobre la admisión de nuevos residentes, Kusturica quiso hacer su primera ópera «en familia», y rechazó la propuesta de la Ópera de París de trabajar con Peter Pabst, habitual y poético decorador de la coreógrafa alemana Pina Bausch.
En su intento de trasladar a la escena «la locura», el lado «trágico» y «divertido» a la vez de su ‘Tiempo de los Gitanos’ prefirió a Ivana Protic.
Los dos jovencísimos y desconocidos protagonistas fueron descubiertos en un concurso televisivo local, que, por cierto, no ganaron.
Del punk al rock, el folk balcánico, la música clásica y la canción tradicional gitana centroeuropea, los estilos musicales serán diversos y se anuncian ya «temblores» entre los abonados históricos de la Ópera de París para con esta creación, que su autor sitúa «más cerca» de la comedia musical que de la ópera.
Poco le importa a Kusturica, quien a sus 52 años se «divirtió» tanto en este aterrizaje lírico que asegura sentirse capaz de «dejar el cine» y dedicarse a hacer «sólo óperas».
«Cuando se echa marcha atrás» en la historia del cine, se descubre que «todo viene de la ópera», subrayó el autor de ‘Zavet’ (‘Promise Me This’), filme particularmente poco celebrado este año en Cannes, quien anuncia para 2008 el estreno de su esperada visión cinematográfica sobre el futbolista argentino Diego Maradona.
En cualquier caso, el realizador de ‘Underground’ (1995) y ‘Papá está en viaje de negocios’ (1985), asegura sentirse «más cerca de la ópera que del cine», pues su abstracción «responde mucho más a su concepción artística».
Llevado por el objetivo de «hacer ‘arte-terapia’ para todos», según contó en Drvengrad al semanario Paris Match, el artista asegura estar dispuesto a vivir esta noche sin problemas el éxito o el fracaso, pues lo que busca ante todo no es ganar premios, sino «no sentir vergüenza de lo que hace».
Esta noche, el volcánico Kusturica descubrirá junto con su público si además logró traer hasta París, como quería, «las buenas vibraciones» del pueblo de sus sueños.
Allí donde comenzó el pasado abril los ensayos de la pieza y de donde nunca «sale nada malo».