Tenemos aquí una cuidada selección de artículos, todos ellos muy interesantes, sobre Michel Foucault. Los editores, Rodrigo Castro Orellana y Adán Salinas Araya, nos presentan en el sugerente prólogo ( «Destotalizar el presente») la historia que acompaña la confección del libro, que no es otra que la de la madurez de un proyecto que se […]
Tenemos aquí una cuidada selección de artículos, todos ellos muy interesantes, sobre Michel Foucault. Los editores, Rodrigo Castro Orellana y Adán Salinas Araya, nos presentan en el sugerente prólogo ( «Destotalizar el presente») la historia que acompaña la confección del libro, que no es otra que la de la madurez de un proyecto que se inicia en Zaragoza el año 2013 y acaba con la fundación de la Red Iberoamericana Foucault el año 2015. Son los trabajos más relevantes presentados en este Congreso, que tuvo lugar en la Universidad Complutense de Madrid los que tienen cabida en este libro.
Los artículos son heterogéneos y su único hilo conductor es el de poner de relieve la actualidad que sigue teniendo Foucault. Voy a intentar hacer una exposición lógica del conjunto de escritos que forman parte del libro. De entrada podríamos decir que hay una temática común que abre y cierra el conjunto. Empiezan con el texto de Jorge Álvarez Yágüez, el primero que aparece ( «La ética del pensamiento de Michel Foucault») y acaban con los de Julián Sauquillo y Antonio Campillo. El primero de estos últimos se titula «La ética del pensamiento de Michel Foucault», formulación que el autor ha trabajado en profundad en diversas publicaciones. Básicamente su ética del pensamiento se refiere al nexo entre logos y ethos que constituye la continuidad de este trabajo del pensamiento sobre sí mismo que caracteriza un conjunto que no tiene la discontinuidad que algunos le atribuyen. Al final, Julián Sauquillo ( «Subjetividad y verdad: el recorrido de Michel Foucault en el Collège de France») plantea una paradoja que resulta muy sugerente, que es la de si no no nos movemos en una ficción, que es la ilusión de poder transmitir por escrito lo que era la palabra viva del filósofo francés. Cerramos el libro con el texto de Antonio Campillo ( «El testamento filosófico de Foucault,»), que para él podría sintetizarse en un fragmento que aparece al final de la transcripción de su último curso, «El coraje de la verdad», donde plantea que la filosofía crítica es para él la relación, heterogénea aunque necesaria, entre la verdad, la ética y la política. Campillo plantea también ( y esto esta bien para no acabar de una manera demasiado apologética ), la limitación de Michel Foucault por no haber tratado, por una parte, lo que era la problemática ecológica desde los efectos del poder tecnocientífico. Y por otra, el no haber analizado las relaciones sociales desde el punto de vista exclusivo del poder/resistencia ( o dominación/libertad) y no haber entrado en más en el tema de la responsabilidad y las luchas colectivas. Tema discutible, por supuesto, pero que queda allí para reflexionar.
Al margen de estos textos, que ocupan el principio y final del libro podríamos agrupar el resto de artículos por afinidades. En primer lugar destacar dos artículos que hacen el fecundo ejercicio de contrastar a Foucault con otro pensador. Es el caso de José Luis Moreno Pestaña, que con mucho rigor contrasta el tratamiento de Michel Foucault con el del sociólogo Erving Goffman
( «El poder psiquiátrico y la sociología de la enfermedad mental : un balance.). Y el de Sandro Chignola, comparando la concepción del dispositivo en Foucault y Giorgio Aganbem, con alusiones complementarias a Gilles Deleuze. Pero la concepción foucaultiana del dispositivo da más juego, como podemos comprobar en el texto de José Luis Villacañas, que presenta la interesante cuestión sobre la necesidad de una antropología foucaultina. Para ello Villacañas nos propone enriquecer los trabajos de Foucault con los de otra tradición que no contempló los de la antropología alemana que va de Arnold Ghelen a Kurt Goldstein. Ensayo, por cierto, que podemos relacionar con otro que aparece en el libro :»Cuestiones de subjetivación : Foucault y la muerte del hombre»).
Continuamos con dos artículos que tratan, y lo hacen muy bien, sobre la reflexión crítica de Foucault sobre el neoliberalismo. Ester Jordana nos ofrece un recorrido muy preciso sobre el tema, que titulada «los sueños del poder producen razón». Pablo López Álvarez entra en una propuesta de trabajo muy interesante para transformar estas reflexiones de Foucault en una caja de instrumentos para una ontología del presente, como él decía, y lo hace con su texto «Sigue cierta algarabía. Foucault, el neoliberalismo y nosotros». Igualmente situamos aquí dentro de esta dimensión más política, los estudios de Tuillang Yuing Alfaro ( «Notas para una crítica epistemológica de la economía política») y de Edgardo Castro ( «Dispositivos lingüísticos del gobierno de la vida o la vida como lugar de veridicción).
Quedan otros artículos, más específicos en su temas, en sus temas, pero todos apasionantes: Joaquín Fortanet ( «Epistemología y enfermedad») y Marcelo Raffin ( «Verdad, poder y sujeto en las lecturas de Edipo de Michel Foucault ).
Muchos son los artículos y los temas y poco más se puede hacer en una reseña que señalar el mérito del esfuerzo que recoge, muy fiel a lo que Michel Foucault nos propuso, el hacer de escritos filosóficos no una obra cerrada sin un trabajo abierto. Quiso abrir horizontes y esta es justamente su actualidad, como han entendido todos y cada uno de los que participan en el libro. Acabemos dando la vuelta a la formulación de Jean Baudillard cuando decía «Olvidar a Foucault». No, no lo olvidemos, porque es mucho más que lo que pudo ser ( una moda intelectual pasajera). Y libros como este son los que nos lo enseñan.
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