Podríamos pensar que la multinacional Naturgy es insensible por cortar el suministro eléctrico al sector VI de la Cañada Real, y sería cierto.
Podríamos pensar que la Comunidad de Madrid es la responsable directa de exigir el restablecimiento de dicho suministro, y sería cierto. Podríamos pensar que el gobierno español lanza balones al córner ante la denuncia de la propia ONU, y sería cierto.
Pero también sería cierto pensar en la vergüenza ante una sociedad que, en su inmensa mayoría, se muestra absolutamente indiferente por el hecho de que unas 4000 personas, el 45% de ellas niños, están totalmente ignoradas por una ciudadanía que sigue consumiendo sus varias horas diarias de televisión e internet, y que las navidades que se avecinan se darán a la comida y a la bebida sin freno ni indiferencia, en recuerdo del carpintero judío que predicó la sencillez y la solidaridad.
¿Alguien se ha parado a pensar en el sufrimiento innecesario, sin luz y sometidos a temperaturas bajo cero, de 1800 de niños, que apenas pueden estudiar? ¿Y en los ancianos y enfermos? ¿Y en la pérdida de al menos una vida humana, y más que se pueden producir, y que ya se han anunciado?
¿Qué podemos hacer los ciudadanos de a pie? Quien quiere hacer algo, con dos manos le basta. Quien no quiere hacer algo, con una excusa le sobra. Los vecinos del sector VI, los que padecen el corte de luz, se han organizado en la Plataforma Cívica de apoyo a la Luz en Cañada Real (https://www.plataformaluz.com/), y articulados mediante las redes sociales (https://twitter.com/plataformaluzcr), presentan tres exigencias: luz, contrato y mesa de seguimiento. Es decir, que se restablezca el suministro de electricidad, que les permitan acceder a los contratos que regularicen su situación, y que se vele por el cumplimiento de estas exigencias, justas, factibles y técnicamente sencillas.
Quien quiere hacer algo, decíamos, con dos manos le basta. Con ellas puede difundir la reivindicación o firmar la adhesión a la causa, solo con entrar en su página web, cuyo link se encuentra en el párrafo anterior. Si así hacemos, se demostrará que la izquierda se preocupa por la justicia social, que la derecha tiene razón al estar orgullosa de ser española, o que los cristianos aplican aquello de tuve “hambre y me diste de comer”.
Para que la Naturgy, la Comunidad de Madrid y el Gobierno de España puedan atropellar de este modo a estas 4000 personas (1.800 de ellos niños) se necesita del silencio cómplice de nosotros, ciudadanos de a pie. Esa es una mala noticia. Pero demos la vuelta al argumento. Si nosotros, ciudadanos de a pie reaccionamos y apoyamos las reivindicaciones, tanto la Naturgy, la Comunidad de Madrid, como el Gobierno de España tendrán que satisfacer tales reivindicaciones. Esa es una buena noticia.
Y es que muchas pequeñas acciones, ejercidas por muchas pequeñas personas, en muchos pequeños lugares, puede dar pie a grandes cosas. Y creo obvio que es grande que un solo niño del sector VI de la Cañada Real pueda mañana mismo encender la calefacción, prender una bombilla o conectarse a la red para poder hacer la tarea. Más grande que el Real Madrid gane la liga, o que la selección española el mundial.
Nacho Dueñas, cantautor e historiador
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