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La caída del sistema de fondo de pensiones (AFP) llegó

Fuentes: Fundacion Crea

Los sistemas de reparto surgen como una alternativa que reconoce pensiones dignas y se basa en principios que todo Sistema de Seguridad Social debiera cimentar: Ser sostenible en el tiempo, poseer universalidad en un reparto de pensiones dignas sin discriminación de sexo, principio de solidaridad donde los trabajadores activos financien las pensiones de quienes jubilen, […]

Los sistemas de reparto surgen como una alternativa que reconoce pensiones dignas y se basa en principios que todo Sistema de Seguridad Social debiera cimentar: Ser sostenible en el tiempo, poseer universalidad en un reparto de pensiones dignas sin discriminación de sexo, principio de solidaridad donde los trabajadores activos financien las pensiones de quienes jubilen, además de la existencia de aportes de empresarios y del Estado en las cotizaciones.

El escándalo conocido a principios de este mes, sobre los casos de millonarias pensiones y aumentos de sueldos en el servicio de Gendarmería que mantiene cuestionada la Ministra de la cartera, no sólo ha agudizado la crisis de la política y el cuestionamiento a la clase privilegiada del país, sino que han amplificado las críticas hacia el Sistema de las AFP que desde sus comienzos ha empobrecido a la población con pensiones que en promedio no superan los 190 mil pesos.

Tal problema social ha sido abordado por parte del Estado de manera deficiente, privilegiando el mantenimiento del Sistema de las AFP y su mecanismo de capitalización individual, con medidas subsidiarias y de «salvavidas» que permitan sostener el esquema actual.

Programas que desde su creación han apoyado la idea de que esta situación es causada por los problemas laborales y no guardan relación a errores del Sistema ejemplo de esto es que en la primera administración de Bachelet se crea el Pilar Solidario, medida de fortalecimiento al sistema de pensiones, para el cual, el año 2016 se asignaron unos US$ 1.800 millones en la Ley de Presupuestos.

Al mostrar la composición de las pensiones actuales aparecen antecedentes aún más desoladores, el aporte fiscal de diciembre del 2015 por subsidios hacia el Sistema fue de un 84% del monto de las pensiones pagadas por las AFP. El aumento de las pensiones a través del Aporte Solidario Previsional (APS) fue de un monto promedio mensual de $ 79.424 por pensión al cierre del 2015, y que según datos de la Superintendencia de Pensiones significa un gasto fiscal promedio del orden de US$ 56 millones ($ 38.815 millones) y beneficia a 676.856 personas.

Analizando el escenario, parece no ser las pensiones el objetivo que persiguen las AFP, que desde su creación sirven de «billetera» para el gran empresariado, sólo el 2013 se transfirieron unos US$ 43.000 millones en inversiones a los conglomerados de Cencosud (Horst Paulman), Falabella (familia Solari), LAN (familia Cueto y Solari), Colbún, la Papelera (familia Matte) y Soquimich (Julio Ponce Lerou). El mismo empresariado que opera sobre la base de la colusión, la evasión de impuestos y el financiamiento ilegal de la política.

Es así como la crudeza de las AFP ha eliminado toda posibilidad de tener por derecho una vejez tranquila y con dignidad. En palabras simples, se trata de una gigantesca maquinaria que transfiere los recursos de todos los chilenos a una pequeña elite: el mundo corporativo y de las finanzas.

Los defensores del Sistema de AFP, atribuyen esta catástrofe social, a un problema de bajos salarios, registro de lagunas previsionales y aumento de la esperanza de vida. En otras palabras, la culpa no es de las AFP, sino de los trabajadores, la demografía y los parámetros que utiliza el sistema desde 1981 -baja tasa de cotización y una edad legal de jubilación baja y diferenciada-.

Por otra parte, la consigna «No + AFP» convence a más y más sectores de la población que se ven afectados por el sistema actual, surgiendo paralelamente la ilusión del cambio hacia un sistema que proteja el buen vivir y la justa retribución a los pensionados del país. Un ejemplo del conflicto es la existencia de la posibilidad de la desafiliación de AFP a cotizantes que a 1980 se encontraban en antiguo Sistema de Reparto, mejorando sus jubilaciones al volver a cotizar en el IPS (ex INP).

Los sistemas de reparto surgen como una alternativa que reconoce pensiones dignas y se basa en principios que todo Sistema de Seguridad Social debiera cimentar: Ser sostenible en el tiempo, poseer universalidad en un reparto de pensiones dignas sin discriminación de sexo, principio de solidaridad donde los trabajadores activos financien las pensiones de quienes jubilen, además de la existencia de aportes de empresarios y del Estado en las cotizaciones.

Las experiencias a nivel mundial complementan esta idea y los índices de población activa vs población pasiva también, podemos sostener así, que con la tasa de ingreso al mundo laboral chileno de 6,6% versus el 2,8% de la tasa de envejecimiento, tenemos la oportunidad como sociedad de establecer un sistema de reparto que entregue mejores pensiones no en 30 años más sino hoy.

Se hace urgente entonces, la responsabilidad ciudadana de que ante una esfera sociopolítica con intereses puestos en mantener el sistema de AFP, el único camino realista para los cambios hacia de un nuevo Sistema de Seguridad Social digno, justo y solidario, es lo vivido este domingo en la masiva movilización familiar, la organización y manifestación de los trabajadores actuales, de los futuros trabajadores y de los pensionados, con el fin de dar término a la desprotección y abandono de nuestros viejos y luchar para permitirnos el buen vivir para la etapa de la vejez.

Liliana Alarcón, miembro de Fundación Crea

 http://www.fundacioncrea.cl/la-caida-del-sistema-afp-llego/